domingo, 6 de diciembre de 2015

TDA-H Abordaje Psicológico

El tratamiento psicológico tiene como objetivo ayudar a pacientes y familia a manejar los síntomas del trastorno y el impacto que éstos puedan tener en su vida diaria.

En niños y adolescentes con TDAH con repercusión moderada o grave en su vida diaria, se recomienda el tratamiento combinado, que incluye tratamiento psicológico conductual, farmacológico e intervención psicopedagógica.

La combinación de tratamientos farmacológicos y psicológicos tiene la potencialidad de que ejerce efectos inmediatos en los síntomas del TDAH mediante la utilización de la medicación, así como efectos de larga duración gracias al desarrollo de estrategias y habilidades cognitivas y de comportamiento proporcionadas por el tratamiento psicológico.

La intervención psicológica se debe realizar en el paciente y su entorno familiar. En función de las necesidades del paciente y las condiciones individuales se creará un plan de tratamiento personalizado. Es una terapia para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar sus capacidades cognitivas.

La terapia psicológica, resulta imprescindible de cara a aportar las estrategias conductuales y cognitivas necesarias para su correcto abordaje por parte de la familia, del entorno escolar y del propio niño.

Focos de intervención:
  • Cambiar los precedentes y las consecuencias de los comportamientos inapropiados para modificar éstos.
  • Establecer reglas claras y consistentes, lo que brinda la oportunidad de predicción de consecuentes, dando lugar a la corrección oportuna.
  • Incrementar las oportunidades de éxito en sus actividades y disminuir las situaciones de fracaso.
  • Darle valor y utilidad a las recompensas extrínsecas e intrínsecas.
  • Desarrollar el autoconocimiento: Conocer más sobre el propio desarrollo y los aspectos de la persona.
  • Abordar los aspectos problemáticos y que generan malestar en la persona.
  • Descubrir las potencialidades y posibilidades de la persona.
  • Desarrollar competencias a través de métodos de entrenamiento.
  • Identificar aquellos factores (internos y externos) que me generan malestar y aprender a evitarlos y/o afrontarlos.
TERAPIA CONDUCTUAL

Analiza la conducta e identifica los factores que hacen que la conducta sea inadecuada, se determinan las conductas que se desea cambiar y se establecen unos objetivos. A partir de ahí se organiza un plan para ir modificando el comportamiento que se quiere eliminar.

La terapia de modificación de conducta, se basa en los condicionamientos operantes, el uso de reforzadores y castigos y favorece la extinción de conductas disruptivas y la implantación y aparición de conductas positivas. Aspectos que trabaja:
  • Normas y limites
  • Entrenamientos en hábitos positivos
  • Modificación de conductas disruptivas y problemas de conducta
  • Entrenamiento en conductas positiva
Técnicas para incrementar las conductas:

Reforzamiento positivo: consiste en presentar inmediatamente después de la conducta adecuada un estímulo (alabanza, premio) que hace que aumente la probabilidad que se repita dicha conducta. El estímulo que se presenta después de la conducta es el refuerzo positivo.
Reforzamiento negativo: una conducta ha sido reforzada negativamente si se incrementa o mantiene porque elimina un estímulo aversivo. Ejemplo, “Mientras no acabes la tarea (conducta deseada) no saldremos al parque (estímulo aversivo)”.

Técnicas para reducir/eliminar las conductas:

Extinción: consiste en ignorar (no mirar, no escuchar, no hablar) el comportamiento inadecuado para evitar que este incremente por la atención (negativa, pero atención) que le ofrecemos al niño. Se han de explicar las condiciones de la extinción al niño antes de aplicarla y mantener el procedimiento el tiempo suficiente (al inicio suele aumentar el comportamiento inadecuado). La extinción no puede utilizarse si la conducta perturbadora es peligrosa.
Tiempo fuera: consiste en aislar al niño inmediatamente después de realizar la conducta perturbadora a un lugar aburrido (no lúdico) durante un periodopreestablecido de tiempo (aproximadamente un minuto por año del niño). La técnica puede aplicarse hasta los 6-8 años de edad del niño.
Coste de respuesta: consiste en retirar una cantidad específica de reforzadores (privilegios, premios) obtenidos previamente. Ejemplo: reducir tiempo de actividades lúdicas (televisión, video-juegos, ordenador) por el comportamiento inadecuado.

Castigo: técnicamente consiste en proporcionar un estímulo aversivo (realizar trabajos molestos o monótonos) después de la conducta inadecuada con el objetivo de eliminarla. El castigo físico no debe utilizarse ya que no enseña la conducta adecuada, crea tolerancia (mayor castigo para obtener el mismo resultado), pérdida de la autoestima del niño y agresividad contra la persona que lo aplica. La recompensa es mucho más eficaz que el castigo.
Extinción: Es el modelo más utilizado para reducir una conducta. Se trata de disminuir la respuesta reforzada a un comportamiento indeseado, para lo cual es fundamental determinar qué es lo que está reforzando ese comportamiento, para dejar de reforzarlo.
Sobrecorrección: Se aplica cuando hay un comportamiento negativo y se le pide que rectifique lo que ha hecho mal y restaurar el daño que ha hecho. En el caso de la sobrecorreción de práctica positiva, la persona que ha hecho algo mal, debe repetir una conducta positiva que se le indique.

TERAPIA COGNITIVA

La cognición está compuesta de procesos como el aprendizaje, la atención, la memoria, la toma de decisiones… Y la terapia cognitiva lo que pretende es identificar cuáles de estos procesos están creando problemas, y trabaja para cambiarlos por otros más adecuados.

El enfoque terapéutico cognitivo-conductual ha demostrado ser la herramienta más eficaz de que disponemos para reducir los comportamientos perturbadores de los/as niños/as con Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y aumentar los comportamientos auto controlados. Para su aplicación, es imprescindible la implicación de las personas responsables de la educación del niño/a, pues son ellos/as quienes aplican las pautas en casa. Aspectos que trabaja:
  • Desarrollo y orientación personal
  • Resolución de conflictos
  • Entrenamiento en auto-instrucciones
  • Organización y planificación de la conducta en función de objetivos y metas.
  • Autorregulación emocional
  • Entrenamiento en habilidades y estrategias internas
  • Autoinstrucciones
Es una técnica de cambio de comportamiento en el que se modifican los pensamientos, sustituyéndolos por otros que pueden ser más útiles y efectivos para alcanzar los objetivos o metas que se proponga el paciente. Estas autoinstrucciones se las da el paciente a sí mismo, para dirigir de esta forma su forma de actuar: “Voy a escuchar al profesor”, “Tengo que cruzar la calle con cuidado”…

Técnicas de autocontrol:

Gran parte de los problemas de autocontrol se pueden corregir aprendiendo a moderarse para reducir comportamientos impulsivos que son inmediatamente gratificantes, pero que a medio plazo no son beneficiosos.

Para realizar un programa de autocontrol, se pueden seguir los siguientes pasos:
  • Detectar cual es el problema y establecer los objetivos que se quieren conseguir.
  • Comprometerse a modificar su propia conducta.
  • Registrar los datos e identificar las causas del problema.
  • Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema.
  • Prevenir la recaída y lograr que la mejora perdure.
Técnicas de inhibición de respuesta:

Básicamente este entrenamiento consiste en “párate y piensa”, que consiste en realizar un entrenamiento ante una señal visual de stop para inhibir una respuesta y tomar decisiones.

Pararse: De esta forma se inhibe la respuesta que inicialmente íbamos a tener. En ese momento hay que analizar qué es lo que ha ocurrido y tomar consciencia de la situación.
No actuar: Entrenar así la capacidad de demora, controlando el impulso y recapacitando sobre la respuesta adecuada que se debe dar.
Pensar: Pensar en cómo se puede solucionar el problema y las alternativas posibles, y las consecuencias que pueden tener cada una de ellas.
Planificar: Decidir cuál de las alternativas es la mejor y decidir cómo se debe actuar.
Actuar: Es importante mantener la atención frente a la distracción o la tentación de hacer algo.
Autoevaluación: Esta etapa es fundamental para seguir aprendiendo y también para valorar cómo hemos gestionado la situación.

La TCC  también se recomienda como tratamiento inicial cuando se den las  situaciones siguientes:
  • TDAH leve
  • Impacto mínimo del TDAH en la vida del niño
  • Los padres y los profesores discrepan mucho sobre la frecuencia de los síntomas.
  • Los padres rechazan el tratamiento con medicación.
  • En los niños que sean menores de 5 años.
La intervención psicológica en los niños y adolescentes TDAH debe incluir dominios en los que el afectado manifiesta algún problema como cognitivo, emocional, comportamental:

Abordaje psicoeducacional:

La Psicoeducación consiste en un abordaje que enseña al afectado y su familia en qué consiste el trastorno de TDAH, qué características tiene y qué se puede hacer para mejorarlo.

Aspectos que trabaja:
  • Explicación del TDAH al afectado
  • Posibles problemas o riesgos asociados al trastorno
  • Las diferentes vías de intervención y tratamiento que existen
  • Aceptación activa del diagnóstico por parte del afectado
  • Acuerdos de compromiso y cumplimiento terapéutico
ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES:

El área social es una de las áreas donde mayores dificultades tienen los niños y adolescentes con TDAH. La adquisición de pautas, estrategias y habilidades para relacionarse de manera adecuada mediante un proceso de entrenamiento favorecerá la interacción social de los afectados con TDAH con sus iguales y evitará problemas de rechazo social, asilamiento y baja autoestima. Aspectos que trabaja:
  • Autoestima, comunicación emocional
  • Entrenamiento asertivo
  • Reglas de sociabilización
  • Entrenamiento en conductas prosociales
  • Habilidades de competencia social
¿Qué son habilidades sociales?

Sonreír – Saludar – Hacer favores – Cortesía – Ayudar – Cooperar – Compartir – Unirse al juego – Iniciar, mantener y terminar conversaciones – Expresar y recibir emociones – Saber defender derechos y opiniones asertivamente – Identificar y solucionar problemas.

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y CONTROL DEL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD:

Las técnicas de relajación y trabajo corporal ayudan a controlar y canalizar el exceso de actividad, los estados de agitación, nerviosismo y ansiedad y favorecen las emociones positivas y  mejoran la comunicación y el ambiente familiar.

También favorecer la práctica de actividades físicas o culturales, o de tipo social, ayudan a mejorar la autoestima de estos niños y a desarrollar y potenciar otras capacidades y habilidades que presentan. Aspectos que trabaja:
  • Relajación y respiración
  • Expresión corporal
  • Realización de actividades externas como actividades deportivas, hobbies, actividades socio-culturales
  • Psicomotricidad
El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización de las reglas e instrucciones, ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los procedimientos autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen como objetivo que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas situaciones con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.

ENTRENAMIENTO PARA PADRES

El entrenamiento para padres y las intervenciones a nivel familiar han demostrado ser efectivas en muchas ocasiones. Las sugerencias que se hacen a continuación sólo pretenden establecer un marco de trabajo que sirva de guía para trabajar la relación paternofilial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo del niño con TDAH.

 En el entrenamiento para padres se trabaja sobre los siguientes puntos:

Identificar las situaciones que generan problemas específicos y los problemas de comportamiento que generan. Así como los elementos que precipitan las conductas disruptivas. Es importante registrar la evolución constantemente.
  • Analizar las consecuencias positivas y negativas de los comportamientos apropiados y no apropiados con los padres.
  • En el caso de que en la relación padre-hijo se produzcan muchos roces y pocas interacciones positivas, se trabaja para reforzar las habilidades de los padres durante las sesiones para el mejor manejo de las situaciones.
  • Enseñar a los padres métodos de comunicación efectiva para establecer normas y llevar el mando (establecer contacto visual, dando órdenes de una en una, dando órdenes en un contexto positivo…).
  • Establecer consecuencias negativas apropiadas para cada problema de comportamiento específico. Las consecuencias deben estar estrechamente relacionadas con el problema en sí.
  • Utilizar sistemas de economía de fichas para los problemas de conducta constantes. Los padres pueden así aprender a penalizar y recompensar conductas negativas y positivas.
  • En el caso de problemas de conducta más graves, se enseña a emplear técnicas de tiempo fuera. Es importante comprender bien cómo funciona y cómo debe emplearse para que no se convierta en un castigo sin aprendizaje.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL TDAH

Se trata comúnmente con fármacos estimulantes, tales como:
  • El metilfenidato (Ritalin, Metadate, Concerta, Daytrana)
  • La anfetamina (Adderall)
  • La dextroanfetamina (Dexedrine, Dextrostat)
¿Cómo se inicia el tratamiento farmacológico?

Una vez elegido el fármaco, se empieza con dosis bajas y se incrementará la dosis cada 1 o 3 semanas en función de la respuesta del paciente y de la aparición de efectos secundarios. El médico será el responsable de evaluar la eficacia y la tolerabilidad del fármaco mediante visitas periódicas, mucho más frecuentes al inicio del tratamiento y más distanciadas en el tiempo (cada 3-6 meses) tras ajustar la dosis del fármaco de forma adecuada.

Aunque el tratamiento es individualizado, las pautas generales para cada fármaco son:
  • Metilfenidato de liberación inmediata, en 2-3 dosis al día.
  • Metilfenidato de liberación prolongada, una dosis por la mañana.
  • Atomoxetina, se recomienda administrar en dosis única por la mañana. Si existen problemas de tolerancia, administrar por la noche o repartir la dosis entre la mañana y la noche.
En algunas ocasiones, si la mejoría no es sufi ciente o existen otros trastornos asociados, será necesario aumentar la dosis hasta la máxima recomendada o combinar distintos tipos de fármacos.

Bibliográfia 

Orjales, I. y Polaino-Lorente, A. (2001), Programas de Intervención Cognitivo-conductual para
niños con Déficit de Atención con Hiperactividad. CEPE.
Polaino, A.; Avila, C.; Cabanyes, J.; García Villamisar, D.; Orjales, I. y Moreno, C . (1997).
Mental Health Medications
tdahytu.es/tratamiento-psicologico

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Errores que comenten los Padres sobre el Abuso Sexual Infantil

En este blog les comparto un artículo sobre Starishevsky autora del libro “My Body Belongs to Me”.
Jill Starishevsky es un asistente del fiscal de la ciudad de Nueva York, donde ha procesado cientos de delincuentes sexuales y dedicado su carrera a la búsqueda de justicia para las víctimas de abuso infantil y delitos sexuales. 

El abuso sexual es uno de esos temas que como padres no deseamos tener que enfrentar. Sin embargo es precisamente hablar sobre este tema con toda naturalidad lo que educará y probablemente resguardará a tu niño de otros que quieran hacerle daño cuando tú no estés para defenderlo. Dice que el primer paso para resguardar la salud sexual de tu niño es que los padres rompan con sus propios tabús sobre el hablar de sexualidad a sus niños y den el paso de conversar con ellos sobre el abuso sexual como una extensión del tema.

En su libro "Mi cuerpo me pertenece", uno de los pocos libros que trata el tema del abuso sexual, pero adaptado para una audiencia de niños entre los 3 a 8 años de edad, Jill presenta una de las primeras herramienta para prevenir el abuso sexual, es decir enseñarles a los niños desde temprana edad que su cuerpo es suyo.

El planteamiento de Jill y otros expertos sobre el abuso sexual es una reflexión al cuestionar cómo los padres pretenden que los niños compartan y comuniquen las agresiones que han vivido, si no son los padres los primeros en hablar con ellos sobre el tema llanamente. Para iniciar la reflexión de por qué debes hablarle a tu niño sobre el abuso sexual desde temprana edad, Jill ofrece los 10 principales argumentos que los padres usan para convencerse a sí mismos que no deben abordar el tema con sus hijos.

Los 10 errores según Jill Starishevsky que comenten los padres sobre el abuso sexual:

1. Rara vez son los niños víctimas de abuso sexual. Según cifras del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, 1 de 4 niñas y 1 de cada 6 niños habrán padecido de abuso sexual al cumplir los 18 años de edad. Estas son cifras alarmantes y devastadoras. Solamente las cifras debería motivar a cualquier padre a aplicar estrategias de prevención en su hogar.

2. Este tipo de cosas no pasa donde yo vivo. El abuso sexual no discrimina porque no tiene fronteras socioeconómicas. No le importa si eres negro, blanco, Latino, rico o pobre, o qué religión prácticas, según lo establece las cifras del Website del Departamento de Justicia Dru Sjodin National Sex Offender Public Website  que ofrece la ubicación de los agresores sexuales a nivel nacional.

3. Nunca dejamos a nuestro niño con personas extrañas. La triste realidad es que el 93% de los casos abuso sexual ocurren bajo el cuidado o cuando están con alguien que conoce al niño o es de confianza de los padres, según cifras del Departamento de Justicia. Incluso si el niño nunca está con personas extrañas, él o ella puede ser víctima de un vecino, un entrenador de algún deporte, alguien en la iglesia, un miembro de la familia, e incluso un maestro o maestra.

4. Mi niño no tiene suficiente edad para hablar sobre este tema. Puedes iniciar una conversación sobre el abuso sexual con tu niño a los 3 años de edad, al comenzar a enseñarle sobre su cuerpo y sus partes privadas, pero la Academia Americana de Pediatría  incluso recomienda comenzar a hablarle de sus genitales a los niños, con su respectiva terminología de la anatomía del cuerpo a partir de los 18 meses de edad. Puedes iniciar la conversación con la pregunta: ¿sabías que tus parte privadas están cubiertas por tu traje de baño y son privadas y nadie debe verlas o tocarlas? Dile que le debe decir a mamá, papá o a un maestro si alguien lo toca en sus partes privadas. Explíquele cuales son las excepciones a la regla, tales como cuando se le está enseñando usar el baño, cuando se asea, o durante las visitas médicas.

5. No quiero asustar a mi niño. Cuando se maneja de forma apropiada, los niños no sienten miedo con la información y por el contrario se sienten en control y en dominio de sus cuerpos, lo confirma el Dr. Robert D. Sege, miembro del comité de la Asociación Americana de Pediatría sobre Abuso Infantil y Negligencia. Los padres normalmente no se abstienen de enseñarles a sus niños sobre las normas de tránsito, por el simple hecho que sus niños vayan a tener miedo de cruzar la calle. Nos corresponde como padres también afrontar el tema de cómo resguardar el cuerpo.

6. Yo sabría si algo le pasa a mi niño. La realidad es que el abuso sexual es difícil de detectar porque frecuentemente, no hay señales físicas del abuso, según lo confirma la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil. Sin embargo, las señales emocionales y de comportamiento que acompañan al abuso también pueden confundirse con otros factores que alteran la conducta de tu niño.

7. Mi niño me diría si algo le pasa. La mayoría de los niños no dicen o informan inmediatamente cuando han sufrido del abuso sexual. Es probable que el agresor lo haya convencido que no le diga a nadie porque nadie le creerá, que la gente dirá que es su culpa, que su confesión ocasionará gran daño y tristeza a la familia y le insistirá que el abuso es "su pequeño secreto", así lo confirma la Dra. Esther Deblinger, miembro de la Red y directora adjunta del Instituto de Educación y Servicios de Investigación sobre el Abuso Sexual de la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil.

8. Yo nunca dejo a mi niño solo con adultos. Otros niños pueden abusar sexualmente de otros menores. La misma lección que puede salvaguardar a tu niño de agresores adultos, lo puede hacer de agresores infantiles. Enséñale a tu niño lo que es un contacto apropiado y qué es un contacto inapropiado, ambas conceptos e ideas planteadas por Childhelp.org, organización defensora de los niños abusados. Enséñale a tu niño cuáles son los nombres correctos de sus genitales y que puede hablar contigo si cualquier persona los toca de una manera que los hace sentir incómodos.

9. No quiero sembrarle ideas innecesarias sobre el tema a mi niño. No existe ningunos datos que indiquen que hablarle a un niño sobre qué es el abuso sexual lo haga más propenso a inventar que ellos hayan sido agredidos sexualmente. "Es cierto que los niños mienten, pero rara vez mienten sobre ser víctimas de abuso. Todos los seres humanos pueden hacerlo y mienten, pero es difícil que los niños mientan sobre el sexo porque ellos no pueden mentir de algo que no tienen conocimiento…los niños no aprenden sobre el sexo oral en Sesame Street" Victor Vieth, director del Centro Nacional de Entrenamiento para la Protección de Niños, en la Universidad Estatal de Winona.

10. Nunca le va a pasar a mi niño. Según las estadísticas oficiales, le puede pasar a cualquiera, así lo confirma StopitNow.org con sus testimoniales de los niños que han sobrevivido el abuso sexual. Padres educados, que son afectuosos con sus niños me han dicho, ningún padre cuyo niño haya sido abusado sexualmente pensó que le pasaría a ellos. Nadie desea pensar que esta agresión le puede pasar a su niño. Es importante reconocer que hay formas de prevenirlo. Toma la decisión de hablar sobre el abuso sexual con tu niño.

martes, 1 de diciembre de 2015

Pesadillas y Terrores Nocturnos en el Niño

Normalmente se engloban dentro de los trastornos del sueño, en la Parasomnias. Se denominan a aquellos trastornos del sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.
Normalmente no constituyen trastornos importantes pero si pueden ser objetos para asesoramiento e intervención psicológica por los efectos secundarios que suelen producir en el niño como: Miedo al dormirse, a conciliar el sueño solo, a la noche, irritabilidad, ansiedad, etc...

El niño que no quiere acostarse.

Un niño se resiste a acostarse por diversos motivos. Puede tener miedo de la oscuridad o de no despertarse o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente, le gustaría más jugar o ver la televisión y en realidad, preferiría la compañía y atención de sus padres. Cuando los niños se hacen mayores, su vida social adquiere preponderancia. No obstante, todos los niños deben tener su hora de acostarse y si se quiere paz en casa, los padres no pueden transigir en esta cuestión. Los padres que dicen  ¿no crees que ha llegado el momento de acostarte?, han declinado su responsabilidad y sus hijos no se acostarán a la hora adecuada. Los padres que siempre permiten al niño permanecer levantado «sólo un poco más», tendrán siempre problemas con el momento de acostarse.
Para los padres novatos, seguir los consejos que se explican aquí, puede zanjar los problemas nocturnos antes de que empiecen. Si la hora de acostarse ya es un problema, será necesario planificar nuevas iniciativas para conseguir que el niño duerma. Es importante decidir lo que se hará, que el niño sepa que el cambio es inminente y que el día 1 hay que poner el plan en marcha.


Decidir cuando hay que acostarlo.
Se debe decidir el momento preciso en que el niño debe acostarse y una vez decidido, proceder con firmeza. Esto no significa que los padres deban ser absolutamente rígidos e insistir en que el niño debe estar siempre en la cama a las ocho en punto, aunque justo en aquel momento acabe de llegar papá o esté en casa el tío José. Sin embargo, cuanto más capaces sean los padres de concretar el momento de acostarse, más fácil será conseguir que el niño se duerma a una hora fija.
Importante: No utilice la palabra «oscuro» para indicar el momento de acostarse, porque en verano con la luz de día esto será causa de problemas.
Crear hábitos para acostarlo.
Los niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta la seguridad de lo habitual y es importante disponer de ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo, tener su martillo azul en la cama, junto a él, cada noche. Besar a todo el mundo antes de irse a su habitación y después todo el mundo tiene que ir a darle un beso cuando ya está en la cama; a otros les puede gustar colocar todas sus muñecas bajo la manta, junto a ellos.
Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de seguridad, tales como mantas viejas o perros de trapo, de los que dependen algunos niños, les sirven para separarse de los seres queridos y pasar del estado de vigilia al de sueño.
Los padres no deben reírse de los hábitos del niño, pero por otra parte, tampoco deben consentir que se vuelvan demasiado pesados. Se ha de limitar el número de juguetes que el niño se lleva a la cama, por ejemplo, se puede llevar un libro y un juguete, que escoja. Algunos niños alargan esto demasiado, lo que comporta quince minutos adicionales para conseguir que, por fin, se vayan a la cama. A los niños siempre les gusta saber lo que ocurrirá un instante después de ahora.
Unos hábitos nocturnos regulares conseguirán que el niño sepa que el momento de acostarse se acerca y que ha llegado el momento de parar.
¿Como afrontar los terrores nocturnos?
Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación de los padres puede provocar problemas graves. En muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil de interrumpir cuando se ha iniciado.
Orientaciones para devolver al niño a su cama:
1.- Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay que hacerle volver a su cama y meterlo en ella sin demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser firmes.
2.- Se puede utilizar la "táctica de los apretujones", la finalidad es hacer que el niño se sienta incómodo en la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva. Consiste en empujarle hacia fuera de la cama, dejándole cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin hacerle daño, darle una patada suave.
3.- Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los progresos hacia esa meta. Asegúrese de expresar lo orgulloso que se está de él y que es un "chico mayor". Préstele una atención especial y sea cariñoso con él durante el día.
4.- Hacer su habitación más atractiva, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el niño sea participe de ellos.
5.- Establecer un horario regular de sueño.
Los niños con terrores nocturnos
Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos cosas distintas. Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos no son sueños que produzcan miedo ni el resultado de la actividad del sueño. En su lugar, se cree que reflejan etapas inmaduras del sueño, en las que el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño profundo al sueño más superficial.
Aunque el niño con terrores nocturnos no los recuerde, estos episodios nocturnos pueden ser sumamente preocupantes para los padres. Muchos niños sollozan o gritan, se agitan o corren por toda la casa con los ojos abiertos, pero sin ver y sus oídos parecen no percibir las palabras tranquilizadoras de los padres.
Poco es lo que se puede hacer para ayudar al niño durante un terror nocturno. Se debe simplemente esperar a que cese y recordar que no ha sido causado por las tensiones y que no tendrá efectos traumáticos ni duraderos para el niño.
Tranquilizarle: Abrace al niño, cálmele y pásele una toalla refrescante por la cara. Los padres sentirán que están haciendo algo útil y esto tranquilizará al niño mientras pierde su mirada perdida y empieza a volver a la realidad, preguntándose qué pasa.
Regule los horarios de sueño: Para ayudar al niño a desarrollar un patrón de sueño más maduro. asegúrese de que tiene un horario regular de sueño y que descansa lo suficiente.
Consulte a un profesional: A pesar de que los terrores nocturnos no son en general significativos existe sin embargo la posibilidad de que sean síntomas de alteraciones neurológicas. Para verificar este extremo, al mismo tiempo que las pesadillas muy molestas, habría que comentarlo con el médico. Si los terrores se producen con mucha frecuencia, el médico puede sugerir aliviarlos con una medicación cuidadosamente controlada.
Los niños que tienen pesadillas
Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos, pueden ser aterradoras para el niño y también para los padres y son resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de miedos comunes y normales a los sueños desagradables que se inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su punto máximo a las edades de cuatro y seis años.
Las niñas son susceptibles de padecerlas más tarde que los niños. Un 28% de los niños con edades comprendidas entre los seis y doce años, tenían pesadillas. Alrededor de los diez años, la frecuencia de estos sueños desagradables se incrementa otra vez, para remitir más tarde. Las pesadillas difieren de los terrores nocturnos en otros aspectos: mientras que el niño transpira, grita y respira agitadamente al experimentar una pesadilla puede ser despertado rápidamente y se acordará del sueño o de partes del sueño.
Los sueños pueden estar inducidos por enfermedades y por el dolor, sobre excitación, miedo v ansiedad, programas violentos de televisión o por amenazas enfermizas por parte de los padres. Aunque el niño puede no ser capaz de indicar exactamente qué le está afectando, pueden sacarse algunas claves a partir de su comportamiento conversando con él. Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.
Tranquilícele y dé le seguridad: Lo que los padres pueden hacer por un niño que sufre pesadillas es despertarle, tranquilizarle y darle seguridad, decirle que todo va bien, que no ocurre nada. Acariciarle y mecerle, pero no dar demasiada importancia a la pesadilla, puesto que de otro modo podría aprender a utilizarla como mecanismo para atraer la atención. No es importante, en este momento, comentar el contenido del sueño.
Evite la excitación excesiva: Los niños deben tener un periodo de calma y relajación antes de acostarse, no permitirles que vean programas de televisión violentos o de terror, no contarles historias de miedo ni permitir que realicen actividades físicas violentas. Las experiencias de muchos padres sugieren que es de gran ayuda limitar la TV.
Comente problemas, miedos y acontecimientos que produzcan tensión: Use la conversación y los sueños como datos de cualquier problema que esté sufriendo el niño. Háblele durante el día de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes. Sea previsor y prepare al niño con antelación para acontecimientos que sean susceptibles dc causarle tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las vacaciones o el salir de viaje. Los miedos en los niños son muchas veces causados por la falta de información.
Tome medidas para las pesadillas repetitivas: Si el niño tiene el mismo sueño una y otra vez, puede estar seguro de que siente ansiedad por algo. Anímale a que hable de su sueño y lo represente despierto, pero con un final feliz.
Prepare una estrategia nocturna: El saberse defendidos de la pesadilla ayuda normalmente a los niños más mayores. Proporciona seguridad el dejar la luz encendida por las noches. Algunos niños pueden luchar mejor contra sus pesadillas rezando una oración determinada cada noche pidiendo protección contra los monstruos; abrazar y dormir con el peluche favorito, etc.
Diferencias entre Pesadilla y Terror Nocturno

PESADILLAS TERRORES NOCTURNOS
Normalmente el niño se despierta durante el episodio y recuerda el contenido del sueño. A pesar de que puede incorporarse de la cama e incluso llorar o gritar, resulta muy difícil despertarle. No recordará nada.
Los contenidos del sueño recordados son muy elaborados. Contenidos inexistentes o muy vagos del episodio.
Durante los episodios no suelen aparecer movimientos ni vocalizaciones ya que no existe tono muscular. En el caso de que aparezca alguna palabra o grito indica el final de la pesadilla. Pueden aparecer verbalizaciones y/o vocalizaciones por la presencia de tono muscular.
Al despertarse: sensación de miedo y ansiedad asociadas al recuerdo de las imagenes oníricas. Se experimenta una intensa ansiedad con gran activación autonómica.
Aparecen en la fase de sueño REM. Aparecen en el sueño No REM.
Suelen darse en la segunda mitad de la noche. Se dan en la primera mitad de la noche.
Inicio entre los 3 y 6 años. Inicio entre los 4 y 12 años.
Suelen remitir a medida que el niño se hace mayor. Suelen desaparecer con el tiempo y normalmente no precisan tratamiento farmacológico.
Cada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que tienden a manifestarse de noche. Los padres deben animar al niño para que hable de sus problemas y preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudándolos a que se duerma.
En situaciones mas severas en el niño, por trastornos del estado del animo, enfermedad mental, neurológica, conductas desafiante, negativista, perturbadoras, agresivas y maltrato infantil consultar inmediatamente con un profesional.




domingo, 22 de noviembre de 2015

Marihuana: Efectos y Tratamiento

El cannabis es la sustancia ilegal más consumida en nuestro país, la que ha experimentado un crecimiento mayor en los últimos años y una de las sustancias psicoactivas más empleadas, después del alcohol. Los trastornos por abuso de drogas constituyen en la actualidad uno de los problemas de salud pública más importantes y tanto su consumo como los problemas derivados del mismo son un tema de atención y preocupación prioritario.
Muchas personas creen equivocadamente que la marihuana es una “droga segura” y que no es adictiva.

En promedio, los adultos que buscan tratamiento para algún trastorno relacionado con el uso de marihuana, han usado marihuana casi a diario por más de diez años y han intentado dejarla más de seis veces. Las personas con un trastorno por uso de marihuana, especialmente los adolescentes, usualmente sufren también de otros trastornos psiquiátricos (comorbilidad). Pueden tener un problema de abuso o adicción a otras sustancias, como a la cocaína o el alcohol.

Estudios de imágenes diagnósticas en personas adolescentes muestran que al compararlos con aquellos que no usan marihuana, los consumidores empedernidos de marihuana manifiestan una conectividad neural atrofiada en ciertas regiones específicas del cerebro involucradas en una amplia gama de funciones ejecutivas del cerebro como memorizar, aprender y el auto control. Los estudiantes que fuman marihuana tienen resultados académicos más bajos que los estudiantes que no fuman, y con una probabilidad más alta de desarrollar una dependencia a la droga más tarde en sus vidas, a usar otras drogas y a tratar de suicidarse, como consecuencias desfavorables en el trabajo, tales como un riesgo más alto de sufrir lesiones y accidentes. Fumar marihuana puede ocasionar hipotensión ortostática (vértigo o mareo al ponerse de pie), posiblemente aumentando el peligro de desmayarse o caerse.  También puede afectar la capacidad de defensa del sistema respiratorio, incrementando de esta forma la probabilidad de que la persona adquiera infecciones respiratorias, incluyendo neumonía, como el riesgo de que una persona sufra de un ataque al corazón durante la primera hora después de haber fumado marihuana es casi 5 veces más alto que el riesgo usual. Esta observación puede ser en parte explicada por el efecto que la marihuana tiene al aumentar la presión arterial (en algunos casos) y el ritmo cardíaco y al disminuir la capacidad de que la sangre pueda transportar oxígeno.  Algunos estudios han demostrado una conexión clara entre el uso de la marihuana durante la adolescencia y un incremento en el riesgo de desarrollar una forma agresiva de cáncer de testículo (tumor de células germinativas que no es seminomatoso) que predominantemente ataca a los muchachos jóvenes.

Varios estudios han encontrado una conexión entre el uso de marihuana y un riesgo más alto de enfermedades mentales, incluyendo psicosis (esquizofrenia), depresión, ansiedad, los pensamientos suicidas en adolescentes y los trastornos de personalidad. La cantidad de droga que se consume, la edad a la que se comenzó a usarla y la vulnerabilidad genética han sido todos identificados como factores influyentes en esta relación. La evidencia científica más sólida que hay hasta el momento concierne a la conexión que existe entre el uso de marihuana y los desórdenes psicóticos en aquellos con una predisposición genética u otra vulnerabilidad.

Tratamiento

El tratamiento de las dependencias supone contar con un diagnóstico, ya sea de abuso o de dependencia de sustancias.

El tratamiento más efectivo para la adicción a la marihuana es un enfoque integral que aborde no sólo los efectos físicos de la adicción a la marihuana sino también los efectos psicológicos. Proponer  un abordaje terapéutico que incluye orientación y terapia, tanto individual como de grupo, así como para su familia y el entorno más próximo. Una vez finalizada la fase de desintoxicación de marihuana, la terapia individual y de grupo se puede usar para ayudar al adicto a dejar de consumir marihuana con éxito. A los pacientes se les enseña a reconocer los factores de recaída como parte del tratamientos de adicción a la marihuana. Una vez que los factores de recaída han sido identificados, el adicto puede aprender estrategias efectivas de lidiar con ellos, como la detección de otras adicciones y trastornos psiquiátricos. Se recomienda acudir a un médico o un centro especializado en donde pueden proporcionarte algún tratamiento farmacológico para evitar los síntomas de la abstinencia física.

Tratamiento psicológico
  • Inicialmente, busca apoyar la mantención de la abstinencia a través de:
  • Ayudar al paciente a centrarse en lograr y mantener su abstinencia.
  • Entrenar en estrategias de enfrentamiento de situaciones de alto riesgo.
  • Cambio de actividades reforzadoras o placenteras.
  • Favorecer el manejo de emociones negativas.
  • Mejorar relaciones interpersonales y su red de apoyo social.
  • Prevenir recaídas.
Terapia cognitiva-conductual: Psicoterapia que le enseña a las personas estrategias para identificar y corregir comportamientos problemáticos con el fin de mejorar el control personal, parar el uso de la droga y corregir otros problemas que usualmente ocurren a la vez con estos. En las sesiones se  ayuda a resolver sus sentimientos sobre el cambio, identificar objetivos a corto plazo y escuchar/seguir indicaciones, a la persona se le enseña a modificar pensamientos y a practicar métodos de mejora y regresar para las revisiones de su progreso. Aprenden a prepararse para dejar la marihuana, lidiando con las ansias de drogas y cómo evitar los desencadenantes ante el riesgo de recaídas. También técnicas de manejo de contingencias y terapia de estímulo de la motivación, utilizando también técnicas que se utilizan para eliminar dependencias a otras sustancias y el tabaco. En el caso del abuso de sustancias, la aplicación de estrategias de "intervención mínima", como educación sobre reducción o suspensión del consumo, técnicas de autocontrol y apoyo familiar pueden ser suficientes para lograr una mejoría. También ejercicios de respiración profunda, técnicas de relajación y motivación positiva se encuentran entre los enfoques para superar la adicción a la marihuana.

Los pacientes deben ser entrenados en desarrollar respuestas de manejo de situaciones de alto riesgo, autoconocimiento y cambio a un estilo de vida sin drogas, hechos centrales para este proceso. Deben entrenarse también en conocer las consecuencias de una recaída al violar la abstinencia, ya que ésta genera culpa, la que los lleva a seguir usando la sustancia para olvidar. Debido a esto, los pacientes deben ser preparados para afrontar estas situaciones, para decidir adecuadamente qué hacer en el momento preciso. También es importante reconocer el camino que lleva a una recaída y como practicar técnicas alternativas que ayuden a evitarla.

Tratamiento  Farmacológico

En el caso de la marihuana, no se ha demostrado que un tratamiento farmacológico específico que mejore un síndrome de privación severo o prolongue la abstinencia. Sin embargo, puede resultar importante tratar adecuadamente trastornos psiquiátricos subyacentes o las complicaciones del uso de esta droga. El uso de fármaco debe ser supervisado, siendo útil para el síndrome de privación, o reducir el craving, o urgencia por usar drogas.  
  • Para la abstinencia normalmente no requiere tratamiento.
  • Benzodiacepinas (poco tiempo) para cuadros de crisis de ansiedad, agitación o despersonalización.
  • Antidepresivos (por su efecto ansiolítico y para el humor depresivo). Los síntomas depresivos suelen desaparecen espontáneamente con la abstinencia.
  • En ocasiones antipsicóticos, si se presentan cuadros psicóticos y para cubrir posibles problemas.
El tratamiento de recuperación para quienes han sido adictos a la marihuana puede incluir un programa de 12 pasos o una recomendación para entrar en una casa de vida sobria. Cualquier problema psiquiátrica debe ser controlada, y los medicamentos o la terapia apropiada debe ser empleada para evitar una recaída.

Los centros de rehabilitación de drogas que ofrecen programas para el abuso de drogas son capaces de proporcionar ayuda y apoyo a los adictos a la marihuana. Estos centros pueden ayudar al adicto a pasar con facilidad los síntomas.

Conclusión

Actualmente, la marihuana es ampliamente consumida y causa serios problemas en una minoría de quienes la usan. Sin embargo, dado el gran número de personas que consumen cannabis, ésta minoría relativa se convierte en una población sustancial de consumidores en problemas. Ante esta realidad, los clínicos necesitan herramientas con las cuales tratar los trastornos por el consumo. Existen varias psicoterapias que han probado su efectividad para el tratamiento de los trastornos relacionados al consumo de la marihuana. Del otro lado, ninguna medicación ha sido reportada como efectiva en el tratamiento de éste mal. Sin embargo los hallazgos recientes sobre cómo funciona el sistema de canabinoides muestran ser prometedores para el desarrollo de medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia, bloqueen los efectos de intoxicación aguda (como la euforia) de la marihuana y prevengan las recaídas.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El Desenamoramiento

Hay algunos colegas que afirman rotundamente que el desenamoramiento comienza en un periodo que se puede extender entre los seis meses o los dos años después de iniciada la relación. Esto no indica que las personas no se amen sino que pasan a otro estadío de la vida en pareja. No obstante, esta no es una teoría aceptada por todos.
Más allá del momento en que se produce el desenamoramiento, hay muchas personas que se preguntan cómo detectarlo. En este sentido podría afirmarse que cuando comienzan a aparecer conflictos, problemas sexuales o las manifestaciones amorosas comienzan a hacerse menos usuales, éste es un indicador de que “las cosas ya no andan bien”.

Reconocer cuando se termina el amor es un tema importante en una relación de pareja, pero en muchas ocasiones nosotros mismos nos negamos a reconocer que hemos dejado de querer a la otra persona e incluso podemos negar las manifestaciones evidentes del desenamoramiento. El hecho de que no aceptemos normalmente la pérdida del amor y la crisis de pareja puede deberse a razones que no hacemos conscientes,  si bien en la mayoría de los casos el amor se extingue por causas que conocemos muy bien, que son racionales y que se encuentran perfectamente definidas y en los casos extremos, estas razones conllevan a la separación.

El fin del amor puede depender de una convivencia monótona y aburrida, de expectativas no confirmadas, de que el tiempo es insuficiente para compartir con el otro y brindarse placer mutuamente, de las ofensas de la pareja o de personas cercanas a la misma, de que se evidenció un flechazo amoroso hacia otra persona, la existencia del maltrato físico o psicológico, la desconfianza e infidelidad, el abuso de sustancias adictivas, las enfermedades biológicas o psicológicas, los caracteres inestables o la inmadurez de la personalidad. Cuando estas razones se hacen permanentes en el tiempo, indiscutiblemente, conllevan a la pérdida del romanticismo y al rompimiento de los lazos amorosos que unen a la pareja, dando paso a las expresiones voluntarias o involuntarias de desenamoramiento.

Los síntomas más comunes del desenamoramiento:
  • Pérdida de la alegría que significaba la llegada de la pareja.
  • Disminución de las fantasías placenteras con la pareja y, la aparición de escenas agradables con terceras personas.
  • Ausencia de actos de cariño, elogios, regalos.
  • Desatención de las necesidades espirituales, sexuales, económicas, domésticas o físicas de la otra persona.
  • Evitación del contacto corporal con la pareja.
  • Intercambio de los recuerdos agradables de la pareja por experiencias negativas.
  • Desgaste de la comunicación, pudiendo aparecer recriminaciones, ofensas, conflictos.
  • Valoración negativa de las cualidades físicas y psicológicas del amante.
  • Intolerancia ante los errores irrelevantes de la pareja.
  • Evitación del tiempo para compartir con la pareja.
  • Rechazo sexual que se expresa en la falta de iniciativa o cooperación, reducción del deseo erótico, llegando incluso a la disfunción eréctil o a la anorgasmia.
  • Las manifestaciones de amor son remplazadas por expresiones de aburrimiento, ansiedad, depresión, indiferencia o tristeza.
  • Omisión del atractivo personal para agradar al otro.
  • Infidelidad fantaseada o actuada.
Por supuesto, no siempre la ausencia de expresiones de cariño indica que falta el amor, pues en algunos casos, el estrés, la tristeza patológica, la existencia de alguna afectación emocional o la presencia de algún evento particular conducen a la omisión de los gestos de cariño sin que esto signifique necesariamente que está iniciando el proceso de desenamoramiento.

El desenamoramiento es un proceso que no siempre transcurre de manera lineal pero es importante conocer sus síntomas a tiempo en aras de revertir el proceso o no hacerlo más doloroso para ambos miembros de la pareja.

En muchas ocasiones el desenamoramiento viene en dosis lentas. Esto significa que el amor se va apagando de a poco y en su lugar se instaura el cariño. En estos casos, es muy difícil romper una relación porque no se experimentan sentimientos negativos hacia la otra persona sino que simplemente perdimos la pasión. “el amor no es solo pasión sino también compromiso para con el otro”.

Las relaciones humanas son muy complicadas. En muchas ocasiones decidimos romper una relación de pareja por motivos prácticos y no por desamor o en otras ocasiones porque estamos confundidos. En ocasiones la inteligencia no está en solucionar un problema sino en saber abandonar a tiempo antes de hacernos más daño, lo más importante es la sinceridad.

El amor no está exento de dudas. No obstante, es importante que la otra persona sea capaz de respetar nuestra individualidad. Eso significa que no debemos plegarnos a los deseos del otro si no son los nuestros. El amor se trata de llegar a un punto medio que satisfaga a ambos.

Es importante deslindar el "amor pasional" del "amor maduro". Es decir, muchas personas desean que el amor de los primeros tiempos se mantenga para toda la vida pero desgraciadamente, este primer periodo pasa con el tiempo y va dejando paso a un sentimiento de amor más sosegado. Precisamente, este "amor sosegado" se caracteriza por el cariño, el respeto mutuo, la responsabilidad y por supuesto, la atracción sexual.

Son muchos los casos de parejas que, aunque ya no sienten más la pasión y el amor de una vez, les une el cariño y las experiencias compartidas. Algunos deciden mantener la relación de por vida y otros simplemente necesitan buscar nuevas emociones. La decisión dependerá de cada persona. No obstante, si lo que se ha apagado entre ustedes es la pasión y el deseo sexual, existen muchísimas formas de reavivarlo, sobre todo si ambos ponen de su parte.

No se puede afirmar rotundamente que después del desenamoramiento no hay una segunda oportunidad. Eso sí, siempre que ambos hayan aprendido de sus errores y enfrenten la relación desde una perspectiva diversa. Es importante no dejarse engañar por mitos irreales pero a la misma vez es esencial no renunciar al placer de ser feliz.

Autora Jennifer Delgado Suárez  (Rincón de la Psicología)

                           “el amor hace pasar el tiempo y el tiempo hace pasar al amor”

Nota: Las relaciones de pareja son complejas y cambiantes, por lo que muchas veces pueden entrar en crisis. Las grandes relaciones no se construyen evitando los conflictos, sino enfrentando los problemas de manera correcta, esto lleva al crecimiento y madurez de las personas y la relación.



martes, 10 de noviembre de 2015

Consecuencias Psicológicas de las Desapariciones Forzadas

La desaparición forzada es un crimen atroz que subsiste a nivel mundial y que priva de la libertad de una o varias personas mediante cualquier forma (aprehensión, detención o secuestro), seguida del ocultamiento, o la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de dar cualquier información sobre la suerte o el paradero de esa persona, privándola así de los recursos y las garantías legales. Constituye una violación de los derechos humanos cuando los hechos son cometidos por el Estado a través de sus agentes o a través de personas o grupos que actúen con su autorización o apoyo. Se considera un crimen de lesa humanidad cuando los hechos son cometidos de forma generalizada o sistemática.
Existe literatura referente a las consecuencias psicológicas que se generan en los familiares de personas que han sido objeto de desapariciones forzadas.

Cuando una familia pierde un miembro, ya sea por muerte natural, enfermedad, accidente vial, muerte violenta, etc. los familiares entran en un proceso natural de duelo, en el cual el doliente pasa por una serie de etapas entre las que pueden estar el estado de shock, la negación, la ira o el enojo, el pacto, la depresión y finalmente la aceptación, este proceso lleva a los familiares a superar y asimilar finalmente la pérdida del ser amado. 

Sin embargo en el fenómeno de desaparición forzada, como es el caso del denominado “levantón”, la situación es diferente, en estos casos los familiares sufren un proceso de duelo interrumpido o un dolor suspendido.

Como pérdida o separación súbita e inesperada de un ser querido, la reacción ante la desaparición forzada suele definirse como duelo, proceso en el cual los familiares no solo enfrentan una serie de etapas, como lo haríamos ante una muerte natural, sino que además la impunidad, el terror, el miedo, la mentira, la incertidumbre, el silencio, el olvido, el ocultamiento, la tortura y la violación de todo derecho humano, que rondan la desaparición y posible muerte de la víctima, dificultan su recuperación. Ya no es solo una perdida repentina, una agonía dolorosa ó una muerte traumática, es la soledad angustiosa, el espacio clandestino, la detención injusta, ilegitima, ilegal, el encubrimiento del victimario, la transgresión del derecho y la furtividad del hecho.

La soledad, la ira, la culpa, la incertidumbre, la desesperanza, el resentimiento, el sentirse perseguidos, dejan secuelas graves a nivel psicológico. Como producto de lo anterior la familia, base de la sociedad, se desestabiliza, se desmembrana, se desorienta, y entonces el único apoyo real y firme con el que contaban se pierde.

El tiempo se estanca y las posibilidades de superación del trauma son mínimas en razón de no lograr ni si quiera realizar los rituales establecidos para el duelo por el contexto cultural propio, que encausan en dolor y permiten asumir la pérdida.

Por otra parte, Díaz, plantea que la figura del “desaparacedor”, “este es un ser caprichoso que tiene el saber sobre el destino del desaparecido, lo que deja a los dolientes a su voluntad y sumidos en la impotencia y el desvalimiento de enfrentarse a otro sin límites”.

Díaz plantea que una desaparición forzada conlleva a un estado de angustia como reacción de peligro de la pérdida del ser amado, que lleva a los familiares a una situación de desamparo físico y psíquico. El sujeto confrontado con la desaparición forzosa de alguien a quien ama queda sometido radicalmente al “desaparecedor”. La angustia lo sume en una situación de desvalimiento afianzada en la falta de un saber sobre el destino del ser amado.

“la indagación yerma y la búsqueda infructuosa lleva a una alteración de nuestra cotidianidad a nivel físico, emocional, afectivo, espiritual y social: se altera el sueño, se pierde el apetito y como consecuencia se pierde peso, hay fatiga, tensión, nerviosismo, aumento en la morbilidad, llanto, sensación de cansancio, ansiedad, depresión tristeza, ira, culpa, confusión, desesperanza, apatía, sensación de incomprensión, aislamiento y hasta cambio de amigos, trabajo y de rol, la vida pierde sentido, se reniega de Dios, se debilita la fe”.

Este proceso trasciende el concepto de duelo, pues lo único en lo que se relacionan la muerte y la desaparición son el dolor, pero en la desaparición no hay un cuerpo, no hay un nombre, no hay una tumba, no hubo misa ni funeral, no hay certidumbre.

Sin un cuerpo para enterrar no se marca la línea que separa a los vivos de los muertos. La incertidumbre ante la muerte parece detener el tiempo y congelar el espacio.

El daño producido por  la desaparición forzada no se limita exclusivamente a la víctima, sino que se extiende también a su familia, e inclusive a la sociedad entera. El insondable daño psicosocial se da a partir del grado de poder que normalmente tiene el victimario, lo que produce en los individuos uno profundos sentimientos de impotencia, miedo, indefensión y culpa ante la posibilidad casi inexistente de encontrar a su familiar, o peor aún, de ser víctimas directas también.

Ante la negación de la práctica, los altos niveles de impunidad y la estigmatización de las víctimas se produce una escalada de pérdida de confianza en las instituciones y el Estado mismo, así como la eliminación de valores básicos para la convivencia. Se evidencia una violencia estructural y cultural fuertemente enraizada que lleva a que paulatinamente a la falta de acción social frente a la violación de los derechos humanos, así como la asimilación de las acciones físicas violentas como válidas.

En la desaparición forzada no hay huellas, ni cuerpo, ni explicación legítima sobre lo sucedido. Lo anterior se traduce en agudos cuadros depresivos y desestructuración emocional, sentimientos de angustia y desesperanza. En negación y en rechazo consciente de esta posibilidad.

En un duelo normal la pérdida tiene una temporalidad, es momentánea, mientras que en la desaparición forzada se convierte en permanente donde se cronifica la rabia, el dolor, el sufrimiento, el odio, mostrando alteraciones de los proyectos vitales y daños a la integridad  de los familiares. La desaparición forzada se contextualiza entonces no sólo en un castigo para la víctima, sino para toda su familia.

La salud de las personas víctimas de desaparición forzada, pero especialmente sus familiares presentan afectaciones visibles en su salud, tanto en trastornos psicosomáticos (síntomas físicos incrementados o evidenciados por la afectación psicológica), como en trastornos mentales, o ambos.  Esto se agrava si además los familiares tienen que padecer nuevos hostigamientos.

La desaparición forzada se ve atravesada por una sensación de ansia permanente como resultado de saber colindante la posibilidad de pérdida definitiva del familiar o ser querido, lo que conlleva una permanente circunstancia de abandono psíquico y físico, en medio de un desamparo adjunto del conocer o  no  la suerte  sobre el lugar y  final de su familiar, así que también depende del agresor, lo que lo hace mayormente vulnerable, pues por quien siente mayor irá es quien sabe la verdad de lo que  sucedió.

El daño trasciende el concepto de elaboración de duelo, quebranta al ser humano, elimina la ilusión y afecta notoriamente el proyecto de vida. (Compilador).

*El Congreso de la Unión, debería avalar una ley en materia de desapariciones forzadas, que contemple la responsabilidad a causa de la acción de funcionarios públicos o privados, que cuenten con la complacencia del Estado. También planteó la necesidad de desarrollar un Programa Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Planteó que el país no cuenta con políticas públicas integrales para prevenir, investigar, sancionar y reparar el daño a las víctimas de desapariciones forzadas. Asimismo, dijo, hace falta coordinación entre los distintos órdenes de gobierno y las áreas de procuración de justicia, las cuales tienen carencias en materia de capacitación para atender casos de desapariciones forzadas en los que se mezclan la participación del crimen organizado, la corrupción y la actuación inadecuada de las fuerzas de seguridad. Fuente*:(https://guerrero.quadratin.com.mx/Debilidad-del-Estado-las-desapariciones-forzadas-ONU/).