viernes, 11 de octubre de 2019

Técnicas para la Liberación de la Emoción

Aunque existen muchas técnicas para liberar las emociones igualmente efectivas, elegimos explicar éstas porque nos parecen de las más sencillas de utilizar y aprender. Se pueden utilizar para soltar las emociones que estés sintiendo en el momento o para eliminar cualquier dolor y malestar físico o mental que experimentes.
El tapping
La técnica es una simplificación de la empleada en EFT (Emocional Freedom Techniques) manteniendo su efectividad y consta de los siguientes pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Comienza a dar toques con tus dedos índice y pulgar, como en la imagen, mientras te dices: “aunque tengo este malestar, permito que se vaya”.
4. Respira hondo.
5. Vuelve a puntuar el malestar.
6. Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.

Las preguntas
Esta técnica es original del Método Sedona y se compone de los siguientes pasos:
1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Intento contestar “sí o no” a las siguientes preguntas lo más rápido posible. Da igual si mi respuesta es un “sí” o un “no”. Lo que pretendo con esto es distraer a la mente para que no bloquee la liberación:
a. ¿Puedo dejar que se vaya esta molestia?
b. ¿Quiero que se vaya esta molestia?
c. .¿Ahora?

4. Respira hondo.
5. Vuelve a puntuar el malestar.
6. Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.
Si tienes la impresión de que la molestia no disminuye, antes de hacer las preguntas aprieta firmemente la mano en un puño y al expirar mira tu mano mientras la abres. De este modo reforzarás el efecto de distracción de tu mente.

La visualización

En PNL definen como “submodalidad” cada una de las cualidades que diferenciamos en lo detectado por los diferentes canales de percepción, que referidas al canal visual tendríamos: el color, el brillo, el tamaño, el movimiento, ángulo de visión, forma, etc.; para el canal auditivo: tempo, tono, volumen, ritmo, timbre, origen, etc. y para el kinestésico (tacto, olfato, gusto): la presión, localización, extensión, temperatura, movimiento, etc. Al modificar estas submodalidades estamos forzando que el subconsciente genere un cambio interno en lo que percibimos, acorde a lo que imaginamos. Por ejemplo: si libero “la aguja que me causa el pinchazo” el dolor debe desaparecer.

Pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Imagina el objeto, o ser, que te causa el síntoma físico o la emoción. Puede ser cualquier cosa, desde un nudo hasta un camión de bomberos, deja libre tu imaginación. Cuando lo tengas claro cógelo con las manos y te dices: "me permito quitar esto de mi cuerpo"; y  lánzalo lejos.
4. Respira hondo.
5. Vuelve a puntuar el malestar.
6. Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.
Para que funcione esta técnica tienes que sentir que el “objeto” o “ser” es real y que responde a tus movimientos. Si no te lo “crees” es que no estás contactando bien con la emoción o tienes resistencias a liberar. En ese caso intenta centrarte más o probar con otra técnica.

La respiración completa 

El cuerpo posee un sistema innato de liberación de la tensión que no es otro que la respiración. El problema estriba en que hemos aprendido a controlar la respiración, de modo que la bloqueamos para no sentir con toda intensidad las emociones. Esto lo podemos observar en los niños que endurecen la "barriga" y contienen la respiración para no tener miedo. Por tanto, para saltar esa "programación" no deseable hay que realizar conscientemente el proceso de respirar para logra que se active la respuesta natural de relajación.

Pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Inspira empezando por el abdomen y acabando por el pecho de modo que llegues a un punto en el que sientas la necesidad de espirar. De este modo provocas la primera respuesta automática de relajación del cuerpo.
4. Vacía totalmente los pulmones encogiendo el abdomen y el pecho, hasta que llegue la necesidad de inspirar, disparando la segunda respuesta de relajación.
5. Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces y puntúa.
6. Repite los pasos 3, 4 y 5 hasta que desaparezca.

Tensar y soltar
Otra forma de soltar el malestar físico-emocional es emplear la musculatura de tu cuerpo, de modo similar al ejercicio físico o la relajación Jacobson. En nuestro caso la técnica se basa en tensar todo lo que se pueda los músculos de la zona en la que encuentras las sensaciones desagradables para cansarlos y que finalmente, al no tener más energía, se relajen. Es importante ir soltando el aire de los pulmones mientras mantienes la tensión con el objetivo de agotarlos antes.

Pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Tensa los músculos de la zona en la que encuentras las sensaciones desagradables y, desde ese punto, continúa aumentando la tensión de todo el cuerpo, mientras sueltas el aire, hasta que no puedas más (empleando el sentido común guiño).
4. Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces haciéndote consciente de los cambios y puntúa.
5. Repite los pasos 3 y 4 hasta que desaparezca el malestar.

El teatro como liberación 

El teatro para Aristóteles era un medio de provocar una catarsis en los espectadores a través de su identificación con los personajes, que expresaban emociones intensas para lograr ese objetivo.
Nuestras vidas son parecidas a un teatro en el que desempeñamos el papel que nuestras familias y la sociedad nos han encomendado, generalmente dramatizando nuestras vivencias arrastradas por las indicaciones de un director de escena invisible.
Aprovechando esta metáfora, introducimos cuatro métodos de liberación extraídos de la técnica teatral: el movimiento, la risa, el grito y el llanto.

Temblar
Otra forma de soltar el malestar físico-emocional es permitir los movimientos que quiere realizar la musculatura de tu cuerpo. El temblor es el método que tiene el cuerpo de liberar la tensión muscular profunda, pero no se lo permitimos por la educación que nos han dado.

Pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Capta la sensación de movimiento y exagérala si hace falta en un primer momento. Luego, déjate llevar hasta que tu cuerpo pare. Si los movimientos de las piernas son fuertes prueba a hacerlo tumbado.
4. Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces haciéndote consciente de los cambios y puntúa.
5. Repite los pasos 3 y 4 hasta que desaparezca el malestar.

Reír
Reír es un acto psicofísico que involucra gran cantidad de músculos y una respiración profunda. En el fondo es el mismo sistema de relajación que la técnica de tensar y soltar, pero con la ventaja de tener asociada una emoción positiva a la risa, lo que facilita el dejarse llevar.
Pasos:
1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Comienza a reír a carcajadas forzándolo al principio. Luego, déjate llevar hasta que tu cuerpo pare.
4. Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces haciéndote consciente de los cambios y puntúa.
5. Repite los pasos 3 y 4 hasta que desaparezca el malestar.

Gritar
Gritar es la expresión humana asociada a la rabia y no está muy bien vista. La necesidad de gritar indica una carga emocional fuerte que si no es liberada explotará sin avisar. Para hacerlo controladamente no necesitas más que un cojín o trapo para mitigar el sonido, hinchar bien los pulmones, buscar una buena posición de la garganta para no forzarla y dejarse llevar hasta quedar sin aliento.

Pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Relaja la garganta. Toma aire y grita vaciando completamente los pulmones.
4. Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces haciéndote consciente de los cambios y puntúa.
5. Repite los pasos 3 y 4 hasta que desaparezca el malestar.

Llorar
La emoción de la pena o tristeza se exterioriza con el llanto. Las lágrimas son el primer paso pero el lloro permite una liberación mucho más profunda. Podemos emplear este sistema natural del cuerpo para vaciar las emociones de pesar que nos embargan.

Pasos:

1. Lleva la atención de tu mente a un punto concreto de tu cuerpo donde percibes tensión. Esta tensión puede ser tanto emocional o muscular.
2. Hazte muy consciente de todas las características del malestar y puntúa su intensidad. 0, no te molesta. 10, lo máximo que puedes aguantar.
3. Llena bien los pulmones y exagera el llanto hasta quedar sin aliento.
4. Permite que el cuerpo inspire con libertad 3 o 4 veces haciéndote consciente de los cambios y puntúa.
5. Repite los pasos 3 y 4 hasta que desaparezca el malestar.

El escenario mágico
El objetivo de la técnica es desbloquear los procesos de pensamiento negativo del cerebro. Estos procesos suele darse después de experimentar vivencias con fuerte carga emocional, que mantienen al cerebro buscando soluciones al problema dentro de unos límites de pensamiento que se lo impiden.
Imaginar cómo solucionar el problema como si dispusiésemos de poderes mágicos facilita que el cerebro subconsciente explore nuevas "soluciones" y relaje poco a poco su estado de estrés gracias a los breves estados de ilusión que se dan cada vez que "la magia funciona".

Pasos:

1. Imagina que eres un/a mago/a o dios/a.
2. Visualiza o recuerda la situación de conflicto como si la estuvieses contemplando en una pantalla de cine.
3. Para la película y entra en ella con los personajes congelados en el tiempo.
4. Arregla mágicamente todos los detalles del problema (sí todo tiene solución, eres un/a mago/a o dios/a). No te preocupes por lo que se te ocurra, porque repetirás el proceso varias veces y las soluciones irán cambiando.
5. Respira profundamente, sal de la película y observa como fluye la película con los cambios.
6. Repite los pasos 2 al 6, exagerando la situación un poco más cada vez, hasta que sientas que no es un problema.


Fuente: www.libertademocional.es/index.php/tecnicas-de-libertad-emocional/tecnicas-para-la-liberacion-de-la-emocion

miércoles, 9 de octubre de 2019

Arritmia Cardíaca

Diagnóstico

Para diagnosticar una arritmia cardíaca, tu médico revisará los síntomas que presentas y tus antecedentes médicos, y llevará a cabo un examen físico. El médico puede realizar un análisis o preguntarte acerca de las enfermedades que pueden provocarte la arritmia, tales como enfermedad cardíaca o un problema en la glándula tiroides. 
También puede realizar unas pruebas de monitoreo cardíaco que son específicas para detectar las arritmias. Estas pueden incluir:
  1. Electrocardiograma (ECG): durante un ECG, los sensores (electrodos) que pueden detectar la actividad eléctrica del corazón se encuentran pegados a tu pecho y, algunas veces, a tus extremidades. Un ECG mide el tiempo y la duración de cada fase eléctrica en los latidos cardíacos.
  2. Monitor Holter: este dispositivo de ECG portátil puede ser utilizado durante un día o más para registrar la actividad del corazón mientras llevas a cabo tu rutina diaria.
  3. Monitor de eventos: Para las arritmias esporádicas, debes mantener este dispositivo de ECG portátil encendido y pegado a tu cuerpo, y presionar un botón cuando experimentas los síntomas. Este dispositivo le permite a tu médico controlar tu ritmo cardíaco al momento de los síntomas.
  4. Ecocardiograma: en esta prueba no invasiva, un dispositivo portátil (transductor) ubicado en tu pecho utiliza ondas sonoras para producir imágenes sobre el tamaño, la estructura y el movimiento del corazón.
  5. Registrador de bucle implantable: este dispositivo detecta los ritmos cardíacos anormales y se implanta debajo de la piel en la zona del pecho.
Si tu médico no detecta ninguna arritmia durante la realización de estas pruebas, puede tratar de provocarte la arritmia con otras pruebas, las cuales pueden incluir:
  • Prueba de esfuerzo: algunas arritmias son provocadas o empeoran con la realización de ejercicios. Durante la prueba de esfuerzo, se te pedirá que hagas ejercicios en una cinta o en una bicicleta fija mientras se monitorea la actividad cardíaca. Si los doctores te evalúan para determinar si una enfermedad de las arterias coronarias puede ser la que provoca la arritmia y tienes dificultades para realizar ejercicio, tu médico puede administrarte un medicamento para estimular el corazón de manera similar a la estimulación que recibe por el ejercicio.
  • Prueba de la mesa inclinada: tu médico te puede recomendar esta prueba si has experimentado episodios de desmayo. La frecuencia cardíaca y la presión arterial se monitorean mientras te encuentras acostado sobre una mesa. Luego, se inclina la mesa como si estuvieras parado. Los médicos observan cómo el corazón y el sistema nervioso que lo controla responden al cambio de ángulo.
  • Mapeo y análisis electrofisiológico: en esta prueba, los médicos hacen pasar unos tubos flexibles y delgados (catéteres) con electrodos en las puntas a través de los vasos sanguíneos hasta que lleguen a varias áreas del corazón. Una vez que se encuentran en el lugar, los electrodos pueden realizar un mapeo de la propagación de los impulsos eléctricos en el corazón.
Además, tu cardiólogo puede utilizar los electrodos para estimular el corazón y hacer que lata a frecuencias que pueden provocar, o detener, una arritmia. Esto le permite a tu médico observar la ubicación de la arritmia y qué es lo que puede causarla.

Tratamiento

Si padeces de arritmia, puede que sea necesario llevar a cabo un tratamiento. Generalmente, se solicita tratamiento solamente si la arritmia provoca síntomas importantes o si genera riesgos de padecer una arritmia más grave o una complicación de la arritmia.

Tratar los latidos cardíacos lentos

Si los latidos cardíacos lentos (bradicardias) no tienen una causa que pueda ser corregida, los médicos generalmente los tratan con un marcapasos, ya que no existen medicamentos que puedan acelerar el corazón de manera segura.

Un marcapasos es un dispositivo pequeño que a menudo se implanta cerca de la clavícula. Uno o más cables con electrodos en las puntas se extienden desde el marcapasos a través de los vasos sanguíneos hasta la parte interna del corazón. Si tu frecuencia cardíaca es demasiado lenta o se detiene, el marcapasos envía impulsos eléctricos que estimulan al corazón para que lata a una frecuencia estable.

Tratar los latidos cardíacos acelerados

Para los latidos cardíacos acelerados (taquicardias), los tratamientos pueden incluir uno o más de los siguientes tratamientos:
  • Maniobras vagales: puedes frenar una arritmia que comienza arriba de la mitad inferior del corazón (taquicardia supraventricular) mediante la utilización de maniobras particulares que incluyen mantener la respiración y presionar, sumergir la cara en agua helada o toser. Estas maniobras afectan al sistema nervioso que controla los latidos cardíacos (nervios vagos) lo que, a menudo, hace que la velocidad de la frecuencia cardíaca disminuya. Sin embargo, las maniobras vagales no funcionan para todos los tipos de arritmia.
  • Medicamentos: para muchos tipos de taquicardia, se te debe recetar un medicamento para controlar la frecuencia cardíaca o para que se restablezca el ritmo cardíaco normal. Es muy importante ingerir cualquier medicamento antiarrítmico exactamente como te lo indicó tu médico para minimizar las complicaciones.
  • Si padeces de fibrilación auricular, tu médico puede recetarte medicamentos anticoagulantes para ayudarte a evitar la formación de peligrosos coágulos de sangre.
  • Cardioversión: si padeces de un cierto tipo de arritmia como fibrilación auricular, tu médico puede utilizar cardioversión, la cual se puede realizar como un procedimiento o por medio de la administración de medicamentos.
En el procedimiento, se administra una descarga eléctrica al corazón por medio de paletas o parches que se aplican en el pecho. La corriente afecta los impulsos eléctricos en el corazón y puede restablecer el ritmo cardíaco normal.
  • Ablación con catéter: en este procedimiento, tu médico hace pasar uno o más catéteres por los vasos sanguíneos hasta llegar al corazón. Los electrodos ubicados en las puntas del catéter puede utilizar calor, frío extremo o energía de radiofrecuencia para cortar (extirpar) un área pequeña de tejido cardíaco y crear un bloqueo eléctrico a lo largo de la vía que provoca la arritmia.
Dispositivos implantables. Marcapasos, desfibrilador

El tratamiento de las arritmias cardíacas también puede incluir el uso de un dispositivo implantable:
  • Marcapasos: un marcapasos es un dispositivo implantable que ayuda a controlar los ritmos cardíacos anormales. Por medio de un procedimiento quirúrgico menor, se coloca un dispositivo pequeño debajo de la piel, cerca de la clavícula. Un cable aislado se extiende desde el dispositivo hasta el corazón, donde se sujeta de manera permanente. Si el marcapasos detecta una frecuencia cardíaca anormal, comienza a emitir impulsos eléctricos que estimulan el corazón para que lata a una frecuencia normal.
  • Desfibrilador cardioversor implantable (DCI): tu médico puede recomendarte este dispositivo si tienes un alto riesgo de desarrollar latidos cardíacos peligrosamente irregulares o acelerados en la mitad inferior del corazón (taquicardia ventricular o fibrilación ventricular). Tu médico también te puede recomendar un DCI si has sufrido un paro cardíaco repentino o si padeces de ciertas enfermedades cardíacas que aumenten el riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino.
Un DCI es una unidad alimentada por una batería que se implanta debajo de la piel, cerca de la clavícula (similar a un marcapasos). Uno o más cables con electrodos en las puntas van desde el DCI a través de las venas hasta el corazón. El DCI monitorea de manera constante tu ritmo cardíaco.
Si este dispositivo detecta un ritmo cardíaco anormal, comienza a enviar una descarga de energía alta o baja para restablecer el ritmo cardíaco normal. Un DCI no previene la presencia de ritmo cardíaco anormal pero sí lo trata en caso de que ocurra.

Tratamientos quirúrgicos

En algunos casos, la cirugía puede ser el tratamiento recomendado para las arritmias cardíacas:
Procedimiento de laberinto: en el procedimiento de laberinto, un cirujano realiza una serie de incisiones quirúrgicas en el tejido cardíaco en la mitad superior del corazón (aurículas) para crear un patrón o un laberinto de tejido de cicatriz. Debido a que este tejido de cicatriz no conduce la electricidad, lo que hace es intervenir los impulsos eléctricos aislados que causan algunos tipos de arritmia.

El procedimiento es efectivo pero, como requiere de una cirugía, generalmente se reserva para personas que no responden a otros tratamientos o para aquellos se someten a cirugías de corazón por otros motivos.

Cirugía de derivación coronaria: si padeces una enfermedad grave de las arterias coronarias además de arritmias, tu médico puede realizarte una cirugía de derivación coronaria. Este procedimiento puede mejorar el flujo sanguíneo hacia el corazón.

Tu médico te puede sugerir que, además de otros tratamientos, realices cambios en tu estilo de vida, los cuales harán que tu corazón se mantenga tan saludable como sea posible.
Estos cambios en el estilo de vida pueden incluir:
  1. Ingerir alimentos saludables para el corazón: sigue una dieta saludable, baja en sal y grasas sólidas y rica en frutas, vegetales y granos enteros.
  2. Hacer ejercicios regularmente: realiza ejercicios diariamente y aumenta tu actividad física.
  3. Dejar de fumar: si fumas y no puedes dejar de hacerlo por ti mismo, consulta con tu médico acerca de algunas estrategias o programas que te ayuden a dejar el hábito de fumar.
  4. Mantener un peso saludable: el sobrepeso incrementa el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca.
  5. Mantener la presión arterial y los niveles de colesterol bajo control: realiza cambios en tu estilo de vida e ingiere los medicamentos tal como te lo haya indicado el médico para corregir la presión arterial alta (hipertensión) o el colesterol alto.
  6. Beber alcohol con moderación: si bebes alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos sanos, esto significa que las mujeres de todas las edades y los hombres mayores de 65 años pueden beber hasta una copa por día, y los hombres de 65 años o menores pueden beber hasta dos copas por día.
  7. Continuar con atención médica de seguimiento: ingiere tus medicamentos tal como te lo indicó el médico y programa consultas de seguimiento con tu médico de manera periódica. Consulta con tu médico si los síntomas empeoran.
Medicina alternativa

Se encuentra en proceso una investigación acerca de la efectividad de varias formas de terapias médicas alternativas y complementarias para el tratamiento de la arritmia. Algunos tipos de terapias alternativas y complementarias pueden ser de gran ayuda para reducir el estrés, tales como:
  • Yoga
  • Meditación
  • Técnicas de relajación
Algunos estudios han demostrado que la acupuntura puede ayudar a reducir las frecuencias cardíacas irregulares en ciertas arritmias pero se requiere de mayor investigación. Aún no está claro el rol de los ácidos grasos omega 3, un nutriente que se encuentra principalmente en el pescado, en la prevención y el tratamiento de las arritmias. Sin embargo, parece que esta sustancia puede ser de gran ayuda en la prevención y el tratamiento de algunas arritmias.

Prepararse para la consulta

Si consideras que puedes padecer de una arritmia cardíaca, realiza una consulta con tu médico de cabecera. Si la arritmia se descubre a tiempo, el tratamiento puede ser más fácil y más efectivo. Sin embargo, puede suceder que en algún momento seas derivado a un médico capacitado en enfermedades cardíacas (cardiólogo).

Si la arritmia cardíaca persiste más de algunos minutos o se presenta acompañada de desmayos, falta de aire o dolor en el pecho, llama al 911 o a tu número de emergencias local o busca a alguien que te lleve a la sala de emergencias más cercana.

Debido a que las consultas son cortas y a menudo hay mucho para analizar, es bueno estar preparado para la consulta. A continuación, presentamos información para ayudarte a que te prepares para la consulta y para que sepas qué debes esperar de tu médico.

Lo que puedes hacer
  • Ten en cuenta las restricciones que debes cumplir antes de la consulta: a la hora de realizar una consulta, asegúrate de preguntar si hay algo que necesitas hacer previamente, como limitar tu dieta. Puede que necesites hacerlo si el médico ordena la realización de pruebas de sangre.
  • Anota todos los síntomas que experimentes, incluso los que no parezcan estar relacionados con la arritmia cardíaca.
  • Anota información personal importante, que incluye los antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, presión arterial alta o diabetes y todos los casos importantes de estrés y cambios recientes en tu vida.
  • Realiza una lista de todos los medicamentos, vitaminas y suplementos que ingieres.
  • Asiste con un miembro de la familia o un amigo, si es posible. Algunas veces, puede resultar difícil recordar toda la información que te brindan en una consulta. La persona que te acompaña puede recordar alguna información que te hayas olvidado o no hayas escuchado.
Escribe preguntas para hacerle a tu médico

El tiempo que tienes para hablar con tu médico es limitado. Por este motivo, elaborar una lista de preguntas te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo que tienes para estar con él. Enumera tus preguntas desde la más importante a la menos importante, en caso de que el tiempo se acabe. Para las arritmias cardíacas, algunas preguntas básicas para hacerle a tu médico son:
  1. ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  2. ¿Existen otras causas que provoquen estos síntomas?
  3. ¿Qué tipo de pruebas necesitaré? ¿Necesito hacer algo para prepararme para esas pruebas?
  4. ¿Cuál es el tratamiento más adecuado?
  5. ¿Debería evitar algún tipo de alimentos o bebidas? ¿Hay algo que debería agregar a mi dieta?
  6. ¿Cuál es un nivel adecuado de actividad física?
  7. ¿Con qué frecuencia tengo que realizarme un examen para detectar una enfermedad cardíaca u otras complicaciones de arritmia?
  8. Padezco de otras enfermedades de salud, ¿cuál es la mejor manera de controlar todas las enfermedades juntas?
  9. ¿Existe alguna alternativa genérica para el medicamento que me receta?
  10. ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme a casa? ¿Qué sitios web puedo visitar?
Qué esperar de tu médico

Probablemente, tu médico te hará algunas preguntas. Estar listo para responderlas te hará ahorrar tiempo y poder utilizarlo para tratar todos los puntos en los que quieras enfocarte. Tu médico puede preguntarte:
  1. ¿Cuándo fue la primera vez que experimentaste los síntomas?
  2. ¿Los síntomas fueron constantes o aparecían y desaparecían?
  3. ¿Qué tan graves son tus síntomas?
  4. ¿Existe algo que haga que los síntomas mejoren?
  5. ¿Qué hace que los síntomas empeoren, en caso de que exista algo?
  6. ¿Tienes antecedentes familiares de arritmia?
Fuente:Red/ para pacientes con AC

viernes, 27 de septiembre de 2019

Mujeres de 35 años para Arriba

El cumplir 35 años demuestra que ya no hay tiempo que perder, que ya se dieron cuenta que el: “y vivieron felices para siempre...” era un cuento y que la tortura de saber que no vives con un príncipe azul te vale un cuerno, pues ya aprendiste a amar con la cabeza y la complicidad de la experiencia.
A los 35 años tú decides con quien SÍ y con quien NO estar, se dan el lujo mandar al diablo con educación compromisos que no les importan y de ir a buscar en donde saben que esta, lo que sea que necesitan "lo que sea."

El desafío es rico: empiezan experiencias más intensas, comienza una clase de segunda adolescencia pues la irreverencia es un placer que nos podemos dar pero con sentido, mucho sentido.

A los 35 años suele aparecer un sentimiento inmenso y notable: la aceptación. Se conocen ya más que nadie, ya sabe quién es y nadie va a venir a contarle un cuento chino. Terminó la búsqueda donde no hay y, si aún no terminó, hay que decidirse a pagar un buen psicólogo clínico, que flojera seguirse azotando, pues ya sabes que no se trata de conformarse con quien se es, sino de aprender qué se quiere y cómo se lo quiere.

A los 35 aparece esa gloriosa e impune sensación de poder decirle a la gente lo primero que se te viene a la cabeza (guardando las formas, claro, para no andar ofendiendo por todos lados), pero tienes el poder de desahogar de tu alma lo que se te pegue en gana con audacia.

Tienes mil y una historias privadas que te causan sonrisas inesperadas que te hacen adquirir ese brillo que dan las travesuras cuando de niña, pero ahora con la sensualidad de una mujer en potencia.
A los 35:
  1. Sabes lo que eres y con experiencia lo que no eres.
  2. Sabes con certeza que color de labios te hace ver de 100 cuando quieres lograr algo.
  3. Tal vez no sabes TODO lo que quieres... pero con certeza sabes lo que No quieres ya.
  4. Se te ha desarrollado un potente radar para detectar a las personas ¨mal intencionadas¨...y con tranquilidad sabes que el qué dirán, son solo percepciones internas dañadas de los demás.
  5. Sabes con quien no te da la gana estar.
  6. Y sabes voltear sutilmente el mundo para "estar" con esas personas que te hacen el día.
  7. Aprendes a no esperar.
  8. Por lo tanto tienes menos expectativas y vives más ligera.
  9. Te amargas menos.
  10. Te disfrutas más.
  11. Sabes carcajearte de ti misma.
  12. Pierdes el miedo al ridículo y la música se siente más.
  13. Aprendes que la seguridad NADIE te la puede dar más que tú y te conviertes en tu mejor aliada.
  14. Sabes con certeza, que cuando te pones chillona no estas deprimida, tu regla está por llegar y te da risa descubrirte llorando en un comercial de croquetas.
  15. Te sientes hermosa, cuando te ves de re ojo en un cristal de alguna tienda.
  16. Te dan risa cosas que antes te causaban llanto.
  17. Empiezas a utilizar palabras que antes no sabías que existían.
  18. Los amigos empiezan a ser más amigos que antes y pagas lo que sea por una tarde de carcajadas de esas que te hacen doler el estómago.
  19. Los pesado-amigos quedan en evidencia y tienes la nobleza de alejarte sin daños.
  20. Las dietas dejan de ser una obsesión, pero buscas nutrirte mejor.
  21. No puedes creer que te hayas peinado como lo hiciste en tus 20´s.
  22. Tienes mil y una historias secretas por contar.
  23. Una buena conversación importa más que el sexo y en realidad la disfrutas con una buena copa de vino.
  24. Te importa más francamente tu cerebro que tu trasero.
  25. La pareja es más un cómplice que obligación.
  26. Los desayunos con amigas de corazón pasan a ser tu mejor terapia.
  27. Le empiezas a tener un cariño especial a tu celulitis pues sabes lo que significa.
  28. Por muchos factores aprendiste ya a valorar tu menstruación.
  29. Te cuesta acordarte de cosas que viviste con un ex por el que antes te cortabas las venas.
  30. Sabes defender la integridad de quien no se encuentra en la mesa... porque sea verdad o no no te gustaría que se hiciera lo mismo contigo.
  31. Tienes más tolerancia a la frustración, total mañana será otro día...
  32. Aprendes a alejarte de la gente negativa.
  33. Te vuelves menos demandante pero más puntual.
  34. Tienes la astucia de un zorro.
  35. Tus ojos aprenden a ver de una manera diferente a los niños y a los ancianos.
  36. Sabes que un beso bien dado provoca que se te cierren los ojos sin querer... Hasta un orgasmo.
  37. Te das cuenta que ninguna vida es perfecta y como sabes que todos tienen problemas, aprendes a preferir los tuyos.
  38. Tienes la sensibilidad de una niña de 19 pero con la experiencia y habilidad de una mujer madura.
  39. Aprendes a agradecer más y más seguido.
  40. Y a estar más viva que nunca pues si hay suerte, solo resta por vivir la mitad de lo que hemos vivido.
Así que, si has llegado hasta aquí, disfrútate, quiérete, alégrate y sobre todo agradécete por ser tu mejor compañera de viaje.



Fuente: Red

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Estrés Tóxico

Qué es el estrés tóxico y cómo afecta el desarrollo cerebral de algunos niños y su salud cuando son adultos
Hay tres tipos distintos de respuesta ante el estrés: positiva, tolerable y tóxica, según el efecto que esa reacción tiene sobre nuestro cuerpo.

Aprender a lidiar con las contrariedades de la vida forma parte de nuestro desarrollo, pero hay que tener precaución con las respuestas que se adoptan.
Algunas, si se dan durante la infancia de manera continuada, pueden tener consecuencias para toda la vida. El estrés es una respuesta fisiológica ante una situación de adversidad y cuando se produce desencadena cambios químicos en nuestro cuerpo que afectan a nuestro sistema inmunológico, endócrino y neurológico.

El Centro del desarrollo del niño de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, cita tres tipos distintos de respuesta ante el estrés: positiva, tolerable y tóxica, según el efecto que esa reacción tiene sobre nuestro cuerpo. Si bien las dos primeras forman parte del desarrollo normal del niño, la tercera es dañina.

¿Cuándo el estrés es tóxico?

La respuesta tóxica ante el estrés puede ocurrir cuando un niño experimenta una adversidad que es fuerte, frecuente y prolongada en el tiempo sin el apoyo adecuado de un adulto, como puede ser la negligencia, el abuso físico o emocional, la exposición a la violencia, a la adicción a las drogas y a problemas mentales o las cargas asumidas por la pobreza.

"Los adultos que sufrieron estrés tóxico en la infancia experimentan más enfermedades físicas."

Una madre con una profunda depresión que no puede cuidar de su bebé o unos padres alcohólicos o adictos a las drogas que no se ocupan de sus hijos pueden causar en el niño un estado permanente de estrés considerado tóxico, que puede tener repercusiones de por vida aunque quizás no se manifiesten hasta la edad adulta.

Cuanto más adversas son esas experiencias en la infancia, mayor es la probabilidad de tener retrasos en el desarrollo y problemas de salud más tarde, como cardiopatías, diabetes, abuso de drogas y depresión, además de pocas habilidades de adaptación. Ante el estrés, el cuerpo y el cerebro se ponen en situación de alerta: se produce adrenalina, aumentan las palpitaciones y se secretan más hormonas, como el cortisol. Cuando baja la alarma pasado un cierto tiempo, o en el caso de un niño después de que un adulto le consuele, la respuesta ante el estrés se atenúa y el cuerpo vuelve a su estado natural. Pero si ese consuelo no llega, esa respuesta se mantiene constantemente activa, incluso cuando ya no existe un peligro aparente.

"En las personas que sufrieron estrés tóxico en la infancia las áreas del cerebro dedicadas al aprendizaje y al razonamiento tienen conexiones neuronales más débiles y escasas."

Menos conexiones neuronales

Este tipo de respuesta prolongada al estrés se considera tóxica porque puede "sobresaturar" el cerebro del niño e interrumpir el desarrollo de su arquitectura, particularmente durante los períodos más sensibles del desarrollo temprano.

"En las áreas del cerebro dedicadas al aprendizaje y al razonamiento, las conexiones neuronales que conforman la arquitectura cerebral son más débiles y más escasas", según el Centro del desarrollo del niño de la Universidad de Harvard.

"La ciencia demuestra que la activación prolongada de las hormonas del estrés en la infancia puede disminuir las conexiones neuronales en estas importantes zonas del cerebro, precisamente en un momento en que se deberían estar formando conexiones nuevas".

Más enfermedades de pequeños y de grandes

El estrés tóxico resulta en una desregulación del sistema inmunológico que aumenta el riesgo y la frecuencia de las infecciones en los niños, dice en su estudio sobre esta condición Hillary Franke, pediatra del Center for Integrative Medicine de la Universidad de Arizona.

La activación prolongada de las hormonas del estrés en la infancia puede disminuir las conexiones neuronales en el cerebro.

El estrés tóxico juega un papel en el desarrollo de los trastornos depresivos, los problemas de comportamiento, el trastorno de estrés post traumático y la psicosis.

En el caso de los adultos, si sufrieron estrés tóxico en la infancia también experimentan más enfermedades físicas y presentan peores resultados en el estado de salud, como más casos de alcoholismo, enfermedades de obstrucción pulmonar crónica, depresión, cáncer, obesidad, más intentos de suicidio, cardiopatías "y una miríada de otras patologías", dice Franke en el estudio de 2014.

Si bien es imposible erradicar las fuentes de estrés, como la pobreza, el abuso o la negligencia, sí es posible apoyar a las familias para establecer dentro de lo posible relaciones seguras y estables con un adulto que cuide del niño.

Las investigaciones hechas hasta ahora muestran que establecer una relación de apoyo estable con adultos involucrados en el bienestar del niño a una edad tan temprana como sea posible puede prevenir o revertir los efectos dañinos del estrés tóxico.



Fuente: BBC Mundo

martes, 17 de septiembre de 2019

TDA-H Y Abusos de Sustancias

Los niños y adolescentes con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tienen más probabilidades que otros niños de fumar, beber o consumir drogas.
Sin embargo, sólo porque un niño sufra de TDAH no garantiza que él o ella sufrirán de problemas de alcohol o drogas  durante la adolescencia. La clave para los padres es ser conscientes de la relación entre los dos, establecer medidas de prevención en casa y buscar ayuda profesional si se sospecha de un problema de drogas.

Trastorno por uso de sustancias (TUS)

En las últimas décadas se ha mostrado gran interés en el estudio de la relación entre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y el uso o abuso de substancias ilícitas.

Las substancias psicoactivas de uso más extendido entre la población de 15 a 64 años son el alcohol y el tabaco. En cuanto a las drogas ilícitas, las más extendidas son el cannabis y la cocaína en polvo, cuyo consumo entre la población juvenil ha aumentado considerablemente en los últimos años. Estas drogas se consumen en muchas ocasiones combinadas con otras substancias (alcohol, tabaco, éxtasis) con fines recreativos y socializantes. 

La edad de mayor riesgo para el inicio de consumo de substancias es la adolescencia. El adolescente es especialmente vulnerable ya que el consumo de estas substancias va asociado con una serie de necesidades propias de esta etapa: afirmación de la identidad, miedo a la evaluación negativa por parte de los demás, oposición a las normas de los adultos, sobre adaptación a las normas del grupo de amigos, la necesidad de afrontar altibajos emocionales.

Nota: En pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad en comorbilidad con el trastorno por consumo de sustancias, resulta fundamental contar con un diagnóstico oportuno con el fin de administrar un tratamiento adecuado.

Relación entre TDAH y drogas

Estudios realizados sobre la comorbilidad con TUS han revelado tasas de abuso y dependencia de sustancias más elevadas en sujetos con TDAH que en población general. En un estudio se halló que el 52% de pacientes diagnosticados de TDAH en la infancia, presentaban un TUS a lo largo de la vida, mientras que en población sin TDAH, este porcentaje era del 27%. Asimismo, entre un 32 a 53% de los adultos diagnosticados de TDAH, presentaron de forma comórbida un trastorno por consumo de alcohol y entre un 8-32% un trastorno por consumo de otras drogas. Por otra parte, en estudios realizados con pacientes que consultan por problemas derivados del consumo de alcohol, cocaína o heroína, se ha encontrado una mayor prevalencia del TDAH respecto a la población general.

Se estima que entre el 31% y el 75 % de pacientes con trastorno por dependencia al alcohol presentan criterios DSM-IV- DSM-5 de TDAH en la infancia, y hasta un 35% de pacientes cocainómanos presentan un TDAH. Asimismo, en un estudio realizado con pacientes en tratamiento de mantenimiento con metadona por dependencia a heroína, se halló que el 17 % cumplían criterios de TDAH.

Este y otros estudios más recientes sugieren que las personas que padecen TDAH se inician en el consumo de substancias más temprano y la tendencia a evolucionar hacia el abuso es más rápida que en las personas que no lo padecen.

En los pacientes adultos que acuden al especialista por TDAH se ha encontrado que entre un 17% a 45% muestran un abuso o dependencia del alcohol y un abuso o dependencia de otras drogas entre el 9% a 30%. (Entre el 30 y el 40 por ciento de las personas adultas con TDAH son consumidores habituales de alcohol u otras drogas y pueden presentar trastornos de conducta adictiva con más frecuencia que el resto de la población).

Cada vez se objetiva una mayor correlación entre adultos con diagnóstico de TDAH y abuso o dependencia de estas sustancias. Esta relación no es extraña desde el punto de vista del consumo de drogas como una automedicación, lo que significa que los usuarios de sustancias las consumen buscando una regulación del malestar cuando no reciben el abordaje terapéutico que necesitan, a modo de una medicación que les evite el sufrimiento.

Este resultado pone de manifiesto que la presencia de un trastorno de conducta incrementa el riesgo de drogodependencias en los pacientes con TDAH.

¿Por qué existe relación entre el TDAH y drogas?

Al haber tantos casos de TDAH con comorbilidad con Trastorno por Uso de Substancias y viceversa, se han sugerido varias hipótesis que expliquen esta relación:
  1. Las características propias del TDAH, como la impulsividad o los problemas sociales que conlleva, podrían predisponer al consumo de drogas. Una de las consecuencias de la impulsividad es la falta de medida en cuanto al riesgo que conllevan las decisiones tomadas y las actuaciones. Por lo tanto, los adolescentes con TDAH podrían tener menos miedo a la hora de probar las drogas y hacerlo a una edad más temprana.
  2. Otra hipótesis que se baraja es la de la automedicación, que sugiere que los pacientes con alteraciones psicopatológicas como el TDAH, inician el consumo de sustancias al hallar alivio a sus síntomas con ellas, aunque posteriormente sufrirían todas las consecuencias negativas de las drogodependencias.
  3. También se han planteado las hipótesis de identificación de genes relacionados con ambos trastornos y de la predisposición genética común entre los dos trastornos.
  4. La impulsividad, falta de juicio y problemas escolares que pueden estar ligados con el TDAH y pueden aumentar el riesgo para iniciar el uso de sustancias.
  5. Podría haber un vínculo genético entre el TDAH y la vulnerabilidad para desarrollar un trastorno por sustancias de abuso.
  6. Los individuos con TDAH podrían probar los psicofármacos para auto medicarse.
Tratamiento farmacológico del TDAH con patología dual

Existe un gran volumen de investigación centrada en el tratamiento psicofarmacológico del TDAH en la infancia. Los estudios centrados en evaluar la evolución los niños con TDAH han permitido obtener importantes datos clínicos sobre el beneficio del tratamiento con psicoestimulantes como el metilfenidato. Éste es el tratamiento de primera elección en el TDAH tanto de niños como en adultos.

Frecuencia de comorbilidad psiquiátrica en adultos con TDAH.
  • Trastornos por consumo de alcohol 32 - 53 %
  • Trastornos por otras drogodependencias 8 - 32 %
  • Trastorno por ansiedad generalizada 24 - 43 %
  • Trastorno distímico 19 - 37 %
  • Trastorno depresivo mayor 16 - 31 %
  • Trastorno de la personalidad antisocial 7 - 18 %
  • Trastorno obsesivo compulsivo 2 - 14 %
Lo que los padres pueden hacer:
  1. Preste mucha atención a cualquier cambio de comportamiento, incluso si cree que podría atribuirse al TDAH de su hijo.
  2. Hable con su hijo adolescente sobre lo que es un comportamiento seguro y aceptable. Sea usted mismo un buen ejemplo y no consuma bebidas alcohólicas, tabaco o drogas ilegales.
  3. Preste atención a los amigos de su hijo. Si su hijo está saliendo con alguien que está metido en drogas, es muy probable que su hijo también pueda estar expuesto a las drogas.
  4. Hable con su niño acerca de la importancia de tomar todos los medicamentos, incluidos los estimulantes, exactamente como son prescritos. Discuta los efectos secundarios y otras inquietudes con el médico de su hijo.
  5. Compartir, vender o distribuir medicamentos estimulantes es ilegal siempre y es peligroso. Mantenga una estrecha vigilancia sobre los medicamentos para el TDAH de su adolescente debido a que el abuso de drogas de prescripción entre los adolescentes sigue en aumento. Asegúrese de que el niño entienda que no debe darle su medicamento a nadie.
  6. No guarde el medicamento en un lugar público como en el baño o la cocina o en cualquier otro lugar donde la gente lo pueda ver. Asegúrese de que mantenerlo bajo llave y vigilado. Enseñe también a sus hijos a ser responsables por su medicamento. Ayúdale a que aprenda a manejar su TDAH y a ser responsable por su afección y a estar informado sobre los altos riesgo que corre de ciertos problemas.
+ Recomendaciones
  1. Apoyo, cariño y un entorno seguro son tres claves que ayudan en el paso de la infancia a la adolescencia. La buena comunicación con el adolescente es fundamental, así como saber ponerse en su lugar, descubrir qué es lo que piensa y ayudarle a reflexionar sobre las situaciones y comportamientos.
  2. Hablar en casa sobre las drogas de forma honesta, sin dramatizar y sin ser muy catastrofista. Utilizar un tono sencillo y evitar interrogarles insistentemente sobre si consume o va a consumir. Es mejor entablar una conversación donde él pueda expresar su opinión sin acosarle.
  3. Antes de hablar sobre las drogas debes informarte bien, tanto sobre el consumo, el efecto y las consecuencias, para que lo que le transmitas no sean los típicos clichés que se oyen y que no le aportan ninguna credibilidad a tu argumentación.
  4. No esperar a la adolescencia para hablar sobre las drogas. La pre-adolescencia es una etapa muy importante en la que ya podemos ir dando explicaciones y consejos para que vaya formando su opinión y postura respecto a las drogas.
  5. Convertir las drogas en un tema tabú en el entorno familiar no va a reducir las posibilidades de que los adolescentes se enfrenten a la droga en algún momento, así que es mejor buscar la forma de hablar del tema de forma cómoda para todos.
  6. Es importante ser coherente con lo que se dice y se hace. Si lo que decimos al adolescente no va acompañado de una conducta coherente, se pierde credibilidad. Esto puede llegar a ser más importante que los propios consejos o la información que le facilites.
Conclusión: Se aboga por una máxima racionalización de los diagnósticos fiables y multidisciplinarios por profesionales expertos, así como por plantear alternativas terapéuticas efectivas, biológicas, psicológicas y educacionales, para dotar desde la infancia el máximo bienestar posible a estos niños y evitar una vulnerabilidad adquirida para el desarrollo de dificultades psicológicas o trastorno mentales en la adolescencia y, consecuentemente, disminuir la actual prevalencia de consumo de drogas y adicciones en personas adultas que padecen TDAH. La comorbilidad de TDAH y abuso de sustancias requiere un tratamiento multimodal.

“La prevención contra el abuso de las drogas empieza con los padres”


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