viernes, 9 de septiembre de 2016

Trastorno Negativista Desafiante: Manejo Conductual y Afectivo

Los niños con trastorno negativista desafiante (TND) o trastorno oposicional desafiante (TOD). Muestran actitudes desafiante, desobediencia, hostilidad, rabietas, se niega a cumplir reglas impuestas por la figura adulta, comúnmente molesta a los demás, es irritable, muestra resentimiento, es rencoroso y vengativo, es agresivo, le cuesta tener amigos, problemas en el rendimiento escolar, tiene baja autoestima, piensa que todo el mundo está en contra de él. Hay un patrón de falta de cooperación, desafío y comportamiento hostil hacia las figuras de autoridad que interfiere seriamente con el funcionamiento del día a día.
Se trata de más de un comportamiento recurrente y persistente en la que se desafían las órdenes de las figuras de autoridad, comprobando una y otra vez los límites establecidos, ignorando órdenes, discutiendo, mostrando hostilidad hacia compañeros o adultos. En los años escolares puede haber baja autoestima, labilidad emocional, poca tolerancia a la frustración, uso de palabrotas, uso temprano de alcohol, tabaco y substancias ilegales. Son frecuentes los conflictos con padres, profesores y compañeros.

Hay algunos factores de riesgo que potencia que se desencadene el trastorno, como por ejemplo: limitaciones en el desarrollo de la capacidad creativa y emocional de tu hijo, falta de supervisión, falta de límites, consentimiento en exceso, falta de participación positiva en la vida del hijo, familiares con antecedentes de TDAH o TND o problemas de conducta, disciplina inexistente o exagerada, estar expuesto a abuso, negligencia o maltrato, problemas o inestabilidad familiar, Ausencia o no integración hacia el vínculo paterno o materno, desequilibrios de sustancias químicas en el cerebro, los cambios estresantes en el núcleo familiar, mudanzas o el cambio de escuela, un divorcio o discusiones en casa de forma continua, etc..

Disciplinar a los niños puede ser un desafío para los padres bajo circunstancias ideales, y cuando tu hijo tiene trastorno negativista desafiante, éste desafío se multiplica varias veces.

Recurrir a los servicios de un psicólogo clínico o psiquiatra para ayudar a tu niño. Según la intensidad de la patología se puede incorporar la psicoterapia o incluso el tratamiento farmacológico. La terapia está diseñada para otorgarle las armas que le permitan controlar la conducta indeseada. Asiste a encuentros familiares con el psicólogo para obtener asistencia con los problemas de la dinámica familiar. Coordinar las actuaciones en casa con las del profesional, y llevar a tu hijo a terapia individual o también a terapia familiar.

Sigue estos pasos para aprender más sobre cómo disciplinar eficazmente a un niño con trastorno negativista desafiante.

Sugerencias para Padres
  • Contacta a un profesional de salud mental, un centro de defensa o médico de cabecera de tu hijo para obtener ayuda mental para el mismo. Haz que tu niño sea evaluado. A veces, hay otros problemas que acompañan el trastorno negativista desafiante, tales como el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, trastorno bipolar, antisocial o conducta disocial, trastorno de ánimo o depresión. También pueden aparecer trastornos del aprendizaje y trastornos de la comunicación.
  • Asiste a programas de capacitación para padres y aprende todo lo posible sobre el trastorno negativista desafiante. Cuanto más sepas sobre éste desorden, más eficaces serán tus técnicas de disciplina.
  • Busca información acerca del trastorno negativista desafiante, deberás entender qué es e intentar comprenderlo, así como ayudar a tu hijo a entenderlo. Para poder ayudar, primero hay que entender. Entender los síntomas del trastorno, entender las crisis que ocasiona y cuáles son los comportamientos más comunes.
  • Entender que no solo consiste en cambiar la conducta del niño para que mejore, si no también, entrenarnos como padres para poder manejar mejor las situaciones sin que ello provoque angustia o malestar. Reconocer y aceptar que las interacciones dentro de la familia son reciprocas. La conducta de los padres estará muy influenciada por la conducta del niño y viceversa.
  • En importante establecer límites y normas en casa, y asegúrense que se cumplan siendo claros y conciso.
  • Utiliza el refuerzo positivo. En lugar de siempre señalar las cosas que tu hijo hace mal, tómate el tiempo para hacerle saber que notas y aprecias cuando él se comporta bien y sigue las reglas. La regla básica del afianzamiento positivo es ponderar a tu niño por su buena conducta, en lugar de señalar constantemente la negativa. “Se recomienda de implantar un programa de incentivos antes de utilizar los castigos”.
  • Prestar atención a los comportamientos positivos y reforzándolos usando el elogio, el reconocimiento o el agradecimiento.
  • Anticipe las situaciones problemáticas y explique los comportamientos inaceptables.
  • Abstente de castigar al niño hasta que te hayas calmado. Perder la compostura y discutir tendrá como único resultado activar la ira de tu niño. Cuando te sientas enojado, vete y recobra la compostura antes de hablar con el niño e imponerle castigos. Si el comportamiento de tu hijo no representa un peligro para sí mismo o para otros, ignóralo.
  • Nota: Tanto el premio como el castigo deben estar dirigidos a una conducta específica, nunca a aspectos generales Y el castigo debe ser proporcionado a la transgresión, no al grado de impaciencia o frustración que haya generado en los padres. Los castigos deben ser en forma asertiva.
  • Hágale notar las consecuencias de su comportamiento.
  • Si una conducta se ha considerado intolerable un día, también será la misma consideración  cuando se presente otro día.
  • Pon en práctica treguas cuando el niño esté encolerizado. Argumentar con un niño TOD (TND) desafiante e irracional es, casi siempre, un camino seguro hacia el fracaso. Una tregua se da cuando el niño va a un lugar sereno para apaciguar su conducta colérica. Un lugar habitual para la tregua es la habitación infantil. Los niños necesitan tiempo para aprender a controlar sus emociones. Si él se niega a tomar una tregua e insiste en discutir, mantén la compostura y resiste la urgencia de continuar la discusión. En lugar de hacerlo, vete y di: "Volveré a discutir la situación cuando te hayas calmado."
  • Realiza una lista con las normas familiares y sus consecuencias. Repasa la lista con tu niño y responde cualquier pregunta que pueda surgir. Elige consecuencias para el quebrantamiento de reglas que tengan sentido y que no sean demasiado severas, de modo tal que puedas aplicarlas cuando surja la necesidad.
  • Se realista acerca de las capacidades de tu hijo. Ten en cuenta la edad de tu niño y su nivel de desarrollo cuando estés fijando las expectativas de comportamiento. Tener expectativas poco realistas puede hacer que te sientas frustrado; haz que tu niño se sienta inadecuado y lo conducirás a mayores problemas de comportamiento.
  • Cuida tu relación de pareja para evitar conflictos en casa que pueden ocasionar más problemas. Apoya a tu cónyuge cuando trata con tu niño. Discutan técnicas parentales cuando el niño no se encuentre presente, y lleguen a un acuerdo acerca de los métodos para enfrentar la conducta desafiante. Discutir frente al niño provoca confusión, y aleja el foco de su conducta desafiante, evitando encontrar una solución al problema.
  • Promueve conversaciones familiares habituales para discutir temas conductuales. El momento de las conversaciones familiares debería ser un foro abierto de discusión, donde no exista el temor al castigo por expresar opiniones o sentimientos. Las discusiones familiares permiten a la familia promover el entendimiento entre todos. Estos momentos solamente dan resultado cuando la familia no está en medio de un conflicto. Son óptimas cuando todos están de buen humor.
  • Informa a los maestros y consejeros escolares acerca de la conducta del niño. Discutan cómo manejar los problemas que surjan en el ámbito escolar. Mantén el contacto con el personal de la escuela para vigilar la conducta de tu niño, y su desarrollo.
  • Tienes que tener presente que en el desarrollo de tu hijo habrá momentos en su vida que su actitud oposicionista será totalmente normal y nada tendrá que ver con tener un trastorno.
  • Coordina tu actuación con las personas que también pasan tiempo con tu hijo.
  • Come bien, haz ejercicio y descansa lo suficiente. Cuidar de ti mismo te equipará mejor para manejar el estrés asociado con el disciplinar a tu hijo (a).
  • Si te sientes desbordado/a, pide ayuda a profesionales.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Disfuncion Eréctil

Cada vez son más las consultas que recibo sobre problemas de erección en hombres jóvenes y adultos sin factores de riesgo para padecer un trastorno orgánico.
Generalmente, la función sexual masculina normal comienza con el deseo sexual o libido que ocurre por la estimulación del cerebro, el sistema nervioso, los vasos sanguíneos y las hormonas, lo que conlleva a la erección del pene, la liberación de semen (eyaculación) y termina finalmente con tener un orgasmo. Una erección se logra cuando el conjunto de tejidos esponjosos del pene, es decir, los cuerpos cavernosos, se relaja para permitir el flujo de sangre que resulta en la expansión y la firmeza del pene. Al finalizar la erección, la sangre sale y el pene se relaja.

Cuando hay una interrupción o deterioro de este proceso, se producen los problemas de erección; esto suele ser resultado de varias causas: psicológicas, neurológicas, hormonales o vasculares. Todo esto dará lugar a la incapacidad del hombre para lograr o mantener una buena erección que funcione para una actividad sexual satisfactoria. Esta situación es lo que se conoce generalmente como la impotencia masculina o disfunción eréctil.

¿Qué son los problemas de erección?

Hablar sobre los problemas de erección puede ser incómodo para usted, pero si sufre de problemas para lograr o mantener una erección, usted tiene buenas razones para hablar con un médico. Los problemas de erección no sólo interfieren con su vida sexual, también pueden ser un síntoma de otros problemas de salud.

Los problemas de erección pueden ser un síntoma de que sus vasos sanguíneos están obstruidos, o de que ha sufrido daño en los nervios a causa de la diabetes. Si usted no consulta a su médico, no recibirá tratamiento para estos problemas y su salud podrá verse afectada.

En el pasado, a los problemas de erección se los denominaba "impotencia". Ahora el término más común es "disfunción eréctil". Ésta dificultad puede deberse a problemas orgánicos o psicológicos.

Si bien es la falta de una buena erección ésta se tiene que dar con repetición, es decir, una vez o algunas frustradas erecciones sin la dureza suficiente del miembro o sin respuesta alguna de éste, pero en forma aislada, o de vez en cuando no es necesariamente un trastorno, una disfunción sexual; para que lo sea es necesario que al menos una de cada 4 intentos sea sin la necesaria rigidez del miembro a la hora del sexo (al menos el 25 por ciento de las veces el miembro no responde con una buena erección).

¿Cuáles son las causas de la disfunción eréctil?

Distintas afecciones pueden dar lugar a la disfunción eréctil. La mayoría de estas afecciones son problemas de salud que afectan al corazón y los vasos sanguíneos y que requieren tratamiento médico, a fin de ayudar a prevenir problemas de salud más graves.

Entre las causas comunes de problemas de erección están:
  • Enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, afecciones cardíacas y de la tiroides, mala circulación, depresión o trastornos neurológicos (como esclerosis múltiple o enfermedad de Parkinson).
  • Medicamentos como los fármacos para la presión arterial (especialmente betabloqueadores), para el corazón (como digoxina), algunos medicamentos para las úlceras pépticas, pastillas para dormir y antidepresivos.
  • Daño a nervios a causa de cirugía de la próstata.
  • Tratamientos para el cáncer de próstata, inclusive la radioterapia y la cirugía de extirpación de próstata
  • La esclerosis múltiple y otras enfermedades que afectan al sistema nervioso
  • Consumo de nicotina, alcohol o cocaína.
  • Mala comunicación con la pareja.
  • Sentimientos repetitivos de duda y fracaso
  • Lesión de la médula espinal.
  • Estrés, miedo, ansiedad o enojo.
  • Consumo de drogas
  • Descenso del nivel de testosterona
  • Entre otras causas orgánicas.
  • Expectativas sexuales irreales, que hacen del sexo una tarea en lugar de un placer.
Los médicos solían pensar que la mayoría de los casos de disfunción eréctil eran problemas mentales o emocionales. Ahora sabemos que la mayoría de los casos tiene una causa física. Sin embargo, la depresión, las preocupaciones o la ansiedad también pueden causar disfunción eréctil. Del mismo modo, la disfunción eréctil por causas físicas puede llevar a la depresión y la preocupación, empeorando la disfunción eréctil.

Nota: Su médico puede cambiar su tratamiento con medicamentos. Nunca deje de tomar un medicamento que le fue recetado sin hablar primero con su médico.

No se debe suponer que la disfunción eréctil es parte del proceso normal de envejecimiento. Es muy probable que la causa sea otra.

¿Qué sucederá en el consultorio del médico?

Hablar sobre la disfunción eréctil puede ser incómodo. Cuando consulte a su médico trate de usar frases como "he tenido problemas en el dormitorio últimamente" o "he tenido problemas de erección". Recuerde que una vida sexual sana es parte de una vida sana. No sienta vergüenza de buscar ayuda. La disfunción eréctil es un problema de salud y su médico trata problemas de salud todos los días. Si la conversación con su médico no lo hace sentir cómodo, pida un referido a otro médico. Su médico tal vez le recomiende que consulte a un urólogo o psicologo clinico.

Quizá su pareja quiera acompañarlo a la consulta con el médico. Muchos médicos afirman que la disfunción eréctil es más fácil de tratar cuando se involucran ambos integrantes de la pareja. Para determinar la causa de su disfunción eréctil, el médico tomará sus antecedentes médicos completos y le hará un examen físico.

Examen físico

Un examen físico puede ayudar al médico a encontrar la causa de su disfunción eréctil. Como parte del examen, el médico examinará sus testículos y su pene, tomará su presión arterial y examinará cómo están sus reflejos. Le extraerá una muestra de sangre para analizar si tiene diabetes, su nivel de colesterol y otras afecciones que puedan estar relacionadas con la disfunción eréctil.

Tratamiento psicológico

Si se ha descartado que exista una causa física de la disfunción eréctil, lo más adecuado es acudir a un sexólogo o psicólogo clínico.

El tratamiento de la impotencia por medio de psicoterapia implica la ayuda de un profesional y consiste en analizar y expresar nuestros temores, así como los factores que pudieron desencadenar la disfunción. Igualmente se analizan y se tratan los problemas de intimidad y confianza con la pareja.

Desventajas: Cuando no se cuenta con una pareja estable suelen obtenerse escasos resultados, en cuyo caso es mejor adoptar un enfoque cognitivo conductual.

Más que enfocarse en el pasado, el tratamiento de la impotencia mediante el uso de terapia conductual se centra en eliminar la ansiedad, temores y malos hábitos a través de ejercicios de re-educación, toma de conciencia del cuerpo y algunas prácticas en pareja.

El tratamiento psicológico de la disfunción eréctil tiene una elevada eficacia, especialmente cuando el problema aparece de forma aislada y no asociado a otros factores físicos. En estos casos, el tratamiento de la disfunción eréctil se basa principalmente en la reeducación de los comportamientos y actitudes sexuales, la focalización sensorial y el manejo de la ansiedad asociada al rendimiento sexual.

En los casos en que la disfunción eréctil se relaciona con otros problemas derivados de la relación de pareja, o con otros problemas psicológicos, etc. es importante que el psicólogo evalúe la forma en que dichos factores contribuyen al mantenimiento del problema para incluirlos también en el tratamiento.

Algunas consideraciones a tratar:
  • Ansiedad de rendimiento
  • Conflictos en la relación de pareja
  • Miedo al embarazo o a las enfermedades de transmisión sexual
  • Estrés
  • Preferencias sexuales
  • Vinculación al objeto de deseo
  • Fantasías y fetiches
  • Exposición o prohibición del coito
  • Focalización sensorial (revitalización y descubrimiento de mapas eróticos)
  • Auto estimulación
  • Comunicación sexual (expectativas sexuales, negociación, elaboración de fantasías, erotización genital)
  • Ausencia o pérdida del deseo sexual
  • Rechazo y ausencia del placer sexual
  • Fracaso en la respuesta genital
  • Disfunción orgásmica
  • Eyaculación precoz
  • Otras disfunciones sexuales
  • Etc…
Cabe señalar que los principales motivos psicológicos que pueden desarrollar un  problema de disfunción  eréctil son la depresión, la ansiedad, el estrés, la obsesión por rendir por encima de la media en el sexo, la baja autoestima, la culpa, la rabia, el miedo al fracaso o a ‘fallar en el sexo’, los problemas laborales así como los problemas en la pareja. Mediante la psicoterapia o terapia sexual se consiguen trabajar aquellos aspectos psicológicos que están provocando disfunción eréctil.

Se sugiere iniciar el tratamiento de la disfunción eréctil con el modelo de terapia combinada, dejando el modelo simple para los casos que tienen reparos en tomar medicación, disfunciones eréctiles psicógenas de corta evolución. Aparte de  la evaluación, pre y postratamiento, así como evaluaciones de seguimiento a medio o largo plazo que permitan establecer no sólo las mejorías alcanzadas tras el tratamiento, sino si éstas se mantienen en el tiempo y  evaluación de la adherencia del paciente al trata m i e n t o (es decir, hasta qué punto sigue e l tratamiento realizando las tareas que se le indican, cumpliendo las restricciones señaladas, e t c. ) .

Los tratamientos son principalmente la intervención psicosexual y el apoyo con fármacos. Desde su lanzamiento hace ya más de 10 años del famoso Viagra (Citrato de Sildenafilo) y el resto de inhibidores de la enzima 5-fosfodiesterasa (Cialis y Levitra) disponemos de potentes y útiles herramientas para atajar este problema.

Los fármacos en estos pacientes no se utilizan para provocar la erección, como en el caso de otras situaciones (personas diabéticas, lesionados medulares, etc.) en que existe un daño orgánico, sino para reforzar la confianza del paciente. Con el tratamiento, él sabe que, pase lo que pase, va a tener una erección de buena calidad, de esta manera, no tiene esa ansiedad anticipatoria y puede escapar del círculo.

Conclusión
  1. Los problemas de erección pueden ser un signo de problemas de salud.
  2. Un médico puede ayudarlo a resolver sus problemas de erección.
  3. Fumar, tener sobrepeso, beber demasiado alcohol y no hacer ejercicio, pueden contribuir con los problemas de erección.
  4. La mayoría de los casos de disfunción eréctil tienen una causa física, pero el asesoramiento puede ayudar a las parejas a fortalecer su relación.
  5. Muchos hombres pueden tomar una pastilla para tratar la disfunción eréctil. De todos modos, estos hombres deben tratar los problemas de salud que causaron la disfunción eréctil.
  6. Tomar una pastilla no da resultado para todos los hombres. Los hombres que toman cualquiera de los medicamentos llamados nitratos no deben tomar una pastilla para tratar la disfunción eréctil. Los tratamientos adicionales para la disfunción eréctil incluyen inyecciones, supositorios uretrales, un dispositivo de vacío y un implante quirúrgico.
  7. La psicoterapia resulta vital, la colaboración y apoyo a parejas, ya que es parte fundamental del tratamiento. La pareja se deberá encargar de participar en las técnicas que se lleven a cabo, ya que ayuda que la estimulación así como la intimidad vaya desarrollándose.
  8. La disfunción eréctil o impotencia sexual tiene una solución más simple de lo que imaginas.  Sólo es cuestión de entender sus causas y aplicar el método correcto para eliminarlas.
  9. Comprender que este problema sexual está afectando toda tu vida, desde tu auto-estima hasta tu relación de pareja. El sexo debería darnos emoción y felicidad, en lugar de sufrimiento.

martes, 30 de agosto de 2016

Neurosis Fóbica

Esta neurosis pertenece al grupo de las “psiconeurosis de transferencia” y fue llamada por Freud histeria de angustia. Se caracteriza por la aparición de miedo en relación a determinadas personas, cosas, situaciones o actos. Únicamente cuando el temor que se tiene por un objeto es desproporcionado es que podemos hablar de una fobia.
Y este temor injustificado lleva a la persona a asumir conductas de evitación. El fóbico, básicamente, diferencia lo que hay en el mundo en términos de lo que implica peligro y de lo que implica seguridad. El mecanismo defensivo por excelencia en esta neurosis es el desplazamiento, de ahí que la fobia se desplaza de un objeto a otro con el cual se relaciona el primero y luego de este a otro más y así sucesivamente.

Específicamente en la neurosis fóbica la carga afectiva, que nunca puede ser reprimida, se liga a un objeto, el que actúa como formación sustitutiva. Y esta angustia puesta ahora en un objeto, hace de ese objeto el “objeto fobígeno”. Y el síntoma será justamente la fobia hacia ese objeto, síntoma que actuará como contra-investidura de aquella representación intolerable que se reprimió.

Sintomatología

La sintomatología de la neurosis fóbica se trata siempre de un miedo intenso ligado a una situación, cosa o animal. Dicho miedo está ligado por la misma persona que lo sufre, como absurdo y en desproporción con cualquier peligro real. No debe confundirse fobia con temor. Al hablar de fobia, hablamos de un temor desproporcionado respecto del objeto, y donde alcanza tal intensidad que sólo la huida le permite a la persona controlarlo y como medio de escapar al sufrimiento que comporta la presencia del estímulo fóbico, el sujeto utilizando comportamientos de evitación. Estos comportamientos de evitación forman parte del cuadro clínico, o sea que para poder hablar de la existencia de una neurosis fóbica es necesario que además de un temor irracional al estímulo fóbico, se presenten los comportamientos de tipo defensivo para escapar a la ansiedad que provoca el enfrentamiento.

La necesidad de evitación puede conducir a importantes restricciones de la actividad cotidiana, familia, social, profesional, y demás.

Caracteropatía
  • Estado de alerta
  • Conductas de evitación
  • Actitudes de huida
  1. Pasivas: ciertas inhibiciones sexuales, timidez con el otro sexo, rechazo del contacto con los otros en general.
  2. Activas o contrafóbicas: En lugar de evitar las situaciones temidas, en una actitud de huída activa o contrafóbica lo que se hace es justamente lo contrario, es decir que se confronta la persona una y otra vez con aquello que teme. Es una huida hacia delante que se expresa mediante un desafío.
Para disminuir la angustia, las personas con este padecimiento gobiernan su vida estableciendo conductas contra fóbicas. En efecto, los fóbicos organizan su vida en función de sus fobias, evitando situaciones fobógenas. Por ejemplo, el agorafóbico renuncia a salir de casa. Una segunda solución para disminuir la angustia es la de adoptar una conducta que de seguridad: por ejemplo, utilizando un objeto o a una persona (contra fóbica), e implicarla de manera positiva, para luego conducirla a ciertos lugares angustiosos.

Para el diagnostico de una personalidad fóbica. Se caracteriza por dos elementos distintivos: en primer lugar, el estado-conciencia de alerta –la persona no soporta las situaciones imprevistas en las que percibe que un peligro puede llegar a ocurrir–. Además, se alarma con todo aquello que emerge de su mundo interior. En segundo lugar, la huida: el paciente, a pesar de la vigilancia que le caracteriza, huye ante el menor peligro. La huida se puede acompañar de un comportamiento pasivo (actitud de inhibición social), o de un comportamiento de desafío (huida hacia adelante, hacia el activismo).

En la personalidad fóbica existe un estilo de relación con un objeto en particular (atracción repulsión), hay una oscilación entre una falta de confianza en uno mismo, un sentimiento de plenitud y de momentos de ambición desmedidos.

La aparición de la neurosis fóbica ocurre normalmente en la adolescencia. Normalmente, se declara tras una angustia demasiado importante o una descompensación depresiva causada por un cambio brusco en la vida de la persona.

Diagnósticos diferenciales (entre neurosis fóbica y otros cuadros clínicos):

En diversos cuadros clínicos pueden aparecer síntomas fobígenos sin que se trate realmente de una neurosis fóbica, por eso es necesario poder hacer siempre un correcto diagnóstico diferencial. A tales efectos, a continuación se enumeran una serie de diferencias importantes a tener en cuenta:
  1. Diferencia con la neurosis de angustia: La neurosis de angustia corresponde al grupo de las neurosis actuales. Y si bien en este caso pueden aparecer temores, estos son de tipo pasajero, variables, imprecisos (no es así en la neurosis fóbica, donde se tiene claridad de cuál es el objeto fobígeno). En la neurosis de angustia, la angustia está libre, sin ligar (no así en la fobia, donde la angustia recae sobre un objeto).
  2. Diferencia con la neurosis histérica: En ésta, tras la represión del suceso intolerable, la carga afectiva desligada, previa tramitación psíquica, inerva un órgano o una parte del cuerpo. Se trata siempre de una conversión somática. (En las fobias, la libido no es convertida en inervación corporal). En la neurosis histérica también pueden aparecer transitoriamente fobias (de tal sitio, de tal encuentro, etc). Y el diagnóstico diferencial se hace reparando en las características de la personalidad histérica (teatralidad, ingenuidad, juegos de seducción, etc).
  3. Diferencia con la neurosis obsesiva: Ambas (obsesiva y fóbica) comparten el miedo social, el miedo hipocondríaco, el miedo a la tentación, y los temores sobrenaturales que podrían asimilarse al temor religioso. En las fóbicas, la defensa que predomina es el desplazamiento, mientras que en las obsesivas predomina más la anulación y el aislamiento.En el obsesivo lo temido son las ideas o actos (compulsivos), se puede temer a la idea relacionada con un objeto, pero en el fóbico el temor recae directamente sobre ese objeto concreto. Y el obsesivo siempre denota una carga afectiva menor que el fóbico.
  4.  Diferencia con las ideas delirantes hipocondríacas: El hipocondríaco, a diferencia del fóbico, no se calma con las conductas tranquilizante que pudieran provenir de otros.
  5. Diferencia con la esquizofrenia: Algunos de los cuadros que devendrán en psicosis esquizofrénica, inician su curso presentando temores similares a los fóbicos. Esto ocurre antes del brote y son intentos defensivos contra la des-estructuración psicótica. El esquizofrénico se muestra desafectivo, con tendencia a la introversión, y en cambio el fóbico mantiene intacta su afectividad.
  6. Diferencia con la melancolía: Se puede confundir con la fobia por las manifestaciones de preocupación, de depresión, de caída de la voluntad. La diferencia está en que el neurótico interroga constantemente, necesita saber la causa de lo que le ocurre. El melancólico en cambio no habla ni interroga sino que desea aislarse.
Compilador de la Red



lunes, 22 de agosto de 2016

Volver al Colegio después de Vacaciones

Todo llega a su fin  y las vacaciones no son la excepción a la regla. El regreso a clases después de unas largas vacaciones suele ser emocionante y estresante a la vez, para muchos niños(as) el volver a clases es una aventura, que significa jugar, compartir, realizar actividades divertidas, conocer nuevas personas, pero para otros niños(as) es una experiencia traumante, lejos de casa, sin papá ni mamá cerca.
Los niños(as) entran nuevamente a clases y este suceso que se repite después de cada temporada de vacaciones y que no deja de ser muy interesante, en muchos de ellos provoca situaciones de estrés que se manifiestan con miedo, inseguridad o mucha tensión que pueden afectar la salud. Por ello, en este regreso a clases debemos prepararlos para este momento tan importante para ellos y ellas y tomar en cuenta que los primeros días, siempre son decisivos para su desempeño escolar durante todo el año.

Si para ti, padre de familia, el regreso a clases puede ser una causa de estrés, imagínate lo que puede provocar en tu hijo. Tanto para los niños como para los adultos, todo cambio de rutina implica cierta dosis de tensión, ya que nos exige adaptarnos a un nuevo orden. En el caso de los hijos, que dan por terminado su periodo de vacaciones, en el que todo era calma y tranquilidad, para  regresar a la escuela, en donde día a día serán puestos a prueba, no solo desde el punto de vista académico. Es importante comprender que las vacaciones han permitido el cambio de ciertos hábitos, tanto alimenticios como del sueño, así como en la disciplina y los horarios, por lo que es necesario que se vayan ajustando poco a poco, antes del tan ansiado y a la vez tan temido día de regreso a clases. El no compartir en familia, levantarse tarde, no realizar tareas, ver mucha televisión, no tener  rutinas, fomentan que el regreso a clases se torne más difícil, por lo que es importante seguir las siguientes recomendaciones:

Para que los niños estén contentos por volver a clase

1. Recordar el lado positivo de la vuelta a clases. Es importante que los padres recuerden la importancia de volver a ver a los compañeros de clase que probablemente no hayan visto desde el último día de clases. También deberán destacar el hecho de que adquieren muchos conocimientos nuevos durante este año escolar que les serán muy útiles para su futuro profesional. Siempre que los padres hablen sobre la vuelta al colegio deberán hacer comentarios positivos y nunca negativos. De esta manera el alumno comprenderá que estudiar es una etapa positiva. Plantear el regreso a clases como algo positivo y muy importante.

2. Fomentar la ilusión por comprar los materiales escolares. Si el estudiante necesita cuadernos y lápices nuevos, puede ser divertido que toda la familia salga a comprarlos. También es conveniente que pueda mirar los libros que utilizará a lo largo de este curso académico porque esto generará interés por las clases. Los padres también pueden ayudar al estudiante a preparar la mochila, y otra manera de fomentar la ilusión por esta nueva etapa es pensar en las actividades extra-escolares a las que les gustará apuntarse. Responsabilizarlos sobre el cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de la solución de sus tareas escolares para evitar el desorden que es causante muchos problemas y tensiones familiares.

3. Preparar un primer fin de semana  inolvidable. El primer fin de semana del comienzo del curso académico debería ser divertido. De esta manera la primera semana escolar pasará rápidamente y el estudiante estará ansioso por disfrutar de dos días entretenidos. Descubrir un restaurante nuevo y pasar todo el sábado en el parque de atracciones son tan sólo dos de las muchas ideas que pueden tener. Además de disfrutar del fin de semana también pueden disfrutar juntos del proceso de planear este fin de semana, pues decidir qué hacer y dónde ir, generará ilusión y expectativas.

4. Ser un ejemplo a seguir. Al igual que a los niños les cuesta despedirse de las vacaciones y retomar la rutina, los padres también pasan por este proceso cuando deben volver a la oficina. Es importante que el estudiante comprenda que no es el único que debe adaptarse a este cambio, pero que sus padres ven el lado positivo y sienten ilusión por todo lo bueno que aporta la rutina, el esfuerzo y los momentos con los compañeros.

5. Ser comprensibles. Es completamente normal que la vuelta a clases sea difícil para algunos estudiantes. De hecho, para algunos alumnos será más difícil que para otros. Si sabe que sus padres le van a escuchar y que no le van a juzgar, ni van a criticar el hecho de que realmente no desee volver al colegio, el tiempo de adaptación será menor. Lo habitual es que después de tres o cuatro días el niño ya esté adaptado a la nueva situación. Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener en cuenta que los problemas para ellos son tan grandes e importantes, como lo son los nuestros.

6. Reducir la ansiedad. Los padres pueden acompañarle al colegio para que sepa que no está solo en esta etapa y que cuenta con la comprensión y ayuda de sus seres queridos. Este consejo es especialmente importante si el niño va a continuar sus estudios en un colegio nuevo, pues no solamente tendrá que adaptarse a la vuelta a la rutina sino que también tendrá que conocer a profesores y compañeros nuevos, y familiarizarse con un colegio diferente. Estará menos nervioso si días antes del primer día de clases tiene la oportunidad de conocer a sus profesores y de caminar por el colegio. Sus padres pueden acompañarle y podrá descubrir dónde están los baños, la cafetería y sus clases. Los niños no tienen la misma capacidad de que los adultos para afrontar la frustración o adaptarse a situaciones nuevas.

7. Ser puntuales. Si los padres le recogen a la salida del colegio, es importante que estén allí cuando el niño salga de clases para evitar que tenga que esperarles. Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.

8. Tener una buena rutina. Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse. Durante las vacaciones lo último que deseará un niño es madrugar. Tampoco querrá estudiar, pero estos dos hábitos son imprescindibles durante el año escolar y es importante que no los pierda durante las vacaciones porque de lo contrario le costará más acostumbrarse a la vuelta a clases. Si durante un mes entero el niño se despierta tarde y no estudia ni lee, y de un día para otro debe retomar estos dos hábitos, no serán fáciles ni el primer día de clases, ni el segundo, ni el tercero.

9. Conversar, pero de verdad. Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlos respetuosamente en todo momento. Muchos padres cometen el error de preguntar, simplemente, “¿qué tal ha ido el primer día de clases?” Para evitar este error, el padre puede preguntarle qué ha aprendido hoy en su clase de matemáticas, qué deberes le han asignado hoy, si hay niños nuevos en su clase, qué sucede en la vida de los protagonistas de los libros que le han mandado leer, quién es su profesor favorito y por qué. Son preguntas que no recibirán por respuesta un simple 'sí' o 'no', y que demostrarán al estudiante que sus padres están muy interesados en saber cómo le va en clase y qué está aprendiendo. Si los padres dan mucha importancia al colegio, será mucho más fácil para el estudiante interesarse por las clases y desear sacar buenas notas.

10. Preparar un desayuno muy nutritivo y delicioso. A todos nos anima comenzar el día con un desayuno riquísimo, y no solamente a los más pequeños de la casa. El primer día de clases es especial y los padres pueden conseguir que este día empiece bien desde que el niño se despierte. Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Con frecuencia es importante incluir un complemento alimenticio para el recreo, para que no les falten todas las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo.

Los padres tienen una gran influencia sobre los niños y es importante transmitirles pensamientos positivos y optimistas sobre la vuelta a clases. Tienes que animarlo y prepararlo para que vea la vuelta a clase como una posibilidad de ver a antiguos compañeros, hacer más amigos y aprender cosas nuevas. Muchos padres enfrentan el inicio de clases de forma abrupta en relación a los horarios. Es necesario hacer una “previa” para que el niño pueda recuperar el hábito de levantarse temprano para sus actividades. Esto se logra de forma lenta y progresiva. Durante la etapa escolar, los padres deben procurar que los niños duerman entre 10 a 11 horas, ya en la pubertad y adolescencia las horas de sueños son entre 8 y 10 horas. Es importante que los niños descansen adecuadamente durante la noche, sobre todo la noche anterior al primer día de clase. Evitar adecuadamente la televisión, computadora o celular durante la noche.

Nota: Muchos niños en edad preescolar sienten más ansiedad debido a que nunca han sido separados de sus padres. En este caso, lo que debes de hacer es hablar con él de todo lo que conocerá en la nueva escuela, de ser posible llévalo unos días antes a su nueva escuela, así podrá conocer el lugar y se sentirá más seguro.

Para algunos niños, la vuelta a clases puede ser causa de estrés y nervios. Lo mejor es hablar con su maestra y tratar de desarrollar herramientas para que se sienta confiado y relajado sobre la escuela y su rendimiento. Establecer reglas previas sobre su comportamiento y los deberes para la escuela es una tarea útil que puede ayudar a que los niños se organicen y no se tomen el regreso a clase de manera estresante. Tener una forma y un modo de hacer los deberes y de cumplir con las tareas lo ayudará para el día a día en todo el resto del año. También implicar al niño en aquello que tenga que ver con el regreso a la escuela, como la compra de la nueva ropa, los nuevos libros y todo el material didáctico así como mochilas, bolígrafos, útiles escolares, etc. Acostumbra a tus niños a que cuelguen sus abrigos, organicen sus mochilas y tareas y guarden sus cosas. "Como padres tendemos a hacerlo por ellos", Pero es importante que los niños sean responsables.

Es bueno que los padres incentiven a sus niños a realizar actividades extracurriculares, desde deportes hasta hobbies o debates. Es una gran oportunidad para que se interese por diferentes cosas, conozca personas diferentes y vaya formando su identidad.

Recuerden que los niños pueden tener problemas para dormir en el inicio del año escolar, pero no hay nada de qué preocuparse. Los síntomas más pueden ser la dificultad para dormir, pérdida de apetito o irritabilidad. En los casos más graves del estrés infantil puede implicar lágrimas, rabietas o negarse a ir al colegio. El estrés por regreso a clases es algo normal en todos los niños. Y puede manifestarse de distintas maneras, puede ser un dolor de cabeza o estar nervioso. Procura ponerte en el lugar de tu hijo, y recuerda qué sentiste aquel primer día de escuela. Como padres debemos comprender a nuestro hijo, y es que los cambios son difíciles y todos sentimos miedo alguna vez. Evita el estrés!!.

La ansiedad de separación del primer día de clases es una situación normal, y que sólo cuando persiste más de seis meses puede ser considerada un trastorno de ansiedad. 

Es normal que los chicos estén un poco más ansiosos, pero hay que estar atentos si esto persiste:
  • Los más pequeños sufren más la ansiedad por la separación del hogar
  • Los de primaria se preocupan por el desempeño escolar
  • Los adolescentes son más vulnerables a la mirada ajena
Muchos niños en edad preescolar sienten más ansiedad debido a que nunca han sido separados de sus padres. En este caso, lo que debes de hacer es hablar con él de todo lo que conocerá en la nueva escuela, de ser posible llévalo unos días antes a su nueva escuela, así podrá conocer el lugar y se sentirá más seguro.

Negarse a ir a la escuela es uno de los síntomas más comunes de las fobias escolares. El comportamiento evitativo es un estadio previo a las fobias. El síntoma es evitar, pero luego puede transformarse en fobias escolares. Los niños que padecen fobia escolar suelen decir que en el colegio se aburren, que les disgusta, que en sus casas se divierten y la pasan mejor. El colegio representa para ellos una amenaza y en estos casos se trabaja en forma conjunta entre maestras, psicopedagogas, familias y psicólogos.

En los adolescentes, además del rendimiento académico, están más relacionados con la aceptación social y con la mirada de los demás.

Como psicoterapeuta les comento que no es conveniente minimizar los síntomas, ya que los trastornos de ansiedad que son ignorados llevan al fracaso escolar y traen consecuencias cuando esos niños se transforman en adultos.  No es necesario ni dramatizar ni banalizar, pero sí reconocer y consultar cuando síntomas como el negarse a ir a la escuela, la presencia de dolores físicos, el mal rendimiento escolar, las dificultades de relación con los compañeros o los docentes se repiten, sin solución. 

Procura compensar el tiempo que estés separado con una compañía grata y enriquecedora. Es normal regresar cansado del trabajo y tener pocas energías para dedicar a los hijos, pero es muy importante jugar con ellos, el juego es fundamental para su desarrollo. De vez en cuando, reflexiona sobre cuáles son tus prioridades en la vida y trata de recordar que tu hijo sólo tendrá una infancia. Ayúdale a crear bonitos recuerdos de ella y regálale un sentimiento que le acompañará para el resto de su vida, que sus padres lo quisieron mucho, le dedicaron tiempo y le dotaron de las herramientas necesarias para afrontar la vida con empatía, responsabilidad, respeto a los demás y muchas ganas de vivir y disfrutar. Lo más importante es que el niño haya jugado y disfrutado todas sus vacaciones pero sin olvidar que tendría que volver a la escuela pronto. Incorporen estas sugerencias en familia, prepararse y organizarse. Estas son algunas estrategias para que la vuelta a clases sea exitosa.


jueves, 18 de agosto de 2016

Perfil Psicológico del Abogado

Etimológicamente la palabra abogado proviene del latín advocatus, que se originó de la expresión latina “ad auxilium vocatus”.
Resulta interesante el estudio de las peculiaridades de la personalidad de los diversos grupos humanos, porque, finalmente nos permitirán entender sus actuaciones, sus limitaciones, sus preferencias e incluso, en algunos casos, sus valores. Es una pena, sin embargo, que las investigaciones sobre el grupo profesional de los abogados sean escasas, de hecho mucho más escasas que las observaciones descriptivas hechas por literatos, periodistas o expertos en gestión.

Una encuesta realizada reflejó que el 52% de los abogados en ejercicio se describen como insatisfechos y su problema no es económico. Además de estar desencantados, los abogados tienen mayor riesgo que el resto de trabajadores para la depresión, incluso en recién salidos de las facultades de derecho.

Perfil: Introvertido, muy competitivo, preocupado por su reputación profesional, con necesidad de ejercer influencia o poder social, escépticos, tiene un alto sentido de urgencia, impulsivos, desconfiado y crítico. Socialmente prefieren amistades ya conocidas, y con una resilencia baja, es decir, son más sensibles, suspicaces y fáciles de herir que la población general. Otro rasgo fuerte sería la autonomía, que impulsa a autodirigirse, a evitar ser dirigidos y a valorar su independencia. Tienen un sentido innato del idealismo y de la moral, son soñadores no ociosos, sino personas capaz de tomar medidas concretas para hacer realidad sus objetivos y dejar un impacto positivo duradero. Comparten una combinación única de rasgos: aunque hablan con suavidad, tienen opiniones muy fuertes y lucharán sin descanso por una idea en la que creen. Son decididos y de carácter fuerte, pero rara vez usan esa energía para beneficio propio. Les resulta fácil establecer relaciones con los demás, y tienen un talento para usar un lenguaje cálido, sensible, hablando en términos humanos, en lugar de con la lógica pura y los hechos. La pasión de sus convicciones es perfectamente capaz de llevarlos más allá de su punto de ruptura y si su celo se les va de las manos, pueden resultar exhaustos, enfermos y estresados. Esto se hace especialmente evidente cuando se encuentran frente a conflictos y críticas. Su sensibilidad los obliga a hacer todo lo posible para evadir estos ataques aparentemente personales, pero cuando las circunstancias son inevitables, pueden luchar de maneras inútiles y altamente irracionales.

Con estas características podríamos, en un retrato impresionista y reduccionista, decir que los abogados son escépticos y desconfiados, individualistas e introvertidos, suspicaces como vulnerables, intolerantes y cortoplacistas y apresurados.

También son personas ordenada, que le gusta cumplir horarios establecidos, capacidad intelectual adecuada, que “odia las injusticias, las mentiras y el abuso”, vestir bien,  saber actuar, mentir, argumentar,  codicioso, manipulador, extenuante, han aprendido las reglas del juego psicológico con el vinculo cliente.

El pesimismo es la primera causa de insatisfacción de los abogados y sin embargo, es algo implícito en la profesión que le ha llevado incluso a conseguir mayores logros profesionales al ver muchos temas con mayor prudencia.

Los encargados de hacer cumplir la ley, se caracterizan de sobrecarga emocional y psicológica, que limitan su desempeño no sólo laboral, sino con tendencias altamente perjudicial para la salud. Muchos simplemente no puede hacer frente a tales cargas y que tienen que cambiar su perfil o incluso se mueven a otro trabajo. Los abogados trabajan en un sector muy exigente y estresante, sometidos a larguísimas jornadas de trabajo, plazos perentorios y grandes dosis de presión que frecuentemente impiden una vida equilibrada. Las consecuencias de este estrés crónico de la profesión van desde problemas psicológicos, como la depresión y la ansiedad, hasta de salud física o el abuso de sustancias nocivas.

Según el libro “La sabiduría de los psicópatas”, la profesión de abogado es la segunda donde se pueden encontrar más psicópatas, tras la de director general. En tercer lugar se sitúa el profesional de los medios de comunicación de radio y televisión, seguido del vendedor y del cirujano. Del quinto al décimo puesto de profesiones más proclives a desarrollar psicopatías se encuentran: periodista, agente de policía, clérigo, chef y personal de servicio doméstico.

La abogacía es la profesión con mayor incidencia de depresión entre sus practicantes y abuso de ciertas substancias.

¿Se puede hacer algo para mitigar los riesgos derivados del estrés y evitar la depresión?

Hay técnicas que ayudan a lograrlo, como programas de formación que impactan, no sólo en la eficiencia, sino también en la felicidad de los profesionales. Practicar deporte, ejercitar técnicas de relajación o dedicar tiempo a actividades que nada tengan que ver con el oficio de abogado, ayudan también a controlar el estrés. Al igual que nuestra carrera siempre se debe hacer un equilibrio para poder conciliar la vida laboral y personal.

¿Por qué los abogados y estudiantes de la carrera de Derecho cambian su sistema de valores y prefieren obtener satisfactores más individualistas, superficiales e inmediatos?

Esa es una etiqueta común, pero demasiado injusta, porque son más los abogados éticos, honestos, leales y buenos, que esa especie de tránsfugas que desdicen de la profesión y ensucian el vaso donde todos los días toman el agua. Las personas desconocen que la obligación es de medio y no de resultado, como sí lo es la de otros profesionales. El abogado  procura los elementos que benefician a su representado, pero la decisión corresponde al Juzgador. Por tanto, no es mejor el abogado que gana el juicio que el que lo pierde. Si ambos fueron diligentes, ganar o perder es parte del quehacer profesional.

Los buenos abogados no  pregonan el apropiado desarrollo de su trabajo, les basta la satisfacción del deber cumplido, que por eficaz y oportuno  conforma la base de la armonía colectiva y la paz social, en toda instancia de la vida ciudadana.

El trabajo, la eficiencia y la diligencia en el abogado constituyen otros atributos del buen abogado. Como lo escribiera Don Luís O. “Somos arquitectos del alma de la gente”.

Finalmente, el abogado se encuentra frente a incorrecciones en la textura social del mundo. Y se esfuerza en corregirlas. Es un “sacerdote del derecho” como dijo Saber, defiende la paz social a través de la aplicación de la ley, cuya entelequia es la JUSTICIA.

Para mis grandes amigos y excelentes abogados. 

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