jueves, 24 de marzo de 2022

Trastorno de la Personalidad Dependiente

El trastorno de la personalidad dependiente se caracteriza fundamentalmente por la necesidad persistente y excesiva de recibir cuidados. Esto conlleva un comportamiento caracterizado por la sumisión y apego, además de un profundo temor al abandono y la consecuente ansiedad ante la separación.

Se caracteriza principalmente por una necesidad dominante y excesiva de ser cuidado, lo que conlleva un comportamiento sumiso y de apego exagerado, y miedo a la separación. Comienza en las primeras etapas de la edad adulta y está presente en diversos contextos (por ejemplo, trabajo, familia, ocio, etc.).

Sus características más importantes son las siguientes:

Temor a no saber cuidar de uno mismo

Este patrón comienza en la edad adulta y aparece en una variedad de contextos. La dependencia y los comportamientos sumisos están diseñados para obtener la prestación de cuidados. Estas personas tienen la firme creencia de que son incapaces de funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás. Las personas con trastorno de la personalidad dependiente tienen grandes dificultades para tomar decisiones cotidianas (por ejemplo, elegir el color de pantalones para ir a trabajar, llevar o no un paraguas por si llueve, etc.) sin una cantidad excesiva de consejos y la aprobación de los demás. Estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que otras personas tomen la iniciativa y asuman la responsabilidad de la mayoría de las grandes áreas de su vida. Se podría pensar que esto sólo les pasa a las personas de corta edad. Sin embargo, también les ocurre a los adultos.

Los adultos con trastorno de la personalidad dependiente, por lo general dependen de un padre o cónyuge que decide dónde deben vivir, qué tipo de trabajo deberían tener y con quién deberían tener amistad. Los adolescentes con este trastorno pueden permitir que sus padres decidan cómo deben vestirse, con quién deben relacionarse, cómo deben pasar su tiempo libre y qué carrera estudiar. Esta necesidad de que los demás asuman la responsabilidad supera lo que sería apropiado para su edad. También supera lo que sería apropiado para su necesidad de ayuda en las situaciones en las que sería adecuada la intervención de los demás. El trastorno de la personalidad dependiente se puede desarrollar en una persona que tiene una afección médica grave o una discapacidad. En estos casos la dificultad para asumir la responsabilidad debe superar lo que normalmente sería esperable para las personas con esa afección o discapacidad.

Temor a perder las relaciones con los demás

Debido a que las personas con trastorno de la personalidad dependiente temen perder el apoyo o la aprobación de los demás, a menudo tienen dificultades para expresar el desacuerdo con otras personas. Esto es así especialmente con aquellos de los que dependen. Estos individuos se sienten tan incapaces de funcionar solos que pueden mostrarse de acuerdo en cosas que creen que están mal. No arriesgan a perder la ayuda de aquellos en los que buscan orientación. Estas personas no muestran tampoco su enfado a las personas de las que reciben apoyo y cuidados por miedo a que se distancien de ellos. Si el individuo tiene una preocupación real con respecto a las consecuencias de expresar su desacuerdo, el comportamiento no debería considerarse como una evidencia de trastorno de la personalidad dependiente.

Dificultades para comenzar nuevos proyectos sin ayuda

Las personas con trastorno de la personalidad dependiente tienen dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas de forma independiente. Les falta confianza en sí mismos y creen que necesitan ayuda para comenzar y llevar a cabo las tareas. Esperarán a que otras personas comiencen las cosas porque creen que los demás pueden hacerlas mejor. Estas personas están convencidas de que son incapaces de funcionar de manera independiente. Se muestran ineptos y con una necesidad constante de ayuda. Sin embargo, tienen tendencia a funcionar adecuadamente si se les da la seguridad de que alguien les supervisa y les da el visto bueno. Pueden tener miedo a parecer competentes: piensan que añadir una tributo de competencia a la imagen que proyectan les conducirá al abandono. A menudo no aprenden las habilidades para vivir de manera autónoma, perpetuando así la dependencia.

Capaces de todo por obtener cuidados

Las personas con trastorno de la personalidad dependiente pueden llegar a extremos exagerados para obtener el cuidado y el apoyo de los demás. Pueden incluso prestarse como voluntarios para tareas desagradables si dicho comportamiento les proporciona el cuidado que necesitan. Están dispuestos a prestarse para lo que los demás quieran, incluso aunque las peticiones no sean razonables. Su necesidad de mantener un vínculo importante ocasiona relaciones desequilibradas o distorsionadas. En este sentido, pueden sacrificarse a sí mismas de manera extraordinaria o tolerar el abuso verbal, físico o sexual. Se sienten incómodas o indefensas cuando están solas. Esto se debe a sus temores exagerados que les produce la idea de tener que cuidar de sí mismas. Las personas con trastorno de la personalidad dependiente “se pegarán” a las personas significativas solo para evitar estar solas, incluso aunque no estén interesadas o implicadas en lo que está sucediendo.

Encadenamiento de relaciones

Cuando finaliza una relación (por ejemplo, la muerte del cuidador, una ruptura de pareja, etc.), pueden buscar con urgencia otra relación que les proporcione la atención y el apoyo que necesitan. Su creencia de que son incapaces de funcionar si no cuentan con una relación estrecha motiva a estas personas a vincularse rápida e indiscriminadamente a otro individuo.

Preocupación por tener que cuidarse en soledad

Las personas con este trastorno se preocupan por la posibilidad de tener que cuidar de sí mismos. Se ven tan dependientes de los consejos y de la ayuda de los demás, que se preocupan por la posibilidad de que la otra persona los abandone aun cuando no haya razones que justifiquen tales temores. Estos temores tienen que ser excesivos y poco realistas. Por ejemplo, un hombre mayor con cáncer, que se muda a la casa de su hijo para que le cuide, está realizando un comportamiento dependiente que es apropiado, dadas las circunstancias de la vida de esta persona.

Características asociadas al trastorno de la personalidad dependiente

Las personas con trastorno de la personalidad dependiente a menudo se caracterizan por el pesimismo y la duda. Tienden a menospreciar sus capacidades y recursos, y pueden referirse constantemente a sí mismos como “inútiles”. Se toman las críticas y la desaprobación como prueba de su falta de valor y pierden la fe en sí mismos. Buscan la sobreprotección y la dominación de los demás. El rendimiento ocupacional se puede ver afectado cuando se requiere iniciativa y autonomía. Suelen evitar los puestos de responsabilidad y sienten ansiedad cuando se enfrentan a una toma de decisiones. Las relaciones sociales tienden a limitarse a las pocas personas con las que el individuo tiene dependencia. Existe un mayor riesgo de trastornos depresivos, trastornos de ansiedad y trastornos de adaptación. El trastorno de la personalidad dependiente a menudo se desarrolla junto con otros trastornos de la personalidad, especialmente el límite, el evitativo y el histriónico. Más adelante veremos sus diferencias. La afección física crónica o el trastorno de ansiedad por separación en la infancia o en la adolescencia predisponen al individuo a desarrollar este trastorno.

¿A quiénes afecta y qué causa el trastorno de la personalidad dependiente?

Las mujeres acuden más por este problema a las consultas de psicología aunque algunos estudios señalan que se da en la misma proporción en hombres que en mujeres. Por otro lado, hay una serie de factores que pueden contribuir a que se desarrolle este trastorno.

  1. Factores genéticos. Si alguien de tu familia ha tenido un trastorno parecido, ahí podría estar el origen.
  2. Factores psicobiológicos. Existe un desequilibrio neurológico entre los sistemas límbico y reticular.
  3. Factores psicosociales. Las personas dependientes buscan obtener relaciones protectoras. Tuvieron padres autoritarios y sobreprotectores.

¿Cómo podemos diferenciar el trastorno de la personalidad dependiente de otros trastornos de la personalidad?

Aunque muchos trastornos de la personalidad se caracterizan por presentar características dependientes, el trastorno de la personalidad dependiente se puede distinguir porque las personas que lo padecen se comportan de manera sumisa, reactiva y excesivamente apegada. Tanto el trastorno de la personalidad dependiente como el límite se caracterizan por el miedo al abandono. Sin embargo, la persona con trastorno de la personalidad límite reacciona ante el abandono (o la anticipación del mismo) con sentimientos de vacío emocional, rabia y exigencias. La persona con trastorno de la personalidad dependiente reacciona incrementando su apaciguamiento y sumisión, buscando con ansiedad y premura una relación que reemplace los cuidados y el apoyo.

El trastorno de la personalidad límite se distingue por un patrón típico de relaciones interpersonales inestables e intensas. Las personas con trastorno de la personalidad histriónica, como los dependientes, tienen una fuerte necesidad de seguridad y aprobación y pueden parecer infantiles y apegados. Sin embargo, a diferencia del trastorno de la personalidad dependiente, que se caracteriza por el comportamiento humilde y dócil, el trastorno de la personalidad histriónica exhibe demandas activas de atención.

Tanto el trastorno de la personalidad dependiente como el evitativo presentan sentimientos de ineptitud, hipersensibilidad a la crítica y la necesidad de seguridad. Sin embargo, los individuos con trastorno de la personalidad evitativa poseen un fuerte temor a la humillación y al rechazo. Esto es así hasta el punto de que se distancian hasta estar seguros de que serán aceptados. En contraste, las personas con trastorno de la personalidad dependiente despliegan un patrón de búsqueda y mantenimiento de vínculos importantes con los demás, en lugar de evitar y apartarse de las relaciones.

No todas las personas dependientes tienen un trastorno

Como decíamos al principio, seguro que conoces a alguien con estas características pero ¡ojo! eso no significa que sufran un trastorno de la personalidad dependiente. De hecho, muchas personas tienen rasgos de personalidad dependiente. Sólo cuando estos rasgos son inflexibles, desadaptativos y persistentes, y causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo, constituyen un trastorno de la personalidad dependiente.

Bibliografía:

Grossman, Seth & Millon, Carrie & Meagher, Sarah & Ramnath, Rowena (2001). Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Primera edición, segunda edición 2006. Barcelona: Ed. Masson & Elsevier.

American Psychiatry Association (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), 5ª Ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

martes, 15 de febrero de 2022

TEPT: Niños y Adolescentes

¿Qué es un trastorno de estrés postraumático? es una afección mental desencadenada por un trauma.

A un niño o adolescente se le puede diagnosticar un trastorno de estrés postraumático si ha experimentado un trauma y sus síntomas de estrés son graves y duran mucho tiempo después de que haya concluido el suceso traumático.

 La terapia puede ayudar a niños y adolescentes a recuperarse de un trastorno de estrés postraumático. A veces, tomar medicamentos también puede ayudar. Los niños que han vivido sucesos traumáticos también necesitan que sus padres u otros cuidadores les dediquen más tiempo, consuelo y apoyo.

¿Los traumas siempre causan trastornos de estrés postraumático?

No. Experimentar un trauma no siempre causa un trastorno de estrés postraumático. La mayoría de los niños y adolescentes que pasan traumas no desarrollan un trastorno de estrés postraumático. Pero la mayoría de ellos notan los efectos del trauma. El trastorno de estrés postraumático ocurre cuando el trauma supera la capacidad del niño de afrontarlo. Los niños y los adolescentes con trastorno de estrés postraumático necesitan más ayuda para avanzar en el proceso de afrontamiento.

¿Cuáles son los signos y los síntomas del trastorno de estrés postraumático?

  • La mayoría de los niños con trastorno de estrés postraumático:
  • Tendrán pensamientos recurrentes y muy desagradables sobre el trauma
  • Tendrán trastornos del sueño y/o pesadillas
  • Tendrán recuerdos recurrentes y muy desagradables sobre el suceso, llamados "flashbacks", como si el trauma les estuviera volviendo a ocurrir
  • Evitarán cualquier cosa que les recuerde al trauma
  • Se sobresaltarán, se asustarán y se pondrán ansiosos con más facilidad
  • Estarán irritables, malhumorados o enfadados y no disfrutarán de las cosas con las que solían disfrutar
  • No recordarán algunas partes de lo que les ocurrió

Los niños más pequeños es posible que muestren más conductas de miedo y de agresividad (haciendo regresiones a niveles previos del desarrollo). Y pueden expresar su trauma a través del juego.

Cuando síntomas como estos ocurren durante los primeros días a semanas posteriores al trauma, esto se conoce como una reacción de estrés agudo. Los médicos diagnostican los trastornos de estrés postraumático cuando los síntomas duran más de un mes.

¿Cómo se trata el trastorno de estrés postraumático?

El trastorno de estrés postraumático no suele desparecer por sí solo. Recibir ayuda y tratamiento es lo que puede marcar la diferencia. Los profesionales de la salud mental (como los psicólogos, los psiquiatras y los terapeutas titulados) que tengan experiencia en este trastorno son quienes lo pueden tratar.

El tratamiento del trastorno de estrés postraumático puede incluir terapia y/o medicamentos que ayudan a superar la ansiedad, los problemas relacionados con el estado de ánimo y los trastornos del sueño.

El tipo de terapia que se usa para tratar los trastornos de estrés postraumático es la terapia cognitivo conductual centrada en el trauma. Este tipo de terapia usa la palabra, junto con actividades de aprendizaje, guiadas por un profesional de la salud mental.

Con los niños más pequeños, la terapia para tratar los trastornos de estrés postraumático incluye hablar, jugar, dibujar y actividades sobre relatos o historietas. Uno de los progenitores u otro tipo de cuidador casi siempre está presente durante la sesión de terapia. Su apoyo y su consuelo desempeñan un papel muy importante para conseguir que su hijo se sienta seguro y avance en el proceso de afrontamiento del trauma.

Este tipo de terapia puede ayudar a cualquier niño que haya vivido un trauma, no solo a aquellos que tengan un trastorno de estrés postraumático. El hecho de que un niño reciba terapia poco tiempo después de tener el trauma, lo ayudará a afrontarlo mejor.

En los adolescentes, la terapia del trastorno de estrés postraumático suele incluir:

  • Actividades de procesamiento cognitivo: para ayudar en los pensamientos y los sentimientos relacionados con el trauma
  • Actividades de exposición prolongada: para ayudar a los adolescentes a aprender a afrontar con seguridad las cosas que evitan debido al trauma que han tenido
  • Terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR, por sus siglas en inglés): esta terapia cognitiva combinada con la dirección de los movimientos oculares ayuda a reducir la intensidad del dolor provocado por el trauma, porque ayuda al cerebro a reprocesar los recuerdos del trauma. Hay terapeutas especializados en este tipo de terapia.

¿Cómo ayuda la terapia?

La terapia del trauma ofrece a los niños la oportunidad de compartir sus sentimientos sintiéndose seguros, explicar lo que han vivido y recibir apoyo.

En la terapia, los niños aprenden habilidades de afrontamiento y de relajación que los ayudan a gestionar la ansiedad que sienten debido al trauma. Esto les facilita que puedan hablar sobre lo que han vivido. A través de la terapia, los niños aprenden a reformular algunos de sus pensamientos sobre el trauma. Aprenden a despojarse de la culpa y/o de la vergüenza sobre lo que vivieron. Poco a poco, van aprendiendo a afrontar las cosas que tendían a evitar. La terapia ayuda a los niños a ganar valentía y confianza en sí mismos. Los niños aprenden a usar sus puntos fuertes para afrontar las cosas.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Si su hijo ha tenido un trauma, aquí tiene algunas cosas que puede hacer usted:

  • Ayude a su hijo a sentirse seguro. Puede necesitar más tiempo, más apoyo, más consuelo y más atención durante un tiempo.
  • Ayude a su hijo a relajarse. Invítelo a hacer unas cuantas respiraciones profundas con usted. Inspiren mientras cuentan hasta 3. Expiren mientras cuentan hasta 5.
  • Hagan cosas los dos juntos con las que disfruten. Los traumas pueden hacer que sea más difícil sentir emociones positivas que ayudan a los niños a recargar pilas de forma natural. Jueguen, rían, disfruten de la naturaleza, pongan o toquen música, hagan manualidades o cocinen estando juntos. Estas actividades pueden reducir el estrés y favorecer la resiliencia de su hijo.
  • Trasmita tranquilidad a su hijo. Hágale saber que usted estará a su lado en todo momento. Dispuesto a ayudarlo.
  • Informe al médico sobre el trauma que ha experimentado su hijo. Pídale que le recomiende a un buen profesional de la salud mental (como un psiquiatra, un psicólogo o un terapeuta titulado, que esté especializado en la terapia de traumas).
  • Informe al profesor de su hijo que ha pasado por un trauma. Los niños con un trastorno de estrés postraumático pueden tener más problemas para concentrarse en las tareas escolares. Pida que le concedan a su hijo más ayuda o más tiempo para hacer las tareas escolares si lo necesita durante un tiempo.

KidsHealth

viernes, 11 de febrero de 2022

TLP: 10 Tips en una Relación

Es desafiante tener una relación con una persona que tiene un trastorno limítrofe de la personalidad (TLP), especialmente debido a que uno de los rasgos distintivos del trastorno son las relaciones inestables. Sin embargo, si tu pareja o cónyuge tiene el trastorno, es probable que desees hacer todo lo posible para mantener la relación.

Mientras que una relación con alguien que tiene TLP a veces puede parecer casi imposible debido a que oscilan entre los extremos en sus comportamientos y estados de ánimo, hay formas en que se puede facilitar la relación con esa persona sin tener que subirte a la montaña rusa emocional con ellos.

1. Haz un plan y apégate a él

Tener una relación con un ser querido con TLP significa que tendrás que encontrar la manera de controlar tu propio comportamiento para poder controlar el comportamiento de tu ser amado. Proponerte estrategias para lidiar con los comportamientos extremos de tu pareja te ayudará a mantener tu cordura.

Identifica sus comportamientos. Piensa en los comportamientos de tu pareja y los efectos que esos comportamientos tienen sobre ti.

Prepara un listado. Haz una lista de todos los comportamientos que tu pareja tiene que te molestan o frustran, incluidos los casos en que tu pareja pueda dañarte.

Planea por anticipado. Diseña un plan que te ayude a manejar los comportamientos para que puedas evitar situaciones de implosión una vez que comiencen y protegerte para estar física y emocionalmente segura.

Por ejemplo, si tu pareja te acusa de no preocuparte por él, puedes alejarte en lugar de llorar. Crear un plan sobre cómo lidiar con los comportamientos garantiza que no estás alimentando los síntomas del trastorno al garantizar que tú te mantengas tranquilo en medio de una crisis o problema. También podrás reforzar comportamientos mejores y productivos.

2. Pon límites

Las personas con TLP muestran patrones de comportamiento extremos. Ellos gritan, amenazan con suicidarse (y algunas veces hablan en serio), acusan, culpan y son altamente defensivos. Esto podría aumentar si ven que no respondes emocionalmente a ellos; es decir, si no te subes a su montaña rusa emocional y te enojas también.

Conoce tus límites. Una forma de ayudar a controlar ese comportamiento extremo es aprender sobre tus propios límites. Esto podría ser fácil porque la persona con TLP puede empujar los bordes de tus límites. Una vez que conoces tus propios topes, puedes poder poner tus límites.

Pon el hasta ahí. Indica lo qué está haciendo tu pareja para exceder tus límites y menciona que puede haber una consecuencia si no detiene su comportamiento. Por ejemplo, si tu pareja amenaza con suicidarse, podrías decir: "Está bien, llamaré a la policía". Con suerte, esto será suficiente para que se calme, y si tu pareja no se tranquiliza, al menos tendrás la ayuda que necesitas para manejar la situación.

Los intentos de suicidio son una característica común del trastorno. Incluso si las escuchas muchas veces, todas y cada una de las amenazas de suicidio deben tomarse en serio.

3. Protégete a ti misma

Otro aspecto desafortunado del TLP es que las personas con TLP actúan de una manera sin empatía con quienes les rodean. En sus mentes, sus necesidades y deseos superan las necesidades y deseos de los demás. A menudo abusan, controlan y manipulan a sus seres queridos, jugando con la culpa y el sentido de la obligación para así poder controlar a las personas que los rodean.

Identifica el patrón. Para protegerte de este comportamiento, piensa en lo que a menudo pide tu ser querido, o de lo que te culpa, o cómo abusa hasta que le de lo que quiere. Entonces ten en claro lo que harás y lo que no harás para protegerte a ti misma cuando esto pase.

Protégete. Tú tienes el derecho de proteger tu cuerpo, tus pertenencias y tu situación financiera. Por ejemplo, si tu ser querido te controla o te manipula para que le entregues tu cheque de pago completo para poder usarlo para comprar un automóvil nuevo, puedes decirle: "Ya no voy a darte dinero. Necesitas ganar dinero para que puedas comprar las cosas que quieres".

4. Sé realista

Una persona con TLP no tiene la misma comprensión sobre las emociones, y carece de mecanismos de afrontamiento para gestionarlas de manera eficiente. Debes tener una comprensión realista del comportamiento de tu pareja y tu papel en su vida como "cuidadora".

No puede sanarle. También debes tener en cuenta que tu pareja nunca podrá aprender a satisfacer tus necesidades emocionales. No puedes "sanar" a tu ser querido. Tu ser querido debe comprometerse a curarse a sí mismo con la ayuda de la terapia.

No tendrás una relación madura. Además, debes saber que la disfunción que la TLP crea en la vida de una persona paraliza su capacidad emocional y comprensión, por lo que es probable que no puedas tener una relación emocionalmente madura con el o ella.

Estar al tanto de la realidad de tu relación te dará una pauta de cuanto luchar, y cuando claudicar.

5. Usa cumplidos

Las personas con TLP no están acostumbradas a recibir cumplidos. Para establecer la confianza y la influencia en la vida de tu pareja, felicitar a tu pareja por incluso las pequeñas cosas que hace que son dignas de mención puede sorprenderlo y recorrer un largo camino.

Cumplidos como recompensa. Puedes usar cumplidos para recompensar el buen comportamiento, como "Sé que estuviste estresado ayer, pero lo manejaste muy bien" o "Me di cuenta de la forma en que dejaste de gritarme, gracias".

Cumplidos en el momento correcto. Ten en cuenta que debes evaluar en qué estado de ánimo se encuentra tu pareja. Declarar el cumplido en el momento equivocado podría provocar una reacción extrema. Observa a tu pareja primero y luego entrega el cumplido.

No esperes gratitud. Es posible que nunca obtengas una respuesta verbal o una expresión de gratitud, o incluso recibas un insulto en respuesta. Sin embargo, podría funcionar para algunas personas con TLP, especialmente si buscan elogios.

Prueba usar cumplidos todo el tiempo que quieras, pueden ser verbales o con notitas. Dado que una persona con TLP tiene baja autoestima, podrías estar logrando algo bueno.

6. Date cuenta que tu pareja pudo haber sido víctima de abuso

Las personas que han sido víctimas de abuso o descuidadas de niños corren un mayor riesgo de desarrollar TLP.

Debido a que los comportamientos de una persona con TLP son tan escandalosos a veces, es muy fácil dejarlo o culpar a la persona con TLP. Sería como culpar a una persona por contraer cáncer.

Sin embargo, esta no es una razón para permitir que la persona que amas con TLP te manipule o abuse de ti. Aun así establece tus límites y cumple con ellos, pero de una manera amorosa y sin prejuicios. Además, no tomes sus comportamientos escandalosos personalmente. Estos son los problemas emocionales de tu ser querido.

7. Aprende más sobre el TLP

Una de las formas en que puedes mantener una relación con tu ser querido es educarte sobre el trastorno para que puedas comprender los comportamientos de tu ser querido. Las personas con TLP a menudo te atacarán agresivamente o se pondrán muy a la defensiva, y las personas a menudo sienten que son arrastradas al extremo mientras son manipuladas y culpadas en diferentes estados emocionales y acciones con las que no se sienten cómodos.

Aprender sobre el trastorno te ayudará a comprender cómo experimenta estas cosas tu ser querido. Al darte cuenta de que tu ser querido tiene una perspectiva emocional completamente diferente, te ayudará a protegerte y atenerte a los límites.

8. Entender que el diagnóstico erróneo es común

Con el TLP, el conocimiento es poder, y si la persona no sabe que él tiene el trastorno, y las personas que lo rodean no lo saben, nadie sabe por qué su ser querido está actuando de esa manera.

El TLP se conoce como un trastorno incomprendido porque a menudo ocurre junto con otros trastornos, como "depresión, trastorno bipolar, abuso de sustancias, trastornos de la alimentación y trastornos de ansiedad".

Si tu pareja ya está siendo tratada por otro trastorno y el trastorno no explica por completo los parámetros de su comportamiento, haz que el médico explore la posibilidad de que pueda tener TLP.

9. Darse cuenta de que los comportamientos extremos son síntomas

Tener una relación con una persona con TLP a menudo se caracteriza como una relación de "amor-odio", en la que un minuto tu ser querido te necesita, y al siguiente momento te aleja.

Las personas que tienen este trastorno tienen una necesidad intensa de sentirse amadas, pero sus comportamientos extremos siempre las mantienen en un estado de pérdida de ese amor. Esa pérdida de amor apoya su miedo intenso a ser abandonado. Estos son síntomas del trastorno, y no muestras de insensibilidad o un esfuerzo por lastimarte.

10. Practica las Cuatro D

Si la situación parece estar en medio de una escalada, practica las Cuatro D: "Demorar, Distraer, Despersonalizar, y Desapegarse."

Demorar: "Quiero algo de tiempo para considerar lo que me estás diciendo. Hablemos de eso más tarde".

Distraer: "¿Qué tal si salimos a caminar?"

Despersonalizar y Desapegarse: Date cuenta de que los ataques, sin importar cuán personales parezcan, son parte del desorden, así que no los tomes personalmente ni dejes que te molesten.

Consigue ayuda

No puedes obligar a tu pareja a que tome terapia. Sin embargo, puedes obtener ayuda para ti y, con un esfuerzo a largo plazo, puedes convencer a tu pareja para que obtenga ayuda a lo largo del tiempo, con mayor confianza, consistencia y una verdadera actitud de preocupación amorosa por tu ser amado.

Por ejemplo, podrías decir: "Todavía estoy aquí. No estaría si no me importaras".

Se fuerte y cuida de ti

Si tú misma no eres fuerte, tener una persona en tu vida con TLP puede hacerte sentir que tu vida e identidad se están esfumando a medida que intentas satisfacer todas las necesidades y demandas de tu pareja. Lo más probable es que tengas dificultades para mantener tu salud si tienes problemas, como depresión, ansiedad, baja autoestima o abuso de sustancias.

El cuidado personal es esencial. Ser capaz de mantener límites fuertes, definitivos y consistentes es importante, y obtener el apoyo de un consejero de salud mental o psicólogo clínico te ayudará a mantener tu salud para que puedas estar allí para tu ser querido de la manera más productiva posible.

 

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miércoles, 19 de enero de 2022

¿Tienes Miedo a Dormir?

¿Sientes miedo al dormir? ¿Crees que te irás a dormir y no despertarás? Descubre qué es la somnifobia, cuáles son sus consecuencias y cómo detectarla antes de que vaya a más.

Para una gran parte de las personas, irse a dormir supone un momento de relax y placer. Sin embargo, las personas que sufren de somnifobia o de miedo a dormir, la idea del descanso nocturno puede ser incluso aterradora. Pero, ¿Por qué sucede esta fobia a dormir y cómo podemos abordarla?

¿Qué es el miedo a dormir o somnifobia?

La fobia a dormir o somnifobia, hipnofobia implica un miedo irracional a quedarse dormido/a. De esta forma, las personas que sufren de este temor a dormir suelen pensar que al hacer no podrán despertar por la mañana. Este trastorno también es conocido como hipnofobia o clinofobia.

Esta ansiedad y miedo que experimentan suelen perjudicar mucho a la vida de quiénes lo sufren ya que tienen dificultades para quedarse dormidos/as a pesar de estar cansados/as y aunque logren dormir poco, su descanso es fragmentado o de mala calidad. Además del miedo a morir, las personas con esta fobia a dormir pueden padecerla debido a otros trastornos del sueño, como puede ser experimentar de pesadillas o de parálisis del sueño con frecuencia.

Síntomas de la fobia a dormir

Existen una serie de síntomas psicológicos como físicos que acompañan a la somnifobia. Entre los más comunes encontramos los siguientes:

  • Miedo y ansiedad a la hora de acostarse.
  • Sentirse angustiado o atemorizado cuando se acerca la hora de acostarse
  • Elegir quedarse despierto hasta tarde y postergar el sueño
  • Pensamientos cíclicos y acelerados
  • Opresión en el pecho
  • Ataques de pánico
  • Sudoración y escalofríos
  • Hiperventilación
  • Frecuencia cardíaca más rápida
  • Falta de sueño y síntomas relacionados
  • Fatiga y falta de energía durante el día

¿Cuál es la diferencia entre somnifobia e insomnio?

A pesar de que una persona con miedo a dormir sufre muchos de los síntomas del insomnio, la realidad es que no son lo mismo. Por un lado, la somnifobia es un trastorno de ansiedad y se trata de un temor que impide que las personas duerman incluso cuando están cansadas. Normalmente las personas que experimentan este tipo de ansiedad antes de dormir suelen tener esta fobia debido a miedos relacionados con problemas de salud, la idea de morir, la preocupación por las pesadillas o los comportamientos nocturnos. El insomnio por otro lado es un trastorno crónico del sueño que dificulta que las personas que lo padecen puedan dormir o permanezcan dormidas. Es decir, no está relacionado con una fobia o miedo a dormir.

¿Qué causa este temor a dormir y no despertar?

Existen diferentes razones por las que alguien puede experimentar de este miedo a dormir durante la noche. La mayoría de los expertos apuntan a que esta fobia no se debe al sueño en sí, sino al temor de que pueda suceder algo mientras se descansa.  Esta fobia a dormir presenta unas causas comunes a la mayoría de los casos:

  1. Ansiedad: Una persona diagnosticada con un trastorno de ansiedad puede tener un miedo generalizado en torno tanto el sueño como a la noche. De hecho, durante la noche se tienen menos distracciones lo que puede hacer que aumente su ansiedad y se produzca este temor a dejar de respirar durmiendo o a morir durante el sueño.
  2. Sonambulismo: El sonambulismo suele diagnosticarse gracias a la ayuda de un miembro de la familia, un compañero de habitación o una pareja. Esto puede hacer que el sonámbulo se sienta avergonzado/a o nervioso/a por lo que hizo durante el episodio, lo que puede producir este miedo a todo lo relacionado con irse a dormir.
  3. Miedo a la muerte: En algunos casos el miedo a dormir puede provenir de la preocupación por acabar muriendo durante el sueño.
  4. Traumas: La ansiedad antes de dormir y esta fobia pueden relacionarse con la experiencia de un evento traumático como puede ser la muerte de un ser querido, un ataque físico o cualquier tipo de situación pasada que derive en un trastorno de estrés postraumático y afectando al sueño.

¿Cómo afecta el miedo a dormir?

Si estás experimentando de este tipo de fobias es importante tratarla a tiempo debido a todas las consecuencias que puedes sufrir:

Somnolencia diurna: Cuando una persona no duerme lo suficiente por la noche, inevitablemente estará cansada al día siguiente. De hecho, la somnolencia diurna es muy común a las personas con una fobia o miedo a los sueños.
Fatiga crónica: Si este miedo a dormir perdura durante mucho tiempo, las personas suelen sufrir de fatiga crónica, lo que puede implicar problemas de memoria, dificultad para concentrarse y hasta mareos.
Cambios de humor: La falta de sueño causada por este miedo a dormir y no despertar o cualquier temor alrededor del sueño, puede contribuir a que la persona esté más irritable y tenga estados de ánimo negativos. De hecho, las investigaciones señalan que no dormir lo suficientemente bien puede provocar irritabilidad y estados de ánimo negativos.
Pérdida de memoria: No descansar lo suficiente debido a la somnifobia también puede causar estragos en tus habilidades cognitivas, incluido todo lo que está relacionado con la memoria. Esto sucede ya que es durante los periodos de descanso cuando nuestro cerebro procesa la información y consolida los recuerdos.

¿Cómo afrontar el miedo a dormir?

Generalmente se recomienda mejorar la higiene del sueño a las personas que sufren de somnifobia. La razón de ello es que las rutinas permiten manejar mejor este problema psicológico en aquellos que lo sufren. Además, es importante acudir a un profesional de la salud mental antes de que los síntomas de no dormir vayan a más. Algunos consejos para afrontar el miedo a dormir son los siguientes:

  1. Practica una buena higiene del sueño: Participar en rituales positivos antes de la hora de acostarse puede aliviar tu ansiedad y ayudarte a dormir mejor. Puedes consultar todos los hábitos del sueño en este artículo.
  2. Evita los hábitos poco saludables: Algunas personas suelen afrontar este miedo a dormir a través de estrategias poco saludables, como puede ser alcohol o las drogas. A pesar de que en  un primer momento esto puede ayudar, la realidad es que suelen engrosar más el problema y ponerte en más peligros para tu salud física y mental.
  3. Mantén un diario: Escribir tus pensamientos y sentimientos, puede ayudarte a manejar la fobia a dormir. De hecho, puede darte pistas que te permitan comprender mejor el miedo a dormir y a saber cómo manejarla.

El miedo a dormir puede perjudicarnos en muchos sentidos. Por este motivo, es importante acudir a un psicólogo/a profesional para poder tratarla antes que sufras más consecuencias de no tomar un buen descanso durante la noche.

MundoPsicologos, Bibliografía

Legg, T (2021). Understanding Somniphobia, or Fear of Sleep. Healthline. https://www.healthline.com/health/somniphobia#diagnosis

Frazier, K (2018). Does Our Fear of Sleep Mirror Our Fear of Death? Psychology Today. https://www.psychologytoday.com/us/blog/sleepwalker-sound-sleeper/201808/does-our-fear-sleep-mirror-our-fear-death

miércoles, 12 de enero de 2022

Trastorno Adaptativo

Los trastornos de adaptación son afecciones relacionadas con el estrés. Sufres más estrés del que normalmente se esperaría en respuesta a un suceso estresante o inesperado, y el estrés provoca problemas significativos en tus relaciones, el trabajo o la escuela.

Los problemas en el trabajo, el hecho de asistir a la escuela en otro lugar, una enfermedad, la muerte de un familiar cercano o cualquier cambio en la vida pueden provocar estrés. La mayoría de las veces, las personas se ajustan a esos cambios en pocos meses. Sin embargo, si tienes un trastorno de adaptación, continúas teniendo reacciones emocionales y conductuales que pueden contribuir a que te sientas ansioso o deprimido. Sin embargo, no tienes que soportarlo a solas. El tratamiento puede ser breve y es probable que te ayude a recuperar el equilibrio emocional.

Síntomas

Los signos y síntomas dependen del tipo de trastorno de adaptación y pueden variar según la persona. Sufres más estrés del que normalmente se esperaría en respuesta a un suceso estresante, lo que provoca problemas significativos en tu vida. Los trastornos de adaptación afectan la forma en la que te sientes, así como lo que piensas de ti mismo y del mundo; también pueden influir en tus acciones y tu conducta. 

Algunos ejemplos son:

  • Sentirte triste, desesperanzado o no disfrutar cosas que solías disfrutar
  • Llorar con frecuencia
  • Estar preocupado o sentirte ansioso, nervioso, tenso o estresado
  • Trastornos del sueño
  • Falta de apetito
  • Dificultad para concentrarse
  • Sentirte abrumado
  • Tener dificultades para desenvolverte en las actividades diarias
  • Apartarte de tus fuentes de apoyo social
  • Evitar asuntos importantes, como ir al trabajo o pagar cuentas
  • Pensamientos o conductas suicidas

Los síntomas del trastorno de adaptación aparecen dentro de los tres meses posteriores a un suceso estresante y no duran más de seis meses después de su finalización. Sin embargo, los trastornos de adaptación persistentes o crónicos pueden continuar durante más de seis meses, en especial, si lo que te produce estrés continúa, como el desempleo.

Cuándo consultar al médico

En general, los factores de estrés son temporales y aprendemos a afrontarlos con el tiempo. Los síntomas del trastorno de adaptación mejoran cuando el estrés se alivia. Sin embargo, a veces, el suceso estresante sigue siendo parte de tu vida. También puede suceder que una nueva situación de estrés se presente y tengas que enfrentar la misma dificultad emocional nuevamente. Consulta con el médico si sigues teniendo problemas o si tienes dificultades para atravesar cada día. Puedes obtener tratamiento que te ayude a afrontar mejor los episodios de estrés y sentirte mejor con tu vida de nuevo. Si tienes inquietudes acerca de la adaptación o la conducta de tu hijo, habla con su pediatra.

Pensamientos o conductas suicidas

Si tienes pensamientos relacionados con lastimarte a ti mismo o lastimar a otra persona, llama al 911 o a tu número local de emergencias, dirígete a una sala de urgencias o cuéntaselo a un familiar o amigo de confianza. También puedes llamar a un número directo de prevención del suicidio.

Factores de riesgo

Es posible que algunos elementos aumenten la probabilidad de padecer un trastorno de adaptación.

Acontecimientos estresantes

Los acontecimientos estresantes de la vida, tanto positivos como negativos, pueden aumentar el riesgo de padecer un trastorno de adaptación. Por ejemplo:

  • Divorcio o problemas conyugales
  • Problemas interpersonales o en las relaciones
  • Cambios en la situación actual, como la jubilación, tener un bebé o mudarse para estudiar en la universidad
  • Situaciones adversas, como perder el trabajo, el fallecimiento de un ser querido o tener problemas económicos
  • Problemas en la escuela o en el trabajo
  • Experiencias que ponen en peligro la vida, como una agresión física, peleas o desastres naturales
  • Factores de estrés continuo, como tener una enfermedad o vivir en un vecindario inseguro

Tus experiencias de vida

Las experiencias de vida pueden impactar en tu forma de afrontar el estrés. Por ejemplo, el riesgo de padecer un trastorno de adaptación puede aumentar si:

  • Viviste con un nivel significativo de estrés durante la niñez
  • Tienes otros problemas de salud mental
  • Te enfrentas a varias circunstancias difíciles al mismo tiempo

Complicaciones

Si los trastornos de adaptación no se resuelven, con el tiempo, pueden derivar en problemas de salud mental más graves, como trastornos de ansiedad, depresión o abuso de sustancias.

Prevención

No hay ninguna manera garantizada de evitar los trastornos de adaptación. Sin embargo, desarrollar la capacidad saludable de enfrentar desafíos o situaciones y aprender a ser resiliente te puede servir en momentos de mucho estrés.

Si sabes que se aproxima una situación estresante (como una mudanza o la jubilación) acude a tu fortaleza interna, aumenta tus hábitos saludables y reúne a tus redes de contención sociales por adelantado. Recuérdate que, por lo general, la situación durará un tiempo limitado y que puedes superarla. Además, considera visitar al médico o al profesional de salud mental para analizar formas saludables de controlar el estrés.

Diagnóstico

El diagnóstico de los trastornos de adaptación se basa en la identificación de los factores importantes de la vida que causan estrés, tus síntomas y cómo estos afectan tu capacidad para desenvolverte. El médico te preguntará sobre tu historia clínica, antecedentes sociales y de salud mental. Es posible que utilice los criterios establecidos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Para el diagnóstico de trastornos de adaptación, el DSM-5 enumera estos criterios:

  • Tener síntomas emocionales o conductuales dentro de los tres meses después de que suceda un determinado factor estresante en tu vida
  • Sufrir más estrés del que normalmente se esperaría en respuesta a un suceso de vida estresante o sufrir estrés que provoca problemas significativos en tus relaciones, el trabajo o la escuela
  • Los síntomas no son el resultado de otro trastorno de salud mental o parte del duelo normal

Tipos de trastornos de adaptación

El DSM-5 enumera seis tipos diferentes de trastornos de adaptación. Aunque todos están relacionados, cada tipo tiene signos y síntomas específicos. Los trastornos de adaptación pueden ser los siguientes:

  1. Con estado de ánimo depresivo. Los síntomas comprenden, principalmente, llanto y sensaciones de tristeza y desesperanza, así como falta de placer en las cosas que solías disfrutar.
  2. Con ansiedad. Los síntomas comprenden, principalmente, nerviosismo, preocupación, sensación de agobio y dificultad para concentrarte o recordar cosas. Los niños que tienen un trastorno de adaptación con ansiedad pueden tener mucho miedo de que los separen de sus padres y seres queridos.
  3. Con una mezcla de ansiedad y estado de ánimo depresivo. Los síntomas comprenden una mezcla de depresión y ansiedad.
  4. Con alteración de la conducta. Los síntomas comprenden, principalmente, problemas conductuales, tales como peleas o conducción imprudente de vehículos. Los jóvenes pueden faltar a la escuela o vandalizar propiedades.
  5. Con una mezcla de alteración de las emociones y de la conducta. Los síntomas comprenden una mezcla de depresión y ansiedad, así como problemas conductuales.
  6. Sin especificar. Los síntomas no corresponden a los demás tipos de trastornos de adaptación, pero a menudo comprenden problemas físicos, problemas con la familia o amigos, o problemas en el trabajo o la escuela.

Duración de los síntomas

La duración de los signos y síntomas del trastorno de adaptación también puede variar. Los trastornos de adaptación pueden ser los siguientes:

  1. Agudo. Los signos y síntomas duran seis meses o menos. Deberían aliviarse una vez que el factor que causa el estrés se elimine.
  2. Persistentes (crónicos). Los signos y síntomas duran más de seis meses. Continúan molestándote y perturban tu vida.

Tratamiento

A muchas personas con trastornos de adaptación les resulta útil el tratamiento y, a menudo, solo necesitan un tratamiento breve. Otras, incluidas las que sufren trastornos de adaptación persistente o estrés continuo, pueden beneficiarse de tratamientos más prolongados. Los tratamientos para este trastorno comprenden psicoterapia, medicamentos o ambos.

Psicoterapia

La psicoterapia, también llamada «terapia de conversación», es el tratamiento principal para los trastornos de adaptación. Puede proporcionarse en sesiones de terapia familiar, grupal o individual. La terapia puede:

  • Proporcionar apoyo emocional
  • Ayudarte a volver a tus hábitos normales
  • Ayudarte a saber por qué el acontecimiento estresante te afectó tanto
  • Ayudarte a aprender habilidades para controlar el estrés y hacer frente a desafíos o situaciones a fin de poder lidiar con acontecimientos estresantes

Medicamentos

Pueden incorporarse medicamentos como los antidepresivos y los medicamentos contra la ansiedad para aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad. Al igual que con la terapia, es posible que necesites medicamentos solo por algunos meses, pero no dejes de tomar ningún medicamento sin hablar primero con tu médico. Si se interrumpen abruptamente, algunos medicamentos (como determinados antidepresivos) pueden provocar síntomas parecidos a los de la abstinencia.

Estilo de vida y remedios caseros

A continuación, te da ofrezco algunas medidas que puedes tomar para mejorar tu bienestar emocional.

Consejos para aumentar la resiliencia

La resiliencia es la capacidad de adaptarse bien al estrés, la adversidad, una situación traumática o una tragedia; básicamente, es la capacidad de recuperarse después de un acontecimiento difícil. Si bien la formación de la resiliencia puede variar según la persona, ten en cuenta estas estrategias:

  • Mantente en contacto con redes de contención sociales saludables, como los amigos positivos y los seres queridos.
  • Haz algo que te dé una sensación de logro, diversión o propósito todos los días.
  • Mantén un buen estilo de vida durmiendo bien, consumiendo una dieta saludable y haciendo actividad física periódicamente.
  • Aprende de las experiencias pasadas a mejorar tu capacidad de enfrentar desafíos o situaciones.
  • Mantente optimista sobre el futuro y esfuérzate para tener una actitud positiva.
  • Reconoce y fomenta tus fortalezas personales.
  • Enfrenta tus miedos y acepta los desafíos.
  • Haz un plan para enfrentar los problemas cuando aparecen, en lugar de evadirlos.
  • Busca contención

Podría ayudarte hablar de lo que te sucede con familiares y amigos afectivos, recibir contención de una comunidad religiosa o buscar un grupo de apoyo orientado a tu situación.

Habla con tu hijo sobre los acontecimientos estresantes

Si tu hijo tiene problemas para adaptarse, intenta alentarlo dulcemente a que hable de lo que le está sucediendo. Muchos padres asumen que hablar sobre un cambio difícil, como un divorcio, hará que el niño se sienta peor. Sin embargo, tu hijo necesita tener la oportunidad de expresar sus sentimientos de aflicción y sentir la confirmación de tu parte de que seguirás brindándole amor y apoyo.

Preparación para la consulta

Ya sea que hayas empezado por consultar al médico de atención primaria o a un profesional de salud mental en busca de una evaluación o tratamiento, a continuación, tienes una guía que te ayudará a prepararte para la consulta y a saber qué debes esperar del médico.

Si es posible, tal vez, quieras tomar notas durante la consulta o ir acompañado por un familiar o un amigo que te ayude a recordar la información.

Qué puedes hacer

Para prepararte para la consulta, haz una lista de lo siguiente:

  • Síntomas que hayas tenido y durante cuánto tiempo.
  • Tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida, tanto positivo como negativo.
  • Información médica, incluso otros trastornos de salud física o mental que te hayan diagnosticado. Incluye todos los medicamentos, las vitaminas, las hierbas u otros suplementos que estés tomando, y sus dosis.
  • Preguntas que desees hacerle al médico para aprovechar al máximo el tiempo junto.

Algunas preguntas para hacerle al médico pueden ser las siguientes:

  • ¿Qué crees que causa los síntomas que tengo?
  • ¿Existe alguna otra causa posible?
  • ¿Este trastorno suele ser temporal o duradero?
  • ¿Recomiendas hacer un tratamiento? De ser así, ¿con qué enfoque?
  • ¿En cuánto tiempo crees que mejorarán mis síntomas?
  • ¿Debería consultar a un especialista en salud mental?
  • ¿Recomiendas algún cambio temporal en el hogar, el trabajo o la escuela para ayudar a recuperarme?
  • ¿Hay folletos u otro material impreso que pueda consultar?
  • ¿Qué sitios web me recomiendas?

No dudes en hacer otras preguntas durante la consulta.

Qué esperar del médico

Probablemente el médico te hará una serie de preguntas. Prepárate para responderlas, de manera que ahorres tiempo y puedas dedicarlo a repasar los puntos en los que quieras concentrarte. El médico puede preguntarte lo siguiente:

  • ¿Qué síntomas tienes?
  • ¿Cuándo fue la primera vez que tú o tus seres queridos notaron los síntomas?
  • ¿Qué cambios importantes han sucedido recientemente en tu vida, tanto positiva como negativa?
  • ¿Cómo ha intentado enfrentar estos cambios?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes triste o deprimido?
  • ¿Tienes pensamiento suicidas?
  • ¿Con qué frecuencia te sientes ansioso o preocupado?
  • ¿Tienes problemas para dormir?
  • ¿Tienes dificultad para terminar tareas del hogar, el trabajo o la escuela que antes considerabas manejables?
  • ¿Evitas los eventos sociales o familiares?
  • ¿Has tenido algún problema en tu casa o en la escuela?
  • ¿Has tomado alguna decisión impulsiva o has tenido conductas imprudentes que no son típicas de ti?
  • ¿Tomas bebidas alcohólicas o consumes drogas recreativas? ¿Con qué frecuencia?
  • ¿Has recibido tratamiento por otro trastorno de salud mental en el pasado? En caso afirmativo, ¿Qué tipo de terapia te ayudó más?