En la primera parte de este Blog tratare los celos patológicos desde el punto de vista de
la Terapia Racional Emotiva (Albert Ellis). En primer lugar, conviene
distinguir entre los celos normales, que cualquier persona puede sentir en un
momento dado sin que suponga un problema y los celos patológicos.
Los celos sanos consisten en una preocupación por la posible pérdida
de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa
persona tiene con alguien más. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que
sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado
íntima con nadie más. Esto a veces causa algunos problemas en la pareja pero no
son demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los miembros
de la pareja.
Por el contrario, los celos
patológicos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad,
auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la
relación.
La diferencia entre ambos tipos
de celos está en que en vez de preferir y desear que su pareja esté sólo con él
o ella, las personas con celos patológicos, están exigiendo o demandando que su
pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocional o sexualmente con
otras personas. Al estar utilizando un pensamiento rígido, basado en exigencias
absolutistas que no admiten más posibilidad que el cumplimiento de sus deseos,
estas personas perciben la posibilidad de una infidelidad como algo terrible
(siempre que exijas que algo tiene que ser como tú quieres que sea, en vez de
solamente preferirlo, considerarás horrible la mera posibilidad de que no sea
así). De este modo, vigilará cada gesto inocente de su pareja hacia otra
persona para tratar de prevenir e impedir que llegue a suceder eso que
considera tan terrible e insoportable.
En cambio, cuando una persona
utiliza un pensamiento flexible, se dice a sí misma cosas como "Deseo
mucho que mi pareja esté sólo conmigo, pero es libre de elegir lo que quiere, y
si me deja será doloroso y frustrante pero no será algo terrible, ni
insoportable, ni me matará". La persona que piensa de este modo puede
estar preocupada, pero no aterrorizada ante la posibilidad del abandono, ni
necesitará estar constantemente en guardia por si sucede eso tan temido. En
cambio, si está utilizando un pensamiento rígido y dogmático, creerá cosas
como: "Mi pareja no puede ni debe dejarme nunca bajo ninguna circunstancia
ni tiene derecho a hacerlo porque si lo hace me sentiré fatal y será terrible e
insoportable". La persona que piensa de este modo se sentirá muy ansiosa,
insegura, deprimida, agresiva y dependiente.
Por ejemplo, quien piensa que
su valor personal u hombría, en el caso de los hombres depende de que su pareja
permanezca con él o ella, está creando una relación de dependencia que lo
mantendrá continuamente ansioso pensando en lo horrible y humillante que sería
que su pareja lo dejara; mientras que si piensa que su valor como persona no
tiene nada que ver con eso (es decir, utiliza un pensamiento más realista)
entonces se sentirá más relajado en su relación con su pareja.
Creencias irracionales que dan
lugar a celos patológicos
Los sentimientos de hostilidad
provienen de creencias como: "si mi pareja me deja sufriré mucho; por
tanto, no puede dejarme y si lo hace es una persona horrible que merece el
castigo". De este modo se ven con derecho a llegar incluso a la violencia.
Es decir, quien piensa así, considera que sus deseos son órdenes para los demás
y antepone sus propios deseos y bienestar al de su pareja: "como a mí me
dolería mucho que me dejaras, no eres libre para hacerlo".
Entre estas creencias
irracionales se encuentran las siguientes:
1. La pareja que yo he elegido
debe amarme mucho y en todo momento mientras yo quiera que sea así.
3. No puedo soportar que mi
pareja no me quiera tanto como yo a ella/él.
4. Dado que no he logrado que mi pareja me quiera como tendría que
haber hecho, soy una persona inadecuada e indigna de amor.
5. Si mi pareja me deja, nunca encontraré a nadie a quien amar y seré
infeliz toda mi vida porque no puedo ser feliz sin un/a hombre/mujer.
6. Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi
pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir.
7. Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mí y pensarán que
soy un idiota total y eso no podría soportarlo. Etc...
2 parte
El sentir celos es algo bastante común pero lo que se define como un
celoso compulsivo o una persona que está en cierta manera adicta a los celos,
es el comportamiento desgastante tanto para el que los sufre como para su
pareja y se sale de los límites normales que marcan este sentimiento.
Las
personas con celos de este tipo conocidos también como celosos enfermizos no
solo son celosos con sus parejas, pueden serlo con sus padres, sus hermanos,
sus amigos o con colegas del trabajo. Es un comportamiento que se desarrolla
generalmente en la infancia y se incrementa a la edad adulta. Los celos mal
llevados al extremo constituyen una patología fuertemente autodestructiva; el
sujeto que padece esta enfermedad "vive" en un estado de infelicidad,
en función de sus miedos y sospechas de engaño, muchas veces completamente
infundados y prácticamente no acepta otra condición de verdad que no sean las evidencias
que confirman su inseguridad en la relación. Los celos patológicos pueden
manifestarse indistintamente en hombres o mujeres.
Los celos causan mucha angustia e infelicidad y aún provocar el daño
al ser objeto del celo, incluso hasta provocar una respuesta física de agresión
desmedida terminando, en la reclusión (secuestro), en el asesinato o agresión
física. Este nivel de celo es muy difícil de curar y las personas que lo
padecen tienen grandes posibilidades de llegar a situaciones extremas si no se
someten a un especialista. Debido a la gran cantidad de casos de violencia
doméstica causada por los celos.
Tratamiento
La cura está basada en la recuperación de la confianza en la relación
de pareja y de la seguridad de si mismo reconociendo el espacio vital que toda
pareja debe tener y que no debe ser invadido por el otro. La prevención está
relacionada con el aprendizaje durante la infancia de los valores de la
tolerancia, el respeto y el reconocimiento de los derechos del otro. Además
también pueden prevenirlos una buena comunicación en la pareja. Una vez
desarrollados los celos, la terapia psicológica puede ser muy útil si es que no
hay una patología subyacente, como el alcoholismo. Si
hay una patología
subyacente, la terapia psicológica debe abordarla. En los casos de delirio, el
enfoque es farmacológico.
Algunas características son:
1. Desconfía continuamente hasta de su propia sombra, siente un gran
odio por los compañeros o compañeras de trabajo de su pareja. Odio a las amigas
o amigos de su pareja.
2. Revisa constantemente los
objetos personales de su pareja, celular, billetera, libreta de teléfonos,
perfiles en las páginas sociales y agendas de trabajo.
3. Tiene una auto estima muy
baja y una inseguridad tremenda y falta de confianza en si mismo.
5. Sus celos se fundan en lo
que se imagina y no en una evidencia real.
6. Duerme pocas horas pensando en que su pareja les está siendo infiel
y cuando su pareja duerme se levanta sin hacer ruido con el afán de buscar
alguna evidencia que confirme sus sospechas.
Consejos para controlar los celos patológicos
1. Comparte actividades placenteras con los amigos, familiares y
colegas en pareja para que ambos se sientan partícipes del mismo círculo.
2. Practica algún pasatiempo o
deporte para alejar tus pensamientos y disipar tus celos fantasmales y cargarte
de buena vibra.
3. Evitar los pensamientos
negativos y las fantasías negativas sobre la pareja.
4. La terapia de pareja
funciona muy bien cuando los celos han llegado a un extremo irracional o
patológico.
5. Los ejercicios de
relajación, la meditación trascendental y la yoga ayudan a balancear la mente
cuerpo y el espíritu. Esto ayuda a la persona a modificar sus pensamientos
negativos y transformarlos en positivos.
Conclusion
Los celos patológicos limitan de una manera extrema la vida de la
pareja pues el temor es más fuerte que el amor. Los celos pueden llegar a tal
extremo que algunas veces contribuyen a actos de violencia doméstica que pueden
escalar a extremos peligrosos. La pareja que sufre este tipo de problemas en su
relación debe buscar ayuda inmediata. Un Psicologo clinico de pareja a través de unas
cuantas sesiones puede ayudar a la persona que sufre de celos patológicos a
controlar sus sentimientos y hacerle ver que los celos patológicos no son
reales sino que simplemente son fantasías erróneas que la persona que los sufre
asume como hechos y que conducen a patrones indeseables entre la pareja.
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