Se
denomina encopresis o incontinencia fecal cuando un niño defeca (mueve sus
intestinos) en su ropa interior o en cualquier otro lugar inapropiado.
La
Encopresis infantil es la defecación involuntaria que sobreviene al niño mayor
de 4 años, sin existir causa orgánica que lo justifique. Se asocia
frecuentemente con la enuresis. Frecuentemente sobreviene durante el día,
es un signo de perturbación
de las primeras etapas de la maduración de la personalidad.
Se diferencia de la "incontinencia fecal infantil" en que esta última es consciente y su etiología es orgánica (enfermedades metabólicas, malformaciones congénitas, oligofrenia).
La incontinencia puede asociarse con trastornos en la motricidad, crisis epilépticas, anomalías del lenguaje, manipulación de excrementos e, incluso, coprofagia.
Dentro del trastorno denominado Encopresis o incontinencia fecal existen dos tipos bien definidos de la afección: primaria y secundaria. De acuerdo a diversos estudios realizados por los especialistas médicos, el 50% de los casos de niños que presentan esta enfermedad se enmarcan dentro de los parámetros de la llamada Encopresis Primaria síntoma que demuestra que el control intestinal aún no ha sido aprendido como corresponde.
El otro 50% de los casos corresponden a la llamada Encopresis Secundaria, la cual por lo general se presenta en niños mayores de 4 años. Refleja un cuadro en el que, si bien el pequeño ha logrado inicialmente el control del esfínter anal, se produce una regresión que ocasiona que pierda el dominio a nivel intestinal.
En ambos casos, es de vital importancia determinar las posibles causas que han provocado la aparición de este trastorno, que la mayoría de las veces está íntimamente ligado a algún tipo de trauma psicológico que padece el pequeño.
En la actualidad, tras varios estudios e investigaciones, los especialistas han concluido que el síndrome de Encopresis puede llegar a presentarse por determinadas causas que provocan la falta de control de esfínteres por parte del niño.
La
encopresis se asocia frecuentemente con el estreñimiento y con la retención
fecal. A menudo, la materia fecal dura permanece en el colon y el niño sólo
evacua heces suaves o semilíquidas que rodean las heces retenidas. El escape de
las heces puede ocurrir durante el día o la noche y rara vez hay causas físicas
diferentes al estreñimiento (algunas veces presente desde la lactancia)
Otras
causas pueden estar relacionadas o principales factores determinantes para la aparición de esta afección:- Falta de educación de los esfínteres.
- Predisposición física a ineficaz motilidad y funcionamiento intestinal.
- Tratamientos prolongados con laxantes y supositorios.
- Fisuras anales.
- Constipación.
- Pacientes con constipación que inician dietas para el estreñimiento.
- Causas de origen emocional.
- Niños autistas o con severos desórdenes emocionales.
- Educación de los esfínteres a edad muy temprano.
- Alteración emocional como el trastorno de oposición desafiante.
- Trastorno de conducta.
Cualquiera
que sea la causa, el niño puede llegar a desarrollar un sentimiento de
vergüenza, culpabilidad o pérdida de autoestima conexos y puede tratar de
ocultar el descubrimiento del problema.
Los
siguientes factores pueden incrementar el riesgo de encopresis:
- Pertenecer al género masculino
- Estreñimiento crónico
- Nivel socioeconómico bajo
Síntoma
En
la mayoría de los niños con encopresis, los signos más evidentes son ropa
interior sucia y olor. Otros signos y síntomas pueden incluir:
Defecación en lugares inapropiados (por lo general, en la ropa del niño)
Comportamiento reservado asociado con las defecaciones
Estreñimiento y heces duras
Evacuación ocasional de heces muy grandes que casi obstruyen el inodoro.
Periodos de constipación (ausencia de movimientos intestinales) que alternan con deposiciones muy prolongadas
Rasgos de sangre en la cara externa de las heces o en el papel higiénico que se uso para limpiarse después del movimiento intestinal.
Ropa sucia con material fecal escondida en closets, debajo de la cama u otros lugares
Orinarse en la cama, probablemente relacionado con la presión de la masa grande y dura de material fecal en el recto; esto ocurre en alrededor del 40% de los casos de encopresis.
En raros casos, cuando la encopresis está causada por un problema psicológico serio, el niño puede tirar o ensuciar con material fecal los pisos, paredes o muebles.
Diagnóstico
El médico comenzará preguntándole acerca de
los hábitos de deposición de su niño, incluidos la frecuencia con que su niño
mueve los intestinos, el tamaño de las heces de su niño y si la cara externa de
las heces tienen rasgos de sangre. El médico le preguntará sobre la dieta de su
hijo, especialmente acerca de los alimentos que tienden a constipar (por
ejemplo leche entera, queso, bananas, arroz blanco y pan blanco) y sobre los
alimentos con alto contenido en fibras (frutas, verduras, granos integrales)
que ayudan a ablandar las heces. Algunos médicos les piden a los padres que
mantengan un registro de la dieta y las deposiciones de su hijo para ayudar a
encontrar el mejor tratamiento para el niño. El médico también querrá saber
acerca de todo periodo inusual de estrés en la vida del niño, tanto en la casa
como en la escuela.
Éste
examinará a su niño en busca de anomalías físicas en el abdomen, área de los
genitales o parte inferior de la columna. Quizá también examine el recto de su
niño en busca de fisuras u otras anomalías y quizá también verifique si hay
mucha material fecal en el recto.
En
la mayoría de los casos, el médico puede diagnosticar encopresis en base a la
edad de su hijo, sus antecedentes y síntomas de constipación crónica y los
resultados del examen físico. En la mayoría de los casos, no es necesario realizar
otros exámenes.
Si
el médico cree que el problema puede estar relacionado con anomalías en la
parte inferior del tubo digestivo, quizá le ordene un examen con radiografías
llamado enema opaco u otro procedimiento llamado biopsia rectal. En una biopsia,
se extrae un pequeño trozo de tejido del recto para que pueda ser examinado en
un laboratorio. Además, si su hijo muestra signos de hipotiroidismo, su médico
quizá ordene análisis de sangre para medir los niveles de la hormona tiroidea.
Observación
en psicoterapia y psicoanálisis
También
puede haber un interés del niño por conseguir una reacción de sus padres,
porque obtiene algo, que habitualmente es su atención. O problemas emocionales,
como cambio de colegio, de casa, la separación de los padres o el nacimiento de
un hermano pequeño; en definitiva, cualquier factor que altere el entorno del
niño.
En
el terreno de la analidad, el niño es dueño, amo absoluto, a menos que lo sea
su madre. Y el yo y el otro se constituyen en ese terreno de acuerdo a cómo sea
investido el niño y sus productos por ambos padres.
Los
trastornos de la defecación muestran la lucha que se entabla para sostener la
omnipotencia, el dominio de sí mismo y de sus pertenencias, así como la constitución del yo y del objeto. También ponen al descubierto
la ligazón entre analidad y narcisismo, así como la internalización de las
normas anales como precursoras del Superyó. de estos casos, en los tres tipos de perturbaciones, nos encontramos con
secretos familiaresque están incidiendo.
Y
el niño presentifica en su cuerpo lo impensable. Impensable de lo transmitido
sin palabras, como un paquete cerrado, pero también lo impensable del abandono
de una madre o de la caída de un padre. Abandono, caída, que retornan.
Mientras
que las encopresis primarias son siempre trastornos en la estructuración
psíquica, las encopresis secundarias pueden ser:
- Simbólicas (remiten a una escena) (son síntomas);
- Por vacío mental
También
hay que tener en cuenta que las diferencias no son siempre nítidas y que hay
niños que pueden fluctuar entre las diferentes formas de encopresis. A la vez,
hay situaciones que se reiteran, en los tres grupos, con matices diferentes.
Abandonos, violencias, secretos, decepciones, humillaciones, duelos no
tramitados sufridos por el niño o por las generaciones precedentes inciden en
el aquí y ahora. Y, si bien hay un predominio de situaciones de abandono en el
primer grupo, de violencia en el segundo y de decepciones y humillaciones en el
tercero, la diferencia fundamental parece estar dada por el modo en que estos
niños procesan esas situaciones traumáticas.
Tratamiento
El
objetivo del tratamiento es prevenir el estreñimiento y estimular los buenos
hábitos de defecación. Para eliminar la retención fecal, se utilizan laxantes y
algunas veces enemas. Usualmente, se prescribe un ablandador de heces.
Una
dieta rica en fibra, incluyendo frutas, verduras, productos de granos
integrales y cantidades adecuadas de líquidos, favorece el paso de las heces
más blandas y minimiza la molestia causada por las deposiciones. Otra forma de
tratar este problema es suministrarle al niño vaselina líquida saborizada en
una cantidad suficiente para que el aceite salga del recto. Éste es un
excelente tratamiento a corto plazo, pero se debe evitar su uso prolongado
debido a la interferencia con la absorción del calcio y la vitamina D.
Los
padres deben brindar apoyo y abstenerse de criticar y desanimar a los niños.
Los gastroenterólogos pediátricos a menudo educan a los padres y al niño y
utilizan la bio retroalimentación en el niño para tratar los casos más
difíciles. De igual manera, la psicoterapia puede ayudar al niño a hacer frente
a los sentimientos conexos de vergüenza, culpabilidad o pérdida de autoestima.
Cuando existe una encopresis sin presencia de estreñimiento, la evaluación
psiquiátrica puede ayudar a determinar la causa subyacente.
Si
su hijo tiene encopresis a causa de la constipación crónica, aquí te dar un
tratamiento que consiste en los tres siguientes
pasos:
Eliminar de los intestinos la masa grande de material fecal: esto a menudo se realiza con medicamentos (laxantes) por boca, sin embargo a veces es necesario colocar enemas o supositorios rectales.
- Prevenir la constipación del recto: el niño quizá necesite tomar un ablandador de heces durante seis meses o más, como lactulosa (se vende en diferentes marcas comerciales) o aceite mineral para ayudar a que las deposiciones sean más fáciles y menos molestas. Puede llevar varias semanas o hasta meses de deposiciones regulares hasta que los intestinos agrandados vuelvan a tener su tamaño normal y recuperen su tonicidad muscular normal.
- Enseñar hábitos normales de defecación: para dejar que los músculos de los intestinos respondan normalmente a la necesidad de defecar, el niño necesitará sentarse en el inodoro durante 10 a 15 minutos regularmente durante el día, inclusive después de cada comida. Su médico quizá le sugiera que trate de motivar a su hijo con un “sistema de fichas y recompensas”. Esto típicamente significa usar una tabla colorida para controlar el progreso de su hijo, con una estrella o calcomanías doradas cada día que su hijo mantuvo limpia su ropa interior. Cuando la tabla está completa, usted puede permitirle a su hijo elegir un pequeño regalo.
- Si su hijo tiene encopresis debido a problemas neurológicos o de desarrollo que afectan el tubo digestivo, su médico lo derivará a un especialista, como un neurólogo o gastroenterólogo para un tratamiento.
- Si la encopresis de su hijo parece estar relacionada con problemas psicológicos serios, su médico probablemente lo derivará al psicólogo clínico o a un especialista en desarrollo.
Pronostico
La mayoría de los niños responden al
tratamiento con encopresis y superan el problema, incluidos cambios en la
alimentación, la medicación y terapia motivacional.
Cuando
la encopresis está relacionada a problemas psicológicos, el tratamiento puede
llevar más tiempo.
Prevención
La
prevención es suele ser difícil debido a que las causas a menudo no son claras.
Como regla general, evite la educación de los esfínteres demasiado temprana o
muy coercitiva. Aquí dare puntos clave para ayudar a prevenir la encopresis
causada por la constipación crónica, usted puede:
Evitar por un tiempo alimentar a su niño con alimentos que causen constipación, especialmente bananas, manzanas, arroz blanco, queso y gelatina. Demasiada leche también puede ser un problema, así que pregúntele a su médico acerca de que cantidad de leche se considera adecuada para su hijo.
- Incremente gradualmente la cantidad de agua y fibra en la dieta de su hijo. Su médico también puede guiarlo acerca de la cantidad de vasos de agua y la cantidad diaria de fibra recomendada para la edad de su hijo.
- Haga que su hijo se siente en el inodoro durante 10 a 15 minutos dos veces por día, a la misma hora todos los días. Su hijo también debería ir al baño 10 o 15 minutos después de cada comida.
- Mantenga activo a su hijo. El ejercicio físico ayuda a mover los intestinos para que la defecación se produzca más fácil y rápidamente.
- Estimule y elogie a su niño por cada día que éste se mantuvo limpio. Nunca castigue, avergüence o culpe a su hijo.
Consulte con su médico antes de colocarle un
enema o supositorios rectales a su hijo. Evite el uso de laxantes a diario a
menos que sea parte del tratamiento de su hijo.
Recuerde que aún después de que su hijo haya
aprendido completamente a controlar esfínteres, pueden ocurrir accidentes
ocasionales. Es importante que usted permanezca calmado y despreocupado cuando
cambia la ropa sucia de su hijo. Trate de no demostrarle disgusto, decepción o
frustración.
Gracias Dr me sirvio muchisimo leer su blog sobre este problema, lo entiendo y se que hacer ahora, que lastima no pueda usted tratarlo por la distancia, mi pediatra espero sabra aquien recomendarme igual. Gusto en leerlo y saber que hay otra pagina mas que sirve de ayuda. Saludos.
ResponderEliminarMuy claro, gracias, me ha servido de mucho toda la información.
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