Paulo Coelho |
Poner fin a un
ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos… no importa el nombre que le demos,
lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron.
¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa
de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo
cultivé, ¿ha desaparecido sin más? Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por
qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más
hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se
convirtieron de repente en polvo.
Pero una actitud
así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos,
tus hijos, tu hermano, todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página,
mirando hacia delante y todos sufrirán al verte paralizado.
RECUERDOS. Nadie
puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al
intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente
niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia
sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se
fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener
vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y
hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a
ello. Por eso es tan importante ¡por muy doloroso que sea! destruir
recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos y deshacernos de todo
aquello que ya no es útil para nosotros incluso los recuerdos que lastiman.
Todo en este mundo
visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro
corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un
espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar.
Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas
veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado,
no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu
amor.
Deja de encender
tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra
cómo has sufrido con determinada pérdida, eso no hace sino envenenarte. Nada
hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de
empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en
espera del "momento ideal".
La vida está para
adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas
"por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con
satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de
regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?,
¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no,
déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por
orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese
corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el
mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no
hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el
círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque
en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti
mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
DEJARLO IR. Antes
de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo
que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir
sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito
no es una necesidad.
Puede parecer
obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por
orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente,
aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la
casa, sacude el polvo.
Deja de ser quien
eras y transfórmate en el que eres…Esa es la vida.
Gracias, un saludo desde Madrid.
ResponderEliminar