El libro de Kiley
enfatiza sobre él, pero no hace más que dar un nombre ya casi literario a un
elemento que ha estado presente, desde siempre, en toda caracterización
neurótica, desde los comienzos de los enfoques de la terapia psicoanalítica.
Cuando Freud ha hablado de la fijación, se ha referido, de alguna manera al
estancamiento de la evolución de la personalidad que se verifica en los sujetos
que padecen estos tipos de sintomatología. Tal vez, lo que sobreviene es que
este conjunto de síntomas que singularmente nos ocupa, no ha tenido una
categorización en la bibliografía psiquiátrica, en general, lo cual es
asombroso. De hecho, “el síndrome de Peter Pan” no constituye una psicosis. Es
un trastorno neurótico o acaso definidamente caracterológico. Kiley mismo
insiste en su obra sobre la dificultad en la modificación de la anomalía de
estas conductas, pero sin hacer referencia a las mismas o parejas dificultades
que se presentan, en toda terapia, para la reacomodación de los cuadros
negativos que entorpecen la evolución del sujeto.
El síndrome de Peter
Pan es un trastorno del desarrollo de la personalidad, donde el sujeto se niega
a asumir el paso del tiempo y desempeñar un rol de adulto.
El síndrome de Peter
Pan se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos, sociales.
La personalidad masculina (o femenina) en cuestión es inmadura y narcisista. El
sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de
su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. De forma más abarcadora,
según Kiley, las características de un "Peter-Pan" incluyen algunos
rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, dependencia,
negación del envejecimiento, manipulación
y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas
por ella establecidas. En ocasiones los que padecen este síndrome acaban siendo
personajes solitarios. Con escasa capacidad de empatía o de apertura al mundo
de los "grandes", al no abrirse sentimentalmente, son vividos como
individuos fríos o no predispuestos a darse, lo que vuelve como un
"boomerang" a través de la no recepción de entregas o muestras ajenas
de cariño. Algunos profesionales avanzando tal vez audazmente en sus
diagnósticos los han denominado esquizo - afectivos. También se dice que este
padecimiento se da por no haber vivido una infancia normal, por haber trabajado
desde edades demasiado tempranas o por otros motivos.
“Se trata de personas
que aunque han alcanzado la edad adulta, viven como adolescentes, están
rodeados de amigos menores que ellos, son incapaces de afrontar las
responsabilidades y son inmaduros emocionalmente”. Este síndrome puede
aparecer en mujeres y hombres, pero en el 99 por ciento de los casos, son
varones los que sufren esta patología de la cual no es nada fácil recuperarse.
Síntomas
Es frecuente que haya
crisis de ansiedad, de angustia y de depresión. Los años van pasando, y aun
cuando el sujeto está como protegido con una suerte de coraza psicológica para
no advertir el paso del tiempo, esporádicamente ésta desaparece por
circunstancias imprevisibles. Es entonces cuando el paciente se encuentra con
las manos vacías y con una vida dolorosamente irrealizada. Con parejas
inadecuadas, o de modo extremo -lo que también suele pasar- sin pareja alguna.
El nido infantil es una inconsciente referencia a la que siempre apunta. Allí,
no había problemas, y la nostalgia por el mismo es persistente, aunque no se lo
declare. Afecta notoriamente a la auto-estima y el auto-concepto, viéndose muy
afectado. Cabe destacar que como deformación de la personalidad puede cabalgar
sobre patologías psiquiátricas clásicas y específicas. De esta manera puede
darse vinculada a enfoques ligeramente delirantes de tipo paranoide o a
neurosis declaradamente histéricas u obsesivas.
Cómo reconocer el
síndrome de Peter pan:
- No saben estar solos
- Siempre están rodeados por gente más joven.
- No se responsabiliza de sus actos
- Es un ser permanentemente insatisfecho
- Puede vivir con sus padres o con una pareja que contenga sus actos
- Tiene ideas sobre grandes proyectos y aventuras amorosas que nunca se cumplen
- Suele quejarse y culpar al resto del mundo de sus problemas. Espera siempre que alguien se los solucione
- Les gusta estar siempre contentos y siempre están buscando maneras de divertirse y evadirse de la realidad
- Cambian continuamente de pareja. En general siempre se conectan con mujeres más jóvenes
Otros rasgos de su
personalidad:
- Rebelde
- Narcisista
- Dependiente
- Se niega a envejecer
- Manipulador
El tratamiento debe ser
el que corresponde a toda neurosis estructurada. Pero es difícil de concretar,
puesto que el sujeto que experimenta este trastorno, no acepta su infantilismo
y se niega a modificar sus conductas. No existe el deseo de abandonar el mundo
de la infancia, ni una conciencia del fracaso en la aproximación al mundo
adulto. Se presenta una dificultad de aceptar las normas y la necesidad de
tomar responsabilidades o forjar vínculos maduros con los demás. La situación
se complica mucho más cuando estos varones encuentran una pareja que los
sostiene ( mantiene) y se encarga de justificar todos sus actos. El
tratamiento, en casos como éstos, debe ser doble. El trastorno psicopatológico
de base, sumado al del carácter.
Conclusión
No existe evidencia que
muestre que el síndrome de Peter Pan sea una enfermedad psicológica existente y
no se encuentra listada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales aunque podamos ver estos síntomas en diferentes entidades y
ha sido aceptada en la psicología popular.
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