miércoles, 25 de julio de 2012

Ensayo de un Mundo Feliz

“La trivial decadencia que vivimos, es la distopía de Huxley realizada”

Huxley titula este libro como Brave New World, lo que en nuestro idioma significa: Valiente Nuevo Mundo y la verdad es que valiente es la palabra precisa para definir a la utopía, ese mundo perfecto con el que todos hemos soñado alguna vez, o me dirás que jamás has imaginado un, mundo en el que nadie esta enfermo, en el que no están tus “fastidiosos” padres para corregirte, en el que el sexo, no es mas que una cosa natural y libre en el que nadie te dirá que es malo y sobre todo, un mundo en donde todos son felices. Suena tentador, ¡es obra del demonio!, tal vez, pero esa utopía perfecta no existe solo en el pensamiento de Huxley, esa utopía es el vacío en el que estamos cayendo día a día.

Para mí el mundo perfecto no existe y la felicidad no es más que un sueño anhelado intermitente y lejano y solo aparece cuando hay sufrimiento, aunque nos parezca ilógico, felicidad y sufrimiento siempre estarán ligadas entre sí...

La distopía de Huxley, se conjuga como una tentadora oferta de comodidades, a cambio de tu libertad. La monotonía de esta conjugación puede parecernos a instantes maravillosa, pero el hecho de hacer sólo lo que tengo que hacer, decir sólo lo que debo decir y más aun el sentir sólo lo que debo sentir, o de otro modo deberíamos recordar que: “ La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar” (Forest Gum), y ese es el verdadero sentido de la vida, porque al solucionar nuestros problemas, obtenemos el tan anhelado sentimiento, la felicidad...Es esta la verdadera felicidad y no la de la distopía, si tal cosa ocurriera, nuestra decepción de aquel mundo sería tan grande como la del Salvaje, al descubrir que el tan anhelado mundo que soñaba, no era mas que una cárcel muy acomodada pero llena de limitaciones.

Esta cuestionada distopía de Huxley no es del todo negativa, la naturalidad con la que es tomada la sexualidad es algo de lo que las autoridades eclesiásticas deberían entender y mirar con más naturalidad, entender que es una necesidad vital, aprender de que ellos también son personas y reconocer que también lo sienten y no deben privarse de ella.

Un mundo feliz, es una forma irónica e indirecta para despertar nuestra preocupación con respecto hacia a donde llegaremos con esta forma de vida, preocupándonos solo de lo material, generando macroeconomías egoístas y que nos inducen solo al consumismo, vivir manipulado creyendo que todo está bien, vivir a medias, bajo un conformismo mediocre: QUERÍA VIVIR CON INTENCIÓN, QUERÍA MAMAR TODA LA SABIA DE LA VIDA; PARA DESTERRAR TODO LO QUE NO ERA VIDA Y PARA NO AL MORIR, DESCUBRIR QUE NO HABÍA VIVIDO. (HENRI DAVID THOREAU).

Un mundo feliz nos hace recapacitar sobre algo que a pesar de ser trivial, no siempre nos cuestionamos. ¿Qué buscamos en esta vida? ¿Qué objetivos persigue la humanidad? En el futuro que Aldoux Huxley nos presenta: todos los individuos son felices, todos están conformes con su situación y no envidian la de los demás ni lo más mínimo. Pero esto es algo que se consigue suprimiendo la libertad del hombre desde antes de nacer, condicionando genéticamente al individuo para que desempeñe exclusivamente el papel que el estado le impone. Los hombres nacen esclavos de una sociedad que ahoga sus problemas y deseos de libertad a través de drogas y actividades inhibidoras del comportamiento ¿Es acaso esto libertad?.

Todo el mérito en la novela es de hacernos creer que ese mundo es posible, lleno de ideas que incluso ahora, 70 años después me parecen innovadoras. Hipnopedia, droga legalizada, o más aun, obligatoria, Ingeniería genética, La casi igualdad de la mujer en la sociedad ¡increíble!. La otra gran diferencia es que el mundo de Huxley es un mundo Feliz. Nos propone un mundo con ideas comunistas; en las que el individuo no vale absolutamente nada; las sensaciones están suprimidas; la libertad sexual se desarrolla desde los primeros años de vida, los niños no tienen madre y son educados por el Estado.

Pero lo más importante y la idea principal es la de que todo el mundo es feliz, pero ¿es necesario alienarse para ser feliz? ¿Es una meta que todo lo merece? En palabras de un personaje del libro “No, yo no quiero confort, Yo quiero a Dios, quiero la poesía, quiero el verdadero peligro, quiero la libertad, quiero la bondad, quiero el pecado”. Es una elección, si se quiere se feliz se tiene que vivir en una sociedad clasista y estable, en la que uno sea controlado desde que nace, condicionado, a ser feliz viviendo la vida que le va a tocar vivir.

Nosotros ya estamos dentro de la utopía, pero la felicidad no es precisamente lo mas ansiado por esta sociedad, en un mundo más rico y con una población que envejece aceleradamente ya no quiere buscar la curación del cáncer o del sida, si no remedios a los “achaques” o remedios del elixir de la eterna juventud. Medicamentos a medidas, crece cabello científicos y provoca erecciones de síntesis que responden, no a la necesidad de sanar a los enfermos, sino a la de prolongar más o menos imaginariamente la juventud. Para los laboratorios, esta paramedicina narcisista, en versión levemente modernizada del Mundo feliz de Aldous Huxley, ofrece horizontes insospechados de beneficios. Lo demuestra, por ejemplo, el precio sideral de venta al público de la ansiada píldora Viagra contra la impotencia.

El propio Huxley reconoce los errores de su obra y deja como mensaje para las personas que realmente pueden cambiar este mundo:

«Un estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre»

(Extracto perteneciente al prólogo que el mismo autor escribiera veinte años después de la primera publicación de su obra, para su inclusión en posteriores ediciones. En dicho prólogo arremete Huxley contra su propia obra en virtud de la crítica de algunos graves defectos que con el tiempo advierte en la misma).

Valiente, como el propio autor lo arremete en su titulo original, es la clave para que cada uno de nosotros nos atrevamos a enfrentar y a luchar en contra de Las Reales Cédulas dictadas e impuestas y valientemente dispuestos a defender nuestra libertad, aquello que cada día perdemos más, por la comodidad, por la mediocridad en la que estamos sumidos...

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