Es una enfermedad por la que el paciente cree
de forma infundada que padece alguna enfermedad grave. Es en esencia, una
actitud que el individuo adopta ante la enfermedad. La interpretación
catastrófica de los signos corporales más ínfimos por parte del individuo, es
el mecanismo que desencadena la hipocondría.
La persona
hipocondríaca está constantemente sometida a un análisis minucioso y
preocupado, incluso obsesivo, de sus funciones fisiológicas básicas, pensando
en ellas como una fuente segura de enfermedad biológica , a partir de la
interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca
en el cuerpo.
Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo. Aunque No debemos descartar que en algunas persona hipocondríaca esté realmente enferma. En muchas ocasiones lo que hace es centrar su atención en síntomas leves o imaginarios (mareos, dolor de cabeza, etc.) y no en los verdaderamente importantes. Asimismo, el hipocondríaco, al centrar su atención emocional en una determinada función biológica, puede terminar por formar síntomas orgánicos reales (trastorno psicosomático). Este trastorno se presenta por igual en hombres y mujeres.
Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo. Aunque No debemos descartar que en algunas persona hipocondríaca esté realmente enferma. En muchas ocasiones lo que hace es centrar su atención en síntomas leves o imaginarios (mareos, dolor de cabeza, etc.) y no en los verdaderamente importantes. Asimismo, el hipocondríaco, al centrar su atención emocional en una determinada función biológica, puede terminar por formar síntomas orgánicos reales (trastorno psicosomático). Este trastorno se presenta por igual en hombres y mujeres.
La forma como las personas con hipocondría piensan acerca de
sus síntomas físicos puede hacerlos más propensos a padecer esta afección. A
medida que ellos se enfocan y se preocupan por las sensaciones físicas,
comienza un ciclo de síntomas y preocupación, el cual puede ser difícil de
detener.
Es importante darse cuenta que las personas con hipocondría
no crean estos síntomas intencionalmente (fingiendo estar enfermas). Ellos son
incapaces de controlar los síntomas.
Las personas que tienen antecedentes de maltrato físico o
abuso sexual son más propensas a padecer este trastorno. Sin embargo, esto no
significa que toda persona con un trastorno de hipocondría tenga una historia
de abuso.
La hipocondría hay que distinguirla de ser aprensivo; en la
hipocondría el malestar es significativo y afecta la vida laboral, social u
otras áreas importantes de la vida del sujeto. Hay que considerar también que
la duración de la sintomatología sea significativa, al menos 6 meses, antes de
diagnosticar dicha enfermedad.
Se debe asegurar que
el paciente no tenga verdaderamente ninguna enfermedad física. Una vez que se
ha descartado, si el paciente sigue con angustia, preocupación y dudas acerca
de su estado de salud, es conveniente estudiar la posibilidad de un trastorno psicológico.
Los Criterios
Diagnósticos de Investigación (CIE 10) para la hipocondría especifican que debe
existir la convicción de "estar padeciendo como máximo dos enfermedades
médicas importantes" y exigen que, por lo menos, una de ellas sea correcta
y específicamente nombrada por el individuo que presenta el trastorno
hipocondríaco.
En psiquiatría,
la actitud hipocondríaca aparece como un síntoma en algunas formas de depresión
endógena, especialmente en la melancolía involutiva (depresión de los ancianos).
También puede adquirir en ciertos casos los rasgos de un desarrollo delirante,
de contenido hipocondríaco, en la llamada paranoia hipocondríaca. Multitud de
neuróticos, tanto histéricos, neurasténicos, como órgano neuróticos y pacientes
psicosomáticos, destacan en su cuadro clínico general la actitud hipocondríaca.
Tratamiento
En algunos casos, se utilizan psicofármacos inicialmente
para controlar los síntomas ansiosos tan importantes que padecen estos
pacientes. Conjuntamente, se puede utilizar una terapia psicológica
cognitivo-conductual, en la que se promueve la pérdida de la angustia y el
miedo a la enfermedad que el hipocondríaco siente.
En un principio se le
pide que no acuda más a la consulta del médico ni a las urgencias hospitalarias
y que no hable de salud ni de enfermedad. Para esto es muy conveniente la
colaboración de la familia del paciente, ya que han de entender que tiene un
problema real, aunque no el que el paciente refiere, sino otro igualmente
preocupante. Una vez que se ha establecido este marco fuera de la consulta,
comienza el tratamiento psicológico propiamente dicho.
Como ya hemos dicho,
el tratamiento básico consiste en perder el miedo a la enfermedad y a la
muerte. Muchas veces la propia angustia producida por el pensamiento de estar
enfermo, como sensación desagradable e incontrolable, se convierte en el
desencadenante de dicho miedo. Para conseguir la desaparición de estos temores,
se emplea la desensibilización en la imaginación a situaciones temidas y
evitadas, para que finalmente el paciente pueda acercarse a ellas sin angustia
y sin miedo.
El paciente puede
entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales y sentir también
aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de
dolor o temor y se puede convertir en un generador de placer y confianza.
Finalmente, se
trabaja para que el paciente pueda enfrentar con éxito otros problemas que
aparecen en su vida cotidiana: toma de decisiones difíciles, cambio de trabajo,
separaciones, etc. Se intenta evitar de esta forma que en el futuro se
desencadenen situaciones de depresión o angustia continuada que le pueden hacer
recaer en sus problemas hipocondríacos.
Hay que observar que
en algunos casos la diagnosis de hipocondría puede no ser correcta cuando el
paciente realmente padece alguna enfermedad y es el especialista quien no
consigue encontrar su verdadera causa. Por esta razón cada caso debe ser
analizado a fondo antes de establecer un diagnóstico de hipocondría, ya que
debe descartarse patología orgánica poco habitual, o problemática social o
psicológica de fondo. Es importante tener una relación de apoyo con un médico.
Usted debe tener únicamente un médico de atención primaria para evitar
demasiados exámenes y procedimientos.
El médico debe comentarle que usted no tiene una enfermedad,
pero que el seguimiento médico continuo le ayudará a controlar los síntomas.
Las personas hipocondríacas sienten angustia real, de manera que sus síntomas
no se deben negar ni poner en tela de juicio.
Encontrar un profesional en salud mental con experiencia en
el tratamiento de este trastorno con psicoterapia puede servir. La terapia
conductual cognitiva (TCC), un tipo de psicoterapia, le puede ayudar a manejar
el dolor. Durante la terapia, usted aprenderá:
•A reconocer lo que parece empeorar los síntomas
•A desarrollar métodos para manejar los síntomas
•A mantenerse más activo, incluso si todavía tiene los
síntomas
Pronostico
Generalmente, el trastorno es prolongado (crónico), a menos
que se traten los factores psicológicos o los trastornos de ansiedad y del
estado de ánimo.
Algunas complicaciones
•Complicaciones por pruebas invasivas para buscar la causa
de los síntomas.
•Dependencia de analgésicos o sedantes.
•Depresión y ansiedad o trastorno de angustia
•Pérdida de tiempo en el trabajo debido a las citas
frecuentes con médicos.
Criterios para el diagnóstico de la Hipocondría según el DSM-IV
- A. Preocupación y miedo a tener, o la convicción de padecer, una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de síntomas somáticos.
- B. La preocupación persiste a pesar de las exploraciones y explicaciones médicas apropiadas.
- C. La creencia expuesta en el criterio A no es de tipo delirante (a diferencia del trastorno delirante de tipo somático) y no se limita a preocupaciones sobre el aspecto físico (a diferencia del trastorno dismórfico corporal).
- D. La preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
- E. La duración del trastorno es de al menos 6 meses.
- F. La preocupación no se explica mejor por la presencia de trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de angustia, episodio depresivo mayor, ansiedad por separación u otro trastorno somatomorfo.
Especificar si:
Con poca conciencia de enfermedad: si durante la mayor parte
del episodio el individuo no se da cuenta de que la preocupación por padecer
una enfermedad grave es excesiva o injustificada.
Consulte con el médico si usted presentan
síntomas de hipocondría.