El
trastorno límite de la personalidad o borderline, también llamado limítrofe o
fronterizo (abreviado como TLP). Es un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente
por desregulación emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones
interpersonales caóticas.
El
perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad
generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como
del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Es un
padecimiento en el cual las personas tienen patrones prolongados de emociones
turbulentas o inestables, como sentimientos acerca de sí mismos y de los demás.
Estas experiencias interiores a menudo los llevan a tomar acciones impulsivas y
tener relaciones interpersonales caóticas. Se incluye dentro del grupo B de
trastornos de la personalidad, los llamados "dramático-emocionales".
Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.
Síntomas
Las
personas con este trastorno a menudo presentan incertidumbre acerca de su
identidad y como resultado sus intereses y valores pueden cambiar rápidamente. Las
personas con este trastorno también tienden a ver las cosas en términos
extremos, o todo es bueno o todo es malo. Sus puntos de vista sobre otras
personas pueden cambiar rápidamente. Una persona que luce admiradora un día
puede lucir despreciativa al siguiente día. Estos sentimientos súbitamente
cambiantes a menudo llevan a relaciones intensas e inestables.
Otros
síntomas de este trastorno abarcan:
•Miedo
de ser abandonado.
•Sentimientos
de vacío y aburrimiento.
•Manifestaciones
frecuentes de ira inapropiada.
•Impulsividad
con el dinero, el consumo de sustancias, las relaciones sexuales, el apetito
desenfrenado y el hurto en tiendas.
•Intolerancia
a la soledad
•Crisis
repetitivas y actos de lesionarse a sí mismo, como hacerse cortes en las
muñecas o tomar sobredosis.
Causas
Las
causas del trastorno límite de la personalidad se desconocen. Se cree que los
factores genéticos, sociales y psicológicos juegan un papel.
Entre
los factores de riesgo que predisponen a este trastorno están:
•Abandono
en la niñez o en la adolescencia
•Vida
familiar disociada
•Comunicación
deficiente en la familia
•Abuso
sexual
Este
trastorno de la personalidad tiende a ocurrir más a menudo en las mujeres y
entre pacientes psiquiátricos hospitalizados.
Comorbilidad
Del
TLP se ha dicho en ocasiones que es el "Paradigma de la comorbilidad"
Supone que algunas afecciones suelen aparecer conjuntamente con el TLP. Cuando
se comparan individuos diagnosticados de TLP con otros diagnosticados de otro
tipo de trastornos, los primeros muestran una elevada tasa de cumplimiento de
criterios para:
- Trastornos
por ansiedad.
- Trastornos
de la afectividad, incluyendo depresión clínica y trastorno bipolar.
- Trastorno
narcisista
- Trastornos
de la alimentación, incluyendo anorexia nerviosa y bulimia.
- Con
menor frecuencia, trastornos somatomorfos.
- Depresión.
- Trastorno
por déficit de atención/Hiperactividad (TDAH)
- Afecciones
psicosomática.
Tema
común en el TLP, tanto si es debido a la impulsividad o bien a un mecanismo
para soportar otros síntomas y entre un 50-70% de los pacientes psiquiátricos
con TLP cumplen el criterio de un trastorno por abuso de substancias.
Esquemas
de pensamiento
La
base del trastorno está constituida por tres supuestos fundamentales:
1. Conciben el mundo como un lugar peligroso y a las demás personas como malévolas
o potencialmente dañinas.
2. Piensan que son vulnerables e incapaces de salir adelante por sí mismos.
3. Se ven a sí mismos como inaceptables, malas personas e indignos de amor.
Criterios
diagnósticos según el DSM-5
Trastorno
de la personalidad: Grupo B TLP 301.83 (f60.3)
Patrón
dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen
y de los afectos, e impulsividad intensa que comienza en las primeras etapas de
la edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por
cinco (o más) de los hechos siguientes:
1.-
Esfuerzo desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.
2.-
Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza
por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
3.-
Alteración de la identidad: Inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen
y del sentido del yo.
4.-
Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas.
5.-
Comportamientos, actitud o amenazas recurrentes de suicidio o comportamientos
de automutilación.
6.-
Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo.
7.-
Sensación crónica de vacío.
8.-
Enfado inapropiado e intenso o dificultad para controlar la ira.
9.-
Ideas recurrentes transitorias relacionadas con el estrés o síntomas
disociativos graves.
Criterios
diagnósticos según el DSM-IV
- Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (p.
ej., episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar
unas horas y rara vez unos días).
- Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlarla (p. ej., muestras
frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
- Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad. Síntomas impulsivos.
- Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de
automutilación.
- Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por
extremos de idealización y devaluación.
- Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo
(p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de
comida). Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que
se recogen en el criterio 4. Síntomas interpersonales
- Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: no incluir
los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen en el criterio
4.
- Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y
persistentemente inestable. Síntomas cognitivos
- Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos
graves.
Psicopatología:
Características generales de las personas con TLP
Se
ha dicho que probablemente no existe un trastorno mental que haya suscitado
tanta literatura, aunque muy poca de ella se basa en investigación empírica.
- - Aversión: los estudios sugieren que los
individuos con TLP tiende a experimentar frecuentes y severos estados de
tensión aversiva, de larga duración y a menudo desencadenados por rechazo
perceptivo solamente o bien por fallos en la percepción.
- - Labilidad: los individuos que padecen TLP
pueden mostrar labilidad emocional entre la ira y la ansiedad o depresión y
ansiedad. También sensibilidad temperamental a los estímulos emocionales.
- - Los estados emocionales negativos que están
particularmente asociados con el TLP han sido agrupados en tres categorías:
sentimientos de destructividad o autodestructividad, sentimientos de
fragmentación o ausencia de identidad y sentimientos de victimización.
- - Extrema sensibilidad hacia la forma de trato
de los demás hacia ellos, reaccionando enérgicamente cuando perciben críticas o
comentarios hirientes u ofensivos.
- - Cambios (pueden ser muy rápidos) de positivo a
negativo
- - En sus sentimientos hacia los demás, generalmente temor a la decepción o la percepción de que van a perder a alguien. Estudios
sobre la generación de vínculos afectivos por parte del sujeto sugiere que los
afectados, aunque con elevada búsqueda de la intimidad o la novedad, pueden
estar en ambos casos en un estado de hiperalerta. También aparecen signos de
rechazo o de invalidación y tienden a ser inseguros, evitativos, ambivalentes o
a mostrar pautas de preocupación y temor en sus relaciones.
- - La autoimagen también cambia rápidamente de
extremadamente positiva a extremadamente negativa.
- Conductas impulsivas, como el alcohol o las
toxicomanías, el sexo no seguro, la ludopatía y conductas imprudentes en
general.
- Tienden a ver el mundo generalmente como
peligroso y malvado y a verse a sí mismos como impotentes, vulnerables, no
dignos de aceptación e inseguros en su identidad.
- Manipulación: los afectados de TLP son
descritos a menudo, incluso por algunos profesionales de la salud mental y el
DSM-IV,28 como deliberadamente manipuladores o personas difíciles, pero al
analizar esta conducta se ve que son conductas defensivas por su impotencia
contra su dolor interno y turbación o bien limitadas a competencias y
habilidades sociales.
- - Familia: existe un cierto número limitado de
investigaciones sobre la comprensión de los miembros de una familia de un TLP
sobre el problema y la sensación de llevar una carga o las emociones negativas
experimentadas o expresadas por los miembros de la familia. Los padres y madres
de los sujetos con TLP manifiestan extremos de sobre implicación y
desentendimiento.
- Relaciones de pareja: el TLP ha sido
relacionado con una especie de niveles exacerbados de estrés crónico y
conflicto en relaciones románticas, insatisfacción con sus compañeros
románticos, abusos y embarazos no deseados.
Tratamiento
El
tratamiento del trastorno debe tener en cuenta la complejidad intrínseca de la
enfermedad. En primer lugar se debe decidir si se realiza en régimen
ambulatorio, de hospitalización parcial o de internación. Esta decisión se basa
en principalmente en el riesgo de suicidio o autolesiones, así como en
manifestaciones lo suficientemente severas para interferir con la vida diaria
del paciente en su entorno. Otro asunto es el elevado nivel de comorbilidades y
situaciones individuales, por lo que en el tratamiento es esencial la
flexibilidad. Dado el doble componente del trastorno, biológico y ambiental, el
tratamiento debe abordar ambos capítulos. Por una parte se debe tratar las
vulnerabilidades biológicas y la desregulación en la fisiología de los
neurotransmisores que se manifiestan en: síntomas de desregulación afectiva,
síntomas de descontrol impulsivo-conductual y síntomas cognitivos-perceptuales.
La medicación ayuda a aliviar la sintomatología en los periodos de
descompensación aguda, así como los trastornos comórbidos. Un facultativo debe
establecer, en base a protocolos y de forma individualizada la duración del
tratamiento farmacológico, así como la dosificación. De otra parte, la
medicación por sí sola no ayuda al individuo a enfrentarse a las situaciones
ambientales concretas y en todo caso está indicada la psicoterapia. Su meta es
tratar los conflictos intrapsíquicos, las defensas, el progreso en el
desarrollo de la personalidad y sus bloqueos, la adaptabilidad, en especial en
cuanto al establecimiento de vínculos afectivos seguros y las competencias para
el manejo de estresantes psicosociales.
Psicoterapia
Se
ha observado tradicionalmente de forma escéptica el tratamiento psicológico de
los trastornos de la personalidad, pero se han desarrollado en los últimos años
algunos tipos específicos de psicoterapia para el TLP. Los pocos estudios
efectuados hasta la fecha no nos proporcionan determinaciones seguras sobre la
eficacia de las mismas, pero sugieren que las personas diagnosticadas de TLP
pueden beneficiarse en al menos alguna de las medidas resultantes. Una simple
terapia de soporte por sí sola puede mejorar la autoestima y movilizar las
fuerzas existentes en los individuos con TLP. Las psicoterapias específicas
pueden implicar sesiones de varios meses, o como suele ser particularmente
común en los trastornos de la personalidad, varios años. La psicoterapia
habitualmente puede estar dirigida a individuos o grupos. La terapia de grupo
puede ayudar en el aprendizaje y la práctica de habilidades interpersonales y
autoconsciencia en los afectados por TLP aunque las tasas de abandono pueden
ser problemáticas. Hay tres tipos más habituales de psicoterapia que estimula
mejoras sustanciales en las personas que padecen este trastorno, que son la terapia
dialéctico-conductual, la terapia enfocada a la transferencia y la terapia
focal de esquemas. La psicoterapia que se centra en temas emocionales surgiendo
en la interacción entre el paciente y el terapeuta, conocida como terapia
enfocada a la transferencia, es la que más estimula cambios en las personas que
padecen el trastorno límite de la personalidad.128 Los principales obstáculos
para la terapia son el pensamiento polarizado y el establecimiento de límites.
Medicación
Se
han usado algunos medicamentos conjuntamente con otros tratamientos del TLP,
aunque la base de evidencia está limitada. Puesto que el TLP ha sido
tradicionalmente considerado como una afección primariamente psicosocial, la
medicación va destinada a tratar los síntomas comórbidos, como la ansiedad y la
depresión, más que el propio TLP. Para los síntomas de desregulación afectiva
se utilizan los antidepresivos, así como los estabilizadores del estado de
ánimo (anticonvulsivantes). Si la afección comórbida afectiva consiste
principalmente en ansiedad, se pueden prescribir benzodiacepinas. Para
desregulaciones y alteraciones de la conducta y de la percepción se emplean los
neurolépticos. En algunos casos especialmente severos en los que existe
comorbilidad con trastornos del eje I, en especial depresión grave refractaria
a la farmacoterapia, se puede llegar a emplear la terapia electro convulsiva.
Algunos
medicamentos: Antidepresivos, Antipsicóticos, Anticonvulsivos.
Las
psicoterapias y la medicación forman parte del contexto completo de los
servicios de salud mental y las necesidades psicosociales relacionadas con el
TLP.
Consulte
con el médico si usted o su hijo tienen síntomas del trastorno de personalidad
límite. Es especialmente importante buscar ayuda de inmediato si usted o su
hijo están teniendo pensamientos de suicidio.