Es
cierto aprender duele y a pesar de que sientes que te arrancan algo de tu
interior, algo de tu alma, esas experiencias que te hacen sentir que explotarás
por dentro y no quedará nada de ti.
Es
increíble que cuando se aprende de ese dolor, el sentimiento de plenitud es aún
mayor.
Los
golpes llegan a ti como el mar arrasa con las rocas y debo aceptarlo muchas
veces he querido ser como esa roca, que aunque tiene múltiples heridas que el
mar ha provocado sigue allí, sin destruirse porque el material con el que está
hecha es tan resistente a cualquier ola.
Ser
como rocas que no sienten tan sólo resisten, pero regreso y digo soy un humano. Dios o la vida....nos dio la capacidad del dolor, del sentir y del vivir esos
golpes, porque es precisamente lo que construye el amor a la vida.
¿A
poco creías que el amor a la vida es sólo cuando el dolor se esconde y sólo ves
alegría?
¿La
maravilla del amor está también en el dolor?
No
pretendas ser como esa roca que pareciera que no le afectan los golpes de la vida,
no eres esa roca. El
intentar serlo es como dejar de lado el ser humano que realmente eres, es dejar
de lado la sensibilidad, el dolor y sobre todo el amor.
Vive
cada golpe, es cierto a nadie le gustan, nunca estamos preparados cuando
llegan, pero cuando pasan dejan en ti los mayores aprendizajes de tu vida, que
no sólo te hacen mejor persona sino que te dan la madurez y fortaleza para
seguir tu camino. (Lidu, poemas
del alma)
En
este pasar efímero, quizás furtivo e incierto de la vida, hay momentos de toda
índole. ¿Por qué la vida ha de ser tan compleja? ¿Por qué la existencia del ser
humano no sé basa en un trayecto de superación "simple" en vez de ser
un camino cuesta arriba?, con tantos obstáculos que apenas te quedan fuerzas
para el siguiente y sufrir tanto se hace el motivo de planteamientos
existenciales tan profundos y a veces tan escabrosos.
Nuestro dolor no viene de las cosas vividas, sino de las cosas que fueron soñadas y que no se cumplieron, olvidamos lo que fue disfrutado y comenzamos a sufrir por nuestras proyecciones irrealizadas.
“Cada
día que vivo, me convenzo más de que el desperdicio de la vida.
Está en el amor que no damos, en las fuerzas
que no usamos,
En la prudencia egoísta que nada arriesga y
que, esquivándose del sufrimiento,
Hace perder también la felicidad”.
La
vida no es larga ni corta, la vida no es bonita ni fea...La vida es simplemente
vida.
En la interminable paradoja ¿Amar es sufrir?
¿Si no duele no estoy vivo? El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional.