jueves, 10 de enero de 2013

¿Por qué no te Tocas?

Algunas mujeres ni siquiera se miran a sí mismas.
Aún con el paso del tiempo y el empoderamiento que ha alcanzado la mujer en la sociedad, una gran cantidad aún no es capaz de reconocer su cuerpo en el ámbito sexual; muchas incluso ni siquiera saben cuáles son sus zonas erógenas y no solo me refiero a la masturbación femenina si no en incrementar su placer y todo sus grandes beneficios.


Insertadas en una sociedad machista, en un país que todavía se considera a sí mismo como religioso (y castrador) y con una cultura rica pero al mismo tiempo muy pobre en lo que a educación sexual se refiere. Ese es el escenario en el que se mueven la mayor parte de las  mujeres y pese a que los tiempos han avanzado, parece que la sexualidad sigue siendo una de las piedras de tope fundamentales para lograr la libertad personal.

Sin importar el nivel de educación, la edad, profesión y la condición socio económica, el desconocimiento por el cuerpo en el plano sexual se da en todo tipo de mujeres, quienes no saben desde cómo es su vagina hasta qué es lo que les provoca placer. De mirarse ni hablar y al parecer, el trabajo de descubrir y hacerlas sentir es exclusivamente de su compañero, el que tampoco parece ser muy avezado en estos temas.

Desconocer la propia sexualidad implica una serie de consecuencias, las que pueden derivar en disfunciones sexuales tales como la anorgasmia, problema que actualmente padecen muchas mujeres quienes no tienen relaciones sexuales placenteras y dicen no sentir absolutamente nada al momento de intimar con sus parejas.

“La ausencia de deseo es la disfunción sexual que más afecta a la mujeres de todo el mundo”

Si bien hay mujeres que han hecho un trabajo de exploración de su cuerpo, lamentablemente aseguro que se trata “de las menos”, siendo el caso más común “la mujer que es ignorante de su cuerpo, sus  necesidades, de cómo satisfacerse y que siempre está esperando que otro se haga cargo de eso”. Suelen moverse  en cierto sentido en un sistema un tanto paternalista y en este caso en particular eso se refleja en que “si el otro es bueno (sexualmente hablando), debería saber exactamente lo que yo necesito”.

Todo esto obedece a un conjunto de factores por ejemplo: El machismo imperante en nuestra sociedad y lo difícil que aún es hablar de sexualidad, tema tabú en muchas familias.

La sexualidad se aprende en el hogar y no fuera de él y claro, esto se rige generalmente por las culturas en las cuales están insertas las personas, pero uno se da cuenta que las mujeres que sí han hecho un proceso de autoconocimiento han tenido otro nivel de crianza basada en el respeto por el cuerpo, donde se entrega conocimiento a medida que se va creciendo y donde los padres hablan libremente del tema y también de sus propios cuerpos de manera natural”.

A diferencia de las mujeres que nunca han explorado su cuerpo y que no saben qué es lo que les gusta y desean durante una relación sexual, las que sí han hecho el ejercicio de autoconocimiento sin duda disfrutan mucho más del sexo y también de su vida cotidiana “se relacionan de manera diferente con su cuerpo y sexualidad y eso puede verse en el modo cómo caminan. Una mujer que se relaciona más con su cuerpo va libremente por la vida, menos tapada, tiene menos prejuicios acerca de su cuerpo, sea éste bonito o no, son más seguras, tienen un vaivén distinto al caminar y son mujeres empoderadas con su sexualidad”.

Lo que ocurre actualmente con las jóvenes y el llamado “destape” en lo sexual no tiene relación con un conocimiento acabado del cuerpo. Al contrario, se trata de un descuido de éste. “Antes había una generación que no veía el cuerpo y ahora hay una devaluación de él, porque asumir la sexualidad implica respeto por el cuerpo y hoy eso no se ve claramente”.

Si bien el empoderamiento femenino antes descrito ha permitido que la mujer se sitúe en el mundo desde otra perspectiva, en lo sexual esto también está trayendo consecuencias y entre las más evidentes están las disfunciones sexuales masculinas ya que las mujeres han ido adquiriendo más conciencia acerca de lo que quieren, pero también han perdido su lado empático y pasivo. Ahora, si el hombre no tiene ganas, ella puede que piense que ya no le sirve, ya que necesita a alguien que quiera tener relaciones con ella, etc... actitud que vuelve a generar un desequilibrio en las relaciones de pareja y que lleva a desencuentros y quiebres amorosos.

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