jueves, 19 de diciembre de 2013

La Navidad

En nuestra época, las fiestas suelen quedar reducidas a un frenesí de consumo y a la angustia desatada por la perspectiva de reencontrase con la familia. Devuélvele el sentido a la Navidad y al Año Nuevo con: paz, amor, alegría y concordia.
Feliz Navidad
Para darle a la Navidad un sentido nuevo es necesario hacer una pausa, inspirar profundamente y planificar. “Hay que comenzar por preguntarse qué importancia tienen para uno las fiestas, qué se quiere celebrar”.

En el campo de la psicología clínica ¿Es peligrosa la Navidad para la salud mental? Las estadísticas nunca han reflejado un aumento persistente de las psicopatologías en general, ni de las depresiones en particular, anterior a las fiestas navideñas. El número de suicidios, hospitalizaciones psiquiátricas, es relativamente bajo durante el mes de diciembre. Suele pensarse que van a la aveces, pero la cantidad de enfermedades mentales graves también disminuye durante los días y las semanas previas a la Navidad y en el día de la Navidad, pero vuelven a aumentar en enero. Aunque en los hospitales, clínicas y consultorios todo puede llegar.

En la época navideña pueden surgir diversos conflictos y emociones derivados de esperanzas no fundadas en la realidad, seguidos de frustraciones, por una mayor necesidad de dinero o por una presión más acentuada para alternar con los familiares. Depresión y ansiedad ambulatoria Pero son pocas las personas incapaces de superar tales emociones. Cabe señalar que se ha prestado muy poca atención a los efectos psicológicos positivos de la Navidad, como el apoyo que se recibe de los amigos y parientes, y la acrecentada confianza que prevalece en esta temporada. 

"La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente. Valorar la paz y la generosidad y tener merced es comprender el verdadero significado de Navidad"

"Las fiestas tienen una mezcla de alegría por lo nuevo, por lo que viene (lo que traen la Navidad y las vacaciones) y de tristeza: el duelo por lo que se va. El balance, ese sentimiento dual, provoca las más diversas combinaciones y conflictos",

Las luces navideñas: No encontraríamos otro período de la vida urbana en que la iluminación adquiera tanto relieve. En que cambie tanto la ciudad no sólo en apariencia, sino también en sugerencias. Y eso no es sólo por el carácter decorativo, ni siquiera a causa de la significación estacional de estas fiestas. Hay motivos más ocultos. Tiene un gran efecto psicológico. La regla ya descubierta por Gaston Bachelard según la cual las miniaturas evocan siempre la existencia de un mundo feliz. Sea un pesebre, sean las luces titilantes de un árbol de navidad...

El psicoanálisis de los "llumets de Nadal" nos enseña que, por unos días, se recuperan lenguajes infantiles. Como cuando jugábamos con muñecos y casas de madera. Y la expresión de esos contenidos mágicos, microcósmicos, de esos paisajes en miniatura, nos despiertan evocaciones de la niñez. Nos sugieren una felicidad inconcreta, suspendida, misteriosa.na ciudad engalanada con esas iluminaciones navideñas está infantilizándose, se quinta esencia en las imágenes primordiales que no podemos explicar pero nos dejan un poso en el alma. Por eso aunque se repitan cada año, siempre resulta una novedad inagotable.


¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar! (Charles Dickens)

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