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sábado, 4 de mayo de 2013

Guia para Disfrutar una Vida Sexual Satisfactoria

Una pequeña guía simplificada para mejorar tu relación sexual con tu pareja.
 LAS IDEAS CLARAS

- La sexualidad, fuente de placer y bienestar, nos permite, entre otras cosas, disfrutar de una privilegiada forma de comunicar sentimientos y sensaciones con otra persona.

- De un modo u otro la sexualidad está presente en cada persona, a lo largo de toda la vida. Somos seres sexuados.

- Con independencia de su faceta reproductiva, la sexualidad tiene un componente de disfrute y de satisfacción importantes para el propio equilibrio personal y social.

- En la sexualidad no hay más norma que atender a los propios deseos respetando al otro.

- La sexualidad presenta diversos matices individuales y diferenciadores entre unas personas y otras.

- Quien viva plenamente su sexualidad será más feliz y con ello, también quienes le rodean, sobre todo cuanto más flexible y respetuoso sea con otras formas de vivir la sexualidad, aunque no coincidan con la suya.

EN CUANTO SU PROPIA SALUD SEXUAL

- Explore su propio modelo de satisfacción sexual. Cuanto mejor conozca su cuerpo, sus genitales, los matices de su respuesta sexual, en mejor disposición se encontrará para disfrutar del placer sexual.

- Recuerde que la ignorancia, las falsas creencias, los mitos y la mala información sexual, pueden ser la causa de muchos problemas sexuales.

- No se auto examine sobre su capacidad sexual. Los procesos implicados en la respuesta sexual se desencadenan de manera automática y refleja. Se pueden bloquear si estamos demasiado preocupados por nuestro rendimiento. Deje fluir los acontecimientos fisiológicos que se producen de manera natural.

- Sea exigente consigo mismo en el mantenimiento de adecuados hábitos de higiene corporal.

- Cuide su cuerpo, es su tarjeta de presentación, haga ejercicio físico con moderación y de manera regular.

- Adopte unos hábitos de vida saludables: No fume y si toma alcohol hágalo con moderación.

- No consuma drogas, afectan al rendimiento sexual.
No es fácil separar en la pareja las cuestiones sexuales de las afectivas, difícilmente se disfrutará en la cama si en el trato cotidiano no hay buena relación

- Dedique tiempo al sexo. Para practicarlo se requiere tiempo y sosiego; a veces no resulta fácil, dadas las exigencias de la vida moderna pero para el amor y el sexo el tiempo no existe solo basta con desearlo.

- Mantenga activo y ejercitado su cuerpo. Es saludable tocarse y reconocer las diferentes sensaciones que nos transmite nuestro cuerpo, así como nuestros órganos genitales. Tanto las relaciones sexuales como la masturbación propician nuestra salud.

- La masturbación ha sido históricamente mal entendida y rechazada. En realidad es la vía para el autoconocimiento de nuestro cuerpo y la debida atención a nuestra frecuencia excitatoria y orgásmica.

- El cuidado de nuestra salud también pasa por atender nuestra frecuencia excitatoria y orgásmica. Si disfruta, practique sexo con la frecuencia que le apetezca.

- La masturbación es una opción sexual muy saludable.

- Compruebe que vale la pena estar descansado para practicar sexo. Las horas de madrugada, después de opíparas cenas y tras ingerir alcohol de forma generosa, no son el mejor momento para celebrar un encuentro sexual.

- Evite el estrés y el exceso de trabajo. Generan ansiedad y múltiples trastornos sexuales, de pareja y familiares.

- Si tiene alguna enfermedad siga los debidos controles médicos, estará en mejor disposición de disfrutar más de su sexualidad.

- Si tiene dificultades sexuales no se auto examine. Consulte con un profesional de la sexología. Como también un psicólogo Clínico especialista en parejas. En cualquier caso, su médico de familia también le podrá orientar.

EN CUANTO A LA SALUD DE LA PAREJA

- Si la valora, cuide su relación de pareja adoptando una actitud de afecto, ternura, complicidad y buena disposición hacia su pareja.

- En pareja no se pueden separar las cuestiones sexuales de las afectivas. Difícilmente se disfrutará en la cama si en el trato cotidiano no hay buena relación entre ambos.

- Si hay diferencias o conflictos en la pareja, abórdenlos y resuélvanlos antes de que les causen serios problemas, también sexuales. Si necesitan ayuda, en la consulta de sexología les pueden orientar.

- Si no conoce bien a su pareja sexual, tome las debidas precauciones, entre las que destaca el uso correcto del preservativo. No podemos olvidar que la promiscuidad incrementa el riesgo de contagio de las enfermedades de transmisión sexual.

- Si conoce bien a su pareja y lo requiere, tome asimismo las debidas precauciones, entre las que destaca el uso correcto del preservativo. No ponga en riesgo su salud por evitar conflictos que usted sabe que existen, aunque evite hablar de ello. Demasiadas mujeres se contagian en el mundo del VIH-sida por evitar enfrentarse a un marido al que saben promiscuo.

- Si su pareja sexual o usted pueden haber entrado en contacto con algún agente infeccioso causante de cualquier enfermedad de transmisión sexual, tomen las debidas precauciones para evitar contagiarse y acudan a su médico por si es necesario tratarse.

- Sorprenda a su pareja agradablemente y a menudo.

- Acepte la negativa de su pareja a tener actividad sexual. No la fuerce a ello si no es su deseo. ¡Otro día será!

- No se exija, ni exija, obligaciones sexuales absolutas, como llegar siempre al orgasmo o realizar prácticas sexuales excesivas e irreales.

- Comunique sus deseos sexuales a su pareja y sea totalmente receptivo a los de ella, pero si algo de lo que le proponen le desagrada no tenga miedo de decirlo igualmente.

- Comience siempre sus relaciones de una manera pausada. Controle su excitación. Incluso el acicalado mutuo -conducta de cortejo más común entre los primates- tiene un fuerte contenido erótico. Las caricias, los besos y toda forma de juegos cómplices son esenciales para el disfrute sexual mutuo.

- Abandónese durante la actividad sexual. La relación sexual entre dos personas precisa de un aprendizaje, pero nunca debe tomarse como un proceso mecánico de "teclas a tocar obligatoriamente". Hay que saber perderse, olvidar lo aprendido y dejar que los cuerpos fluyan y creen su propia relación.

- No descuide a su pareja, acompáñela a lo largo de todo el encuentro sexual.

- El coito no tiene por qué ser siempre el objetivo final de la actividad sexual. El sexo no coital puede ser muy estimulante.

- Vigile sus prejuicios. Seguramente disfrutará más si también se permite explorar sus fronteras. Las prácticas sexuales pueden ser tan variadas como ambos miembros de la pareja decidan libremente y de mutuo acuerdo, con las limitaciones de la seguridad física y del mantenimiento de unas adecuadas normas de higiene y salubridad.

- Cuidado con la rutina, gran enemigo de las relaciones sexuales en las parejas estables. Asuma una actitud creativa, lúdica, tratando de que no sea siempre la misma persona quien tome la iniciativa, variando los lugares, cambiando el ritmo y la cadencia de las sesiones amorosas, aunque todo vaya bien entre los dos.

- No siempre hay que esperar a que nos llegue "la inspiración". A veces no estamos muy animados en iniciar la actividad sexual y progresando en ella, acaba resultándonos especialmente placentera.

- Sea tolerante consigo mismo y con su pareja si un día todo no sale bien, tómeselo con sentido del humor. Todos tenemos altibajos. Seguro que en otra ocasión resultará mejor.

- Si tiene usted dificultades sexuales o su pareja, tenga claro que son problemas de ambos y que de un modo u otro influyen en los dos, están en el mismo barco. Ayudándole se ayudará usted mismo. Para resolver el trastorno, resulta muy útil la comunicación entre ambos y contar con el apoyo de un experto sexólogo y o  psicologo clínico si es necesario.

- No culpabilice a su pareja ni se culpabilice usted si tienen dificultades sexuales. Ser positivo es la mitad de la resolución del problema; céntrese en buscar soluciones y si lo requiere busque ayuda profesional, en lugar de caer en el círculo de las recriminaciones.

NO OLVIDAR QUE…

- El placer sexual no tiene edad de jubilación.
Si cuida su salud y atiende sus auténticas necesidades nunca dejará de disfrutarlo.

- El sexo también tiene un sentido lúdico, permítase jugar. En el sentido primigenio del juego como cuando somos niños, donde importa el proceso "estar jugando" y no el producto "ganar"como ocurre demasiado en el mundo de los adultos. El placer bien entendido es un juego, algo que disfrutamos sin estar pendientes de ningún otro objetivo.

- Las fantasías sexuales pueden ser un buen recurso para activar su sexualidad. Permítase fantasear y, si tiene pareja, explore el posible disfrute cómplice de elaborar fantasías compartidas con ella.

- El sexo y la risa están muy unidos, cultive el sentido del humor, reír con la pareja exalta el placer durante el juego sexual.

La complicidad íntima con humor refuerza el vínculo y aleja el fantasma de las preocupaciones sexuales.

jueves, 2 de mayo de 2013

Dios Ha Muerto


La frase Dios ha muerto (en alemán  "Gott ist tot" ) también conocida como la muerte de Dios, es usualmente atribuida al filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Sin embargo, la encontramos antes en Hegel (Fenomenología del espíritu, FCE, 435). Se refiere al colapso de las ciudades estado y su orden autónomo.
Friedrich Nietzsche escribe su famosa declaración, Dios ha muerto varias veces a lo largo de su obra. Ya de joven, Nietzsche había acariciado la idea de la muerte de un dios y de la extinción de los dioses. En unos apuntes de la época de la elaboración de su primera obra El nacimiento de la tragedia, escribe Nietzsche (1870): «Creo en la sentencia germánica primitiva: todos los dioses tienen que morir». En su juventud, Hegel menciona, al final del tratado Fe y saber (1802) el «sentimiento en que se funda la religión de los tiempos modernos -el sentimiento: Dios mismo ha muerto...». La frase de Hegel tiene un sentido diferente de la de Nietzsche. Sin embargo, hay entre ambas una relación esencial que se esconde en la esencia de toda metafísica. Al mismo orden de cosas pertenece, aunque por motivos opuestos, la frase de Pascal, tomada de Plutarco: «Le gran Pan est mort».

El significado de la frase es a menudo mal entendido, muchos han interpretado que Nietzsche creía en una muerte literal o al final de Dios. En cambio, los puntos de la línea a la dependencia del mundo occidental en la religión como una brújula moral y fuente de sentido. Como explica en La gaya ciencia (Sección 125, El Loco)

"Dios ha muerto. Dios está muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo vamos a consolarnos, asesinos entre los asesinos? ¿Qué era el más santo y el más poderoso de todo lo que el mundo ha poseído ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua hay para nosotros para limpiar nosotros mismos? ¿Qué fiestas de expiación, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿No debemos nosotros mismos ser dioses simplemente para parecer dignos de ella?

Nietzsche expresa que el declive de la religión, el aumento del ateísmo y Además la ausencia de una autoridad moral más elevado sería sumir al mundo en el caos. El mundo occidental ha dependido del gobierno de Dios por miles de años, que dio fin a la sociedad y sentido a la vida. Sin él, Nietzsche escribe, la sociedad se trasladará a una época de nihilismo. Aunque Nietzsche pudo haber sido considerado un nihilista, por definición, fue crítico de la misma, y advirtió que la aceptación de nihilismo sería peligrosa.

La declaración de Nietzsche llevó varias respuestas de sus oponentes más religiosos y de los existencialistas posteriores. Albert Camus, por ejemplo, considera la necesidad humana de orden superior absurdo. Sostuvo que la "muerte" de Dios era intrascendente-que la humanidad no tiene necesidad de una autoridad más alta o la amenaza de la ira divina de vivir una vida buena y moral. Algunos otros filósofos estaban menos dispuestos a parte con el concepto de la autoridad superior y en su lugar trató de imaginar una moral absoluta que no depende de un ser supremo.

La siguiente es una lista de las apariciones de la "muerte de Dios", comunicado en la obra de Nietzsche:

La gaya ciencia (Secciones 108, 125 y 343)
Así habló Zaratustra (Prólogo y XXV)

“¿Has oído hablar de ese loco que encendió un farol en las horas luminosas mañana, corrió a la plaza del mercado, y lloraba sin cesar, "busco a Dios! Yo busco a Dios!" Como muchos de los que no creen en Dios estaban de pie alrededor de ese momento, provocó mucha risa...

¿A dónde está Dios ", exclamó." Yo te diré. Nosotros lo hemos matado - usted y yo todos somos asesinos.... Dios ha muerto. Dios está muerto. Y nosotros lo hemos matado...”  (La gaya ciencia (1882), el artículo 12).

 Lo primero que debemos tener claro aquí es lo que debería ser un hecho evidente: Nietzsche no dijo: "Dios ha muerto". Al igual que Shakespeare no dijo "Ser o no ser", sino que simplemente los ponen en la boca de Hamlet, un personaje que creó.

Sí, sin duda Nietzsche escribió las palabras "Dios ha muerto", pero también tan ciertamente los puso en la boca de un personaje - un loco, nada menos. Los lectores deben siempre tener cuidado de distinguir entre lo que el autor piensa y lo que los personajes se hacen para decir.

Desafortunadamente, muchas personas no son tan cuidadosas y así se ha convertido en parte de la cultura popular para pensar que Nietzsche dijo "Dios ha muerto". Incluso se ha convertido en el blanco de las bromas, con algunas personas imaginarse inteligente, poniendo en boca de su dios de las palabras "Nietzsche ha muerto."

Pero, ¿qué loco de Nietzsche significa realmente? Él no puede significar simplemente decir que hay ateos en el mundo, eso no es nada nuevo. Él no puede significar decir que Dios ha muerto, literalmente, porque eso no tendría ningún sentido. Si Dios fuera realmente muerto, entonces Dios debe haber estado vivo en un momento, pero si el Dios del cristianismo ortodoxo Europea estuviera vivo, entonces sería eterna y nunca puede morir.

Así que al parecer, este loco no puede estar hablando de Dios literal creído por muchos teístas. En cambio, él está hablando de lo que este dios representa para la cultura europea, la creencia cultural compartida en Dios, que una vez había sido su definición y unificación característica.

Dios ha muerto no quiere decir literalmente que Dios está efectivamente muerto; es la manera de Nietzsche de decir que la idea de Dios no es capaz de actuar como fuente del código moral o teológico. 

Nietzsche reconoce la crisis que la muerte de Dios representa para las consideraciones morales existentes, porque "cuando uno desecha la fe cristiana, se olvida de la moralidad cristiana. Esta moralidad de ninguna manera es evidente en sí misma. Rompiendo un concepto principal del cristianismo, la fe en Dios, uno rompe el esquema: nada necesario se mantiene en las manos de uno". Esta es la razón por la cual en «El loco», el loco se dirige a los ateos, el problema es conservar cualquier sistema de valores en ausencia de un orden divino.

La muerte de Dios es la forma de decir que los humanos ya no son capaces de creer en cualquier orden cósmico desde que ellos mismos no lo reconocen. La muerte de Dios conducirá, dice Nietzsche, no sólo al rechazo de la creencia en un orden cósmico o físico, sino también al rechazo de los valores absolutos, al rechazo de la creencia en una objetividad y una ley moral universal, que se ejerce sobre todos los individuos. De esta manera, la pérdida de una base absoluta de moralidad conduce al antinihilismo.

 Este antinihilismo es el que trabajó Nietzsche para encontrar una solución a la re-evaluación de los fundamentos de los valores humanos. Esto significa, para Nietzsche, la búsqueda de los fundamentos más profundos que los valores cristianos, más allá de los cuales él sentía que la mayoría de los cristianos rechazaba mirar.

Como bien explica Heidegger, la sentencia de Nietzsche “Dios ha muerto” no significa sólo la toma de posición de un ateo con respecto a la cuestión de la existencia de Dios.

En Nietzsche, Dios constituye la expresión de todos los valores absolutos.

La muerte de Dios significará, pues, el rechazo de todos los valores morales absolutos. Y, aún más, el abandono de la creencia en un orden del mundo, en la posibilidad de la objetividad científica y en la validez de las leyes morales para todos.

Tras la muerte de Dios y el consiguiente derrumbamiento de todos los valores objetivos, nos queda, al menos, el hombre como “medida de todas las cosas”. Sin embargo, ya no queda nada “que medir” y el hombre tienen que ser superado. Nietzsche propone la figura del Übermensch (superhombre) como aquél capaz de generar su propio sistema de valores, conforme a su voluntad de poder.

El siguiente texto de “La gaya ciencia” es el que mejor expresa su idea de la muerte de Dios:

“¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?”, preguntaba otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?” Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo hemos matado! ¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo poseía de más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de nosotros esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarnos? ¿Qué expiaciones, qué juegos nos veremos forzados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este acto? ¿No estamos forzados a convertirnos en dioses, al menos para parecer dignos de los dioses? No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por este acto, parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia. Aquí calló el loco y miró de nuevo a sus oyentes; ellos también callaron y le contemplaron con extrañeza. Por último, arrojó al suelo la linterna, que se apagó y rompió en mil pedazos: “He llegado demasiado pronto, dijo. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres. Es necesario dar tiempo al relámpago y al trueno, es necesario dar tiempo a la luz de los astros, tiempo a las acciones, cuando ya han sido realizadas, para ser vistas y oídas. Este acto está más lejos de los hombres que el acto más distante; y, sin embargo, ellos lo han realizado.”

Ahora bien, la historia demuestra que no ha sido Dios el muerto, sino el Maestro Nietzsche.

lunes, 29 de abril de 2013

Discriminación en pacientes con Depresión

Muchas personas que padecen depresión no buscan tratamiento por miedo a sentirse diferenciadas en sus relaciones sociales y profesionales, según un reciente estudio la discriminación de las personas que sufren depresión es un hecho habitual y constatado.
                        
"Lo que no somos capaces de cambiar debemos por lo menos describirlo" Rainer Weber Fassbinder

Un reciente estudio, de la cual hablare en este artículo, aporta cifras escalofriantes al respecto: el 79% o más de los afectados ha sufrido, por lo menos una vez, algún tipo de exclusión asociado a su patología mental y el 71% de los pacientes afirma que quiere esconder que la sufre. Los expertos alertan de que sufrir discriminación empeora el pronóstico de las enfermedades mentales y contribuye al aislamiento social y profesional de los enfermos.

La depresión es un trastorno psicológico que genera mucho sufrimiento a los afectados. Tristeza, irritabilidad, falta de energía y apetito, problemas para dormir o para mantener relaciones sexuales y dificultades para trabajar y para, en general, llevar un ritmo de vida adecuado son algunos de sus síntomas. A este sufrimiento psicológico y físico hay que sumarle el que genera el estigma.

Hay numerosos estudios que señalan que el estigma asociado a esta enfermedad mental todavía sigue vigente. Según una investigación de la Universidad Nacional de Australia, uno de cada cinco hombres afirma que preferiría no trabajar con una persona que sufre depresión.

 La causa hay que buscarla en los prejuicios que aún rodean a las personas con depresión. "No trabajan porque no quieren", "Son débiles", "Evitan las responsabilidades de la vida", "Es solo cuestión de voluntad superar ese problema", etc.

Estas opiniones desfavorables se traducen en conductas como el rechazo social. Por eso, aparte de las repercusiones que les puede generar en sus relaciones personales, muchos se quejan de que se sienten excluidos en el ámbito profesional.

Un estudio realizado por investigadores de varios países, y financiado por la Unión Europea, ha puesto de manifiesto que los pacientes con depresión se sienten discriminados.

Los científicos entrevistaron a 1.082 personas de 35 países que padecen el trastorno. Y los resultados han mostrado que el 79% había sufrido algún tipo de exclusión asociado a su dolencia por lo menos una vez. Las consecuencias de esa discriminación fueron que el 37% había desistido de iniciar una relación personal por tal motivo.

En el ámbito profesional, la discriminación fue la causa de que el 25% no luchara por un puesto de trabajo. Como señala la Dirección General de Sanidad y Consumidores de la Unión Europea, "las personas que contratan a trabajadores pueden discriminar a aquellos que tienen depresión, pues temen que no puedan trabajar adecuadamente".

Depresión: consecuencias de no buscar un tratamiento

Los investigadores también llegaron a otra conclusión: el 71% de las personas encuestadas afirmaba que deseaba esconder que sufría el trastorno. El estigma y la discriminación contribuyen al aislamiento social y profesional de muchas personas que padecen esta enfermedad.

Otra de las graves consecuencias es que muchos afectados no buscan tratamiento de ningún tipo porque no quieren que nadie sepa que sufren depresión. No quieren sentirse "débiles" o "perezosas", que es como las define el estigma.

Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamamiento para combatir esta diferenciación durante la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, el pasado 10 de octubre. Por todo esto, la Dirección General de Sanidad y Consumidores de la Comisión Europea aconseja "reforzar la legislación para reducir la discriminación y promover la inclusión social en todos los ámbitos, como el lugar de trabajo, el hogar, los centros académicos o los lugares de ocio".

El estudio concluye que se necesitan nuevas aproximaciones para superar la estigmatización de las personas con depresión, ya que la discriminación actúa como una barrera a la socialización e integración laboral de estas personas.

Datos sobre la depresión

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. Es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad. Afecta más a mujeres que a hombres. Esta patología psiquiátrica puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar de forma sensible el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. Además, en su forma más grave, puede conducir al suicidio (es la causa de cerca de un millón de fallecimientos cada año, la mayoría por estar sin diagnosticar o sin tratamiento).

Si es leve, se puede tratar sin medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave, son necesarios los fármacos y la psicoterapia profesional. A pesar de que se disponen de tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en algunos países) no los reciben.

Puedes ver aquí mi blog sobre La Depresión publicado el 27 de junio del 2012.