Aprende a manejar los
diferentes sentimientos y su gran intensidad, que forman las etapas emocionales
del divorcio.
El divorcio es un
proceso largo, que no termina en el momento en que la pareja se separa o en el
momento en el que se firman los papeles. El divorcio acaba,
cuando nos recuperamos y dejamos atrás la relación de pareja, con sus aspectos
positivos y negativos. Cuando dejamos de
sufrir por lo que implica el fin de la relación y el dolor de la separación. En el momento en que
vemos hacia delante, tranquilos y confiados.
Mientras los
sentimientos provocados por el divorcio, (la culpa, coraje, tristeza, etc.,)
siguen presentes en nuestra vida, seguimos atados a nuestra ex-pareja. Aunque hayamos firmado
los papeles hace muchos años.
Desde el momento en que
uno de los dos toma firmemente la decisión de divorciarse, hasta la
recuperación total, podemos hablar de 5 etapas, que son:
- Shock.
- Negación
- Caos emocional
- Aceptación intelectual
- Recuperación
Estas etapas no llevan
un orden, ni tienen una duración promedio.
De hecho podemos de
repente tener la sensación de que estamos peor o de que estamos retrocediendo. Esto es normal. Cada persona tiene su
propio ritmo y sus propias necesidades emocionales.Respeta tu proceso.
No te compares con los
demás y no te regañes cuando crees que estas fallando o actuando mal. Simplemente
corrige y sigue adelante.
Etapa
de shock
- Esta etapa se da, principalmente, cuando uno de los miembros de la pareja quiere el divorcio y el otro no se lo espera, aunque sea una relación de constantes conflictos.
- Ante la noticia del divorcio, ya como un hecho inevitable, el dolor puede ser tan intenso que la mente, como una manera de protegerse y prepararse para enfrentar el dolor, mantiene a la persona en un estado de insensibilidad.
- La persona está como en trance, aturdido o anestesiado emocionalmente y nada le parece real. Esta situación puede durar unas horas, días o incluso un par de semanas.
Negación
- Cuando se empieza a tomar consciencia de la realidad, la tendencia es a negarla o a quitarle importancia.
- Es una actitud automática, no consiente. La finalidad de nuestra mente es similar a la de la etapa anterior.
Podemos
tener pensamientos como:
- "En estos momentos está enojado, pero se le va a pasar". "Lo dice para asustarme". Etc.
- La negación puede alternarse con momentos en los que nos sentimos fuera de control, no entendemos lo que sucede, etc.
- Podemos empezar a tener problemas de insomnio, memoria, concentración y se alteran nuestros hábitos alimenticios (comemos demasiado o dejamos de comer).
- Esta etapa es variable en su duración, pero poco a poco empezamos a aceptar que el divorcio es definitivo
Caos
emocional
A medida que vamos
aceptando que nuestro matrimonio ya se terminó, empezamos a tomar consciencia
de todo lo que significa:
Reconocemos
la perdida de: la relación y de lo que implica estar
casado, nuestros sueño los buenos tiempos que compartimos, etc.
Cambios
en nuestra situación: Económica, social, familiar, etc. Esta situación provoca
diferentes emociones muy intensas, que pueden durar días o semanas o que pueden
cambiar rápidamente, provocando que, en un mismo día, pasemos de una a otra
rápidamente, aunque estos cambios
repentinos y la falta de control emocional pueden angustiarnos, es normal.
Así,
sentimos:
- Coraje o ira contra nuestra pareja por el sufrimiento que nos está causando o por no haber evitado la ruptura y contra nosotros mismos, por no habernos dado cuenta de lo que iba a suceder o no haberlo impedido.
- Tristeza o depresión, por todo lo que perdimos.
- Miedo o angustia, ante: un futuro desconocido y difícil, los problemas que vamos a tener que resolver, la soledad, el rechazo o la crítica de la gente, etc.
- Culpa, por haber hecho ciertas cosas o no haberlas llevado a cabo y por el dolor que viven los hijos y otros familiares.
- Vergüenza, por haber "fallado" ante nuestras propias expectativas y las de la sociedad.
- Alegría, porque ya se acabaron los gritos, insultos o conflictos. Etc.
- No existe un orden lógico para la aparición, intensidad y duración de las emociones.
- Cada una puede durar horas, días, semanas o meses y en un mismo día podemos estar, por ejemplo, enojados, tristes, contentos y otra vez enojados.
- Esta falta de control y estabilidad emocional es normal.
- Sentimos que no podemos confiar en nuestros sentimientos.
- Cualquier cosa que vemos, oímos, olemos, pensamos, etc., puede disparar una emoción muy intensa, que quizás no sabemos ni de dónde vino.
Aceptación
intelectual
- Poco a poco empezamos a aceptar y a entender lo que está pasando.
- Podemos dar o darnos diferentes explicaciones o justificaciones sobre los diferentes aspectos y personas relacionados con lo que estamos viviendo.
- Nuestro mundo empieza a estructurarse y a tener un poco de lógica. Sin embargo, seguimos sintiéndonos mal.
- Quizás nuestras emociones son menos intensas o tenemos periodos de tranquilidad y bienestar, pero algunas emociones siguen dominando parte de nuestra vida.
- Muchas de las decisiones que empezamos a tomar, están basadas en dichas emociones. Pero por lo menos empezamos a organizar nuestra vida. Tenemos que tener mucho cuidado al respecto, porque las decisiones emocionales, con frecuencia pueden dar malos resultados.
- Por ejemplo, muchas de nuestras conductas pueden tener como finalidad perjudicar o molestar a nuestra ex-pareja, sin darnos cuenta de que a la larga, pueden tener resultados negativos para nosotros.
- Es importante recordar que las emociones y los pensamientos no siempre van en la misma dirección.
- Esta incongruencia podemos verla en las siguientes palabras: "mi cabeza dice una cosa, pero mi corazón me dice todo lo contrario". Sin embargo es un paso hacia delante, muy importante.
Recuperación
Podemos hablar de
recuperación cuando:
Nuestra ex-pareja deja
de estar presente emocionalmente en nuestras vidas, nos sentimos tranquilos, dejamos
de ver hacia el pasado, empezamos a ver nuestro futuro como algo positivo, nos
sentimos capaces de resolver los problemas que se nos presentan día a día y
podemos disfrutar nuestras actividades y nuestras relaciones, nos hemos
perdonado y hemos perdonado a nuestra ex-pareja.
"Y vivieron Felices por Siempre..."