Afecta
la capacidad de identificación del paciente. Esta rara patología se caracteriza
por la creencia delirante recurrente de que una persona, normalmente del
entorno cercano del paciente, ha sido remplazada por un impostor. En general
los pacientes describen diferencias imperceptibles entre la persona original y
el impostor. Es decir, el impostor es idéntico físicamente al familiar
reemplazado, pero no es él. Como un espectro del delirio: Síndromes de falsa identificación delirante, denominada también síndromes psicológicos infrecuentes.
.
Aunque el “delirio del doble” o "síndrome del
impostor" ya habia sido descrito por Kahlbaum y Janet entre otros, fue
nombrada en honor a Jean Marie Joseph Capgras, psiquiatra francés que reconoció
la enfermedad bajo el nombre de l'illusion des sosies (ilusión de los dobles)
en 1923. Capgras reportó el caso de una mujer de 74 años que afirmaba que su
esposo había sido remplazado por un extraño. La paciente reconocía con
facilidad a los demás familiares, todos excepto a su esposo.
El
sindrome de Capgras pertenece a un grupo de síndromes aun mal conocidos que
tienen en común la anosognosia-anosodiaforia, esto es la dificultad de
reconocimiento de algo que o bien se perdió o bien que aun estando no se
reconoce como propio, es un sindrome de extrañamiento de algo, usualmente una
extremidad perdida o amputada (miembro fantasma) o bien a negaciones de la
pérdida de una función motora secundaria a hemiplejias izquierdas por una
lesión del hemisferio no-dominante. Fueron los neurólogos franceses, precedidos
por Babinsky los primeros en describir dicho síndrome y fueron los psiquiatras
franceses los primeros en destacar la anisodiaforia (indiferencia) como la
emoción predominante en estos síndromes de extrañamiento y el correlato mental
de la anosognosia.
Efectivamente
anosognosia y anisodiaforia son síntomas que andan de la mano en este tipo de
síndromes de identificación errónea, donde podemos incluir al sindrome de
Charles Bonnet, las alucinaciones musicales, el muy conocido y estudiado
“miembro fantasma”, el sindrome de la mano ajena, el sindrome de Fregoli y el
síndrome de Capgras.
Existen
casos en los que el síndrome se asocia a la esquizofrenia paranoide. Algunos
pacientes han llegado a afirmar que sus familiares han sido abducidos por
extraterrestres y cambiados por clones similares, pero no iguales. En algunos
casos, la persona cree que ella misma es, en su totalidad o en parte, un
duplicado. En algunos casos, los individuos con la ilusión de Capgras ven
objetos duplicados en lugar de personas duplicadas.
Esta
patología también se asocia a otros el trastorno como el esquizoafectivo o los
trastornos del estado del ánimo y raramente, se puede asociar a enfermedades no
psiquiátricas, como la epilepsia, el accidente cerebrovascular, un traumatismo
craneal, tumores cerebrales, enfermedades degenerativas como la enfermedad de
Alzheimer o demencia por cuerpos de Lewy, esclerosis múltiple, enfermedad de
Parkinson, enfermedades metabólicas, enfermedades infecciosas, e intoxicaciones
por sustancias de abuso, entre otras.
¿Por
qué se produce?
Algunos
de los primeros indicios de las posibles causas del síndrome de Capgras fueron
sugeridas por el estudio de pacientes con lesiones cerebrales que habían
desarrollado la prosopagnosia. (Interrupción
de la percepción de rostros, tanto del propio como del de las demás
personas, los que pueden ser vistos pero no reconocidos como los que son
propios de determinada persona). En esta condición, los pacientes son incapaces
de reconocer las caras conscientemente, a pesar de ser capaz de reconocer otros
tipos de objetos visuales.
Lo
cierto es que no existe una única causa asociable a esta patología, pero en la
mayoría de los casos está relacionado con lesiones en el hemisferio derecho, el
lóbulo frontal, temporal y parietal, si bien también se presenta una alteración
funcional relacionada con el circuito de la dopamina.
Es
posible obervarlos en su forma aislada como tambien en asociación con
esquizofrenias o demencias, tambien en accidentes vasculo-cerebrales, una
posibilidad que algunos autores como Ramachandran han vinculado al giro
fusiforme que es al parecer el lugar donde se procesan las caras (un lugar
intermedio entre ambos hemisferios cerebrales).
Todas
estas disfunciones provocan una dificultad para procesar de forma adecuada los
rostros conocidos. Así pues, algunos señalan que se trataría de una alteración
de la integración entre la información del hemisferio derecho con el izquierdo.
Vigheto afirma que la lesión en el hemisferio derecho actuaría desinhibiendo el
izquierdo, privándolo de informaciones adecuadas y llevando al sujeto a
verbalizaciones delirantes.
En
la mayoría de las ocasiones buscamos respuestas para las cosas que no podemos
explicar y debido a las disfunciones cerebrales antes mencionadas, los
pacientes no reconocen emocionalmente a la persona que está detrás de un rostro
que si conocen.
Histein
y Ramachadran proponen la siguiente hipótesis: una desconexión entre el sistema
límbico, especialmente la amígdala (estrechamente relacionada con las emociones
y los recuerdos emocionales)y la corteza temporal inferior impide a los
pacientes acceder a la memoria emocional. Entonces, el delirio surgiría como
una respuesta ante la situación patológica de no experimentar el sentido de familiaridad
ante el rostro conocido, pudiéndose catalogar como una agnosia de
reconocimiento familiar y un delirio secundario de re-duplicación que da sentido
a esta agnosia.
Tratamiento
Este
síndrome tan raro, tanto en la confusión de personas, como de objetos, es
complicado de tratar. Se suelen aplicar medicamentos antipsicóticos,
antidepresivos y terapias cognitivas y de conducta con cierto éxito, pero no
hay nada que lo cure del todo. Si
bien son poco frecuentes los casos de pacientes que presentan esta patología,
es necesario encontrar el modelo correcto de tratar esta enfermedad.
Resulta
interesante contrastar esta patología con el llamado Síndrome de Frégoli, en el
cual ocurre justamente lo contrario: alguien físicamente distinto a un conocido
nuestro nos parece la misma persona, ya que su forma de actuar y de
manifestarse nos hace estar convencidos de ello.
Ambos
síndromes son considerados raros, y en el fondo compartirían cierta ideación
paranoide y conspirativa, en el sentido de que la persona siente que están
tratando de engañarle.
Para
hacer el diagnóstico, es importante descartar que no existe compromiso de
conciencia o demencia severa, pues en estas condiciones los errores de
reconocimiento son frecuentes y variables. Existe un intenso debate alrededor
de si se debe considerar estas características como un síndrome o solamente
como síntomas de un padecimiento mayor como: esquizofrenia, déficit de vitamina
B12, hipertiroidismo, diabetes mellitus, intoxicaciones, traumatismos
cráneo-encefálicos, accidentes vasculares, entre otros.
La
mente humana utiliza muchos trucos cognitivas entrelazados para llenar los
vacíos de nuestras observaciones, fundamentalmente la construcción de una
simulación que nos permite interactuar con nuestro mundo y la sociedad.
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