martes, 2 de diciembre de 2014

Abraham Lincoln: Glorificado en el Racismo

Fue político estadounidense, decimosexto presidente de los Estados Unidos y primero por el partido republicano, es una especie de héroe, mártir e incluso (a últimas fechas) un cazador de vampiros, él es el presidente que todos los otros presidentes quieren llegar a ser una vez que son electos.
En un único mandato, este hombre liberó a los esclavos, mantuvo la Unión americana y le mostró al mundo cómo manejar un país como un gran jefe. Aunque todo eso termina por ser opacado, ya que él realizaba todas estas acciones al mismo tiempo que se comportaba como un ser despreciable, torpe y autoritario.

La biografía de Lincoln es bien conocida, desde su humildísimo nacimiento a su asesinato en un teatro. Fruto de su entrenamiento como abogado, Lincoln ha pasado a la historia como un gran orador. Era famoso por contar historias, utilizar metáforas y saber llamar la atención de los oyentes. Pero hay algunos aspectos del presidente no tan conocidos que deben ser resaltados. En realidad, Lincoln era sobre todo un pragmático  y este pragmatismo a veces lo llevó a apoyar algunas leyes verdaderamente repugnantes.

Sobre todo en el racismo de Lincoln. "No estoy ni he estado nunca a favor de la igualdad social y política de blancos y negros, ni de otorgar el voto a los negros, ni permitirles ocupar cargos públicos o casarse con blancos." Esta frase, tomada de un discurso de Lincoln, pinta sus ideas racistas. Así es, el hombre que, eventualmente, “liberó a los esclavos” casi los condena a una eternidad de servidumbre en su lugar.

La propuesta inicial de Lincoln consistía en liberar a los esclavos, pero como parte de un plan que los deportaría al África, "de donde vinieron". De este modo, ciertos estados de la Unión Americana se convertirían en un santuario "para los blancos libres del mundo entero". No lo llegó a poner en práctica porque fue asesinado antes.

Lincoln siempre consideró que la esclavitud era deplorable llegando a declarar que “si la esclavitud no es errónea, entonces nada es erróneo”. Sin embargo, Lincoln era un moderado, consideraba que los nuevos territorios no debían permitir esa institución deplorable y que algún día la esclavitud desaparecería del país. Lo que es verdad que Lincoln ni era partidario de la “igualdad racial“, ni era el “abolicionista radical” como nos lo quieren presentar. Algo así como un personaje dispuesto a imponer por la fuerza la emancipación de los esclavos del Sur de América

Durante su presidencia (1861-1865) firmó la Ley de Emancipación de Esclavos, ciertamente, pero primero, lo hizo por conveniencia política y estrategia de combate durante la Guerra de Secesión (el Norte estaba al borde de la derrota) y no por razones estrictamente humanitarias, segundo, se trata de una libertad erizada de condiciones y limitaciones, y tercero, actúa bajo la presión de Wendell Phillips, Thaddeus Stevens, Frederick Douglass y otros liberales, que llevaban años preconizando la igualdad de blancos y negros y promoviendo leyes antiesclavistas. Si buscan próceres de la causa, son estos personajes, no Lincoln. Todo ha confluido, sin embargo, para convertirlo en un santo civil: su ascenso de la pobreza a la Presidencia, sus virtudes de estadista en otros órdenes, su asesinato.

La realidad es que aquella decisión proclamó la emancipación de los esclavos con la adopción de las enmiendas 13ª y 14ª de la Constitución de los Estados Unidos fue sólo “oportunismo político” ya que con esta medida se ganaba a la opinión pública americana y a otras naciones de Europa y Sudamérica, ya que él nunca había creído en “la igualdad de las razas”.

Lincoln nunca pensó que con su “emancipación” los negros tuvieran “los mismos derechos que los blancos” y en 1865, poco antes de finalizar aquella guerra dijo estas palabras: “Creo que sería mejor deportarlos a todos a algunas tierras fértiles con buen clima donde pudieran vivir sin mezclarse“. Sobre el racismo lincolniano se conocían unos cuantos ensayos, que quedaron aplastados bajo el mito histórico.

10 Hechos sobre la historia Negra de Lincoln
  1. Imposición de la censura
  2. Deportó a sus críticos
  3. Suspendió el Hábeas Corpus
  4. El nombramiento de Ambrose Burnside
  5. Suspensión de la Proclamación de Emancipación dada por el general Hunter
  6. Nombramiento del General Hooker
  7. Condescendiente con los dueños de esclavos
  8. Se ensañó con los nativos americanos
  9. Supervisó un campo de concentración
  10. Defendió la limpieza étnica
Jan Morris es un biógrafo que ha escrito mucho sobre este personaje y nos dice de él que: “Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, fue un presidente de la miseria” añadiendo que en los 175 discursos pronunciado por aquel presidente entre 1854 y 1860 “siempre insistió en que sería anticonstitucional abolir la esclavitud”. En 1858 en su campaña para el Senado lo dejó meridianamente claro: “Ni soy ni he sido nunca partidario de la igualdad entre blancos y negros. Hay diferencias que impiden que vivan juntos en situación de igualdad social y política; pero si llegaran a vivir juntos será en una posición de superior a inferior y, como casi todo el mundo, estoy a favor de que la posición superior la asuma la raza blanca“. Y aún más. En 1862 siendo ya presidente, recibió en la Casa Blanca a un grupo de líderes negros y tuvo el cuajo de decirles estas palabras: “Incluso cuando dejéis de ser esclavos, estaréis lejos de ser iguales a los blancos. Es mejor para vosotros vivir separados“. Alguna vez le llamaron un “racista en recuperación” que utilizaba la palabra racista y le gustaban los espectáculos de teatro musical donde actores blancos se pintaban las caras de negro.

Algunos historiadores dicen que Lincoln esperaba terminar lentamente con la esclavitud sin dividir a la nación. Públicamente habló sobre detener la expansión de la esclavitud. “Era un gradualista” “Intentaba prevenir una revolución sangrienta. No podía”. En cuanto a los verdaderos sentimientos de Lincoln sobre los negros, ese tema podría estar siempre sujeto a discusión.

Hay unanimidad entre los historiadores al considerar que Lincoln sufrió de depresión.

“Soy actualmente el más miserable de los hombres vivos. Si lo que siento se distribuyera por igual a toda la familia humana, no existiría un solo rostro alegre sobre la tierra. No sé si alguna vez estaré mejor, tengo el horrible presentimiento de que jamás lo estaré. No puedo seguir viviendo así, creo que debo morir o mejorar”.

En su juventud llegó a ser vigilado por sus vecinos que temían que pudiese llegar a suicidarse tras el fallecimiento de su primera novia. Se afirma que la muerte de la madre de Lincoln fue la causa y el comienzo de la batalla de por vida de Lincoln con melancolía. Un niño pequeño, el futuro presidente tuvo que soportar el dolor y la tristeza de perder un hermano recién nacido, una hermana, un tío y una tía. Estas muertes se convirtió en incrustado en la psique de Lincoln de la joven, resultando en una serie de profunda tristeza.  La tendencia melancólica de su personalidad le acompañó toda la vida, incluidos sus años en la Casa Blanca, cuando a nivel personal tuvo que afrontar la muerte de su hijo William (previamente había fallecido el primogénito Edward con sólo tres años). Además de las enfermedades conocidas, como la viruela y el estreñimiento, y cáncer.

“La melancolía de Lincoln: cómo la depresión desafió a un presidente y le impulsó hacia la grandeza” En el siglo XIX, el concepto de melancolía (depresión) no tenía las mismas implicaciones que hoy en día. En la actualidad Lincoln no sería apto para el puesto y probablemente estaría de baja. Los fármacos de la época fueron sus compañeros habituales. Tendría un diagnostico actual de Depresión mayor, el consumía opiáceos y extracto de zarzaparrilla, entre otras muchas sustancias. No obstante, Lincoln estaba convencido de que su melancolía era consecuencia inexorable de su constitución y que, por eso, sufría más que los demás. Trataba de mantenerse ocupado para distraerse, de manera que el trabajo se convirtió en su refugio. Y para liberar su melancolía leía, recitaba y componía poesía. En esos días, no hubo psiquiatras, antidepresivos, psicoterapia y terapia de grupo disponibles como hoy en día.

Pero a medida que iba avanzando la vida, este republicano, contrario a la esclavitud y defensor de la unión federal, fue domando la enfermedad. Sus esfuerzos para mantenerse vivo le obligaron a desarrollar ciertas aptitudes. Trabajó para mejorar y para llegar a un exhaustivo autoconocimiento, cultivó su disciplina y otras estrategias que, en definitiva, conformaron su personalidad.

Aunque este presidente tenía muchas razones para estar triste, se dice que padecía alguna variación del Síndrome de Marfán, de origen genético conocido bajo el nombre de “MEN 2B” (Multiple Endocrine Neoplasia 2B o Neoplasia Endocrina Múltiple 2B). Una condición que podría ser responsable de su alta estatura y quizás también de sus enfermedades y comportamientos extraordinarios. Aun que las personas con síndrome de Marfan presentan subluxación o luxación de cristalino, condición que precise frecuentemente correcciones ópticas que nunca fueron necesarias en Lincoln. Además, fue golpeado en su juventud en la frente por un caballo, trauma que le generó inconciencia, pero que nunca se asoció con lesiones oculares aparentes.

Abraham era un hombre más bien “de gustos diferentes“, «la debilidad de las violetas de mayo» porque tuvo bastantes relaciones con mujeres en su juventud  y de hecho él mismo le confesó a su amigo el abogado William Herndon que había contraído la sífilis a los veintiséis años con una prostituta. Las “tendencias homosexuales de Lincoln” añadiendo que las continuas depresiones del presidente se debían seguramente a su pulsión por “salir del armario”. Se sabe también que con su joven y atlético amigo Joshua Speed compartió cama durante cuatro años y que cuando él marchó para contraer matrimonio Lincoln quedó tan destrozado que cayó en una depresión muy profunda que hizo que sus amigos le tuvieran que retirar todos los objetos cortantes de su habitación. Luego continuó mandando cartas a su amigo Speed durante mucho tiempo que siempre terminaban con un: “Siempre Tuyo“. Después, siendo ya presidente, se encaprichó de otro hombre llamado Elmer Ellsworth, que era un gallardo militar al que mataron prematuramente Lincoln decidió consolarse durmiendo con uno de sus guardaespaldas, llamado David Derickson en un refugio presidencial situado a las afueras de Washington y que fuera su compañero íntimo con quien compartía lecho durante las frecuentes ausencias de su esposa. Aunque se casó en 1842 con Mary Todd y con ella tuvo cuatro hijos, de los que solamente quedó uno vivo.

Algunos señalan que es posible pero altamente improbable que Lincoln fuera "predominantemente homosexual" o aunque los libros no proporcionan una imagen conclusiva, muchos aspectos de su vida, como su tristeza, soledad y naturaleza reservada ganan claridad en el supuesto de un Lincoln homosexual. 

La realidad es que a Lincoln podría aplicársele aquella frase que citó Cicerón en sus “Filípicas” que decía: “Cualquiera puede errar, pero sólo el necio persevera en su falta”. Está bien que se lo elogie como defensor de la libertad política y la tolerancia. Pero que no nos lo sigan vendiendo como héroe de la igualdad racial. No hay duda de que hizo algunas cosas asombrosas en su único mandato como presidente, pero es una pena que tuviera que contrarrestarlos con algunos errores verdaderamente atroces. Lincoln era abolicionista, pero racista, quien le tocó contradecir, como guerrero y político pragmático, sus execrables convicciones.

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