La
oniomanía o compra compulsiva es un trastorno psicológico cuyo síntoma es un
deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real, frecuente en personas
que padecen trastornos del estado de ánimo. Esta psicopatología suele estar
asociada con trastornos depresivos y baja autoestima, aunque la compra
compulsiva puede estar presente en otras enfermedades mentales como el
trastorno bipolar o el trastorno límite de la personalidad.
El
trastorno de compras compulsivas (TCC) es un trastorno psicológico del control
de impulsos, caracterizado por preocupaciones excesivas relacionadas con las
compras y por la necesidad irresistible de comprar de forma masiva objetos
superfluos, acompañados de sentimientos de ansiedad, irritabilidad o malestar,
y consecuencias adversas como el endeudamiento. Tras el alivio momentáneo al
realizar la conducta adictiva, la persona experimenta sentimientos de
culpabilidad.Es
otra de las adicciones comportamentales más frecuentes. La caracteriza el deseo
irresistible por comprar algo sin que exista una necesidad real de tal
objeto. Suele estar asociada con
trastornos depresivos y baja autoestima.
El
adicto a las compras sufre de un impulso incontrolable por adquirir objetos
inútiles o superfluos. La gratificación deriva, más que de la utilidad de los
productos, del propio proceso de comprar. Este consumo, no planificado, excede
de las posibilidades económicas de la persona.
Se
pueden identificar cuatro fases distintas de la compra compulsiva:
Anticipación:
pensamientos, impulsos o preocupaciones sobre un artículo específico, o sobre
el acto de la compra.
Preparación:
decisiones sobre cuándo y dónde ir, como vestirse, e incluso que las tarjetas
de crédito va utilizar. averiguaciones acerca de los artículos en venta, modas
nuevas, o nuevas tiendas.
Compra
propiamente dicha: experiencia de compra real, que muchos individuos describen
como muy excitante, e incluso puede conducir a sensaciones de índole sexual.
Gasto:
el acto se completó con la paga, a menudo seguida de una sensación de decepción
o desilusión con uno mismo.
Generalmente
el comprador compulsivo compra solo, sin la compañía de otra persona, debido a
que se suelen sentir avergonzados. En su mayoría, los afectados reconocen que
tienen un problema. Puede
llegar a pasar por un centro comercial y sufrir un síndrome de abstinencia, es
decir, un estado de nerviosismo que sólo se calma cuando entra a comprar.
El
sentimiento de autoestima y de poder se satisface con la conducta de comprar,
sin embargo hay una pérdida de interés por los productos una vez comprados. La
mayoría de estas personas están alrededor de los 30 años pero empezaron a
comprar en torno a los 18 o 20 años.
Desde
la perspectiva epidemiológica, ente el 1% y el 5% de la población puede sufrir
esta adicción, con una proporción de 4 mujeres /1 hombre. La mujer está más representada porque está más sujeta al dictado de la moda y por padecer
más sentimientos de soledad y baja autoestima.
La
motivación en ambos casos es aumentar la autoestima, las mujeres derivan la
autoestima en el aspecto físico y los hombres por ser expertos o poseer
riquezas.
El
ciclo habitual de esta conducta adictiva es el siguiente:
- Estado de ánimo disfórico
- Excitación ante las expectativas de comprar
- Adquisición placentera de objetos superfluos
- Arrepentimiento y autorreproches por el dinero gastado y por la pérdida de control
- Repetición del ciclo para la superación del malestar
- Es frecuente la asociación de esta adicción con alteraciones psicopatológicas como la depresión, trastornos de ansiedad o de la conducta alimentaria. Todos estos problemas denotan una baja autoestima y una falta de autocontrol, reflejo de la impulsividad del sujeto.
Los
factores de riesgo de esta adicción son: La soledad, el alejamiento de la
familia, el trabajo o la insatisfacción con la pareja. Comprar puede ser una
manera de relacionarse con los demás y de ver gente. En otros casos adquirir
regalos es un modo de conseguir el aprecio de los demás.
Las
consecuencias de la adicción a las compras: suelen ser muy negativas como
deudas, problemas con la justicia, ruina, deterioro de las relaciones
interpersonales, soledad, divorcio e intentos de suicidio. De hecho, la
depresión puede facilitar esta adicción, pero también puede ser una
consecuencia de la misma.
Test
de auto-evaluación para compras compulsivas:
- Cuando tengo dinero, no puedo evitar gastar todo o parte del mismo.
- A menudo soy impulsivo en mi comportamiento de compra.
- Para mí, ir de compras es una forma de aliviar el estrés diario. Me resulta relajante.
- A veces siento que algo dentro mío me empujó a ir de compras.
- Hay veces tengo un fuerte impulso por comprar.
- A veces he sentido un poco de culpa después de comprar algo que no necesitaba.
- Escondo algunas cosas que compro, por temor a ser tildado como irracional en mi comportamiento de compra.
- A menudo tengo un impulso inexplicable, un deseo repentino de ir y comprar algo.
- Tan pronto como entro en un shopping, tengo un irresistible deseo de entrar en una tienda y comprar algo.
- Tiendo a responder a ofertas que llegan por correo.
- A menudo he comprado un producto que no necesitaba, sabiendo que me quedaba muy poco dinero.
- Soy un derrochador.
- A veces he pensado "Si tuviera que comprarlo otra vez, lo haría…" y me he sentido arrepentido por ello.
Si
contestó afirmativamente a varias de estas preguntas, es probable que usted
esté padeciendo este problema.
Criterios
diagnósticos
Los
criterios diagnósticos utilizados como referencia para determinar si la persona
cursa con el cuadro patológico son:
- Presencia de impulsos excesivos y recurrentes por comprar, que producen importantes problemas personales y familiares.
- Impulsividad y repetición de la conducta de compra, pese a las consecuencias negativas que trae esta conducta para la persona.
- Necesidad urgente e irreprimible de comprar.
- Intentos fracasados de controlar gastos.
- La existencia de consecuencias negativas tangibles de comprar excesivamente, como agotamiento marcado, deterioro social o laboral, y problemas financieros o familiares.
El
tratamiento en este tipo de adicciones se puede resumir en:
En
primer lugar, antes de iniciar la intervención, es importante poder realizar
una buena evaluación del problema sobre el que vamos a intervenir, para poder
evaluar su magnitud y cada uno de los factores y variables que giran en torno a
éste. Es
importante antes de la intervención, valorar la consciencia de problema de la
persona adicta, así como la motivación de ésta para realizar el cambio.
La
intervención psicológica de elección, no obstante, para este tipo de adicciones
es la cognitivo conductual, es decir, la modificación de los aspectos
cognitivos y la intervención sobre los aspectos conductuales. Centraremos la
intervención en dos técnicas conductuales que nos servirán para romper el
automatismo de la conducta adictiva: el control de estímulos y la exposición en
vivo con prevención de respuesta.
- La primera, es una técnica paliativa y provisional, que permite detener la conducta problema mediante la manipulación del entorno del individuo, para reducir o eliminar situaciones y estímulos condicionados que eliciten la aparición de la conducta adictiva (centros comerciales en adictos a compras por ejemplo).
- La segunda técnica, la exposición en vivo con prevención de respuesta, es una técnica conductual útil para aprender a afrontar el deseo o impulso de realizar la conducta, exponiéndose de forma controlada y progresiva a aquellos estímulos que facilitan la aparición de la conducta. La recuperación total, es decir, la desaparición del ansia por la conducta inadecuada, sólo se produce cuando el sujeto se expone, en una segunda fase del tratamiento, a los indicios de riesgo de forma progresiva y regular y es capaz de resistirse a ellos sin adoptar conductas de escape.
La
parte cognitiva de la intervención, se centra en detectar y modificar aquellos
pensamientos y distorsiones cognitivas que puedan facilitar la aparición o
mantenimiento de la conducta adictiva, incluso un tiempo después de su
desaparición.
Se
debe entender el trastorno dentro de un contexto más amplio. No hay
medicamentos "exclusivos" para una patología específica llamada
comprador compulsivo, por ello es importante priorizar el diagnóstico. Algunos
inhibidores de determinados neurotransmisores, como la serotonina (muy relacionada
con el estado de ánimo) funciona.
Fuentes: Compilador de la red