El
dolor crónico es física y psicológicamente estresante, y su molestia constante
puede provocar irritación y frustración con usted mismo y con sus seres
queridos. Por definición, se considera dolor crónico al que se prolonga durante
más de seis meses y afecta la forma en que una persona lleva a cabo su vida
cotidiana. Si bien los médicos pueden proporcionar tratamiento para las
dimensiones físicas del dolor crónico, los psicólogos son los únicos
profesionales entrenados para ayudarle a manejar los aspectos mental y
emocional de este trastorno debilitante.
Existen
varios tratamientos médicos para el alivio del dolor crónico, como los
medicamentos con y sin receta, la fisioterapia, y otros menos utilizados como
la cirugía. Sin embargo, estas opciones son sólo algunas de las piezas
necesarias para componer el rompecabezas del dolor crónico. El bienestar mental
y emocional resulta igualmente importante, por lo cual las técnicas
psicológicas y la terapia contribuyen a la creación de la capacidad de resistencia,
y enseñan las destrezas necesarias para el manejo del dolor crónico. El dolor
agudo le indica que usted puede estar lesionado o tener un problema que
necesita atención inmediata. El dolor crónico es diferente. Las señales de
dolor duran semanas, meses o hasta años. La causa puede haber sido una lesión o
una infección. Puede haber una causa continua de dolor, como la artritis o
cáncer. Pero en algunos casos no hay una razón específica.
Los
problemas que causan dolor crónico incluyen:
- Dolores de cabeza
- Tensión en la zona baja de la espalda
- Cáncer
- Artritis
- Dolor por un nervio dañado
Características
principales del dolor crónico:
- El dolor crónico suele tener su origen en un traumatismo o enfermedad que produce daño tisular, y que a pesar de la desaparición de éste, la dolencia persiste, durante al menos 6 meses, con baja o nula respuesta a los tratamientos analgésicos convencionales.
- Su prevalencia es muy alta en países industrializados. Según estimaciones recientes, el 80% de consultas médicas están relacionadas con el dolor, de las cuales, un 30% es considerado dolor crónico.
- Las localizaciones más frecuentes son: cabeza, espalda y articulaciones, aunque puede afectar a cualquier otra zona o zonas del cuerpo.
- Según el sexo, las mujeres son hasta cuatro veces más propensas que los hombres a esta dolencia, refiriendo también mayor nivel de dolor, más zonas afectadas y mayor grado de incapacidad.
- El dolor crónico aumenta con la edad, siendo la franja de los 30 a los 60 años donde se da con mayor frecuencia.
- Debido a esta cronicidad, los pacientes modifican tanto su estilo de vida como su estado emocional.
- Con el paso del tiempo se va incrementando la ansiedad y la depresión a la vez que disminuye la autoestima y las relaciones sociales, lo que contribuye al mantenimiento de la dolencia.
El
paciente con dolor crónico puede presentar una serie de patologías
concomitantes como:
- Trastornos del sueño
- Irritabilidad
- Trastorno del apetito
- Estreñimiento
- Retardo psicomotor
- Reducción de la tolerancia al dolor: el mantenimiento del dolor de forma crónica produce un aumento de la sensibilidad dolorosa y modificaciones psíquicas permanentes que dan lugar a la llamada “fijación del dolor “
- Apartamiento social: es mucho menos activo, frecuentemente está en coma , sus interacciones personales están marcadamente disminuidas, tanto en su frecuencia como en su duración .
- Comportamiento patológico anómalo: hipocondriasis
- Depresión
El
paciente con dolor crónico adopta el papel de enfermo y los comportamientos de invalidez
crónica, con hipocondriasis asociada. Entre estos comportamientos se incluyen
los niveles de actividad disminuidos, la polifarmacia, la policirugía, una
reducción de los ingresos, y una desviación de las relaciones familiares . Los
conflictos interpersonales e intrapsíquicos están regulados por un proceso de
somatización , en el cual la participación del síntoma dolor facilita una huida
del estrés , de modo que el dolor queda excesivamente determinado por fuerzas
psicológicas ,así como somáticas . La probabilidad de quejarse acerca del dolor
(forma de expresarlo ) y el apremio al médico para que facilite alivio vienen
determinados en parte por el grado de extroversión, la etnia, el comportamiento
patológico anómalo y la clase socio-económica.
Importancia
de estudiar el dolor crónico: El dolor crónico supone un fuerte impacto sobre
la función física, emocional y cognitiva, sobre la vida social, la vida
familiar y la capacidad de trabajar; en ocasiones se escapa a control
farmacológico y es capaz de provocar tanto cambios fisiopatológicos a nivel de
multiples órganos, como estrés psicológico. La incidencia del dolor crónico es
aproximadamente del 20% y está asociado habitualmente a una enorme carga
social. Es por esto por lo que la valoración del dolor tiene una mayor demanda
en el caso del dolor crónico en comparación con el dolor agudo, siendo esto así
tanto en la práctica clínica diaria como en la realización de ensayos clínicos.
Tratamiento Psicológico:
Como se desprende de estas características, el
dolor crónico suele acarrear al paciente otros problemas psicopatológicos, por
lo que un tratamiento multidisciplinar en el que participe el psicólogo es
imprescindible.
El
problema no es que haya dolor crónico, sino que este arruine nuestra vida
ocasionándonos problemas de pareja, de trabajo, de amistades y tiempo libre, de
ansiedad, depresión, insomnio, etc.
Para salir de esos círculos hay que darse
cuenta que estamos ante una situación que no se puede cambiar y que la
aceptación es el único camino:
- Aceptación es no hacer nada para evitar, dejar de hacer todo lo que no sirve: desmontar los círculos viciosos y potenciar el tratamiento médico adecuado.
- Aceptar es abrirnos a experimentar los sucesos y las sensaciones completamente, plenamente y en el presente, como son y no como tememos que sean.
- Aceptar es tomar conciencia de las limitaciones que conlleva el dolor crónico.
- La aceptación abre el camino al compromiso. A seguir haciendo aquello para lo que valemos de acuerdo a nuestras capacidades, aunque esto signifique que tenemos adecuar nuestras metas a nuestras capacidades limitadas por un dolor crónico.
- Aceptar no es quedarse con el sufrimiento que se tiene, la aceptación disminuye el sufrimiento e incluso inicia proceso psicofisiológico de la habituación, por el que el dolor se hace más tolerable porque nos habituamos a él. Habituándonos a las sensaciones disminuye la ansiedad, el miedo y la depresión, tendremos menos sensaciones asociadas al dolor y continuaremos comprometidos con un nuevo papel social con valores propios
Pero
aceptar el dolor, abrirnos a su experiencia es muy duro y puede precisar de una
terapia psicológica. Supone que la persona tiene que incorporar en su propio
autoconcepto la nueva incapacidad de controlar el dolor y las limitaciones que
tiene y pese a ello encontrar un sentido a su vida. Por eso la terapia de
aceptación y compromiso proporciona una visión más amplia en la que
cabe la inevitabilidad del dolor.
La
terapia cognitivo-conductual ayuda al paciente a asumir su enfermedad y a
resignarse ante la imposibilidad de la curación, y proporciona una serie de
técnicas prácticas para afrontar y sobrellevar de la mejor manera posible el
padecimiento, tratando de evitar los graves problemas asociados. Esta es una
tarea compleja que implica muchas variables, ya que involucra todas las facetas
de la persona y su entorno. Entre los tratamientos psicológicos más efectivos
de este enfoque se encuentran:
Intervenciones
cognitivas: como las auto-instrucciones e imaginación, tratan de afectar al
contexto en el que aparece el dolor más que intervenir directamente sobre el
mismo.
Intervenciones
conductuales: se centran en recuperar y/o mantener las actividades de la
persona al margen del dolor para evitar los efectos indeseables derivados de
éste.
Biofeedback:
controlar la actividad muscular y temperatura periférica se ha demostrado muy
eficaz para el alivio de dolores crónicos. Combinado con la relajación
incrementa su eficacia reduciendo la ansiedad.
Programas
multicomponente: son las más comunes, formadas por una combinaciones de los
tratamientos anteriores. Debido a su complejidad y exigencia presentan alta
tasa de abandono.
El diagnóstico del dolor crónico viene dado
principalmente por el tiempo de evolución del mismo, así como de los factores
que el paciente siente que empeoran el dolor y las características. La
combinación del tratamiento psicológico y farmacológico es la mejor forma de
combatir este padecer. Al ser un dolor crónico, su tratamiento también ha de
ser prolongado. Las nuevas tecnologías permiten agilizar el contacto con el
terapeuta, y la garantía de una rápida asistencia es un factor que contribuye
en sí mismo al bienestar del paciente.
Nota:
Según parece las emociones de cada persona son un fuerte punto que determina si
esta tendrá probabilidades de sufrir dolor crónico.
Algunas indicaciones para hacerle frente al dolor crónico:
- Maneje su estrés: El estrés emocional y físico están estrechamente vinculados, y el dolor persistente puede provocar mayores niveles de estrés. Aprender a lidiar con su estrés de forma saludable puede ayudarle a enfrentar el dolor crónico con mayor efectividad. Comer bien, dormir las horas suficientes y participar en actividades físicas aprobadas son formas positivas para controlar el estrés y el dolor.
- Tenga pensamientos positivos: El pensamiento positivo es una herramienta poderosa. Al concentrarse en los logros que ha podido alcanzar (por ejemplo, hoy tiene menos dolor que ayer, o se siente mucho mejor que hace una semana) puede marcar una diferencia en la percepción de su nivel de comodidad. Por ejemplo, en vez de considerarse impotente y pensar que ya no puede manejar el dolor, recuérdese a sí mismo que se siente incómodo, pero que se está esforzando por hallar una forma saludable de lidiar con ese dolor, y llevar adelante una vida productiva y plena.
- Actividad y participación: Alejar el dolor de la mente participando en actividades agradables le ayudará a resaltar los aspectos positivos de su vida. Aislarse de los demás fomenta una actitud negativa y pudiera incrementar su percepción del dolor. Considere la búsqueda de un pasatiempo o afición que le haga sentirse bien y le ayude a conectarse con familiares, amigos u otras personas por medio de los grupos comunitarios locales o la Internet.
- Busque apoyo: Lidiar diariamente con su dolor puede ser extremadamente difícil, en especial si lo hace por su cuenta. Póngase en contacto con otras personas en su misma posición que puedan comprender sus altas y sus bajas. Busque en la lnternet o en su comunidad grupos de apoyo que pueden reducir su carga ayudándole a comprender que no está solo en su sufrimiento.
- Consulte con un profesional: Si sigue sintiéndose abrumado por el dolor crónico a niveles que le impiden llevar a cabo su rutina cotidiana, probablemente quiera hablar con un profesional de la salud mental, quien le ayudará a manejar las repercusiones psicológicas de su trastorno.
En los hospitales y en
muchas clínicas existen las Unidades del Dolor, donde se solicitan pruebas
complementarias al paciente como resonancia magnética, TAC y gamma grafía para
intentar comprender la particularidad del dolor para así poder aplicarle un
tratamiento más específico.
Se
sugiere una atención integral inmediata con médicos especialista, que cuenten
con una formación avanzada en el diagnóstico, el tratamiento y la
rehabilitación de personas con dolor crónico. Que con frecuencia trabajan como
parte de un equipo con enfermeras, fisioterapeutas y profesionales de la salud
mental.