Es la creencia delirante de que un lugar o escenario ha sido
duplicado, existiendo en dos o más espacios simultáneamente, o bien de que ha
sido "reubicado" en otro lugar.
El término paramnesia
reduplicativa fue utilizado por primera vez en el año 1903 por el neurólogo
Arnold Pick. Aunque se ha encontrado que el fenómeno ya había sido descrito en
el año 1788 por el naturalista suizo Charles Bonnet. No fue hasta 1976 cuando
se prestó una seria consideración al trastorno, cuando Benson presento tres nuevos casos. Benson no se
limitó a describir los síntomas de sus pacientes, sino que intentó explicar el
fenómeno en términos de déficits neurocognitivos, también presentes en estos
casos. Este fue uno de los primeros intentos de dar una explicación
neuropsicológica para este trastorno.
La paramnesia
reduplicativa ha sido mencionada en el contexto de numerosos trastornos
neurológicos, incluyendo el accidente cerebrovascular, la hemorragia cerebral,
tumores, demencias, encefalopatías y diversos trastornos psiquiátricos.
La reubicación ilusoria
de un escenario en un lugar familiar, normalmente, los lugares que el sujeto
cree que han sido reduplicados resultan familiares para él, como su casa, su
lugar de trabajo, el hospital o un centro al que acuda de forma habitual. Aunque
en ocasiones el paciente cree que se encuentra en lugares más exóticos o
fantásticos (es más raro que se sufra paramnesia reduplicativa).
Ejemplo, el paciente
puede insistir en que el hospital en que se encuentra ingresado ha sido
duplicado y cambiado de ubicación, y que ambos coexisten al mismo tiempo, con
el mismo nombre, idénticos, y con las mismas personas. Esto crea una especie de
sensación de "mundos paralelos".
Explicaciones Médicas
Las primeras
explicaciones de corte psicodinámico sugerían que la paramnesia reduplicativa
no estaba directamente relacionado con el daño cerebral, sino que surgía a
partir de la negación de la enfermedad. Concretamente, según Weinstein y Kahn
en aquellas personas que consideraban la enfermedad como una
"imperfección, debilidad o desgracia". Otras investigaciones
tempranas aceptaban que el daño cerebral era un factor importante, pero
sugerían que la desorientación era una "reacción histérica" motivada
por el deseo de volver a casa.
Sin embargo, la mayoría
de las teorías actuales sugieren que el trastorno está causado por un mal
funcionamiento de los sistemas cerebrales relacionados con la memoria y la
sensación de familiaridad. Curiosamente, esta era la base de la explicación
original que había ofrecido Pick, en la que sugería que el mecanismo crucial
era un "ataque convulsivo" que alteraba la memoria consciente.
Benson añadió
posteriormente que los daños en el hemisferio derecho de los pacientes les
incapacitaban para mantener la orientación debido al deterioro de la percepción
viso-espacial y de la memoria visual, mientras que los daños en los lóbulos
frontales dificultaban la inhibición de las falsas impresiones causadas por la
desorientación.
Las investigaciones más
recientes han respaldado esta visión y se han establecido nexos con la
literatura sobre el fenómeno de la confabulación, por el que los pacientes
parecen evocar falsos recuerdos sin darse cuenta de que son falsos, y que suele
asociarse también con daños en los lóbulos frontales. El daño en el hemisferio
derecho también se asocia a la anosognosia, un desorden que provoca que los
pacientes no sean conscientes de los déficits que sufren como consecuencia de
un daño cerebral determinado. Esta falta de conciencia de la propia enfermedad
también parece hallarse presente en la paramnesia reduplicativa.
El estudio de un caso
concreto ha sugerido una explicación más detallada, que apunta a que el daño en
la ruta ventral del sistema visual, que conecta la corteza visual con ciertas
áreas del lóbulo temporal, puede provocar la desorientación viso-espacial y las
dificultades de integración de recuerdos. Está firmemente comprobado que las
áreas temporales (incluido el hipocampo) interactúan con el lóbulo frontal
durante la formación y recuperación de recuerdos, lo que proporciona una
explicación sobre por qué los daños frontales pueden llegar a causar este
trastorno.
En la actualidad no
existe un tratamiento específico para esta dolencia, sino que suele dirigirse a
tratar la causa que dio origen a la misma y también se suministran al paciente
antidepresivos para contrarrestar las alteraciones del ánimo que pueda
ocasionar la enfermedad.
Es maravilloso e
interesante saber que en el fondo del cerebro se esconde una fuerza capaz de
crear un entorno completamente nuevo.