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martes, 1 de marzo de 2016

TDAH Adultos

El TDAH se ha considerado durante mucho tiempo un trastorno propio de la infancia y de la adolescencia, pero los síntomas y el impacto funcional del TDAH no siempre desaparecen al pasar a la edad adulta y el trastorno puede persistir en más del 50% de los casos. Se asocia con un impacto importante a nivel clínico, funcional y de calidad de vida.
Caracterizada por una reducida capacidad para mantener la atención, poca habilidad para procesar la información debido a distracciones, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.

Manifestaciones Clínicas

Muchos adultos con déficit atencional tienen la sensación de que “algo no está bien” con ellos, no pudiendo determinar exactamente dónde está el error y cómo corregirlo. Es frecuente que estas personas cambien una y otra vez de carrera, trabajo y amistades. Las separaciones matrimoniales son más frecuentes en personas con TDA y en general su rendimiento académico es más bajo, aunque poseen un coeficiente comúnmente intelectual alto en comparación con el resto de las personas, dificultad para mantener la atención enfocada en una cosa por un tiempo prolongado, procrastinación crónica, esto es,  dejar siempre las cosas para después, dificultad para empezar cosas que se proponen, acompañado de sensación de dispersión. Una persona con TDA está  habituada a perder cosas con frecuencia y a tener olvidos con regularidad. Además no le es fácil administrar el tiempo y el dinero, comúnmente se les califica de impuntuales, despistados, mal educados, nunca cumplen su palabra, apáticos, no escuchan…

Así encontramos adultos desorganizados, impuntuales en sus citas, con cambios de humor, una actividad constante, horarios sobrecargados, elegir trabajos que les requiera una mayor ocupación, pueden convertirse en adictos al trabajo pero logran una menor productividad a pesar de su esfuerzo, generalmente prefieren ocupaciones activas más que las rutinarias, desorganización e incapacidad para organizar trabajos o tareas, dificultades para iniciar y finalizar proyectos, problemas de gestión del tiempo, terminan las relaciones afectivas prematuramente, carecen de paciencia para distintas actividades, pierden el control, conducen de forma temeraria (con un mayor porcentaje de accidentes), tendencia al consumo de tóxicos, tienen baja tolerancia a la frustración y en algunos casos se sienten atraídos a conductas temerarias o riesgosas, tienen problemas con la autoridad  y presentan arranques de agresividad o episodios de depresión.

Autoestima empobrecida, se aburren fácilmente, tardanza crónica y pobre percepción del tiempo, dificultades con la regulación de las emociones, la motivación y la excitación (cambio brusco de carácter), problemas con el autocontrol y la regulación del comportamiento, déficit en memoria funcional. TDA en adultos se asocia en algunas ocasiones a conductas delictivas y antisociales.

Como decía muchos TDA son comúnmente extremadamente inteligentes si bien en el colegio se decía que no ponían de su parte o no se centraban, algunos malos estudiantes infantiles y adolescentes maduran en sus capacidades cognitivas en edad universitaria y acaban destacando en informática, ciencias o artes en una especie de resurgir intelectual tardío muy típico del TDA. Pero también tiene la otra cara de la moneda, personas con coeficiente intelectual bajo, que han tenido fracaso escolar y se  sienten marginados de la sociedad.

Para poder realizar un diagnóstico de TDAH en una persona adulta es preciso que el trastorno los síntomas estén presentes desde la infancia, como mínimo desde los 7 años. El sujeto debe continuar presentando una alteración clínicamente significativa o un deterioro en más de dos áreas importantes de su actividad, como el funcionamiento social, laboral, académico o familiar. Los adultos con TDAH suelen manifestar principalmente síntomas de inatención y de impulsividad, ya que la hiperactividad disminuye con la edad.  Asimismo, los síntomas de hiperactividad suelen tener una expresión clínica ligeramente diferente a la encontrada en los niños. Por ejemplo, uno de los síntomas de hiperactividad en los niños puede ser el correr por todas partes, subirse a los muebles de forma constante, mientras que en la edad adulta el mismo síntoma se manifiesta como Sentimiento subjetivo de inquietud. Un motor que le lleva a estar generando actividades continuamente, es una actividad endógena que en al adulto genera ansiedad.

Incidencia

Se ha encontrado que este trastorno se presenta entre el 10 y el 60% de los adolescentes y adultos que fueron diagnosticados desde la infancia. En la población adulta, el TDA/H es más común en el sexo femenino. Reportes latinoamericanos muestran como ejemplo a Guatemala, donde el 3.7% de los estudiantes menores de 20 años de edad presentan TDA/H.

Relación hereditaria

Diversos estudios han demostrado la presencia de antecedentes de enfermedades psiquiátricas en las familias de pacientes con TDA/H, entre ellos se encuentra trastorno disocial, trastorno de personalidad antisocial, trastornos del estado de ánimo, de ansiedad, y abuso de sustancias. De igual manera, este trastorno se presenta con mayor prevalencia en los familiares de estos pacientes.

Detención

El paciente busca resolver problemas que tiene desde hace muchos años y que están afectando a su vida.

La permanencia del trastorno en la vida adulta del paciente es detectada en base al grado de afectación que el trastorno tiene en la vida del individuo, ya que un niño que fue manejado con el tratamiento adecuado y desarrolló mecanismos de adaptación al trastorno, a pesar de presentar el problema en la vida adulta, su TDA/H no resultará tan limitante como en aquellos pacientes que nunca recibieron tratamiento. El adulto con trastorno por déficit de atención / hiperactividad buscará ayuda a consecuencia de un historial de vida con fallas en atención, despidos frecuentes, pérdidas importantes económicas y familiares, a consecuencia de sus alteraciones en control de impulsos, distractibilidad e hiperactividad o derivados de centro desde clínicas de adiciones.

Muchos de ellos podrán referir antecedentes de diagnóstico desde la infancia, con casos distintos de éxito del tratamiento, debido al poco apego terapéutico desde la infancia. No existen pruebas de laboratorio específicas para este trastorno, su diagnóstico se hace por medio del estudio de la historia clínica, en conjunto con la observación clínica y exploración física del paciente.

El manejo del TDA/H del adulto deberá ser bajo el cargo del psiquiatra especialista acompañado de un modelo psicoterapéutico clínico adecuado, quienes indicará el tratamiento de cada caso, manejando también los trastornos psiquiátricos adicionales que pueda presentar el paciente.

*El trastorno es muchas veces confundido por los médicos con depresión o desorden bipolar.

Tratamiento

El adulto con TDA/H tendrá generalmente un historial de tratamiento previo en la infancia, el cual será de mucha utilidad para su manejo, el cual se dirigirá al control de los síntomas del TDA/H así como de los trastornos neuropsiquiátricos adicionales que pueda manifestar, como pueden ser abuso de sustancias, trastornos del estado de ánimo, trastornos de personalidad. De manera integral se manejará cada caso, incluyendo una adecuada comunicación y educación del entorno cercano, familiares, colaboradores. El adulto, en comparación con los niños, tiene muchísimas más variables que manejar al mismo tiempo.

El manejo farmacológico de forma individualizada es la parte más importante y clave del tratamiento del paciente, permitirá limitar los síntomas que resultan más importantes en ese momento, disminuyendo las distracciones, permitiendo mejor atención y concentración, disminuyendo la hiperactividad y ayudando a mejorar el control de impulsos. Existen diversos fármacos utilizados para el trastorno por déficit de atención / hiperactividad, y será criterio del experto la elección del medicamento indicado para cada caso, manejando los problemas neurológicos o psiquiátricos adicionales del paciente, comorbilidad asociada como tics, ansiedad, trastorno de conducta, etc.

El tratamiento psicológico del TDAH tiene como objetivo ayudar a pacientes y familia a manejar los síntomas del trastorno y el impacto que éstos puedan tener en su vida diaria. La intervención psicológica se debe realizar en el paciente y su entorno familiar. En función de las necesidades del paciente y las condiciones individuales se creará un plan de tratamiento personalizado.

Psicoeducación, terapia cognitiva - conductual, técnicas operantes, técnicas de autocontrol, de inhibición de respuesta y resolución de problemas, en habilidades sociales, entrenamiento para padres.  Se recomienda tareas cognitivas, atención focalizada, el trabajo sobre la memoria, la selección de estímulos, los mantenimientos de meta y motivación en el tiempo son fundamentales.

También recomiendo la terapia cognitivo-conductual como tratamiento inicial cuando se den las  situaciones siguientes:
  • Tda-h leve
  • Impacto mínimo del tda-h en la vida del niño
  • Los padres y los profesores discrepan mucho sobre la frecuencia de los síntomas.
  • Los padres rechazan el tratamiento con medicación.
  • En los niños que sean menores de 5 años.
Lo primero que experimenta el adulto cuando viene a la visita es el gran alivio de saber qué es lo que le pasa y de entender por qué le pasa y eso ya es muy importante. Si conseguimos trasladarle rutinas en el manejo de la agenda; en el control de la ira, de la impulsividad y de la hiperactividad y hábitos para no perder objetos y poder mejorar la atención, vemos que va mejorando. El gran impacto del abordaje farmacológico es que realmente esa persona tenga la capacidad de mantener la atención. Si lo combinamos con tratamiento psicológico haremos que esa persona aprenda cómo manejar la atención y utilizar el autocontrol.

Consideraciones especiales

Es importante manejar las consecuencias del TDA/H en el entorno de los adultos aquejados, ya que comúnmente suelen perder empleos, abandonar los estudios y verse seriamente afectadas sus relaciones interpersonales. Resulta común encontrar en pacientes adultos con TDA/H problemas de abuso de sustancias, los cuales generaron como intento de mejorar sus síntomas, generando sólo empeoramiento en el control de impulsos y adicciones, que pueden llevarles a tener problemas con la autoridad y criminalidad.

Conclusión

El adulto con TDA/H representa la continuación del trastorno desde la infancia, y dependerá del manejo que haya recibido en esa época, su pronóstico en la vida adulta. Es común encontrar complicaciones con problemas de abuso de sustancias u otros trastornos neuropsiquiátricos en pacientes con mal manejo en la infancia. El apoyo familiar y el manejo farmacológico y terapéutico beneficiarán al paciente, proporcionándole las armas necesarias para su mejor adaptación.

“Siempre es posible tratar las consecuencias negativas que traen consigo el déficit atencional, nunca es demasiado tarde para comenzar con un tratamiento especializado que incluya farmacología y psicoterapia, combinación que mejora de manera significativa la calidad de vida de quienes se ven afectados por este trastorno”.