El término inglés
barebacking o bareback, generalmente traducido como sexo a pelo, se originó en
la comunidad gay para describir actos sexuales sin preservativo, especialmente
sexo anal. Sin embargo, el uso del término se ha expandido y ha terminado por
abarcar cualquier tipo de acto sexual con penetración en la que no se use
condón. Los practicantes del bareback sienten atracción y/o excitación en
practicar sexo sin preservativo o condón. (El término proviene del mundo
ecuestre, puesto que barebacking significa "montar en caballo sin
silla" o simplemente "montar a pelo").
Socialmente cuestionado
y condenado, el bareback, una práctica sexual entre hombres, quienes de manera
deliberada no utilizan condones, también representa un dilema para la ciencia,
la salud e incluso la bioética. La disponibilidad de los medicamentos, la
necesidad de transgresión o la búsqueda primordial del placer son factores que
han alimentado esta práctica alrededor del mundo.
El sexo desprotegido –rechazo
admitido o no del uso del condón en cada contacto sexual– ha dejado de ser un
episodio ocasional, un tropiezo o accidente. En algunos casos, se ha vuelto una
práctica deliberada, incluso organizada, que ha generado una subcultura
específica, la de aquellas personas que tienen sexo sin la barrera protectora
del condón, una práctica común en nuestros días.
Tener sexo bajo riesgo
a sabiendas de una posible infección de VIH, o siendo más radicales, incluso
buscándola al relacionarse con un compañero seropositivo (bug chasing), conlleva a plantear un sinfín de preguntas sobre dicha conducta.
¿Qué lleva a las
personas a iniciarse en este tipo de juegos?
Los motivos pueden ser
variados, hay quienes lo hacen por el morbo y la excitación por el peligro que
supone, otros para acceder a ayudas sociales e incluso alguno por tener una
razón para morir.
Sea como fuere, son
personas que necesitan ayuda psicológica para aprender a manejar mejor su vida
y sus emociones, buscando alternativas positivas y sanas y aprendiendo a
reconocer los comportamientos sexuales que realzan la vida y los que son
perjudiciales para uno mismo y los demás. Funciona como una ruleta rusa en la que vas teniendo relaciones sexuales con las personas implicadas y uno o varios de esos miembros que participan tienen el VIH/SIDA. Es posible que no tengas relaciones sexuales directas con la persona infectada, sin embargo, si tienes relaciones sexuales con otra persona que sí las ha tenido con ésta, el contagio se produce igualmente.
Prevención: Utilizar el preservativo es abogar por tu salud sexual
La propuesta científica
para prevenir nuevas infecciones en este sector de la población radica en el
tratamiento profiláctico pre exposición (PrEP), es decir, la toma de
medicamentos antirretrovirales antes de un encuentro sexual de riesgo a fin de
evitar una infección de VIH. Aunque se conciben
a la PrEP como una herramienta que ofrece protección contra el VIH pero que
también permite tomar más riesgos sexuales, además de no eliminar totalmente el
riesgo de infecciones y no ser tan accesible como el condón. Sin embargo, es
difícil que con un sistema de salud como el mexicano se llegue a implementar
una estrategia de prevención que podría resultar costosa.
Consideraciones
En una relación sexual
de riesgo, sin intención deliberada de transmitir el virus, impera, sin
embargo, una lógica de auto engaño compartido. En realidad, la conducta no es
tan anómala o infrecuente como pudiera pensarse, pues la gran mayoría de la
población practica el bareback al no sentirse realmente en riesgo
epidemiológico y dicha práctica sólo se estigmatiza cuando surge en una
comunidad gay considerada de alto riesgo. Casi nadie imagina hoy que la vieja
máxima del sexo seguro (‘Use condón en cada ocasión’) deba aplicarse en su caso
personal y sí para toda aquella persona cuyo placer parezca menos significativo o legítimo que el propio. El
sexo sin condón se ve así a menudo como un privilegio de los normativamente
emparejados en esta era del sida. El derecho al bareback parece sólo
acompañarse de la monogamia.
Cabe mencionar que es
distinto al hecho de no usar el condón por descuido, negligencia o porque “la
pasión gana”. Ya que en una relación estable el no usar
preservativo es una conducta que permite un acercamiento afectivo con la compañera(o) y expresa confianza mutua.
Sin embargo, el bareback constituye un riesgo para la continuidad de las infecciones por
VIH y un reto para las campañas en salud que deberían incorporar las
especificidades sociales y culturales de las comunidades implicadas. Sus
detractores afirman que la fidelidad mutua, a pesar de los pactos, muchas veces
no se cumple y termina siendo una fantasía, que también constituye un vínculo
emocional el deseo de proteger a la pareja usando condón. Que uno puede
desarrollar sentido de pertenencia a grupos y comunidades más seguras para la
salud propia y la de los demás y que el deseo de ser o convertir a VIH+
constituye un desajuste psicológico. Ej: Si se asume como estilo de vida, puede estar asociado al consumo de drogas /alcohol que desinhiben y a una negativa rotunda de saber sobre las formas de prevenir la infección por VIH.
Algunas personas "plantean o creen que tiene cierta lógica" que después de vivir aterrorizados veinte años
por la enfermedad, la gente se haya relajado en sus costumbres. Además ha
desaparecido la sensación de peligro y es que el SIDA ya no se vincula
necesariamente con la muerte. Médicos y expertos ya la consideran casi como una
enfermedad crónica gracias a los avances en los fármacos y en los tratamientos
individualizados. Desafortunadamente, en un alto porcentaje siguen muriendo
personas gay o no gay a causa del VIH/SIDA.
Problemática que toca
de cerca a la prevención del Sida, que nos interesa profundizar como psicólogos clínicos...
Nota: Serosorting es escoger a las parejas sexuales por el estatus respecto al VIH (positivo o negativo), el cual se determina a partir de la propia evaluación que la persona hace sobre la apariencia física de su posible pareja, por lo que le han dicho de ella otras personas y en la generalidad de los casos preguntando directamente sobre el estado serológico. De esta forma, quienes tienen VIH sólo tienen relaciones sexuales con quienes comparten su misma condición de salud y los que no lo tienen con otras personas seronegativas.