Las
mujeres frente a un aborto provocado tienen reacciones físicas,
psicológicas, emocionales y relacionales y que esas reacciones son diferentes
para cada mujer.
Las
posturas, emociones, ideologías y creencias de cada persona en las redes
sociales y medios de comunicación. Sin embargo, en medio del debate sobre la
vida y la muerte, los derechos de la mujer y la ética médica, se han hecho
invisibles las reales implicancias psicológicas de las madres luego vivir un
aborto.
En
el período inmediatamente después del aborto inducido o quirúrgico, lo que
marca la vivencia individual de las mujeres es la ambivalencia. Por un lado,
existe una sensación de alivio ante la ansiedad y temor producido por la
situación del embarazo no deseado, la presión del entorno social o la falta de
apoyo por parte de éste. La maternidad proyectada era experimentada como una
tarea imposible de ser realizada, por lo que su terminación abrupta implica,
entonces, un alivio. Por otra parte, no obstante, los estudios muestran que las
mujeres reconocen un episodio de sufrimiento agudo, con distintos significados.
Un
aborto es una pérdida importante y dolorosa. Cuanto más tarde se produzca, las
consecuencias psicológicas resultantes serán aún más graves. Las manifestaciones
psicológicas de un aborto pueden variar considerablemente de una mujer a otra
tomando en cuenta el nivel de conciencia de la madre, la vivencia propia del
aborto, que puede haber sido traumática o no, el momento del ciclo vital en el
que se encuentra, condición en la que se embaraza, ideologías y creencias al
respecto, etc. Sin embargo, todo aborto supone una pérdida, de algo que estuvo
y que ya no existe, cómo toda pérdida requiere de un proceso de duelo y en la
mayoría de los casos de reparación.
Los
efectos a nivel psicológico pueden ser cambios en el estado de ánimo,
sentimientos como irritabilidad, miedo, ansiedad, dolor y culpa, muchas veces
se puede interiorizar el aborto como una experiencia traumática, puede generar
un estado de depresión, desconexión con los propios sentimientos, aislamiento
social y separación con la pareja o conductas auto-destructivas. Existe
el Síndrome post-aborto descrito como similar al estrés post traumático, que se
relacionan a la predisposición al consumo excesivo de sustancias, abuso de drogas etc... y en la gran mayoría
de los casos no se informa correctamente ni de las consecuencias físicas ni
psicológicas antes de realizar el aborto. En
otras personas, las consecuencias de un aborto se manifiestan en la negación de
esta experiencia y los sentimientos asociados a ella hasta que se desencadenan
muchos años después.
La
siguiente es una lista de los posibles efectos emocionales y psicológicos de un
aborto, La intensidad o la duración de estos efectos varían de una persona a
otra.
- Sentimiento de culpabilidad.
- La mujer presenta reacciones de hostilidad, de enojo o de tristeza.
- Desea castigarse buscando relaciones abusivas o aislándose de sus amigos y familia.
- Algunas mujeres experimentan anorexia nervosa.
- Experimentan insomnio, pensando en el aborto o en el bebé.
- Pierden la capacidad de concentrarse, en los estudios o en el trabajo.
- Planteamientos suicidas e intentos de suicidio
- Sienten la necesidad de reemplazar al niño abortado y tratan de embarazarse nuevamente cuanto antes posible para tener un nuevo bebé que reemplace al que fue abortado.
- Algunas mujeres sienten odio hacia sus parejas a los cuales culpan por el aborto.
- Sensación de pérdida.
- Pérdida de confianza.
- Intenso interés por los bebés.
- Apetito sexual disminuido.
- Ansiedad.
- Depresión.
- Desorientación.
- El miedo a la muerte, la frustración, la ira, la rabia, el sentimiento de luto y las pesadillas son otros de los síntomas que pueden perseguir a la mujer que ha sufrido un aborto.
Nota:
estás características psicológicas del proceso suelen ser independientes de las
posiciones morales y políticas que las mujeres tengan sobre la legalización o
despenalización del aborto, su ilicitud moral
Las
mujeres con una mayor probabilidad de tener un efecto emocional o psicológico
negativo incluyen:
- Las personas con problemas emocionales o psicológicos anteriores
- Las personas que han sido coaccionadas, forzadas o persuadidas para obtener un aborto.
- Los individuos con creencias religiosas que entran en conflicto con el aborto.
- Las personas con puntos de vista morales o éticos que entran en conflicto con el aborto.
- Las personas que obtienen un aborto en las últimas etapas del embarazo.
- Las personas sin el apoyo de otras personas importantes o su pareja.
- Las mujeres que obtienen un aborto por anomalías genéticas o fetales.
Independientemente
de que una persona haya tenido un aborto provocado o espontáneo, el hecho de
que una mujer tenga que haber vivido una interrupción en su embarazo ya es
motivo de dolor para ella, ya que el embarazo es un proceso que comenzó a
gestarse no solo en el cuerpo, sino también en la psiquis de la madre, por lo
que experimentar luego esa pérdida, por las razones que sean, trae
repercusiones a nivel psicológico y emocional para la mujer y muchas veces también
para su entorno.
Las
mujeres que han tenido que pasar por la experiencia de un aborto deben vivir un
proceso que las ayude a sanar las heridas de la pérdida sufrida, poder reanudar
su conexión consigo mismas, con su cuerpo y el entorno, a fin de encontrar
nuevamente el equilibrio y la paz interna. La situación puede tornarse
insostenible y provocar muchos problemas difíciles de solucionar. Lo importante
es saber detectarlos y buscar ayuda. Aunque sea duro, aunque aún duela, ten la
esperanza de que algún día lo superaras.
Sugerencias:
- Consiga ayuda médica/ psicológica.
- Evitar el aislamiento.
- Evalué sus circunstancias.
- Evite la presión.
- Hable con otros.
Fuente: compilador/red
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