El enojo es una emoción
humana totalmente normal y por lo general, saludable. No obstante, cuando
perdemos el control de esta emoción y se vuelve destructiva, puede ocasionar
muchos problemas en el trabajo, en las relaciones personales y en la calidad general
de vida. Aquí presentamos algunos
consejos para ayudarle a tranquilizarse.
Relajación
Simples técnicas de
relajación como respirar profundamente y la imaginaría relajante pueden ayudar
a calmar sentimientos de enojo. Si su pareja es irascible como usted, sería una
buena idea que ambos aprendieran estas técnicas. Algunos pasos sencillos
que puede tratar:
Respire profundamente,
desde su diafragma. Respirar desde su pecho no lo relajará. Imagine que su
respiración sube desde su "barriga." Lentamente repita una palabra o
frase tranquilizadora como "relájate" o "tómalo con calma."
Repítala mientras respira profundamente. Recurra a la imaginaría, visualice una
experiencia relajante sea de su memoria o imaginación. Los ejercicios lentos y
no extenuantes como el yoga pueden relajar sus músculos y hacer que se calme.
Practique estas técnicas a diario. Aprenda a usarlas automáticamente cuando se
encuentre en una situación de tensión.
Reestructuración
cognitiva
Dicho en pocas
palabras, significa cambiar la forma de la que piensa. Las personas enojadas
tienden a maldecir, a insultar y a hablar con términos muy subidos de tono que
reflejan sus pensamientos internos. Cuando está enojado, sus ideas pueden
volverse muy exageradas y demasiado dramáticas. Procure reemplazar estos
pensamientos por otros más razonables. Por ejemplo, en lugar de decirse,
"Ay, es horrible, es terrible, se arruinó todo," dígase "es
frustrante y es comprensible que esté disgustado pero no es el fin del mundo y
enojarme no va a solucionarlo."
Tenga cuidado con las
palabras "nunca" o "siempre" cuando habla sobre usted o
sobre otra persona. "Esta máquina nunca funciona" o "Siempre te
olvidas de las cosas" no solo no son precisas sino que además tienden a
hacerlo sentir que su enojo está justificado y que no hay forma de resolver el
problema. Además, distancian y humillan a las personas que de otro modo podrían
estar dispuestas a trabajar con usted para hallar una solución. Exprese cuál es el
problema y procure buscar una solución que funcione para ambos; o tome las
riendas de la situación. Por ejemplo, puede fijar la hora de su reunión media
hora antes para que su amigo llegue a tiempo, aun cuando tenga que engañarlo
para que lo haga. De cualquier forma, el problema está resuelto y la amistad no
se daña. Recuerde que enojarse
no va a solucionar nada, que no lo hará sentir mejor (y que, en realidad, puede
hacerlo sentir peor).
La lógica vence a la
ira, porque la ira, incluso cuando es justificada, puede volverse rápidamente
irracional. Por lo tanto, use la lógica fría para usted. Recuerde que el mundo
no está en contra suyo, usted simplemente está experimentando algunos de los
malos momentos de la vida cotidiana. Haga esto cada vez que sienta que la ira
le está quitando lo mejor de sí. Esto le ayudará a tener una perspectiva más
equilibrada.
Las personas enojadas
tienden a exigir justicia, valoración, acuerdo entre las partes y disposición
para hacer las cosas a su manera. Todos deseamos estas cosas y nos sentimos
lastimados y desilusionados cuando no las obtenemos; pero las personas enojadas
las exigen y cuando sus exigencias no se cumplen, su desilusión se transforma
en ira. Como parte de su reestructuración cognitiva, las personas enojadas
deben tomar conciencia de su naturaleza exigente y convertir sus expectativas
en deseos. En otras palabras, decir "me gustaría" algo es más sano
que decir "exijo" o "debo tener" algo. Cuando no puede
obtener lo que desea, experimentará reacciones normales: frustración,
desilusión, dolor, pero no ira. Algunas personas usan su ira como una forma de
evitar sentirse heridas, pero eso no significa que el dolor desaparezca.
Resolución de problemas
A veces nuestra ira y
frustración son causadas por problemas muy reales e inevitables en nuestras
vidas. No toda la ira está fuera de lugar, y con frecuencia es una respuesta
sana y natural a estas dificultades. Algunas personas tienen una creencia
cultural de que cada problema tiene una solución, y su frustración aumenta al
descubrir que no siempre es así. La mejor actitud para superar dicha situación
es concentrarse no tanto en hallar la solución sino en cómo manejar y enfrentar
el problema.
Trace un plan y
verifique su progreso a medida que avanza. Las personas que tienen problemas
con la planificación pueden considerar útil buscar una buena guía para
organizarse o administrar el tiempo. Resuelva a dar lo mejor de sí, pero
también a no recriminarse si la respuesta no surge de inmediato. Si puede
abordar el problema con sus mejores intenciones y esfuerzo al hacer un intento
serio para enfrentarlo directamente será menos probable que pierda la paciencia
y que ceda a las ideas de todo o nada, aun cuando éste no se resuelva de
inmediato.
Mejor comunicación
Las personas enojadas
tienden a sacar conclusiones y actuar en consecuencia y algunas de esas
conclusiones pueden ser bastante extremas. Lo primero que debe hacer si está en
una discusión acalorada es tranquilizarse y pensar sus respuestas. No diga lo
primero que pase por su mente, tranquilícese y piense con cuidado sobre lo que
desea decir. Al mismo tiempo, escuche con atención lo que está diciendo la otra
persona y tómese su tiempo antes de responder.
Escuche también al
trasfondo de la ira. Por ejemplo, supongamos que le agrada tener cierto grado
de libertad y espacio personal y su pareja desea tener una mayor comunicación y
una relación más estrecha. Si él o ella comienzan a quejarse sobre sus
actividades, no contraataque describiendo a su pareja como un carcelero, un guardián
o un estorbo.
Es natural ponerse a la
defensiva ante las críticas, pero no se defienda; escuche el trasfondo de las
palabras. Tal vez el mensaje es que la persona se siente abandonada y no
querida. Puede ser necesario cuestionarse con paciencia para descubrir esto y
también puede ser necesario tomarse un respiro, pero no permita que su ira, ni
la de su pareja, hagan que la discusión se salga de control. Mantenerse
tranquilo puede evitar que la situación se vuelva desastrosa.
Cómo usar el humor
El "humor
tonto" puede ayudar a calmar la furia de varias formas. Por un lado, puede
ayudarlo a tener una perspectiva más equilibrada. Cuando usted se enoja e
insulta a alguien o se refiere a esa persona con una frase imaginativa,
deténgase e imagínese cómo sería literalmente esa palabra. Esto calmará bastante su furia; y a menudo
puede recurrirse al humor para ayudar a aliviar una situación tensa.
El mensaje subyacente
de las personas que se enojan mucho es: "las cosas deben hacerse a mi
manera." Las personas enojadas tienden a sentir que moralmente están en lo
cierto, que cualquier cosa que bloquee o cambie sus planes es una humillación
insoportable que no deben tolerar. Tal vez otras personas lo hagan, pero ellas
no. Cuando note que se
siente así, imagínese y cuantos más detalles pueda poner en su escena imaginaria, mayor
será la posibilidad de que se dé cuenta que tal vez está siendo poco razonable, también advertirá la poca importancia que tienen las cosas por las que está
enojado. Hay dos advertencias
para cuando use el humor. Primero, no intente simplemente "reírse" de
sus problemas, en cambio, use el humor para ayudarse a enfrentarlos de manera
más constructiva. Segundo, no dé lugar al humor cruel y sarcástico, esa es otra
forma de agresión no saludable.
Lo que tienen en común
estas técnicas es el rechazo a tomarse las cosas con demasiada seriedad. La ira
es una emoción seria, pero a menudo está acompañada por ideas que, si se las
analiza, pueden hacerlo reír.
Cómo cambiar su entorno
A veces es nuestro
entorno inmediato el que nos causa irritación y furia. Los problemas y las
responsabilidades pueden preocuparlo mucho y hacer que se sienta enojado por la
trampa en la que parece haber caído y todas las personas y cosas que conforman
esa trampa.
Dese un respiro.
Asegúrese de tener "tiempo personal" programado para los momentos del
día que sabe que son especialmente estresantes. Por ejemplo, una madre que
trabaja puede establecer una regla fija de que cuando llega del trabajo, los
primeros 15 minutos deben ser un momento tranquilo. Con este breve respiro, se
sentirá mejor preparada para manejar las exigencias de sus hijos sin que la
saquen de quicio. Algunos consejos para
tranquilizarse son:
Elegir el momento oportuno.
Si usted y su cónyuge tienden a pelear cuando discuten asuntos por la noche,
tal vez están cansados, o distraídos, o tal vez es simplemente es un hábito.
Intente cambiar los momentos en que hablan sobre temas importantes de modo que
esas conversaciones no se conviertan en discusiones. Evasión. Si se enfurece
cada vez que pasa por la habitación caótica de su hijo, cierre la puerta. No se
obligue a ver lo que lo enfurece. No se diga "Bien, mi hijo debe limpiar
su habitación para que yo no tenga que enojarme." Ese no es el punto. El
punto es mantenerse calmado. Buscar alternativas. Si su recorrido diario al
trabajo en medio del tránsito lo deja en un estado de furia y frustración,
cambie de plan. Tal vez podría buscar una ruta diferente, una que esté menos
congestionada o sea más pintoresca. O busque una forma alternativa de viajar,
como tomar un ómnibus o un tren.
Conclusión
El enojo es una
respuesta natural que se adapta a las amenazas, e inspira sentimientos
intensos, con frecuencia agresivos, y conductas que nos permiten luchar y
defendernos cuando nos sentimos atacados. Por otro lado, no podemos atacar
físicamente a cada persona u objeto que nos irrita o molesta. Las leyes, las
normas sociales y el sentido común imponen límites respecto de cuán lejos
podemos permitir que nos lleve nuestro enojo. Las personas utilizan
una diversidad de procesos conscientes e inconscientes para lidiar con sus
sentimientos de enojo. Las tres reacciones principales son expresar, reprimir y
calmarse. Expresar sus
sentimientos de enojo con firmeza pero sin agresividad es la manera más sana de
expresar el enojo. Otra manera de abordar esta reacción consiste en reprimir el
enojo y después convertirlo o redirigirlo, el objetivo es convertirlo en una
conducta mucho más constructiva. Por último, puede calmarse interiormente y ser
más tolerante.