miércoles, 28 de marzo de 2018

TDAH en los Adolescentes

La adolescencia es un momento de transición complicado, en el que el niño empieza a funcionar de forma más autónoma y en el que se debe tomar decisiones importantes respecto al futuro. Se reduce el control externo tanto por parte de sus padres como de sus profesores, para dar paso a una forma de vida más independiente.
Los padres con frecuencia quieren saber si la pubertad llevará a cambios emocionales y físicos específicos en los adolescentes con TDAH. Durante la adolescencia, los jóvenes con TDAH tienen varios cambios. Mientras que a un pequeño grupo de niños aparentemente se les quita el TDAH, la mayoría de ellos continúa teniendo problemas con la atención, la concentración y el control de sus impulsos. Estos problemas posiblemente continuarán perjudicándoles su funcionamiento en la escuela y en casa, e impactándoles negativamente su autoestima y su habilidad de completar varios de los procesos del desarrollo necesarios en la adolescencia. Algunos de los síntomas del TDAH pueden surgir o incrementarse en adolescentes aunque no se hubieran manifestado durante la infancia. El incremento de las exigencias del entorno puede hacer que el TDAH interfiera de forma más importante en la vida del adolescente.

Dificultades a las que se enfrenta el adolescente con TDAH

Este incremento en el nivel de exigencia puede generar dificultades añadidas a las propias del TDAH (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad), como una mayor ansiedad social, preocupación por la autoimagen, experimentación con las drogas y otras conductas de riesgo. Además, los conflictos que generalmente se generan en el entorno familiar y las dificultades que pueden tener para mantener relaciones satisfactorias con otros adolescentes, conllevan en muchas ocasiones el desarrollo de una baja autoestima y otros problemas emocionales.

Una persona "impulsiva" tiene más probabilidades de implicarse en "conductas de riesgo".  Adicciones, embarazos no deseados, múltiples parejas, sexo casual, accidentes de cualquier tipo, peleas, entre otras. Hay que considerar en la preparación que debe tener el adolescente con TDAH para ejercer su sexualidad mediante respecto, responsabilidad y sensibilidad.

Un grupo pequeño de adolescentes con TDAH podrá desarrollar patrones de comportamiento antisociales, y empezará a abusar drogas incluyendo el alcohol. Los adolescentes con el mayor riesgo de abuso de drogas son aquellos cuyo TDAH no ha sido tratado adecuadamente. (El tratamiento tempranero de los niños con TDAH puede tener un efecto directo en el rebajar la posibilidad de que ellos abusen las drogas cuando sean adolescentes). El "párate y piensa", sin un entrenamiento adecuado, es francamente difícil para un adolescente con TDAH.

Un adolescente con dificultades para mantener la atención, si no ha seguido tratamiento, con mucha probabilidad habrá fracasado en los estudios aun siendo notablemente inteligente.

Otro problemas que puede surgir está relacionado con el déficit de autorregulación emocional (capacidad de gestionar y reaccionas antes las emociones) pueden acentuarse en la adolescencia. Se puede manifestar como sobrerreactividad, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, dificultad para manejar la rabia o dificultad para regular la motivación.

Síntomas del TDAH en la adolescencia

Inatención: Pueden presentar dificultad para estar concentrados ya sea una conversación larga, una clase, una película o un examen. Este síntoma tiene un importante impacto en el rendimiento académico ya que se distraen con frecuencia, no acaban lo que empiezan y se desmotivan en el transcurso de la tarea o actividad. Suelen evitar realizar tareas que requieran un esfuerzo mental prolongado.

Hiperactividad: La hiperactividad en la adolescencia, como en la edad adulta, no es tanto una hiperactividad motora, como una sensación inquietud interior, impaciencia interior, desasosiego. Se puede manifestar en una incapacidad para permanecer quietos durante un largo tiempo, dar golpecitos con los dedos o los pies, morderse las uñas, darse vueltas en el pelo o juguetear con el bolígrafo. En estos casos la "hiperactividad", entendida como exceso de movimiento, no suele ser muy evidente, de ahí que se crea que desaparece, sin embargo los síntomas relacionados con la impulsividad y el déficit de atención persisten.

Impulsividad: Suelen entrometerse en conversaciones ajenas e interrumpir con frecuencia, ofendiendo o invadiendo el espacio de los demás. Por lo que se les puede percibir como “maleducados”. Pueden ser impacientes, sintiéndose incapaces de hacer una cola.

Impacto del TDAH en la adolescencia
  • Mal desarrollo de la autonomía.
  • Dificultades para identificar sus necesidades.
  • Indefensión aprendida.
  • Alta frustración.
  • Miedo al futuro.
  • Problemas afectivos.
  • Impacto académico.
  • Baja autoestima y auto concepto negativo.
  • Sentimiento de baja autoeficacia y competencia personal.
  • Escasas o malas relaciones con iguales.
  • Malas relaciones en el núcleo familiar.
Nota: La falta de comunicación puede retrasar el diagnóstico al no contar las dificultades que detectan en sí mismos.

Repercusión de los síntomas del TDAH en la vida del adolescente

Déficit de habilidades sociales: El manejo de habilidades es indispensable para poder establecer una relación satisfactoria con otras personas. Sin embargo, los adolescentes con TDAH pueden presentar un déficit en este aspecto como consecuencia de los síntomas nucleares del TDAH. Falta de empatía, de asertividad, dificultad en la comunicación verbal y no verbal.

Falta de organización y planificación: Los adolescentes con TDAH suelen olvidarse de los planes y los horarios, y presentan dificultades a la hora de gestionar el tiempo para realizar tareas. Al tener un problema de atención pueden necesitar un mayor tiempo para finalizar las tareas y por lo tanto requieren una mayor planificación para conseguir llegar a sus objetivos. Suelen dejar todo para el último momento, evitando tareas que les requieren un mayor esfuerzo mental.

Poca integración en el grupo y pocos amigos: El déficit que presentan en habilidades sociales tiene un impacto directo en su capacidad de establecer relaciones con otros adolescentes y de mantener esas relaciones. Por lo tanto es posible que se vean aislados de los grupos y que no tengan muchas amistades. Acarreando consecuencias negativas en su estado de ánimo y su autoestima.

Frecuentes cambios de humor e irritabilidad: En la adolescencia tienen especial relevancia los problemas de regulación emocional, que tienden a acentuarse. Esto lleva a constantes conflictos y enfrentamientos con familiares, profesores y compañeros. Les cuesta manejar la rabia y pueden tener baja tolerancia a la frustración, lo cual no ayuda a que sean socialmente aceptados.

La apatía, la desmotivación, los problemas conductuales, la aversión hacia el estudio, las conductas impulsivas, la falta de esfuerzo, la ausencia de planes de futuro...impactan de forma negativa no sólo en la propia percepción autoestima del adolescente, sino también en sus resultados y funcionalidad. Estos comportamientos también impactan en su entorno más cercano, manifestando a través de reacciones desproporcionadas, sus dificultades, sus necesidades no expresadas o su problemática diaria.

Comorbilidad del TDAH en la adolescencia

Según un estudio realizado, cerca del 70-90% de los adolescentes con TDAH puede padecer un trastorno asociado (es lo que se conoce como comorbilidad). Dentro de los trastornos comórbidos más frecuentes en la adolescencia están el Trastorno Negativista Desafiante (TND), depresión y Trastorno por Uso de Sustancias (TUS).

Tratamiento TDAH en los adolescentes (similar en niños)

En cuanto a los tratamientos, la mayoría de ellos muestran un perfil de eficacia similar en niños y adolescentes. “El tratamiento debe seguir el modelo multimodal (al igual que en niños), y llevarse a cabo con participación de diferentes especialistas y profesionales (psiquiatras, psicólogos, neuropediatras, psicopedagogos, etc.)

En la mayoría de los casos será necesario el tratamiento farmacológico. Como en algunos casos los síntomas de trastorno por déficit de atención tienden a desaparecer con la adolescencia, es a veces preciso valorar una retirada de los medicamentos para observar si existe una remisión de los síntomas. Por último, la importancia de tener una estrecha relación con el colegio y la familia.

Conclusión

Dado que el Trastorno por Déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno crónico de curso evolutivo, la sintomatología, a medida que los niños crecen también evoluciona debido a factores internos y externos. Los síntomas se mitigan en algunos aspectos (hiperactividad motriz) y tienden a incrementarse en otros (impulsividad), debido al efecto de la propia adolescencia. Es por ello, que el joven con TDAH presenta un espectro sintomatológico distinto al que se observa en los niños con hiperactividad.

En la adolescencia, más especialmente que en la infancia, es sumamente importante el abordaje multidisciplinar. Siempre insisto en que la coordinación padres, educadores, pediatra, psiquiatra y psicoterapeuta es fundamental para el buen manejo. Es en esta etapa de la vida donde estos pacientes son más proclives a adoptar conductas potencialmente peligrosas. Sus ansias de experimentación unidas a que muchos presentan frustraciones subyacentes, inseguridades y necesidad de ser aceptados les lleva a intentar destacar por ser los más temerarios. Así tenemos que estar al tanto de conductas sexuales irresponsables, abuso de sustancias o actividades que implican riesgo físico. Aunque el manejo depende de muchos factores como el momento del diagnóstico, si están o no tratados, si asisten a terapia, el nivel educacional de los padres o si los pacientes tienen otras enfermedades psiquiátricas o psicológicas asociadas. Incluso hay familias en las que influye el hecho de que uno de los padres también padezca TDAH, en muchos casos sin diagnosticar. Eso hace que el abordaje de cada caso sea diferente.

Los adolescentes son, en general, más rebeldes y reacios a la cooperación o al reconocimiento de síntomas. Viven el proceso diagnóstico como una forma más de intento de control externo. Por todo ello, recomienda que en todo momento se le dé al adolescente toda la información sobre el trastorno que padece y se respondan todas sus dudas. Asimismo, se deben explicar los beneficios y posibles efectos adversos de los fármacos utilizados.

Fuentes: Compilador

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