miércoles, 13 de junio de 2018

Los Prejuicios Hacia la Psicología y su Práctica Terapéutica

La psicología desde sus orígenes siempre ha tenido sus adeptos entre las personas de a pie y los eruditos, pero igualmente ha tenido a sus detractores entre esos mismos grupos de personas.
Alto al stigma
Normalmente, esta resistencia se basa en ideas preconcebidas que se tienen sobre lo que es la Psicología, o el trabajo de un Psicólogo. He querido hacer una recopilación de las razones más frecuentes para ofrecer una explicación alternativa que ayude a comprender la ayuda que pueden obtener si deciden al final beneficiarse de la Psicología.

Este post se propone aclarar, de una manera breve, aquellos que más se escuchan en la sociedad y que también aparecen en la consulta.
  1. “Mi amigo es el mejor psicólogo” “¿Ir a terapia? Eso es para débiles. Yo tengo amigos, ellos me escuchan siempre, bueno no, tanto no, a veces ser hartan de mis problemas pero no pasa nada.”
  2. “No voy al psicólogo porque yo estoy bien así”. Hacer terapia es un proceso de autoconocimiento, de hacerse cargo de lo que a uno le pasa, y requiere de mucha fortaleza y responsabilidad.
  3. “Los psicofármacos son el mejor tratamiento para los problemas emocionales” La medicación, sea ansiolítica o antidepresiva,  puede ayudar a disminuir la sintomatología evidente que resulta molesta. Por sí misma, la mayoría de las veces la medicación no es suficiente, ya que suele “tapar” dichos síntomas, pero no soluciona las causas, cosa que sí hace el psicólogo clinico.
  4. “Es más rápido y eficaz una pastilla”. A veces, las personas prefieren no complicarse y tomarse una pastilla que les ayude a encontrarse mejor en ese momento. “Las pastillas actúan como los asintomáticos en los resfriados, la terapia es como un antiviral o antibiótico que erradica la raíz del problema”. Como dije arriba, esto no quiere decir que las pastillas no sean de utilidad, pueden ayudar como complemento y, en trastornos determinados son indispensables pero por sí solos, los psicofármacos, no son capaces de erradicar el problema.
  5. “Qué vergüenza me da que se enteren de que voy al psicólogo”. La idea de ir al psicólogo va asociada a diferentes mitos o prejuicios sociales. Nos da miedo lo que pueden pensar de nosotros otras personas. Lo importante es tener claro que queremos lo mejor para nosotros, y que si los demás no son capaces de entenderlo, hasta qué punto nos interesa su opinión. El objetivo principal es alcanzar el bienestar y gozar de un perfecto estado mental, al lograrlo poder cambiar esos conceptos o ideas erróneas asociadas con ir la psicólogo y ayudarles que tomen esa decisión si lo necesitan.
  6. “Me da vergüenza contar mis intimidades a un desconocido”. Es común encontrarse con este pensamiento, cuesta mucho contar lo que  a uno le pasa a alguien que no conoce. Un Psicólogo no te escucha para juzgarte, siempre tratará de comprender tu problema y de observarlo desde una visión objetiva sin prejuicios para poder encontrar la mejor solución a lo que te perturba.
  7. “Con el tiempo todo se cura”. Es verdad que, a veces, con el paso del tiempo vemos los problemas desde otra perspectiva. Pero, muchas veces,  sólo conlleva la cronificación de un problema que podría haberse solucionado si hubiéramos intervenido a tiempo. Por tanto, dejar pasar el tiempo es la peor de las opciones.
  8. “No es para tanto, ya se me pasará con el tiempo”. Como dije arriba, el tiempo puede paliar el sufrimiento pero no eliminar el motivo de nuestro malestar, ya que podemos volver a pasarlo mal si surge una situación similar. Si tenemos la opción de ahorrarnos el dolor, el tiempo que pasamos sufriendo y disponemos de la oportunidad de cambiar la forma de ver las cosas y aprender las habilidades necesarias para afrontar esos problemas, ¿por qué esperar a ver si “se me pasa”?
  9. “Si le cuento mis problemas al psicólogo, éstos se solucionarán”. Cuando una persona acude al psicólogo solo significa que tiene un problema y busca ayuda especializada para resolverlo.  En muchos casos, acudir al psicólogo es más un acto de responsabilidad que no de “locura” o de “debilidad”.
  10. “Los psicólogos no hacen nada y te quitan el dinero”. Este prejuicio es doblemente falso. Simplemente, realiza un servicio y cobra parte de ese servicio. Ej: Si Ud que me lee tiene una carnicería y estoy una hora en la carnicería pidiendo cosas, ¿querrá cobrar al final? ¿o me podré ir sin pagar?
  11. “No creo en esas cosas”. En la psicología ese realizan estudios para demostrar que las evaluaciones y los tratamientos que se realizan dan resultado y son eficientes. Y, en efecto, muchos estudios y experimentos avalan la validez de la misma.
  12. “Es demasiado cara”. Si nos planteamos que estamos invirtiendo en ser capaces de sufrir menos en nuestra vida, ¿realmente es un coste elevado? Pero si te alcanza para salir de antro e ir de shopping, ¿o no? Invertir en la salud mental es una prioridad tan básica con excelente beneficios.
  13. “La psicología no sirve para nada”. Sirve si se le da una oportunidad. La actitud del paciente es fundamental para conseguir una buena relación terapéutica, para que colabore en su propia terapia.
  14. “Lo que me hace falta es una buena borrachera con amigos y se acabó”. Es aconsejable tener compañía y el apoyo de los amigos en circunstancias difíciles. Hablar con amigos puede ayudarte a desahogarte, a expresarte, a probar a ver diferentes puntos de vista. Lo que ocurre es que, la visión de los amigos se encuentra sesgada al haber vivido junto a ti tu problemática y su opinión será más subjetiva. Un psicólogo valorará la situación de manera objetiva, ofreciéndote una explicación a lo que te ocurre basado en su experiencia y formación, y te proporcionará las herramientas necesarias para poder hacer frente a esas dificultades. Un psicólogo no aconseja, sino que te prepara para las adversidades. Por otro lado, las borracheras tampoco ayudarán a que te sientas mejor al ser el alcohol un depresor, y mucho menos solucionará tu problema.
  15. “La psicología no existe. No creo en los psicólogos”. La psicología es una ciencia y se rige mediante el modelo y el método científico. Estamos formados en tener las herramientas para poder ofrecer una ayuda para fomentar el bienestar y una buena salud mental.
  16. “Los psicólogos están analizando a la gente todo el tiempo”. Esto es algo errado. El análisis es un proceso mucho más exhaustivo que requiere de un gran trabajo, de tiempo, y sobre todo de la predisposición de la persona de querer que suceda.
  17. “No me fue bien con un psicólogo”. Otro motivo que me encuentro a menudo es el hecho de que hayan tenido una mala experiencia con un psicólogo. Hay que tener en cuenta que, como en toda profesión, existen buenos y no tan buenos profesionales. Si no ha funcionado con un psicólogo, no quiere decir que no nos vaya a ir bien con ningún otro, al igual que si comprando en una frutería nos va mal, no dejamos de comprar en otras fruterías.
  18. “Todos son psicólogos son iguales”. Equivocado! Existen muchos psicólogos con estilos de análisis diferentes. Busca la terapia que se adecue a tus necesidades, ¡verás lo mucho que te ayudará!
Nota: Los prejuicios hacía la psicología no sólo se encuentran entre las personas, sino incluso entre los propios psicólogos. Creemos que hemos avanzado y que entre nosotros nos apoyamos, pero la realidad dista bastante de ser la versión utópica que nos hemos creado en nuestras cabezas.

El psicólogo trabaja día a día con individuos que se encuentran en momentos de suma vulnerabilidad en su vida. Las características sociales y culturales de los pacientes pueden ser bien diversas si tomamos en cuenta factores tales como el género, estatus socioeconómico, raza, etnia, habilidad física y mental, orientación sexual, y estatus migratorio, entre otros. Si bien nos encontramos en una profesión que podemos categorizar como de ayuda, esto no nos exime a los psicólogos de prejuicios. Los psicólogos somos tan “de carne y hueso” como el resto de la población. Y para algunos colegas, estos prejuicios podrían afectar negativamente nuestra relación y eficacia terapéutica y su mala praxis. En este contexto es importante que los psicólogos reconozcamos nuestros prejuicios sociales y culturales y luchemos activamente para impedir que estos afecten la calidad de los servicios que ofrecemos. Es un imperativo ético y profesional para todos nosotros los psicólogos.

“autoconocimiento respecto a cómo sus propios valores, actitudes, experiencias, y contexto social influyen en sus acciones, interpretaciones, elecciones y recomendaciones”

Elimina todos los prejuicios que tienes sobre la terapia. Si necesitas respuestas, tal vez sólo necesitas que alguien te haga las preguntas correctas. Un buen terapeuta te puede ayudar a encontrar el camino para hacerlo. Una vez que identifiques los problemas y tomes conciencia de que están allí, puedes tratar de corregirlos, deberás negociar con tus problemas, superarlos y vivir una mejor calidad de vida y ser más exitoso en tus relaciones con el entorno.


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