La enfermedad de Alzheimer es la
forma más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es un
trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar
a cabo sus actividades diarias, que es progresiva y afecta a la memoria y otras
importantes funciones mentales.
El tratamiento farmacológico va dirigido a 2 grandes áreas:
Si bien el tratamiento puede
ayudar, esta enfermedad no tiene cura. Ningún tratamiento puede detener la
enfermedad. Sin embargo, algunos fármacos pueden ayudar a impedir por un tiempo
limitado que los síntomas empeoren. Los síntomas principales son la pérdida de
la memoria y la confusión.
Las personas pueden sufrir:
- Cognitivos: deterioro mental, dificultad para pensar y comprender, confusión, confusión en las horas de la tarde, delirio, desorientación, dificultad para concentrarse, incapacidad para crear nuevos recuerdos, incapacidad para hacer operaciones matemáticas sencillas, incapacidad para reconocer cosas comunes, invención o olvido
- Comportamiento: agitación, agresión, cambios de personalidad, deambular y perderse, dificultad con el cuidado personal, falta de autocontrol, irritabilidad o repetición sin sentido de palabras propias
- Estado de ánimo: altibajos emocionales, apatía, descontento general, enfado o soledad
- Psicológicos: alucinación, depresión o paranoia
- También comunes: habla confusa, incapacidad para combinar movimientos musculares o pérdida de apetito
Atención
Medicación: Potenciadores cognitivos. Mejoran
la función mental, disminuyen la presión arterial y pueden equilibrar el estado
de ánimo.
1) Manejo del déficit cognitivo
2) Manejo de las alteraciones conductuales
Cuidado personal: Ejercicio
físico. Realizar una actividad aeróbica
durante veinte a treinta minutos cinco días a la semana mejora la salud
cardiovascular. En caso de una lesión, es preferible realizar actividades que
no requieran el uso del grupo muscular o la articulación lesionados con el fin
de preservar la función física y permitir la recuperación.
Especialistas: Terapeuta
ocupacional, Geriatra, Neurólogo, Psiquiatra y Médico de atención primaria, psicólogo
clinico.
Hable con el médico. Entérese de
qué tratamientos pueden ayudarle a controlar los síntomas o tratar problemas de
comportamiento. Busque un grupo de apoyo. Es probable que otras personas que
han estado en su situación puedan ayudarlo y comprenderlo.
Si hay momentos del día en los
que la persona está menos confundida o coopera más, aprovéchelos en la rutina
diaria. Piense en la posibilidad de aprovechar los centros de atención diurna
para adultos o servicios paliativos. Eso permite hacer una pausa con la
tranquilidad de saber que el paciente está siendo bien atendido. Empiece por
hacer planes para el futuro. Estos pueden incluir:
- Poner en orden los documentos financieros y legales
- Buscar centros de vida asistida o cuidados especializados
- Conocer la cobertura de su seguro médico y de Medicare
- Los síntomas del deterioro cognitivo leve abarcan:
- Dificultad para realizar más de una tarea a la vez
- Dificultad para resolver problemas y tomar decisiones
- Olvidar hechos o conversaciones recientes
- Tardar más tiempo para llevar a cabo actividades mentales más difíciles
- Los síntomas tempranos de demencia pueden abarcar:
- Dificultad para realizar tareas que exigen pensar un poco, pero que solían ser fáciles, tales como llevar el saldo de la chequera, participar en juegos y aprender nueva información o rutinas.
- Perderse en rutas familiares.
- Problemas del lenguaje, como tener dificultad para encontrar el nombre de objetos familiares.
- Perder interés en cosas que previamente disfrutaba: estado anímico indiferente.
- Extraviar artículos.
- Cambios de personalidad y pérdida de habilidades sociales, lo cual puede llevar a comportamientos inapropiados.
- A medida que la demencia empeora, los síntomas son más obvios e interfieren con la capacidad para cuidarse. Los síntomas pueden abarcar:
- Cambio en los patrones de sueño, despertarse con frecuencia por la noche
- Dificultad para realizar tareas básicas, como preparar las comidas, escoger la ropa apropiada o conducir
- Olvidar detalles acerca de hechos corrientes
- Olvidar acontecimientos de la historia de su propia vida, perder la noción de quién es
- Tener alucinaciones, discusiones, comportamiento violento y dar golpes
- Tener delirios, depresión, agitación
- Mayor dificultad para leer o escribir
- Capacidad deficiente de discernimiento y pérdida de la capacidad para reconocer el peligro
- Uso de palabras erróneas, no pronunciar las palabras correctamente, hablar con frases confusas
- Retraerse del contacto social
- Las personas con demencia grave ya no pueden:
- Llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse y bañarse
- Reconocer a los miembros de la familia
- Entender el lenguaje
- Incontinencia
- Problemas para deglutir
Consideraciones
A la vez que estos pacientes
pierden habilidades, los cuidadores enfrentan pruebas de estámina, solución de
problemas y resistencia. Durante este largo camino, la comunicación disminuye y
las recompensas son menos. Así que mantenerse en forma física y emocional es
crucial para el cuidador. El cansancio, la soledad y muchas veces problemas
financieros, por requerimientos de la enfermedad o por problemas en el trabajo,
pueden ser dañinos para el cuidador.
Cambios
necesarios
Muy
pronto, después del diagnóstico de Alzheimer, es necesario empezar a hacer
cambios para poder proveer sentido de bienestar y seguridad física al paciente.
Elementos que se daban antes por sentados, tales como seguridad en el hogar y
socializar, ahora necesitan cierta planificación.
Y
mientras la enfermedad progresa, el paciente se convierte en uno cada vez más
vulnerable física y emocionalmente. Para crear un ambiente más seguro y de
menos confusión para ese ser amado debes:
- Estar preparado para repetir las instrucciones más de una vez. Utiliza una voz amorosa, pero de adulto y ten paciente.
- Desarrollar una actitud positiva. Los pacientes de demencia pueden leer el lenguaje del cuerpo y responder a actitudes positivas de sus cuidadores.
- Aprender a comunicarte con el paciente. No trates de cambiar la mente del paciente, aunque pienses que lo que quiere es irracional. No crees un patrón de sólo prestar atención cuando despliegue comportamiento problemático. Rompe este patrón dando apoyo todo el tiempo.
- Manejar comportamientos problemáticos. Debes ser bondadoso, flexible y calmado. No tomes estos comportamientos personalmente.
- Crear una rutina durante el día. Planifica las visitas en cierto horario para evitar sorpresas y el paciente tenga algo agradable en su día por el cual esperar; igualmente con su baño, sus comidas, etc. Es importante crear una rutina alrededor de ir al baño para evitar accidentes.
- Mantener una rutina de actividades divertidas y planificarlas alrededor de las habilidades del paciente. Motívalo a a completar tareas en el hogar. Pasen tiempo en el exterior caminando, observando la naturaleza y hasta haciendo ejercicios. Ayuda que mantenga contacto con amigos y familiares. Utiliza el humor. Busca actividades organizadas para grupos.
- Estar cerca. Los pacientes de Alzheimer, igual que los infantes, necesitan contacto físico y saber que estás ahí para ellos.
- Mantener las cosas en los mismos sitios y, si acaso, pegarlas a la pared para que tenga más espacio. Compra protectores de niños para las esquinas de los muebles, escaleras, gavetas y enchufes. Y mantener el área libre de alfombras y cables.
Reconoce
necesidades
Reconocerás
que tu ser querido está ya en una etapa en la que no puede estar solo ni un
momento cuando:
- Se olvida de apagar la estufa.
- Se olvida de cerrar la puerta de la casa.
- Ya no puede utilizar el teléfono por sí solo y llamar al 911.
- No reconoce situaciones peligrosas como el fuego o un piso mojado.
- Se vuelve impredecible o confuso bajo condiciones de estrés.
- No está contento cuando se queda solo.
- Se ve desorientado.
Ayuda
para el cuidador
Los
cuidadores pueden experimentar depresión, estrés excesivo, sentimientos de
enojo y culpabilidad, aislamiento social, baja inmunidad a enfermedades y
utilización de alcohol y drogas. Para evitar caer en la fatiga extrema del
cuidador, recomendamos que:
Hagas
ejercicios
- Practica algún juego, incluso con el ser amado si todavía lo puede hacer.
- Aprendas algo nuevo, como un deporte o idioma.
- Te rías; utiliza el humor.
- Pidas ayuda.
- Medites
Mantengan
un diario de tus experiencias
- Cuenta tus bendiciones diarias y agradécelas.
- Utiliza la experiencia como para crecer y aumentar tu inteligencia emocional, manteniéndote calmado.
La clave está en
detectar la aparición del síndrome del cuidador y prevenirlo. Asumir la tarea de cuidar
a otro, implica prepararse para ello. Desde adquirir capacidades para sus
cuidados médicos como organizarse y repartir tareas con otras personas para
evitar el sobrecargo de funciones y, por tanto, la ansiedad. Otro aspecto
fundamental, es que hay que evitar por todos los medios anular la vida social.
Es importante seguir disfrutando de unas horas de ocio y tiempo libre para
desconectar de esta dura tarea. Esto
repercute positivamente en el estado de ánimo del cuidador y, por tanto, le
será más fácil asumir este rol.
Una vez conocidos los posibles síntomas de alarma, actuaras para prevenir esta sobrecarga. No olvides que para poder cuidar, lo principal es CUIDARSE.
Red
Una vez conocidos los posibles síntomas de alarma, actuaras para prevenir esta sobrecarga. No olvides que para poder cuidar, lo principal es CUIDARSE.
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