Se
recomienda a los padres a que afronten la separación con la madurez suficiente,
de manera pacífica y respetuosa, asumiendo que la estabilidad de sus hijos
depende en gran medida de ellos.
Fuente: Compilador
Algunas
pautas de actuación para padres que se separan:
1.
Los padres deben ayudar a los hijos a que entiendan que sus hábitos de vida van
a cambiar y que tendrán que construir sus nuevas rutinas. Los niños deben
acostumbrarse a disponer de uno u otro, en casas y ocasiones distintas. La
normalidad en la vida de los padres provoca normalidad en la vida de los hijos.
2.
No se puede ignorar de que las emociones suelen estar revueltas en la familia
cuando hay una separación de la pareja. Los padres deben ayudar a sus hijos a
que comprendan que sentimientos como la inseguridad, el miedo o el desánimo
pueden aparecer y cómo pueden controlarlos. Los padres deben encauzar sus
propios sentimientos para así poder ayudar luego a sus hijos a hacer lo mismo.
3.
Los padres deben dejar claro a sus hijos de que los padres se divorcian, los
hijos no.
4.
Los padres deben evitar llevarse por sentimientos negativos, de comentarios
despreciativos hacia su ex-pareja. Eso puede causar mucho daño y malestares a
los niños, pudiendo alterar su conducta, alimentación o sueño.
5.
Los progenitores que tras la separación se ven obligados a asumir tareas y
responsabilidades que antes nunca habían tenido, e incluso limitaciones
económicas, deben estar conscientes de que lo que sus hijos más necesitan es de
atención, de apoyo, de su presencia, afecto, amor… Hay que aceptar y asumir la
nueva realidad en lugar de rumiar lo que ya no podrán cambiar. Los niños saben
leer el rostro, los silencios y los sentimientos de sus padres.
6.
Los padres deben hablar a los hijos sobre su separación sin dar demasiadas
explicaciones y sin atribuir culpables. No se puede subestimar la capacidad de
sus hijos para entender lo que está ocurriendo. Lo importante es que los niños
sepan que sus padres seguirán a su lado y que podrán disponer de ellos cuando
lo necesiten.
7.
Los hijos no son la terapia de los padres, ni tan siquiera el bastón en el que
se apoyen. Cuándo más cueste a los padres superar la ruptura, más le va a
costar a su hijo asumirla.
8.
Los padres deben estar al tanto de los cambios de conducta de los hijos.
Observar si algo ha cambiado en sus hábitos de alimentación, sueño, de estudio.
No hay razón para alarmarse. Si los padres se mantienen firmes en su educación
y cuidado, todo volverá a la normalidad en muy poco tiempo. No se puede
volcarse en exceso en los hijos ni tampoco dejarles hacer lo que quieran.
9.
No es lo mismo la separación de los padres para los hijos menores o mayores de
tres años de edad. A los más pequeños les cuesta comprender qué ocurre entre
sus padres. Por eso es muy importante reiterarles su presencia y no sentirse
incapaces de atenderles. De los 3 a los 7 años, los niños ya entienden lo que
es la separación y pueden manifestar su dolor con dolores de barriga o cabeza,
rabietas, etc. A partir de los siete años y hasta la adolescencia los niños
suelen mostrarse indignados, molestos y rabiosos por la separación de sus
padres. Los padres deben detener estas conductas para que no se conviertan más
severas, imponiendo sus criterios y no desautorizando entre sí mismos.
10.
Los padres deben evitar enfrentamientos entre ellos mismos. Vivir enfrentado
obliga a odiar y el odio no aporta nada a los niños. Deben evitar ejercer
demasiada presión a los hijos, impidiéndoles, por ejemplo, que tengan algún
tipo de relación con la nueva pareja de su ex pareja o hablarle mal del otro
cónyuge.
Sugerencias para la mejor adaptación:
Sugerencias para la mejor adaptación:
- Como toda adaptación, debe ser lo más gradual posible, por lo que lo más recomendable es tratar de no cambiar radicalmente la forma habitual de vida del niño.
- Ayudará comprender los trastornos temporales emocionales del niño, porque tiene que adaptarse a la nueva situación. Explicar al niño los cambios por los que atraviesa, y tratar de fomentar mucho diálogo.
- Los niños pueden hacer algunas de las siguientes acciones para superar los sentimientos de tristeza y/o rabia: gritar, golpear una almohada, dibujar, escribir una historia, escribir un diario, escuchar música, etc.
- También resulta muy conveniente que el niño pueda hablar con personas que le puedan ayudar: un profesor, algún familiar, un niño mayor que haya pasado por lo mismo, un psicólogo…
- Los padres deben demostrar su amor de muy diversas maneras: estando físicamente cuando el niño lo necesita, escuchando sus preocupaciones, dando besos y abrazos, ayudando y comprendiendo la situación por la que está pasando el niño…
- Evitar tipos de educación distintos con cada progenitor. La educación debe ser coherente, consistente y rígida por parte de ambos, es lo más beneficioso para el buen desarrollo del menor.
- No es aconsejable que los niños comparen las normas de los padres: “Papá me deja hacer esto…”, “Mamá siempre me da…” pues es muy probable que así no se consiga ningún beneficio.
- No permitamos que los niños nos utilicen para poner a un padre en contra del otro y así obtener beneficios de ambos.
- Facilitar al niño los encuentros con el otro padre. Tratar de distanciarnos de las dificultades o enfados como pareja y tratar de ser padres que tratan de favorecer el bienestar y buen desarrollo evolutivo de nuestros hijos.
- Lo más beneficioso será pactar las visitas, sin horarios rígidos, escuchando la opinión del niño.
- Para que las visitas de fin de semana al padre o madre divorciado sean más divertidas y provechosas los niños pueden: hacer una lista de las cosas que les ha pasado desde la última visita; llevarse algún juguete y/o música para estar más a gusto; invitar a algún amigo para que les visite algún rato, etc.
- No hablar mal del otro padre. Ser neutral, ellos no tienen por qué ser conocedores de los problemas de nuestra pareja. No forzar al niño a que repudie al otro progenitor o a su familia, aunque nosotros estemos muy enfadados con ellos, esto no beneficia a nuestro hijo, sino lo perjudica.
- Hacer que el niño tenga la seguridad de que las personas que le rodean lo quieren, es una función nuestra como padres, pese a que la pareja se haya roto.
- Ayudar a establecer una red de apoyo alrededor del niño, es necesario y adecuado que el niño tenga un entorno social en ambos ambientes paternos.
Importante:
Puntos claves
1.-
Ante culpablizaciones del menor a sí mismo recordarle que:
- La decisión de separarse es exclusivamente de los padres. Ellos han tomado esta decisión porque creen que es lo mejor para todos los componentes de la familia. Los hijos no han tenido nada que ver en esta decisión.
- Los padres no se han separado porque el niño se haya portado mal, pues otras veces lo ha hecho y no ha ocurrido así. Esto no tiene nada que ver con la ruptura.
2.- Ante
los miedos de sentirse abandonados o no querido:
- Hacer ver al niño que seguirá disponiendo y contando con los dos padres, en todos los aspectos que precise y necesite aunque ya no vivan juntos.
- Siempre que tenga un problema o algo le preocupe, podrá hablar con los padres porque ello le hará sentirse mucho mejor y no le reñirán por ello. Es importante que el niño se desahogue y cuente y exprese lo que siente.
- Aunque los padres se hayan separado, el niño puede igualmente amar y ser amado; no tiene por qué repetirse siempre esa situación.
- Resaltar al niño cuántas personas se preocupan por él (abuelos, demás familia, amigos, profesores…). Esto es para que borren el miedo a ser abandonados y a quedarse solos porque tienen que darse cuenta que tienen mucha más gente a su alrededor.
3.-
Ante la negativa de aceptación de la separación:
- Vivir con unos padres que están continuamente peleándose es peor que vivir con un padre o madre divorciado.
- Que los padres se divorcien es un hecho muy triste, pero lo hijos lo superan finalmente.
- Es normal, que los hijos de padres divorciados echan de menos al padre o a la madre ausentes, pero poco a poco se van acostumbrando.
En la difícil situación de una ruptura es importante recordar como padres
ciertos mensajes claves para favorecer la mejor adaptación:
- No caer en la sobreprotección del hijo por pena, se le ha de seguir tratando como a un niño “normal” de su edad. Si no, no le ayudaremos a crecer, acabará comportándose de forma inmadura y más infantil.
- Todas las personas tienen virtudes y defectos, los padres también. Hablar del otro padre con argumentos reales, sin enjuiciar por lo que ha hecho.
- Los puntos más conflictivos de los padres tras la separación son los hijos, el dinero y las nuevas relaciones. Hay que intentar ser objetivo y no poner al niño de su parte. Esto hace que el niño tenga una lucha por no saber ni querer ponerse de parte de ninguno. Todas estas cuestiones deben solucionarse sin involucrar a los niños.
- No es bueno que los hijos se pongan de parte del padre o de la madre, ya que el divorcio es asunto de los padres.
- Es preferible que en los días de encuentro no se realicen demasiadas actividades porque si se ocupa todo el tiempo en hacer demasiadas cosas, no quedará tiempo para hablar, comunicarse y decirse cómo se encuentran.
- No es perjudicial, sino bueno para los niños que vuelva a constituirse una nueva familia, compuesta por una nueva pareja, aunque uno de los dos no sea el verdadero progenitor. Esto reparará los vínculos dañados, aunque requerirá tiempo la aceptación de esa nueva situación por parte de todos.
Recuerda…los hijos no son un arma contra nuestra ex-pareja, sino son lo que más queremos. Los
mayores perjudicados de nuestra falta de entendimiento en los trámites de
nuestra separación son los hijos, si nosotros favorecemos su adaptación a
la nueva situación será la mayor ayuda que les podemos brindar en ese cambio
tan importante y difícil en sus vidas. Distanciate de tu enojo o tristeza y continúa adecuadamente la gran labor de educar a tu
hijo.
Fuente: Compilador