El
psicólogo desde cualesquiera esferas de acción, penetra como ningún otro
profesional en la intimidad de las personas, en el conocimiento de sus
personalidades, conflictos, sentimientos e insatisfacciones con su consecuente
influencia sobre los demás.
Entonces el psicólogo no solo debe
ser competente y tener una sólida formación ética y humanística, sino además
adquirir plena conciencia de su rol profesional, que le permita evaluar en cada
momento la actuación justa y correcta frente al que solicita ayuda,
especialmente en el campo de la salud humana y a la vez convertirse en
paradigma de conductas ajustadas para la sociedad. El
psicólogo además de conocer los campos en los que puede aplicar sus
conocimientos teóricos, también debe estar consciente de sus recursos y
limitaciones. En ocasiones queremos ayudar de más y caemos en un error, pues
nuestro papel tiene sus límites y el saber identificarlos es determinante, pues
de la actitud que asuma el psicólogo frente a su responsabilidad social
dependerá su eficiencia profesional y realización personal.
Pretendo
con este blog precisar los aspectos
éticos que debe incorporar el psicólogo a su conducta personal y a su práctica
profesional. Expongo diferentes aspectos de interés, algunas normas de
comportamiento que debe interiorizar y asumir el psicólogo que ame y respete su
profesión.
El
psicólogo como profesional competente:
- Cuidar la comunicación escrita que se emite a otros profesionales.
- Abstenerse de cometer intrusismo profesional.
- Reconocer la incompetencia ante ciertos casos y acudir a fuentes autorizadas.
- No emitir diagnósticos de forma apresurada.
- Perfeccionar sus conocimientos en el perfil ocupacional en que se desarrolle.
- Actualizarse constantemente en teorías y técnicas psicológicas.
El
psicólogo como investigador:
- Cuidar la absoluta privacidad en las intervenciones.
- Utilizar los resultados únicamente con fines investigativos.
- Ceñirse a los resultados obtenidos y no falsearlos.
- No apropiarse de los resultados de otros investigadores.
- Aplicar siempre el consentimiento informado.
- Contar con la autorización de los Comités de Ética.
El
psicólogo como figura pública:
- Mantener una conducta moral y social ajustada.
- Actuar en consecuencia con el modelo de conducta que representa.
- Mostrar carácter afable y habilidades comunicativas.
- No criticar a los colegas en público.
- Mantener buenas relaciones interpersonales.
- Tener presencia física agradable.
El
psicólogo como guardián del secreto profesional:
- Violar el secreto solo ante inminentes daños para el paciente u otras personas.
- Solicitar autorización del paciente para divulgar sus datos a otros profesionales con fines justificados desde el punto de vista científico.
- Limitar el acceso a la historia clínica y otros documentos legales del paciente.
- Utilizar los resultados de la evaluación psicológica solamente con el paciente y para su terapéutica.
- No comentar las confidencias del paciente con la pareja, con familiares o amigos.
- Ganarse la confianza del paciente dándole seguridad en su discreción.
El
psicólogo frente al paciente como ser autónomo:
- Acatar las decisiones del paciente con el conocimiento de las causas y consecuencias de su conducta.
- Tener en cuenta la edad y la integridad física del paciente para solicitar su consentimiento informado.
- Respetar el derecho del paciente a recibir explicación sobre procederes diagnósticos o terapéuticos a emplear.
- Permitir que el paciente escoja a su terapeuta y se mantenga con el hasta que lo decida.
- Respetar el derecho del paciente a decidir su participación en las investigaciones.
- Solicitar la aprobación del paciente para introducir en la consulta a otros profesionales o estudiantes.
El
psicólogo frente a dilemas éticos en situaciones límites:
- Pensar siempre en hacer el bien al paciente y a su familia.
- Servir de apoyo moral y psicológico al paciente y a su familia.
- Prepararse para aconsejar la mejor solución y con el lenguaje más discreto y preciso.
- Precisar el momento justo y la persona indicada para ofrecer una información difícil de aceptar.
- Analizar con cuidado las figuras implicadas, adecuando según el rol que asumirá cada una, la información que necesita.
- Respetar el derecho al conocimiento de la verdad pero ajustándose a la edad, personalidad y estado emocional del paciente o familiar.
Conclusiones
El
psicólogo debe conocer los principios de ética que gobiernan el ejercicio de su
profesión así como de la necesidad de una continua capacitación u asesoramiento
incluso de otras disciplinas, tales como una asesoría legal. Creo que la
participación de un psicólogo clínico en la actualidad es de mayor relevancia
en la asistencia para soluciones de diversos problemas; esta demanda del
psicólogo una actitud de honestidad y respeto consigo mismo y con los demás.
Reflexionando
acerca de las diferentes actividades del psicólogo dentro del área de salud,
se pueden precisar determinadas normas éticas necesarias para mantener el
prestigio de nuestra profesión.