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sábado, 26 de enero de 2019

Qué es el Apego Seguro y Cómo Fomentarlo

El apego seguro es la mejor garantía para que los niños tengan una infancia sana y una adultez serena. 
En función de cómo nos vinculemos con nuestros padres o cuidadores vamos a poder establecer mejores relaciones en nuestra etapa adulta. Muchas veces los psicólogos hablamos de apego seguro pero no nos detenemos a explicar la importancia de éste. Si alguna vez te has preguntado qué es el apego seguro, por qué es importante y cómo puedes facilitar la aparición de un apego seguro,  éste es tu artículo. A continuación resolveré cuestiones claves relacionadas con el vínculo afectivo.

¿Qué es el apego seguro?

 El apego es un tipo de vínculo que refleja el lazo afectivo duradero que se establece en el espacio/tiempo entre el bebé y el cuidador. El apego seguro se determina por la presencia de una persona en la vida del niño capaz de mostrarse sensible y atento a las necesidades del niño. Además, el cuidador se muestra empático y  favorece la experimentación de emociones.
El apego seguro o sano se caracteriza por:
  • El niño se esfuerza por mantener la proximidad con su cuidador.
  • Busca el contacto físico y emocional de manera repetida en el tiempo.
  • Se siente más seguro para explorar cuando tiene cerca de su figura de apego.
  • Cuando se separa de su cuidador, el niño siente ansiedad. Además, hace esfuerzos por atraer su atención.
¿Por qué es tan importante fomentar un apego seguro?

Los niños que han sido bien tratados durante el primer año y medio de vida desarrollan una mejor autoestima, confianza y autonomía a lo largo de su vida. Estos niños presentan mejores aptitudes para gestionar sus emociones y más seguridad en ellos mismos.

Además, a nivel social, estos niños mantienen relaciones más saludables. En función de la calidad afectiva que le aporten sus padres, ellos tendrán más posibilidades de llegar a tener una vida plena y equilibrada.

Durante los primeros meses se intenta averiguar su estado mental ante determinadas situaciones como cuando tiene hambre, sueño o se aburre. Algunos ejemplos de frases de sintonización son los siguientes: “¿Tienes hambre verdad?” “ o “Siento que te lo estás pasando bien”.

¿A cuántas personas puede apegarse un niño?

Un bebé tiene la capacidad de vincularse a 4-5 figuras, pero siempre tiene que haber una que prime sobre las otras en cuanto a disponibilidad, accesibilidad y tiempo. Esto es debido, a que para la mente humana es mucho más fácil organizarse con una mente que con cuatro.

El apego emerge entre los 6 y los 18 meses de vida y justo a los 12 meses es cuando más se consolida. A los 18 meses los niños ya han desarrollado estrategias para apegarse.  Es entonces, cuando hablamos de un periodo crítico.

Esto no significa que después no puedan generar apego seguro, pero va a ser más difícil de consolidarse. Por tanto, lo que se recomienda  es que el cuidador pase el máximo de tiempo con el bebé durante mínimo el primer año y medio de vida.

¿Qué dificultades pueden aparecer si los niños no generan un apego seguro?

La característica común de los niños que no han sido capaces de generar un apego seguro es una habilidad muy reducida para responder emocional y socialmente. Pueden presentar comportamientos intimatorios o violentos durante la infancia. Como consecuencia de su reducida habilidad, estos niños pueden generar comportamientos muy dependientes o inadecuadamente independientes. Así pues se van a encontrar con problemas emocionales recurrentes.

Lo contrario de un apego seguro, sería un apego evitativo, inseguro o ambivalente, donde los niños evitan o muestras comportamientos ansiosos frente a las figuras de referencias. Esto impide por ejemplo, que el niño se calme con mayor facilidad frente a situaciones de estrés.

Mostrarán comportamientos de apego no selectivo, se mantendrán simpáticos y confiados hacia nuevas personas. Estos niños además, son más vulnerables a ciertos problemas de ansiedad, rabia o depresión. Usualmente sus resultados escolares se ven gravemente influenciados y pueden presentar baja motivación y dificultades para vincularse con los demás.

7 claves para fomentar un apego seguro duradero

Claves necesarias para fomentar un apego seguro en los niños:
  1. Definir una figura de apego: Tener una figura de referencia, para llegar a tener una base segura interna le dará control sobre el mundo que le rodea. Esto no significa que los otros progenitores o cuidadores queden fuera del cuidado del bebé.
  2. Sintonizar emocionalmente con el niño: El adulto ha de ser capaz de entender los estados mentales del bebé, esto implica tratar de averiguar lo que le ocurre en el menor tiempo posible. Así se podrá dar respuesta a su necesidad y el niño se sentirá reconocido y atendido.
  3. Repetir las experiencias de apego: Aunque es muy importante la calidad de las interacciones con el niño, la cantidad será determinante. La repetición de las experiencias de apego (pasar tiempo con el bebé) van a solidificar las redes neuronales afectivas.
  4. Aceptar al niño tal y como es: La aceptación consiste en diferenciar al niño de su comportamiento. Por ejemplo, nunca digas a tu hijo: - “Eres torpe” al contrario, se puede utilizar:- “Te has caído pero seguro que la próxima vez tienes más cuidado”.
  5. Evitar la sobreprotección: Es normal que ciertos peligros provoquen en los padres emociones como: miedo, ansiedad o enfado. Sin embargo, es importante que el adulto acepte sus propias emociones para no transmitirlas al niño. Por ejemplo, en vez de decir: - "Cuidado, te vas a caer" Permitimos que el niño explore sus límites y capacidades propias.
  6. Poner palabras a lo que el niño siente, piensa o hace: No se trata de imponer el pensamiento del adulto sino de reconocerle como una persona independiente. Recordemos que los niños también tienen: deseos, emociones e intenciones propias. De esta manera le ayudaremos a comprenderse para que pueda llegar a regularse el mismo. Por ejemplo:-"Te noto cansado ¿quieres que nos vayamos ya para casa”
  7. Establecer normas y límites adecuados desde que los niños nacen: Es importante establecer conductas y respuestas consistentes. Adelantar y hacer predecible qué se espera de él y lo que está o no permitido. Por ejemplo, si el niño tiene una rabieta poder atenderlo de la misma forma cada vez.
El apego seguro les da confianza y alas para enfrentar su vida: Normalmente el tipo de apego que se genera entre los padres y los hijos, suele ser un vínculo seguro pero hay que trabajarlo día a día para que se mantenga en el tiempo. Estas pautas te ayudarán a establecer una dinámica saludable en casa y fomentarán la autonomía y seguridad de tus hijos. Para poder establecer una apego seguro lo más importante va a ser atender a los niños sintonizando con sus necesidades emocionales y físicas. Además, el apego seguro se va a construir dentro del amor y unos límites regulares mantenidos en el tiempo.

Si crees que necesitas ayuda para fomentar un apego seguro con tu hijo/a consúlteme y te ayudare con gusto a través de una psicoterapia infantil o familiar. 


Fuente: Psicoemocionat

lunes, 21 de enero de 2019

Estrés ¿Cómo se puede tratar? Sugerencias para su Control.

El estrés puede ser descrito como una situación de sobrecarga o de presión que afecta a una persona y que depende  tanto de las demandas de la situación, como de los recursos de la persona para afrontarla.
Así, se trata de un sentimiento de tensión física o emocional que se produce de manera automática y natural ante situaciones o pensamientos que nos resultan amenazadores, frustrantes o desafiantes.

Un nivel moderado de estrés es normal, ya que el ser humano debe ser capaz de adaptarse a múltiples situaciones. Por ejemplo, frente a una situación peligrosa, es positivo que la persona se ponga en alerta, para poder reaccionar de manera adecuada. Sin embargo, durante este proceso de adaptación, puede ocurrir que la persona no disponga de suficientes recursos para resolver el desafío al que se enfrenta, y la situación le supere, generando niveles de estrés excesivamente altos que pueden desembocar en distintos síntomas o consecuencias perjudiciales.

¿Cómo se puede tratar el estrés?
Es posible manejar de una manera adecuada el estrés para reducir y mitigar su impacto sobre nuestra  salud. ¿Cómo? Por un lado, actuando sobre su causa, y por otro, aumentando nuestra resistencia ante él, mediante herramientas que nos ayuden a aceptar esas circunstancias y mejorar nuestra conducta ante ellas, y con la incorporación de hábitos de vida saludables.

1. Tratamiento psicológico, que se puede abordar desde el punto de vista corporal, cognitivo y del comportamiento:
  • Técnicas corporales para la reducción de la actividad fisiológica: es posible aprender a reducir la sobre activación del organismo mediante el control de las propias reacciones corporales. Para ello, se emplean técnicas como la relajación muscular progresiva, el control de la respiración, la relajación mediante sonidos o la imaginación.
  • Técnicas cognitivas: consisten en modificar los pensamientos, sustituyendo los negativos y exagerados por otros más positivos y realistas.
  • Técnicas conductuales: su fin es modificar los comportamientos de la persona afectada, con el fin de que aprenda a comprender las situaciones de estrés.
  • Medidas higiénico-dietéticas: como llevar una dieta variada y equilibrada, dedicar tiempo a las relaciones sociales y al descanso y practicar ejercicio.
  • Tratamiento farmacológico: consiste en la prescripción de medicamentos como ansiolíticos –que eliminan la ansiedad–, antidepresivos -que tratan de suprimir los síntomas físicos y mentales provocados por el estrés-, o somníferos -para facilitar la conciliación del sueño y el descanso-.
2. Técnicas de autocontrol del estrés:
  • Relajación: permite la desactivación fisiológica del organismo, al tiempo que activa áreas del cerebro relacionadas con la atención y la resistencia al estrés.
  • Meditación y mindfulness: está demostrado que la meditación practicada de manera regular reduce el cortisol y la actividad del sistema nervioso simpático.
  • Yoga, tai chi y pilates: contribuyen a restablecer y mantener el equilibrio físico y psicológico.
  • Musicoterapia: la música también puede ser una herramienta frente a las situaciones de estrés. Mejor de ritmo lento y pausado, sin timbres agudos y sin que evoque recuerdos negativos.
Diez sugerencias para mantener el estrés bajo control que te ayudarán a afrontar con mayor eficacia las dificultades del día a día:
  1. Afronta las situaciones difíciles: En vez de postergarlas o evitarlas, hazles frente, ya que dejarán de angustiarte una vez las identifiques y resuelvas.
  2. Entrénate en la solución de problemas: Aprende a analizarlos de una manera lógica: define el problema, haz una lista con las posibles soluciones y otra de los pros y contras de cada una. Evalúa estas ventajas e inconvenientes y selecciona la alternativa más beneficiosa o menos perjudicial.
  3. Organiza bien tú tiempo: Planifica bien tu agenda del día, sin sobrecargarla de actividades y gestionando los imprevistos con flexibilidad. En caso de falta de tiempo, selecciona las tareas más importantes de acuerdo a las prioridades y, si es necesario, delega. Y, si aun así, la presión es excesiva, aprende a decir “no”.
  4. Te mereces un descanso: Asigna un espacio diario al ocio y a las relaciones personales, de manera que te quede tiempo para descansar y estar con tu familia, y también practicar tus aficiones o salir con amigos. El fin de semana, descansa, y tómate vacaciones de vez en cuando.
  5. Aprende técnicas de autocontrol: Practicar de manera regular actividades como relajación, meditación, mindfulness o yoga te ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y te proporcionará un mayor control de las emociones.
  6. Fomenta las relaciones personales y sociales y apóyate en ellas: Cuando sientas que no sabes cómo resolver un problema, pide ayuda o consejo a las personas en quienes más confías. Y ofrécete para apoyarles tú a ellos también: ayudar a los demás mejora tu propio estado de ánimo y reduce el impacto del estrés.
  7. Cuida tu dieta: Sigue una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya una gran cantidad de frutas y verduras. Mantén horarios regulares y tómate tu tiempo para comer con calma. Evita las bebidas con cafeína o alcohol o, si las consumes, hazlo con moderación.
  8. Haz deporte de manera regular: El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés y ayuda a que los episodios duren menos, además de fomentar una sensación de bienestar, siempre que no se haga por obligación. Se recomiendan dos horas y media de actividad aeróbica a la semana como correr, montar en bicicleta o nadar, siempre de acuerdo a tus capacidades.
  9. No restes horas de sueño: Descansado, afrontarás mejor cualquier conflicto o situación amenazante. Así, trata de ir a dormir siempre a la misma hora y descansa siete u ocho horas cada noche.
  10. Recurre a ayuda profesional si es necesario: Si sigues sin ser capaz de manejar el estrés, recurre a la ayuda profesional. Tu médico de cabecera podrá ayudarte a identificar el problema y derivarte a un especialista o terapeuta. Este te enseñará a modificar tus pensamientos y emociones y a desarrollar conductas que te ayuden a afrontar los problemas con una actitud más positiva.

Red