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lunes, 18 de febrero de 2019

Trauma Psicológico

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) creado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, lo define como una exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, tanto de manera real como en forma de amenaza. Incluyen en el trauma tanto la experiencia directa, como la presencia, el conocimiento del suceso y la exposición reiterada a detalles repulsivos
¿Qué es el Trauma Psicológico?

El Trauma Psicológico es el resultado de la exposición a un acontecimiento estresante inevitable que sobrepasa los mecanismos de afrontamiento de la persona. Cuando las personas se sienten demasiado sobrepasadas por sus emociones, los recuerdos no pueden transformarse en experiencias narrativas neutras. El terror se convierte en una fobia al recuerdo que impide la integración (síntesis) del acontecimiento traumático y fragmenta los recuerdos traumáticos apartándolos de la consciencia ordinaria, dejándolos organizados en percepciones visuales, preocupaciones somáticas y re-actuaciones conductuales.

¿Cuándo se produce un Trauma Psicológico?

Los sucesos o acontecimientos traumáticos pueden clasificarse en dos categorías:

1.Intencionados: agresiones, relación de violencia en la pareja, terrorismo, secuestro, tortura, muerte de un hijo, abuso sexual y maltrato infantil.
2.No Intencionados: accidentes, catástrofes naturales o muertes repentinas por enfermedad.

Este factor de clasificación es importante e influyente en la percepción por parte de la persona del acontecimiento traumático. La gravedad, duración, proximidad (grado de exposición) y frecuencia del trauma son también variables importantes. Constituyendo además factores de génesis para un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

20 síntomas característicos tras un Evento Traumático: El Trauma Psicológico
  1. Síntomas emocionales, sentimientos como humillación por lo sufrido, culpa pensando que se hizo algo malo para que ocurriera, ira e injusticia por no haber podido evitarlo o por sentir que no debería haber ocurrido.
  2. Pérdida de confianza personal, incluso de confianza hacia la vida, experimentando sentimientos de indefensión y desesperanza.
  3. Irrupción de ideación suicida.
  4. Presencia de ansiedad cognitiva y conductual, a través de rumiaciones y evitaciones.
  5. Presencia de ansiedad fisiológica, experimentando activación física intensa y conductual manifestada en sobresaltos.
  6. Sintomatología depresiva: apatía, pérdida de disfrute, tristeza…
  7. Preocupación constante por el trauma, con tendencia a revivir el suceso (re-experimentaciones o flashbacks).
  8. Sensación de peligro constante.
  9. Comportamientos autodestructivos o peligrosos, elevada impulsividad…
  10. Alta reactividad a estímulos emocionales e inestabilidad afectiva.
  11. Cambio en el sistema de valores, especialmente la confianza en los demás y la creencia en un mundo justo.
  12. Baja autoestima.
  13. Consumo de alcohol u otro tipo de drogas o fármacos.
  14. Problemas en las relaciones interpersonales, aislamiento, modificación de la manera de vincularse con los demás (dependencia emocional).
  15. Percepción de incontrolabilidad y vulnerabilidad recurrentes, experimentando temor a vivir en un mundo que se percibe como peligroso.
  16. Alteraciones en el ritmo y contenido del sueño.
  17. Somatizaciones.
  18. Problemas sexuales.
  19. Problemas con la alimentación (disminución o aumentos considerables del apetito, desregulación de pautas alimentarias o ingestión elevada de alimentos poco saludables).
  20. Alteración de la actividad cotidiana de la persona.
Indicadores de trauma en el infante: pueden ser trastornos del sueño, afecciones gastrointestinales, ansiedad, inquietud, ira, violencia, agresión, depresión y apatía.

Los traumas pueden ser heredados por la madre desde el vientre y estar presentes antes de que la persona tenga memoria racional o consciente. Si la mujer tiende a la angustia, es aprensiva o padece alguna situación durante su embarazo, el bebé puede nacer con un sistema desregulado. “Cuando un bebé tiene problemas físicos, llora mucho, tiene reflujo o no pude dormir, tiene un sistema nervioso desregulado, lo mismo ocurre cuando crece, va a la escuela y presenta trastorno por déficit de atención”.

Principales efectos de un trauma psicológico

Ahora que ya hemos conocido los principales síntomas que presenta un trauma, podemos pasar a hablar de los efectos que origina. Y es que en este caso, podemos encontrar los principales efectos en el individuo:
  1. Trastornos físicos y psicológicos: Uno de los principales efectos de un trauma reside en los diferentes trastornos que puede ocasionar, tanto en el plano físico como en el psicológico.
  2. Estos trastornos, de no tratarse a tiempo y de la mano de un especialista, pueden llegar a hacerse crónicos y potenciar a su vez otra serie de trastornos y fobias.
  3. Problemas de adaptación: La suma de la evitación con los trastornos anteriormente comentados, crean una serie de problemas de adaptación en el individuo, que le impiden llevar una vida normal.
  4. Trastornos crónicos: Es la persistencia de los traumas psicológicos que con el tiempo puede ocasionar una serie de efectos crónicos. Por ello, resulta necesario tratar este tipo de situaciones a tiempo  a través de un especialista en salud mental que pueda ayudar con la terapia adecuada.
Una amenaza contra el bienestar físico y emocional

Se cree que estos padecimientos son psicológicos, pero en realidad son fisiológicos: se quedan en el sistema nervioso y en el cerebro. Quien vive con traumas, considera que su cuerpo no es un lugar seguro donde estar, pero tampoco lo es el mundo, y cuando una persona no se siente segura, no puede aprender ni jugar”.

¿Se puede superar un trauma psicológico?

Una vez que conocemos todos los síntomas y efectos del trauma, nos surge una pregunta clave: ¿es posible superarlo? Y en ese caso, ¿cuál es la mejor vía para hacerlo?.

Lo cierto es que un trauma psicológico puede superarse si se pone el caso en manos de psicólogos profesionales.  Lo más recomendable es que, tras sufrir una experiencia amenazante en la que se haya experimentado un sobresalto emocional, se acuda a un profesional de la salud mental y poder tratar sus posibles efectos cuanto antes.

Red