Si tu hijo se volvió
retraído, agresivo o tiene pesadillas constantes, es probable que esté
sufriendo abuso en la guardería.
Artículo original: The Carlson Law Firm
El
abuso en la guardería sigue siendo un problema común
El
abuso que llegan a sufrir puede ser: físico, sexual, emocional y negligencia.
Cualquiera de estos, aunque no son fáciles de detectar, es importante estar
atentos a los comportamientos y síntomas físicos del niño. Ante esto es
importante mantener una línea de comunicación familiar exitosa para atender el
problema lo antes posible.
- Moretones inexplicables, rasguños u otras lesiones: El abuso físico es la huella más notable de abuso. Las zonas comunes donde puedes diagnosticar si tu hijo ha sufrido este tipo, son: las muñecas, los brazos, las nalgas, el cuello, los hombros o la parte posterior de las piernas. Muchas veces el niño reacciona de manera inconsciente a movimientos como cuando papá levanta la mano o si alguien intenta tocarlo.
- Cambios en el comportamiento: Un niño que ha sufrido abuso en la guardería, puede reaccionar de dos maneras: volverse retraído o agresivo. Un niño que se vuelve tímido o empieza a sentir vergüenza por pequeños errores, puede indicar que ha sufrido regaños excesivos. También están los que hacen lo contrario y empiezan a patear, morder o rasguñar a otros, que utilizan estas medidas para expresar su enojo.
- Hambriento y sediento al recoger: Parecerá exagerado, pero es deber de las guarderías, alimentar correctamente al niño, a las horas indicadas. Si notas que cada que lo recoges tiene hambre o mucha sed, es momento de preguntarle a la maestra por qué se da esta situación y exigir que el pequeño reciba la atención necesaria.
- Pesadillas recurrentes: Para controlar a los pequeños, los trabajadores de la guardería suelen torturar a los niños mediante el uso de máscaras de miedo y amenazas que pueden tener efectos traumáticos persistentes. Esto se ve reflejado en el sueño interrumpido del crío.
- Regresión: Comportamientos como orinarse en la cama, chuparse el dedo, el apego extremo y el llanto exagerado, pueden ser síntomas de abuso verbal o sexual.
- Pañales sucios y salpullidos: Es obligación del educador, entregar al niño con el pañal limpio. Si es recurrente que lo recibas con erupciones causadas por el pañal sucio, es un acto de negligencia que debes reportar inmediatamente. Es su obligación, hacer cambios regulares.
- Su hijo es disruptivo en situaciones sociales: El comportamiento de un niño es una manifestación externa de estabilidad y seguridad interior. Por lo tanto, si has notado que tu hijo empieza a desobedecer, a desafiar o a argumentar por todo; en especial, a no controlar sus impulsos sociales, es probable que haya sufrido de abuso en la guardería y su manera de externarlo es a través de estas conductas.
- Interés raro en los comportamientos sexuales: El abuso sexual es algo que podemos evitar, si mantenemos buena comunicación con los niños y se habla abiertamente del tema. Generalmente los abusadores sexuales se aprovechan de la confianza e inocencia del niño; por lo tanto, como padres tenemos la obligación de decirle a un niño que sus genitales son un área que nadie puede tocar. Aquellos niños que han sufrido de abuso sexual, generalmente muestran mayor conocimiento sexual del que deberían para su edad. Esto puede ser causa de que el abusador le pasa esa información y que después lo amenaza con no decir nada.
- Síndrome del bebé sacudido: Este síndrome es una forma de abuso infantil que puede provocar daño cerebral permanente o la muerte. Los signos que pueden advertir que un cuidador frustrado a utilizado este método, son:
- Ojos vidriosos
- Parece rígido
- Aparece letárgico
- Pérdida de apetito
- Vómito
- Llorando frecuentemente
- No se puede enfocar en un objeto
- Convulsiones