Se dice fácil, pero en la práctica reconocer un amor tóxico es más difícil de lo que parece, el amante tóxico tiene una capacidad camaleónica, un instintito que lo hace capaz de camuflarse tantas veces como sea necesario. Y es que, a pesar de los consejos de familiares, las advertencias de amigos, e incluso del propio sentido común, quien padece un amor tóxico generalmente es la última persona en enterarse.
Los errores en el amor son normales. Mantener una relación de pareja sana, sin embargo, requiere mucho trabajo. A continuación les mostramos 5 hábitos y consejos que las parejas en relaciones saludables hacen de manera diferente a las de un amor tóxico.
1. El pasado no se puede borrar, pero puedes aprender a lidiar con el.
Todo lo que hemos hecho, ya sea bueno o malo, es una experiencia de aprendizaje diseñada para ayudar a nuestra evolución. Las personas en relaciones saludables no han olvidado o “liberado” sus heridas repentinamente, las han transformado. Han aprendido a honrar su pasado y lo ven como pasos necesarios para ascender en la escala de su evolución personal.
2. El compromiso es la clave.
Hay momentos en los que el compromiso es desigual y eso está bien. Lo que está mal es permanecer en ese estado de desigualdad. Todos pasamos por cosas que nos dejan destrozados o que de otra manera no podemos estar completamente presentes en una relación.
En lugar de quejarse, los que están en una relación de pareja sana entienden que a veces necesitamos dar un poco más, mientras que nuestra pareja se concentra en otras cosas. Podría ser un problema laboral o problemas personales que requieren su atención. Si se habla abiertamente y con honestidad, entonces está bien dar un poco más mientras la atención de nuestra pareja se desvía a otra parte.
Relación
de pareja sana
Lo que no está bien es si este desequilibrio se convierte en parte de nuestra existencia cotidiana. Una persona no puede ser la columna vertebral de toda la relación.
3.
La honestidad es algo imprescindible.
Esta es una las cosas más difíciles de lograr. Para una mujer independiente y que gana su propio dinero, puede ser difícil tener que decirle a su pareja a donde va cuando sale o en que gasta su dinero. Aparece la mujer rebelde y las palabras “No es asunto tuyo” salen a flote más de una vez. Sin embargo, esto no es saludable para la relación.
Cuando estamos en una relación saludable, es hora de hablar sobre estas cosas. Ya sea a dónde nos dirigimos un sábado por la tarde o simplemente cuántos pares de zapatos nuevos compramos mientras intentamos esconder la evidencia en el armario. Todavía podemos ser independientes y abiertos, los que tienen relaciones sanas lo logran.
4.
El silencio es mortal.
¿Sigues ignorando a tu pareja cuando están molestos? No lo hagas Por favor, no sigan esta tendencia peligrosa; ¡Destruye más relaciones de las que puedes imaginar!
Aquellos que están en relaciones saludables a largo plazo entienden que la clave para cualquier cosa, en última instancia, se reduce a una comunicación efectiva. Tenemos que estar dispuestos a hablar sobre lo que nos molesta. ¿Es bueno esperar hasta que hayamos enfriado nuestras emociones? Claro, nadie quiere tener un dedo en la cara y más aún si va acompañado de gritos.
5. Separados pero juntos. El espacio es importante.
Cuando estamos en una relación de pareja sana, hay un entendimiento de que cada uno debe tener sus propias metas y pasiones. Deberíamos tener tiempo para explorar nuestros propios intereses. Nada es más sexy que un hombre o una mujer apasionados por lo que hacen. Cuando empiezas a dejar de ver a tus amigos o dejar de hacer las cosas que te gustan por estar con tu pareja es cuando la relación comienza a morir, una muerte lenta debido a la falta de espacio, todo su mundo se desmorona.
Lo
más importante es que aquellos que están en una relación de pareja sana
entienden que todo se reduce al respeto y al amor. Respeto y amor por uno
mismo, por su pareja y por la relación.
Si tu pareja tiene el
poder de hacerte feliz (o infeliz), te da más tristezas que alegrías, o te
cuestionas constantemente si debes seguir con esa relación, entonces esta
información es para ti:
*En una fórmula: Amor
Sano = Autonomía e Independencia Emocional, Amor Tóxico = Carencia y Necesidad
Emocional.
Mientras que el amor
sano concibe las relaciones como un fin (la cooperación entre sus integrantes),
el amor tóxico concibe las relaciones como un medio (para satisfacer o subsanar
carencias personales).
Si bien, ninguna relación es perfecta, no significa que en un amor sano no existan problemas, pero el distintivo en términos generales, es el desarrollo personal de sus integrantes como prioridad. No hay amor perfecto, ambos tipos de amor proporcionan buenos y malos momentos, y es por esto que resulta tan difícil poder distinguirlos con claridad.
Al terminar una relación es normal y necesario sentir decepción, coraje, tristeza y confusión… en fin, un cóctel de emociones, que varían de acuerdo a la razón del rompimiento. Son fases transitorias conocidas como etapas del duelo, y efectivamente hay momentos donde podría faltarnos la motivación, pero es sólo mientras aprendemos a retomar nuestra vida de forma normal.
Lo sé, suena mucho más
fácil de lo que se vive realmente, pero es así: lo sano es superar cualquier
rompimiento (al margen de su importancia) y salir adelante.
Si has caído en las redes de un amor tóxico, lo más probable es que necesites superar una depresión, no dudes en pedir ayuda profesional si la situación se sale de tus manos. El amor tóxico es una conducta y una forma de pensar socialmente aceptada, pero tiene consecuencias graves de no detectarse a tiempo, así que no lo subestimes. Cuando lo adoptamos como nuestro, cabe la posibilidad de que olvidemos que esta no es la forma en que realmente queríamos experimentar el amor.
Somos un ser único y
completo, por eso es tan importante amarnos a nosotros mismos: conocernos,
aceptarnos, querernos, aprender a vivir con nosotros.
Red
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