Ventajas y desventajas de este medicamento que se utiliza para tratar a niños con problemas graves de comportamiento.
Risperdal es un medicamento antipsicótico que se
administra a los niños que tienen problemas de comportamiento extremos, como la
agresividad o la ira. A veces se utiliza para los niños con autismo, TDAH o TND
(trastorno negativista desafiante) que se comportan de forma peligrosa. Pueden
herirse a sí mismos o a otros o ser expulsados de la escuela. En algunos casos,
este medicamento marca la diferencia entre vivir en casa o necesitar un
tratamiento residencial.
Pero el Risperdal tiene efectos secundarios graves
que los padres y los médicos deben tener en cuenta. Los niños pueden subir
mucho de peso, lo que puede provocar diabetes y enfermedades cardíacas.
Risperdal también puede tener efectos secundarios hormonales y neurológicos.
Cuando a los niños se les prescribe Risperdal, su médico debe supervisar
atentamente las reacciones adversas.
El Risperdal puede ser especialmente útil para los
momentos en que un niño está en crisis, como cuando se produce un arrebato extremo
o peligroso. Pueden acabar en una sala de urgencias o en un hospital. Entonces
Risperdal, administrado durante un corto periodo de tiempo, puede ayudar. Pero
con la terapia conductual pueden mejorar lo suficiente como para poder dejar de
tomar Risperdal. Sólo pueden hacerlo si su médico tiene un plan para evitar
otra crisis.
Muchos médicos piensan que los niños que tienen
problemas de comportamiento pero no están en crisis deberían ser tratados con
terapia conductual en lugar de con Risperdal. La terapia conductual tiene como
objetivo cambiar el comportamiento agresivo y de ira.
Averiguar qué está causando el comportamiento
extremo en un niño o adolescente es el primer paso. Los programas de formación
para padres que enseñan a los padres cómo reaccionar y manejar el
comportamiento de su hijo pueden ser muy útiles.
Risperdal es un medicamento ampliamente utilizado
para tratar a niños agresivos o excesivamente irritables. Aunque originalmente
se aprobó para tratar la psicosis, su uso en niños, incluidos aquellos con
diagnóstico de autismo o TDAH, ha crecido drásticamente en las últimas dos
décadas. Esto se debe a que Risperdal puede calmar con éxito a los niños con
problemas graves de comportamiento, lo que les permite funcionar en la escuela
y en el entorno familiar. Sin dicho medicamento, algunos requerirían tratamiento
hospitalario.
Pero Risperdal (cuyo nombre genérico es risperdona)
puede tener efectos secundarios graves, y es importante asegurarse de que el
niño que lo toma sea monitoreado cuidadosamente. Los padres deben saber lo que
la comunidad médica considera como las “mejores prácticas” que debe seguir un
médico que prescribe Risperdal, para asegurar un buen tratamiento.
Esto es lo esencial que debe saber sobre Risperdal: para qué se utiliza, posibles efectos secundarios y cómo se debe monitorear al niño que está tomando Risperdal.
¿Para qué sirve Risperdal?
Risperdal es lo que se llama un antipsicótico
atípico o de segunda generación (ASG). Era un nuevo tipo de antipsicótico
aprobado por la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA, por
sus siglas en inglés) en la década de 1990 para tratar los síntomas de la
psicosis en la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Ahora se usa más ampliamente para tratar la agresión
y la irritabilidad tanto en pacientes con demencia, a menudo en centros
hospitalarios, como en niños.
Muchos niños en el espectro autista toman Risperdal
para reducir problemas de comportamiento como agresión o autolesiones, y la FDA
lo aprobó para ese uso. Pero también se prescribe a muchos niños que tienen
TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), trastorno
negativista desafiante (ODD, por sus siglas en inglés) o trastorno de
desregulación disruptiva del estado de ánimo (DMDD, por sus siglas en inglés).
Cuando los niños se portan mal de una manera
peligrosa o corren el riesgo de ser expulsados de la escuela o alejados del
hogar, se les puede dar Risperdal u otro ASG para calmarlos. Para los niños que
no tienen un diagnóstico de autismo, esteas prescripciones no están indicadas
en la etiqueta, es decir, que el uso de este medicamento no está aprobado por
la FDA. Pero una gran cantidad de evidencia sugiere que son efectivos para
reducir los problemas de comportamiento persistentes.
¿Por qué es controversial Risperdal?
El Risperdal es controversial porque los efectos
secundarios incluyen un aumento sustancial de peso y cambios metabólicos,
neurológicos y hormonales que pueden ser dañinos. A algunos expertos les
preocupa que los niños estén siendo tratados con el medicamento en lugar de
otro tratamiento, incluido el tratamiento conductual, que podría ser efectivo
sin el riesgo de estos efectos secundarios.
Risperdal ha estado en las noticias durante los
últimos años debido a miles de demandas de familias que dicen que no fueron
informadas sobre los efectos secundarios que podrían afectar negativamente a
sus hijos, y que no se les retiró a los niños el medicamento cuando surgieron
los problemas. Muchas de las demandas son en nombre de niños que, en un efecto
secundario poco frecuente, desarrollaron senos debido a un aumento en la
hormona llamada prolactina.
Problemas en la escuela y en el hogar
La doctora Wendy Nash, MD, psiquiatra de niños y
adolescentes del Child Mind Institute, describe un escenario común en el que se
prescribe Risperdal porque la agresividad o irritabilidad de un niño se ha
vuelto extremadamente problemática. Este comportamiento a menudo se presenta en
la adolescencia temprana, dice la Dra. Nash. “Estos son niños que son muy
agresivos, lo que significa que pueden apretar, empujar, golpear, romper muebles”.
Cuando estos niños no pueden controlar su
temperamento, pueden ser un peligro para otros niños, sus padres y ellos
mismos. “A veces sus padres están tan desesperados que han considerado llamar
al 911”, señala la Dra. Nash. O puede ser que el niño haya sido enviado a la
sala de emergencias después de un estallido en la escuela.
Para los niños en crisis, Risperdal es a menudo la
primera opción de los médicos para estabilizar la situación. Si no se trata de
una crisis, recomiendan que primero se pruebe con otros tratamientos.
Terapia conductual
La mayoría de los expertos, incluida la Dra. Nash,
enfatizan la importancia de investigar a fondo las causas del comportamiento
agresivo como parte de la evaluación de la medicación. Los problemas de
conducta pueden tener muchas fuentes diferentes, incluyendo ansiedad, TDAH,
trastornos del aprendizaje, trauma y problemas médicos. El tratamiento de esos
problemas puede aliviar los problemas de conducta de una manera más efectiva (y
duradera) que administrarle al niño medicamentos antipsicóticos.
Para los niños con problemas de comportamiento
disruptivo que no han alcanzado una etapa de crisis, la primera opción de los
expertos para el tratamiento es la terapia conductual, incluida la capacitación
para padres, para controlar las cosas. Dependiendo del nivel de riesgo, la Dra.
Nash dice que podría recomendar un primer tratamiento de prueba con terapia
conductual, o medicamentos junto con terapia conductual.
Medicamentos alternativos
En una situación más estable, la Dra. Nash también
prefiere probar primero medicamentos más específicos con menos efectos
secundarios. Por ejemplo, en un niño con TDAH, los estimulantes (Ritalin o
Aderall) o los medicamentos no estimulantes para el TDAH como la clonidina
(Catapres, Kapvay, Nexiclon) o la guanfacina (Estulic, Tenex, Intuniv) podrían
reducir la agresión impulsiva. Para un niño con el tratorno negativista
desafiante, dice, los antidepresivos (ISRS) pueden ayudar con la depresión
subyacente o la ansiedad que podrían desencadenar los estallidos.
Si estos intentos no son efectivos, la Dra. Nash
puede probar un antipsicótico de segunda generación. El Abilify (aripiprazol),
que también está aprobado para la irritabilidad en niños en el espectro, y se
usa comúnmente para la agresión, suele ser su primera opción porque tiene menos
efectos secundarios que Risperdal, incluido un menor aumento de peso y menor
alteración endocrina. Pero enfatiza que el tratamiento con medicamentos siempre
debe combinarse con terapia conductual, lo que podría incluir capacitación para
padres.
La comunidad médica está de acuerdo. Una encuesta
sobre recomendaciones de tratamiento entre los mejores expertos enfatiza que
los medicamentos no deben reemplazar la terapia conductual
Después de estabilizar a los niños
Los expertos señalan que un niño que ha sido
sometido a un antipicótico de segunda generación debido a una crisis podría
pasar a un tratamiento diferente después de que la situación se estabilice.
Según la experiencia de la Dra. Nash, los niños que participan en la terapia
conductual pueden después dejar de tomar el medicamento. “Prefiero usar
risperidona de forma limitada para solucionar la crisis”, explica. “Mientras
tanto, estoy preparando una capacitación para padres en el manejo del
comportamiento”.
El doctor Michael Milham, MD, PhD, psiquiatra de
niños y adolescentes del Child Mind Institute, también utiliza los
antipsicóticos de segunda generación para estabilizar a los niños en
situaciones de crisis. Señala que es fundamental no retirar los medicamentos a
los niños sin tener establecidos otros apoyos, como la terapia conductual,
incluida la capacitación para padres.
“Es importante saber cuándo tratar de retirárselos a
los niños: no es tan pronto como las cosas vayan bien”, explica el Dr. Milham.
“Deben estar estables y tener otras intervenciones establecidas. De lo
contrario, simplemente se recreará el problema y los niños terminarán en la
sala de emergencias”.
Efectos secundarios de Risperdal
El efecto secundario más común de Risperdal es el
aumento de peso, lo que puede ocurrir rápidamente. En un estudio (página en
inglés), el aumento de peso promedio después de 10.8 semanas de tratamiento con
Risperdal fue de 11.7 libras, en comparación con solo .44 libras en niños que
tomaron un placebo. En un estudio de niños tratados con Risperdal durante 2
años y 9 meses, un tercio tenía sobrepeso u obesidad. Dosis más grandes se
asociaron con aumentos significativamente mayores en el peso.
Risperdal también puede causar lo que se llama
“anormalidades metabólicas”, incluyendo un aumento en el azúcar en la sangre,
lípidos y triglicéridos que aumentan el riesgo de diabetes y enfermedades
cardíacas en la edad adulta. Estos son más comunes en niños con sobrepeso u
obesidad.
De los antipsicóticos de segunda generación, el riesgo de efectos secundarios metabólicos es mayor con Zyprexa (olanzapina), seguido de Clozaril (clozapina). Seroquel (quetiapina) y Risperdal caen en el medio. En el extremo inferior están Abilify, Geodon (ziprasidona) y Latuda (lurasidona).
Otro conjunto de posibles efectos secundarios
incluyen algo llamado “discinesia tardía”, que se caracteriza por movimientos
repetitivos e involuntarios, que incluyen muecas faciales. El riesgo de
discinesia tardía aumenta con la dosis y la duración del tratamiento, y puede
ser permanente. El riesgo de efectos secundarios neurológicos es mayor con
Risperdal, Zyprexa y Abilify.
El efecto secundario que provocó las demandas contra
Johnson & Johnson, el fabricante de Risperdal, es un aumento de una hormona
llamada prolactina. La prolactina elevada se llama hiperprolactinemia. La
prolactina normalmente causa aumento de los senos durante el embarazo y
secreción de leche durante la lactancia. En las niñas, la hiperprolactinemia
puede provocar agrandamiento de los senos, producción de leche materna y
pérdida ósea. En los niños, puede interferir con la producción de esperma y
causar crecimiento de los senos, llamado ginecomastia.
Los estudios muestran que en los niños que toman
antipsicóticos, los niveles de prolactina aumentan alrededor de las 6 a 8
semanas (alcanzando un máximo, según un estudio, cuatro veces mayor que los
tratados con placebo), y luego vuelven a la normalidad. Dosis más altas de
Risperdal, en lugar de un uso prolongado, parecen estar relacionadas con niveles
elevados de prolactina.
Pero no todos los niños que tienen prolactina
elevada desarrollan síntomas. La hiperprolactinemia es común (1.0 a 10 por
ciento de los pacientes la desarrolla), pero los síntomas hormonales como la
ginecomastia son poco comunes (0.1 a 1.0 por ciento).
De los antipsicóticos de segunda generación,
Risperdal muestra el mayor aumento en los niveles de prolactina, y Abilify
muestra el menor.
Los niños que toman Risperdal u otro antipsicótico
atípico deben ser monitoreados regularmente por sus médicos durante el
transcurso del tratamiento. Antes de que comience el tratamiento, deben ser
evaluados para establecer líneas de base para la altura, el peso, los signos
vitales y los niveles de prolactina, grasas y azúcar en la sangre.
Los niveles de prolactina deben medirse con
frecuencia durante los primeros meses de tratamiento. Si el niño tiene niveles
elevados de prolactina y muestra síntomas de hiperprolactinemia, se recomienda
reducir la dosis y cambiar al niño a otro antipsicótico de segunda generación.
Si un niño tiene niveles elevados de prolactina pero no muestra síntomas, se
recomienda que se lo controle anualmente si está usando el medicamento a largo
plazo, ya que no se conocen los efectos prolongados de la prolactina elevada en
la fertilidad y el desarrollo óseo.
Un grupo de investigadores canadienses (página en
inglés) señala que las pruebas de laboratorio anuales con un examen físico para
pacientes estables pueden parecer una pérdida de tiempo para los médicos
ocupados. Pero dadas las posibles consecuencias, agregan, “los médicos que no
están preparados para monitorear a los niños en busca de efectos secundarios,
deben optar por no recetar estos medicamentos”.
Como con cualquier medicamento, es importante hablar
con su médico sobre cualquier inquietud que usted tenga. El médico de su hijo
debe estar listo para analizar los síntomas que está viendo y explicar las
posibles opciones para cambiar la dosis o el medicamento. Si usted piensa que
el médico de su hijo no está tomando en serio sus preocupaciones, o si no está
siguiendo las mejores prácticas para cambiar la dosis o agregar nuevos
medicamentos, debería buscar una segunda opinión.
Si cree que su hijo debe dejar de tomar Risperdal,
asegúrese de informar a su médico y analizar los pros y los contras. No haga
ajustes ni retire el medicamento sin consultarlo. Los medicamentos
antipsicóticos deben reducirse de manera gradual, y el niño debe ser
monitoreado debido a los efectos secundarios de un retiro demasiado rápido, como
secreción nasal, diarrea y calambres. Y recuerde: la mayor preocupación a tener
en cuenta es el regreso del comportamiento peligroso por el cual fue recetado
el medicamento en primera instancia.
Child Mind Institute.
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