Muchas personas utilizan el término antisocial para referirse a individuos que tienen problemas para relacionarse con otros, o no les gusta entablar relaciones. Sin embargo, esta definición es incorrecta.
En psicología se utiliza el término trastorno antisocial de la personalidad (TPA) para describir una afección mental que lleva a las personas que la padecen a romper las normas, a manipular, explotar o violar los derechos de los demás en favor de los propios.
Descubre una completa guía sobre el trastorno antisocial de la personalidad: Qué es, sus síntomas, sus diferencias con el trastorno disocial o de conducta, sus causas, consecuencias, factores de riesgo, tipos, diagnóstico en niños y adultos, su relación con el TDAH, tratamiento, qué hacer si conocemos a alguien con trastorno antisocial y mucho más.
¿Qué es el trastorno antisocial de la personalidad?
Definición y concepto
El trastorno antisocial de la personalidad
(TPA) se puede definir como un patrón persistente de experiencias personales y
conductas que se desvían notablemente de las expectativas dentro de la cultura
del individuo, de forma generalizada e inflexible. El TPA tiene su inicio en la
adolescencia o juventud, es estable en el tiempo y conlleva un gran malestar
personal.
El trastorno antisocial se caracteriza por la indiferencia hacia los derechos de los demás y la violación de estos. El diagnóstico no se puede dar hasta que la persona cumple los 18 años. Y sólo se puede diagnosticar si alguno de los síntomas han aparecido antes de los 15 años. Antes de los 18 se diagnostica trastorno disocial. Que como veremos, no es exactamente lo mismo que el TPA pero tiene mucha relación. En la cultura popular se habla de la personalidad antisocial bajo los términos sociópata o psicópata. Aunque estas etiquetas no están reconocidas para el diagnóstico profesional.
Prevalencia del trastorno antisocial
Alrededor de un 3% de
las personas en la población general puede ser diagnosticadas con Trastorno
antisocial de la personalidad. Y tiende a ser el doble de frecuente en hombres
que en mujeres. La mayor prevalencia se da en hombres que abusan de alcohol,
drogas o que están en prisión.
En prisión, se estima que entre un 50 y un 80% de los presos cumplen condiciones para el trastorno Antisocial.
Trastorno antisocial vs Trastorno disocial o de conducta
¿En qué se diferencian?
En la nueva versión del
Manual Diagnóstico DSM- 5, el trastorno disocial ha pasado a denominarse
trastorno de conducta.
La mayor diferencia entre trastorno antisocial y trastorno disocial o de conducta es:
- Trastorno antisocial: No se diagnostica en menores de 18 años.
- Trastorno disocial o de conducta: Se diagnostica a menores de 18 años
Además de esta
diferencia fundamental existen otras diferencias menores entre el trastorno
antisocial y el trastorno disocial en las que profundizaremos más adelante en
los criterios diagnósticos.
En este punto es importante resaltar que existe otro tipo de trastorno de conducta denominado trastorno negativista desafiante que tiene que tiene algunos puntos en común con el trastorno al disocial, sin embargo, es menos grave. Por eso es muy importante evaluar de forma correcta al paciente para obtener un diagnóstico preciso y no dar lugar a equívoco.
Existen algunos profesionales que creen que más que tres trastornos diferenciados (trastorno negativista, trastorno disocial y trastorno antisocial), podríamos estar hablando de un continuo, de menos a más grave. El trastorno negativista es el menos grave de los tres, sin embargo, si no se trata, puede derivar en trastorno disocial, y llegar a evolucionar a trastorno antisocial.
¿Cómo es una persona con Trastorno antisocial?
Síntomas
Una persona con
trastorno antisocial de la personalidad siente poca o ninguna empatía hacia los
demás, y no ve el problema en desafiar o romper la ley para su propio
beneficio. El trastorno normalmente comienza en la infancia, y continúa hacia
la adolescencia y la adultez.
Estas personas pueden ser encantadoras en la superficie, pero tienden a volverse irritables, agresivas e irresponsables. Puede que tengan quejas somáticas e intentos de suicidio. Debido a sus tendencias manipulativas, es difícil saber si mienten o dicen la verdad. Pueden ser arrogantes.
Suelen ser impulsivas,
realizan actos sin pensar en las consecuencias. Pueden ser temerarios, lo que
se traduce en conductas como la conducción de riesgo, conducta sexual de riesgo
o abuso de sustancias. Tienen dificultades para mantener un empleo y suelen
tener muchas parejas sexuales, pero rara vez se comprometen. Suelen ser padres
irresponsables.
Síntomas del trastorno
antisocial
- Incapacidad de cumplir las normas sociales y respetar las normas. Lo que suele dar lugar a arrestos.
- Tendencia a la mentira y la falsedad. Mienten repetidamente, usan alias, estafan a los demás para el propio beneficio o el propio placer.
- Impulsividad o incapacidad de hacer planes.
- Irritabilidad y agresividad, que se muestran repetidamente como peleas físicas o agresiones.
- Conductas temerarias que implican indiferencia por la seguridad de uno mismo o los demás.
- Irresponsabilidad consistente, dificultad para mantener un empleo o cumplir las obligaciones financieras.
- Falta de remordimiento, indiferencia hacia el sufrimiento de los demás y racionalizar el haber herido, maltratado o robado a otra persona.
¿Cómo es una persona con trastorno de conducta o disocial?
Síntomas
- Presentan muy poca empatía: no se preocupan por los sentimientos o bienestar de los demás.
- Percibe las intenciones de los demás como agresivas u hostiles.
- Baja autoestima, intolerancia a la frustración, arrebatos emocionales, imprudencia.
- Inicio temprano en actividades sexuales, fumar, beber alcohol, y consumo de otros tóxicos. Lo que empeora el funcionamiento del organismo.
- Suele asociarse con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, aprendizaje, relacionados con sustancias, ansiedad o trastornos del estado de ánimo.
- Puede ser un trastorno secundario a otro trastorno mental.
- Puede evolucionar a un trastorno antisocial de la personalidad.
- Alta prevalencia de ideación suicida, tentativa suicida y suicidio consumado.
Ejemplos de comportamientos
antisociales
Tener comportamientos
antisociales no significa que tengas un trastorno. De hecho, durante la
adolescencia es común que existan este tipo de conductas, pero es parte del
proceso de convertirse en adulto. Aquí te damos algunos ejemplos de conductas
antisociales.
Comportamiento agresivo
y destructor
- Destruir o dañar la propiedad, bien sea pública o privada, vandalismo: grafitis, quema de contenedores, dejar o tirar basura en la calle.
- Agredir física o verbalmente a personas o animales
- Amenazar e intimidar.
- Agresión sexual o violación
- Conducción temeraria que viola las normas de circulación, poniendo en riesgo la seguridad de uno mismo y de los demás, como sobrepasar los límites de velocidad.
- Falsedad y engaño
- Mentir.
- Estafar.
- Tener varias identidades.
- Violación de las reglas y derechos de los demás
- Robos y hurtos
- Molestar a los demás, bien sea gritando, con música excesivamente alta, ocupando toda la acera…
- Irrumpir en propiedad ajena.
- Faltar a clase o al trabajo
- Aprovecharse de los demás.
- Uso de sustancias
Factores de riesgo que
contribuyen al desarrollo del Trastorno antisocial
- Haber tenido un trastorno de conducta en la infancia
- Haber sufrido de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
- Infancia problemática, vida familiar violenta o inestable.
- Haber sufrido abuso infantil, malos tratos o negligencia.
Factores genéticos de
riesgo
Antecedentes parentales
de trastorno antisocial, otros trastornos personalidad o problemas
psicológicos.
Causas del Trastorno
antisocial de la personalidad
Las causas específicas
para el trastorno antisocial son desconocidas. Como la mayoría de problemas de
salud mental hay evidencia de que existen ciertos rasgos heredables. Pero una
vida familiar disfuncional aumenta la probabilidad del desarrollo de este
trastorno.
Causas biológicas
Una teoría sugiere que
ciertas anormalidades en el desarrollo del sistema nervioso pueden causar
Trastorno antisocial. Algunas de estas anormalidades pueden estar detrás de
algunos problemas del aprendizaje, enuresis persistente e hiperactividad.
Algunos estudios
sugieren que si la madre ha fumado durante el embarazo, su hijo está en riesgo
de desarrollar conducta antisocial. Esto se explica porque fumar desciende los
niveles de oxígeno, lo que puede resultar en daños en el cerebro del feto.
Estudios de imagen
cerebral sugieren que una función cerebral anormal es la causa de este
trastorno. Por ejemplo, el neurotransmisor serotonina se relaciona con la
conducta impulsiva y agresiva. Los lóbulos temprales y la corteza prefrontal
ayudan a regular el estado de ánimo y la conducta. Puede ser que la causa del
trastorno antisocial sea un funcionamiento anormal en los niveles de serotonina
o en estas regiones cerebrales.
Causas ambientales
El entorno social y
familiar también contribuye al desarrollo de la conducta antisocial. Los padres
de niños con estos problemas frecuentemente muestran ellos mismos altos niveles
de conductas antisociales.
En casos de crianza de
acogida y adopción, privar a un niño pequeño de un vínculo emocional
significativo puede dañar su habilidad de formar relaciones íntimas y de
confianza. Los niños que pasan de un cuidador a otro pueden encontrar
dificultades para establecer apego emocional apropiado con figuras adultas.
Una disciplina laxa o
una inadecuada supervisión se ha se ha relacionado con una conducta antisocial
en niños. Los padres que se implican monitorizan la conducta del niño,
estableciendo reglas y comprobando que son cumplidas. Una buena supervisión
paterna es menos probable en familias desestructuradas, porque los padres
pueden no estar disponibles, y si son padres antisociales no tienen motivación
para vigilar a sus hijos. También influye el tamaño de la familia, cuanto mayor
sea, menos atención puede recibir cada hijo.
Un niño que crece en
una familia desordenada puede llegar al mundo adulto dañado. Sin haber
desarrollado vínculos fuertes, se vuelve egoísta e indiferente a los demás. La
falta de disciplina consistente da lugar a una pobre consideración por las
normas y a la recompensa a largo plazo, lo que facilita su impulsividad. No
tiene modelos apropiados de conducta y aprende a usar la agresión para resolver
conflictos. También falla en desarrollar la empatía y la preocupación por los
demás.
Los niños antisociales
tienden a elegir a compañeros de juegos similares, ya que los niños agresivos
suelen ser rechazados por los compañeros. Esto impide crear vínculos sanos
entre iguales. Estas relaciones pueden animarles y a recompensar la conducta
antisocial.
El abuso infantil
también se ha asociado a la conducta antisocial. Esto no es sorprendente porque
muchos de ellos han crecido en ambientes negligentes y a veces violentos. Lo
que les sitúa en una situación de vulnerabilidad fomentando que se conviertan en
víctimas. Además, el abuso se convierte en una forma aprendida de relacionarse
con los demás, perpetuando esta conducta con los demás.
También se ha dicho que
el abuso físico puede ser especialmente negativo porque puede resultar en daño
cerebral. Los eventos traumáticos pueden alterar el desarrollo del sistema
nervioso central, un proceso que continua hasta la adolescencia. Esto se puede
deber a una liberación exagerada de hormonas y otros químicos debidos a los
eventos estresantes que pueden alterar el patrón normal de desarrollo.
Tipos del trastorno
antisocial
Tradicionalmente se han
diferenciado dos perfiles de personalidades antisociales: el psicópata o
psicópata primario, y el sociópata o psicópata secundario. Sin embargo en la
realidad, no es tan común ver dos perfiles “puros”.
- Psicópata: El rasgo más característico del psicópata es la frialdad emocional. No sienten empatía, utilizan a los demás en su propio beneficio, son manipuladores y mentirosos. Son fríos y calculadores. Generalmente, los psicópatas no responden a ningún tratamiento psicológico, por lo que su pronóstico es muy desalentador. De hecho, el tratamiento puede conseguir el efecto contrario del deseado.
- Sociópata: El sociópata se caracteriza por la impulsividad. Por ello rompen las normas. Tienen mayores niveles de empatía que los psicópatas, aunque su registro emocional está más reducido que en la población general. Suelen dejarse llevar por la ansiedad. El tratamiento psicológico para este perfil puede ser de ayuda. En prisión es más común que aparezca este perfil, ya que son arrestados con mayor facilidad, y no se integran tan bien como los psicópatas en la sociedad.
Trastorno antisocial en
niños
Como hemos dicho, los
menores de 18 años no pueden ser diagnosticados de ningún trastorno de
personalidad, porque se considera que todavía no han desarrollado totalmente su
personalidad. Antes de los 18 años, si existen conductas antisociales (ver
apartado de diagnóstico), se diagnosticará de trastorno disocial.
Trastorno disocial y su
relación con el TDAH
Las estadísticas
sugieren que entre un 20 y un 40 por ciento de niños con TDAH desarrollan
trastorno disocial. La investigación ha mostrado que los niños que no reciben
un adecuado y temprano tratamiento para el TDAH tienen problemas a medida que
se acercan a la adultez. Pueden tener dificultades para mantener un trabajo,
muestran agresión y muestran conductas antisociales y ruptura de normas.
¿Por qué ocurre esto? Un niño con TDAH va a tener dificultades para prestar atención y va a tender a la impulsividad. Va a tener problemas académicos, familiares y sociales. Se va a sentir muy mal, y su autoestima se va a ver resentida. Con el fracaso repetido, va a dejar de esforzarse “¿Para qué lo voy a intentar, si siempre me sale mal?”. Va a dejar de hacer los deberes, estudiar, hará novillos, se juntará con otros como él. Y así es cómo irá desarrollando conductas antisociales. Por ello es muy importante detectar y tratar el TDAH a tiempo, para evitar complicaciones y evitar que la autoestima se resienta.
Diagnóstico del Trastorno antisocial y disocial de la personalidad
El diagnóstico de
cualquier trastorno mental lo debe hacer un psiquiatra o un psicólogo con
formación en psicología clínica.
Diagnóstico del Trastorno Antisocial de la Personalidad
El Trastorno de
Personalidad Antisocial, según el (DSM V) se caracteriza por un patrón
persistente de inatención y vulneración de los derechos de los demás. Esto
produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por 3 o más de los
síntomas siguientes:
- Incapacidad de cumplir las normas sociales y respetar las normas. Lo que suele dar lugar a arrestos.
- Tendencia a la mentira y la falsedad. Mienten repetidamente, usan alias, estafan a los demás para el propio beneficio o el propio placer.
- Impulsividad o incapacidad de hacer planes.
- Irritabilidad y agresividad, que se muestran repetidamente como peleas físicas o agresiones.
- Conductas temerarias que implican indiferencia por la seguridad de uno mismo o los demás.
- Irresponsabilidad consistente, dificultad para mantener un empleo o cumplir las obligaciones financieras.
- Falta de remordimiento, indiferencia hacia el sufrimiento de los demás y racionalizar el haber herido, maltratado o robado a otra persona.
- Para el diagnóstico de este trastorno se ha de tener como mínimo 18 años.
Diagnóstico del Trastorno de conducta o trastorno disocial
Para diagnosticar el
trastorno de conducta, se han de cumplir los siguientes criterios.
A. Un patrón repetitivo y persistente de conducta, que se basa en una falta de respeto de los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de la edad. Esto se manifiesta en los 12 últimos meses con al menos tres de los siguientes criterios.
Acosa, amenaza o intimada a otros.
Inicia peleas con
frecuencia.
Ha usado un arma que
puede provocar serios daños a terceros (p. ej., un bastón, un ladrillo, una
botella rota, un cuchillo, un arma).
Ejerce crueldad física
hacia personas.
Ha ejercido crueldad
física hacia animales.
Ha robado enfrentándose
a una víctima (p. ej., atraco, robo de un monedero, extorsión, atraco a mano
armada).
Agrede sexualmente a
alguien.
Prende fuego
deliberadamente con la intención de provocar daños graves.
Ha destruido deliberadamente
la propiedad de alguien (pero no por medio del fuego).
Ha invadido la casa,
edificio o automóvil de alguien.
Con frecuencia miente o
engaña para obtener objetos o favores, o para evitar obligaciones .
Ha robado objetos de
valor no triviales sin enfrentarse a la víctima (p. ej., hurto en una tienda
sin violencia ni invasión; falsificación).
Rompe las normas o
prohibiciones familiares con frecuencia, empezando antes de los 13 años.
Ha pasado una noche
fuera de casa sin permiso mientras vivía con sus padres o en un hogar de
acogida. Por lo menos dos veces o una vez sí estuvo ausente durante un tiempo
prolongado.
Hace novillos en la
escuela con frecuencia, empezando antes de los 13 años.
B. El trastorno del comportamiento provoca un malestar clínicamente significativo en las áreas social, académica o laboral.
C. Si la edad del individuo es de 18 años o más, no se cumplen los criterios de trastorno de la personalidad antisocial.
Se especifica si tiene
emociones prosociales limitadas, falta de remordimientos o culpabilidad, si es
insensible o le falta empatía, si es despreocupado por su rendimiento o si
carece de expresión emocional o esta es superficial.
Tratamiento del trastorno antisocial
Como todos los
trastornos de personalidad, el trastorno antisocial es difícil de tratar. La
personalidad no se puede cambiar. Pero si es posible cierto margen de mejora,
sobre todo a modificar la expresión conductual, ayudándolos a que se integren
mejor en la sociedad.
El paciente que acepta la terapia sólo como forma de evitar la cárcel no va a mejorar. La terapia tiene que ser algo más que un medio de eludir las consecuencias del comportamiento. El mayor objetivo de la terapia es que entienda cómo él se crea sus propios problemas y cómo sus percepciones distorsionadas le dificulta verse como le ven los demás.
Es difícil trabajar con estas personas, ya que suelen culpar a los demás, tienen baja tolerancia a la frustración, son impulsivos.. Además no suelen tener motivación para mejorar y no suelen ser introspectivos.
El terapeuta debe ser consciente de sus propios sentimientos y ser vigilante a los intentos del paciente a sabotear la terapia.
No hay medicamentos especialmente pensados para el tratamiento de este trastorno pero algunos pueden ayudar a reducir la agresividad.
También es necesario abordar las adicciones u otros problemas simultáneos. Aunque a veces, la única manera de controlar a estos individuos es mediante medidas carcelarias.
¿Se puede prevenir el trastorno antisocial?
No hay una forma
determinada de prevenirlo, y a veces no
es posible. Pero sí vamos a tener más probabilidades de criar hijos sanos si
tenemos en cuenta lo siguiente.
- Mediante disciplina flexible, pero no laxa. Estableciendo normas que no sean rígidas, pero animando a su cumplimiento.
- Facilitando que los niños se hagan responsables de sus actos, haciéndoles ver que sus conductas tienen consecuencias que tienen que asumir.
- Fomentar la autonomía y la autoestima de los niños.
- Trasmisión de valores positivos, basados en el respeto, la compresión y el amor.
- Ser afectuosos con los niños, física y psicológicamente, de esta forma crearán vínculos de apego sanos.
- Fomentar la empatía y la inteligencia emocional. Ayudarle a identificar las emociones propias y las de los demás, y enseñarle a manejarlas.
¿Cómo tratar con una
persona con trastorno antisocial?
Una persona con
personalidad antisocial puede ser muy difícil de tratar, y puede hacerte la
vida imposible. Si conoces al alguien que puede tener este tipo de trastorno,
si no es muy cercana lo mejor que puedes hacer es alejarte de ella. Si por el
contrario es un ser querido los siguientes consejos puede serte de ayuda.
- Sugiere que vaya a terapia. Hazlo con tacto, sin reproches ni ataques. Sin embargo, por muy bien que hagas esto, es probable que se enfade contigo de todas maneras. Se paciente.
- No te tomes a lo personal aquello que te dice. Pueden ser personas muy hirientes, que no tienen en consideración a los demás y que te manipulan para que te creas aquello que te dicen. Se fuerte, y no te lo tomes en serio.
- Si ejerce violencia física contra ti, denúncialo. Por mucho que lo quieras, debe aprender que lo que hace tiene consecuencias.
- Ponle límites. Esto puede llegar a ser agotador, pero es necesario que aprenda que existen barreras que no debe sobrepasar. Hazle entender lo que no vas a permitir.
- No entres en una escalada de violencia. Si se pone agresivo/a no actúes tu también de forma agresiva. De forma calmada dile: “estas alterado/a, cuando te calmes hablamos.” Y entonces te vas.
- Si la situación es insostenible, aléjate. Puede ser algo muy doloroso, pero a veces, sobre todo en las que tu integridad física y psicológica está en riesgo, lo mejor es que te apartes de esta persona.