La ansiedad postquirúrgica (confusional, paranoide, depresiva) es un sentimiento de incomodidad continuo que pone en marcha una serie de respuestas desagradables. Incluye componentes fisiológicos, psíquicos y conductuales. Este malestar se manifiesta como resultado de un estado de aprensión y desconocimiento ante una situación nueva (la operación) que se ha vivido como algo amenazante.
En la ansiedad
postquirúrgica se ha demostrado que, teniendo una buena información
preoperatoria, los niveles de ansiedad pre y postoperatoria disminuyen de forma
considerable. Los pacientes necesitan estar informados sobre su proceso
hospitalario porque la inexistencia de dudas ayuda a que dichos niveles de
ansiedad no se disparen y esto facilita la recuperación.
¿Qué es la ansiedad
postquirúrgica?
La ansiedad
postquirúrgica, o estrés postquirúrgico es la sensación que el paciente sufre
tras la cirugía, al ser percibida ésta como una situación desbordante en su
vida. El paciente vive su operación quirúrgica como un factor de estrés
importante que se traduce en nerviosismo y ansiedad.
¿Puede haber depresión
después de una operación?
Hay algunas personas con altibajos emocionales antes de sufrir una intervención. El postoperatorio puede intensificar estos estados hasta derivar en una depresión mayor si no recibimos ayuda a tiempo. Durante esta etapa de depresión postquirúrgica los síntomas más comunes son entre otros: mayor agotamiento, irritabilidad, desesperanza y apatía, mayor necesidad de dormir y pérdida de apetito.
Diversos autores creen que esta situación ocurre porque la persona que se ha sometido a una intervención quirúrgica siente que ha puesto su cuerpo y su propia vida en manos ajenas. Esto le puede originar una sensación de vulnerabilidad. Igualmente, es sabido que toda cirugía es invasiva. Asimismo y no menos importante, un postoperatorio implica con frecuencia no disponer de autonomía, sentir dolor, depender de tratamientos, reposo, etc. Esta etapa nueva en la vida de una persona puede hacer que se replantee algunas cosas.
Afrontar la ansiedad postquirúrgica
Una de las técnicas que
deberíamos utilizar para afrontar la depresión postquirúrgica es saber
prevenirla. Si tenemos la certeza de que nuestra intervención va a ser programada, deberíamos contar con un apoyo
profesional especializado en el área. La figura del psicólogo/a debería ser ese
acompañamiento habitual antes y después de la intervención.
Otro punto importante sería que la persona cuente con una red social sólida donde apoyarse. Es decir, que tenga la comprensión y el apoyo de sus familiares y amigos cercanos. También, la persona debería saber expresar sus emociones y sus pensamientos. Explicar aquello que siente en estos momentos tan complicados para ella.
Por último, decir
que cada persona afronta de una forma
determinada estas situaciones complicadas. Lo más importante es disponer de una
adecuada atención médica y psicológica.
Resumen: La ansiedad en
pacientes que tienen que someterse a una operación quirúrgica conlleva un
estado emocional negativo y genera una activación fisiológica en la preparación
del organismo para afrontar el peligro percibido en dicha operación que puede
perjudicar el correcto desarrollo del procedimiento quirúrgico. Este trabajo
pretende determinar qué estrategias son las adecuadas en el ámbito hospitalario
para disminuir los niveles de ansiedad en los pacientes pre quirúrgicos. A
partir de los datos consultados se puede concluir que para evitar niveles de
ansiedad perjudiciales se requiere un trato personalizado, un modelo de
comunicación adecuando entre el personal sanitario y los pacientes, enseñar al
enfermo el manejo de un locus de control interno y entender la infraestructura
y la rutina hospitalaria a partir de las necesidades de los usuarios, sin
menoscabo de los requerimientos que se determinen para el correcto
funcionamiento del centro de salud.
Para el Personal de Salud y Hospitalario
Los estados de ansiedad elevados en los periodos previos a la operación quirúrgica se ven reflejados durante la operación, ya que el cuerpo reacciona de diferente forma ante la anestesia en estado de gran ansiedad, y en los periodos postoperatorios, retardando la recuperación y retrasando el abandono del centro hospitalario, lo que podría producir saturación en el centro hospitalario y un mayor costo económico. Comprender las variables que afectan a este incremento de la ansiedad antes de la operación resulta de vital importancia para su tratamiento. A este respecto realizo las siguientes recomendaciones:
Tratar individualizadamente los trastornos de ansiedad en el ámbito hospitalario. Si bien la aplicación de un protocolo que ayude al profesional es efectivo, nunca debe ir separado de una entrevista personal que le permita observar las reacciones del paciente, evitando que se pasen por alto estados de ansiedad no reflejados en los cuestionarios estándar. En este sentido es recomendable conocer el tipo de personalidad del paciente mediante la aplicación de test que permitan la mejora en la efectividad de los tratamientos psicológicos orientados a reducir la ansiedad preoperatoria.Enseñar a los profesionales sanitarios el modo de comunicarse con los enfermos de la manera más precisa, efectiva e inocua, evitando el estrés que supondría una mala información, o la ausencia de la misma.Hacer partícipe al enfermo de su recuperación. Tener en cuenta la forma habitual que tiene el sujeto de explicar los acontecimiento vitales, en otras palabras: conocer primero donde se sitúa el locus del paciente, para optimizar la terapia psicológica, si fuera necesaria, para reducir los niveles de ansiedad.Adecuar el espacio hospitalario a las necesidades del enfermo, así como fomentar el conocimiento de la rutina hospitalaria, que ha demostrado ser útil en la reducción de la ansiedad.Modelo ecológico de información y formación del paciente. Atender a la diferencia entre informar y educar a los pacientes para permitir un afrontamiento del proceso quirúrgico que minimice los niveles de ansiedad. La información tiene un efecto a corto plazo que, como hemos visto, no siempre resulta efectivo, sin embargo, la formación no sólo de los pacientes, también de los familiares y amigos, permitirá el tratamiento de la ansiedad del paciente durante su estancia hospitalaria y su prevención fuera del hospital, fomentando hábitos saludables y estrategias de afrontamiento que repercutirán en todas las variables intrahospitalarias analizadas en este trabajo.
Las largas jornadas laborales del personal sanitario, el estrés consecuente al tipo de trabajo realizado y el alto grado de emocionalidad presente en toda interacción con los enfermos y sus familiares hace inviable la posibilidad de que sean los médicos y/o el personal de enfermería los encargados de diagnosticar un posible trastorno psiquiátrico en pacientes que acuden por otro tipo de enfermedades. Por esta razón, resulta de vital importancia el papel del psicólogo en los centros hospitalarios como parte del equipo sanitario.
Red