Cuando las personas piensan en trauma, suelen imaginar una experiencia concreta y definida: un accidente aterrador, una catástrofe natural o una experiencia de violencia. Y es cierto que pasar por cualquier experiencia muy perturbadora o que pone en riesgo la vida (o presenciar que un ser querido pase por algo así) puede conducir a un trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros desafíos de salud mental.
Pero los expertos en
trauma reconocen cada vez más que existe otra forma de trauma que involucra experiencias
y síntomas prolongados y repetidos que a menudo se ven diferente al TEPT. Esto
se conoce más comúnmente como trauma complejo.
Los niños que han pasado
por un trauma complejo suelen experimentar como resultado desafíos profundos, y
sus síntomas con frecuencia son malinterpretados. Conocer las señales de un
trauma complejo y comprender cómo afecta a los niños puede contribuir en gran
medida a que reciban el apoyo que necesitan.
¿Qué es trauma complejo?
Trauma complejo no es un diagnóstico
en sí, sino un concepto que describe cómo las experiencias perturbadoras y
peligrosas crónicas afectan a las personas, especialmente a los niños.
“Se trata de un cambio
más fundamental en un individuo”, afirma la doctora Jamie Howard, psicóloga
clínica y directora del Servicio de trauma y resiliencia del Child Mind
Institute. “Un trauma típico podría alterar realmente tu concepción acerca de
cómo funciona el mundo. Un trauma complejo afecta en primer lugar la manera en
que se construye esa concepción”.
Un trauma complejo suele
ser el resultado de experiencias interpersonales negativas y crónicas como
abuso, abandono o violencia en el hogar o la comunidad del niño. Dado que, en
situaciones como estas, suelen ser los padres o cuidadores los responsables del
daño, el niño no tiene la oportunidad de desarrollar un sentido de seguridad y
confianza en los adultos. Esa alteración del sentido básico de apego del niño
hacia sus cuidadores es un elemento clave del trauma complejo.
“Cualquier tipo de trauma
puede alterar la confianza”, dice la Dra. Howard. “Pero con un trauma complejo,
no se desarrolla necesariamente la capacidad de confiar en las personas en
general”.
La base de evidencias
sobre el trauma complejo es cada vez mayor, y las investigaciones indican que
los niños que han experimentado trauma continuo y de naturaleza interpersonal
tienden a presentar síntomas y desafíos de comportamiento más intensos que quienes
han experimentado otras formas de trauma.
¿El trauma complejo es un
trastorno?
El desarrollo del
concepto de trauma complejo comenzó hace varias décadas, cuando los
profesionales clínicos que trabajaban con personas que habían experimentado
eventos traumáticos continuos (como los sobrevivientes de abuso infantil)
observaron que los síntomas de estas personas eran a menudo más variados que
los síntomas del TEPT. Este conjunto diferenciado de síntomas se llamó “TEPT
complejo” (CPTSD, por sus siglas en inglés) y más tarde evolucionó hacia una
propuesta de diagnóstico denominado “trastorno traumático del desarrollo” (DTD,
por sus siglas en inglés).
Las ideas del trauma
complejo y del trastorno traumático del desarrollo se desarrollaron en gran
parte gracias al trabajo del profesional clínico y autor el Dr. Bessel van. El trastorno traumático del desarrollo no se incluye como un
trastorno específico en el manual de diagnóstico más reciente que utilizan los
profesionales clínicos, el DSM-5. Pero algunos de los síntomas del TEPT que se
han incluido en el DSM-5 se vieron influidos por la investigación del Dr. van
der Folk y sus colegas.
¿Cómo se manifiesta un
trauma complejo?
Hasta cierto punto, los
síntomas del trauma complejo se superponen con los síntomas del TEPT. Por
ejemplo, los niños que han atravesado por un trauma complejo pueden
experimentar escenas retrospectivas, pesadillas y sentimientos de
insensibilidad emocional.
Pero con un trauma
complejo, los síntomas son más generalizados. El comportamiento de los niños
podría parecer completamente impredecible. “Sus vidas han sido tan caóticas que
no han encontrado una forma coherente de estructurar el mundo”, dice la Dra.
Howard. “Y por eso parecen física y emocionalmente desorganizados y
desregulados. No se quedan quietos, se mueven de un lado a otro, se muestran
algo agitados. Son como un cable en tensión”.
Los niños que han
experimentado trauma complejo a menudo cumplen con los criterios de una serie
de trastornos diferentes incluidos en el DSM-5, pero actualmente no existe un
diagnóstico que capture su perfil de síntomas típico.
Sin embargo, los expertos
coinciden en que los siguientes síntomas están generalmente asociados con un
trauma complejo:
- Desafíos con el apego y las relaciones
- Dificultad para regular emociones y comportamientos
- Desafíos relacionados con la capacidad de atención y otras capacidades cognitivas
- Disociación de la realidad
- Baja autoestima
- Perspectiva negativa general del mundo
La Dra. Howard señala que
estar en ambientes ruidosos y caóticos puede sobre estimular rápidamente a los
niños que han pasado por un trauma complejo. “Es entonces cuando los niños
empiezan a parecer como si tuvieran TDAH”, dice. “O podría parecer que tienen
un trastorno mental grave porque su capacidad para controlar sus reacciones
fisiológicas y dar sentido al entorno está muy comprometida”. También se sabe
que un trauma complejo interfiere en el aprendizaje y a menudo conduce a
enfrentar desafíos de comportamiento y de atención en la escuela.
¿Cuáles son las causas
del trauma complejo?
No existe una lista
definitiva de los tipos de experiencias que pueden conducir a un trauma
complejo. Dicho esto, los expertos suelen estar de acuerdo en que los eventos
subyacentes a un trauma complejo suelen cumplir con los siguientes criterios:
- Son seriamente negativos, como abuso, abandono o violencia.
- Se producen durante un largo período de tiempo.
Afectan la capacidad del
niño para relacionarse con los demás y establecer relaciones de confianza con
sus cuidadores y otras figuras de autoridad.
“Un trauma complejo no
tiene que ser necesariamente abuso físico, pero la razón por la que el apego se
ve tan afectado es porque generalmente lo lleva a cabo (o no lo puede detener)
el cuidador principal del niño”, afirma la Dra. Howard. “Y eso es lo que lo
hace tan fundamentalmente perturbador: el cuidador principal no le puede
proporcionar constancia y seguridad al niño”.
La Dra. Howard señala que
este tipo de alteración también puede ocurrir cuando un padre no es causante
del trauma. Por ejemplo, los niños que están expuestos a mucha violencia
comunitaria pueden desarrollar trauma complejo porque sus cuidadores no los
pueden proteger de esos peligros, por mucho que lo deseen.
Todavía no existe
evidencia concluyente sobre si determinadas poblaciones de niños son más
propensas a experimentar trauma complejo. Pero, dice la Dra. Howard,
“normalmente esto ocurre en el contexto de escasos recursos y entornos que son
estresantes en general”, lo que significa que los niños de familias con bajos
ingresos pueden correr un riesgo mayor.
Tratar el trauma complejo
Un trauma complejo puede
ser difícil de tratar porque, a diferencia del tipo de evento traumático típico
del TEPT, las experiencias traumáticas crónicas pueden continuar incluso
mientras el niño está recibiendo tratamiento. Y la mayor parte de la
investigación que respalda los tratamientos basados en evidencia para los
síntomas de trauma en niños se centra en el TEPT.
Escrito por: Hannah
Sheldon-Dean Experto clínico: Jamie M. Howard, PhD
No hay comentarios:
Publicar un comentario