jueves, 7 de marzo de 2024

Trastornos Disociativos

Descripción general

Los trastornos disociativos son afecciones mentales que implican una pérdida de conexión entre pensamientos, recuerdos, sentimientos, entorno, comportamiento e identidad. Estas condiciones incluyen escapar de la realidad de formas que no son deseadas ni saludables. Esto causa problemas en el control de la vida cotidiana.

Los trastornos disociativos suelen surgir como reacción a acontecimientos impactantes, angustiosos o dolorosos y ayudan a alejar los recuerdos difíciles. Los síntomas dependen en parte del tipo de trastorno disociativo y pueden ir desde la pérdida de memoria hasta la desconexión de identidades. Las épocas de estrés pueden empeorar los síntomas durante un tiempo, haciéndolos más fáciles de ver.

El tratamiento para los trastornos disociativos puede incluir terapia de conversación, también llamada psicoterapia, y medicamentos. Tratar los trastornos disociativos puede ser difícil, pero muchas personas aprenden nuevas formas de afrontarlos y sus vidas mejoran.

¿Qué es el trastorno disociativo?

Como trastornos disociativos se entienden aquellas enfermedades mentales que suponen una desconexión entre pensamientos, recuerdos, entornos, acciones e identidad. Los pacientes con esta patología escapan de la realidad de forma involuntaria y peligrosa, por lo que les resulta difícil poder seguir con sus actividades cotidianas con normalidad.

Se reconocen tres tipos distintos de trastornos disociativos:

  1. Amnesia disociativa: el síntoma principal es la pérdida de memoria en un sentido grave y que no tiene su causa en una enfermedad en concreto. Los pacientes con este tipo de amnesia no recuerdan acontecimientos sobre ellos mismos, personas cercanas o periodos de tiempo relacionados con un momento traumático. Es un estado que aparece de forma repentina y puede durar minutos, horas, e incluso meses o años.
  2. Trastorno de identidad disociativo: inicialmente se conocía como trastorno de personalidad múltiple, puesto que el paciente siente la presencia de dos o más personas que hablan o viven en su cabeza y la poseen. Estas personas acostumbran a padecer también amnesia disociativa.
  3. Trastorno de despersonalización-desrealización: implica sentir desconexión con uno mismo, observar las propias acciones, sentimientos y pensamientos desde la distancia, como si de una película se tratase. También es posible que se perciban en la distancia o borrosas algunas personas o cosas, el tiempo puede transcurrir lenta o rápidamente y el mundo en general parece irreal. Los síntomas pueden durar solo unos instantes o ir y venir a lo largo de los años.

Pronóstico de la enfermedad

Los trastornos disociativos son patologías mentales que, en ocasiones, pueden poner en peligro la propia integridad física del paciente. Cada persona puede desarrollar el trastorno de distintas maneras, ya que según la causa este puede manifestarse con síntomas muy variados. El especialista en Psicología Clínica  o Psiquiatría evaluará el estado y procederá al tratamiento más efectivo, aunque es posible que el trastorno vuelva a aparecer al cabo de un tiempo.

Síntomas del trastorno disociativo

Los síntomas pueden variar según el tipo de trastorno que sufre el paciente, aunque los más comunes son:

  • Pérdida de memoria de ciertos periodos de tiempo, sucesos, personas e información personal.
  • Sensación de separación con uno mismo y con las propias emociones.
  • Percepción de distorsión de las personas y cosas del entorno.
  • Confusión de la identidad.
  • Estrés y problemas en las relaciones personales y en el ámbito laboral.
  • Incapacidad para afrontar situaciones de estrés emocional o profesional.
  • Problemas de salud mental como depresión, ansiedad y pensamientos y comportamientos suicidas.

*Los síntomas dependen del tipo de trastorno disociativo.

Pruebas médicas para el trastorno disociativo

Para el diagnóstico de un trastorno disociativo en primer lugar el especialista evalúa cuáles son los síntomas y descarta cualquier afección que pueda causarlos. También se realiza una exploración física, donde se analizan los antecedentes personales y se comprueba que el paciente no padezca también un trastorno físico como lesiones en la cabeza o enfermedades cerebrales.

Otra de las pruebas que se llevan a cabo es un examen psiquiátrico, donde el especialista pregunta al paciente sobre su salud mental y, si es preciso, también lo hará con los familiares.

Los síntomas pueden ser muy variados, por lo que es importante que el experto analice cada uno de ellos para entender cuáles pueden ser las causas del trastorno y qué tratamiento será el más efectivo para el paciente.

¿Cuáles son las causas del trastorno disociativo?

La causa principal de un trastorno disociativo puede ser la reacción a un trauma. En la mayoría de los casos suele darse en niños que han sido sometidos a maltrato emocional o físico y a abusos sexuales durante un largo periodo de tiempo, incluso haber vivido en un entorno doméstico aterrador. Por otra parte, el estrés de una guerra o una catástrofe natural también puede generar trastornos disociativos.

Los trastornos disociativos suelen comenzar como una forma de afrontar acontecimientos impactantes, angustiosos o dolorosos. Los trastornos se forman con mayor frecuencia en niños que sufren abusos físicos, sexuales o emocionales a largo plazo. Con menos frecuencia, los trastornos se forman en niños que han vivido en un hogar donde pasaron por momentos aterradores o nunca supieron qué esperar. El estrés de la guerra o las catástrofes naturales también pueden causar trastornos disociativos.

Cuando pasas por un acontecimiento que es demasiado para manejar emocionalmente, puedes sentir que estás saliendo de ti mismo y viendo el acontecimiento como si le estuviera sucediendo a otra persona. Escapar mentalmente de este modo puede ayudarte a superar un momento impactante, angustioso o doloroso.

Factores de riesgo

Tienes mayor riesgo de padecer un trastorno disociativo si has sufrido abusos físicos, sexuales o emocionales a largo plazo durante la infancia. Otros eventos impactantes, preocupantes o dolorosos también pueden ocasionar la aparición de trastornos disociativos. Pueden ser guerras, catástrofes naturales, secuestros, torturas, procedimientos médicos prolongados en los primeros años de vida u otros acontecimientos.

¿Se puede prevenir?

No es posible prevenir estos trastornos, puesto que se trata de una patología que aparece en motivo de un trauma o, simplemente, de repente sin saber cuál es su causa exacta. Los principales factores de riesgo son el maltrato, abusos sexuales, haber vivido una guerra, desastres naturales, torturas, etcétera. Es decir, periodos traumáticos.

Los niños que sufren abusos físicos, emocionales o sexuales corren un mayor riesgo de desarrollar afecciones mentales, como las disociativas. Si el estrés u otros problemas personales están afectando cómo tratas a tu hijo, busca ayuda.

Si tú o tu hijo sufrieron malos tratos u otro suceso impactante, angustioso o doloroso, acude inmediatamente a un médico u otro profesional de atención médica. Tu médico puede remitirte a un profesional de la salud mental que te ayude a ti o a tu hijo a recuperarse y a aprender las destrezas saludables para afrontar una situación difícil. O puedes ponerte en contacto directamente con los servicios de salud mental.

Tratamientos para el trastorno disociativo

La psicoterapia es el tratamiento principal para los trastornos disociativos. Se lleva a cabo mediante la conversación, hablando de los problemas del paciente y del trastorno. Siempre será el especialista en Psicología Clínica o Psiquiatría o ambos, quien decidan cuál es el método más efectivo para tratar al paciente, puesto que son patologías mentales.

Psicoterapia

La terapia conversacional, también llamada psicoterapia, es el principal tratamiento para los trastornos disociativos. Esta forma de terapia consiste en hablar sobre el trastorno y los problemas relacionados con él con un profesional de la salud mental. Busca un terapeuta con capacitación avanzada o experiencia con personas que han vivido traumas.

Tu terapeuta trabaja contigo para ayudarte a comprender la causa de tu enfermedad. También puede ayudarte a desarrollar nuevas formas de afrontar las situaciones estresantes. Con el tiempo, el terapeuta puede ayudarte a hablar más sobre los sucesos impactantes, angustiosos o dolorosos por los que has pasado. Por lo general, esto ocurre después de haber establecido una relación de confianza con el terapeuta y de haber adquirido las destrezas para mantener estas conversaciones con seguridad.

Medicamentos

Aunque no hay medicamentos que traten específicamente los trastornos disociativos, tu médico puede recetarte antidepresivos, ansiolíticos o antipsicóticos. Estos pueden ayudar con los síntomas de salud mental que forman parte de los trastornos disociativos. Siempre será bajo su consideración y prescripción.

Cuando debes consultar al médico

A veces, los síntomas del trastorno disociativo aparecen en una crisis con un comportamiento grave o impulsivo. Las personas con estos síntomas necesitan atención más urgente y en un departamento de emergencias de un hospital cuando la seguridad se convierte en una preocupación. Si tú o un ser querido presentan síntomas menos urgentes que pueden corresponder a un trastorno disociativo, ponte en contacto con tu médico u otro profesional de atención médica para obtener ayuda.

Pensamientos o conductas suicidas

Si tienes pensamientos de hacerte daño a ti mismo o a otra persona, llama inmediatamente al 911 o al número local de emergencias o acude a un departamento de emergencias.

Complicaciones

Padecer un trastorno disociativo aumenta el riesgo de complicaciones y de tener otras afecciones mentales. Estos pueden incluir:

  • Depresión y ansiedad.
  • Trastorno por estrés postraumático.
  • Trastornos del sueño, como pesadillas, insomnio y sonambulismo.
  • Síntomas físicos como aturdimiento o convulsiones que no se deben a la epilepsia.
  • Trastornos de alimentación.
  • Problemas con la función sexual.
  • Problemas con el uso de alcohol y drogas.
  • Trastornos de la personalidad.
  • Problemas importantes en las relaciones personales, en la escuela y en el trabajo.
  • Autolesiones o conductas de alto riesgo.
  • Pensamientos y comportamiento suicidas.


Top Doctors  / Mayo Clinic / Psic. Alexandro Aguirre Reyes

Masturbación: Beneficios y Mitos

La masturbación no sólo tiene beneficios físicos y psicológicos para el individuo, sino también cuando se practica en pareja. La mayor comunicación y conexión entre ambos miembros favorecerá relaciones sexuales más placenteras.

La masturbación es un tema tabú. Sí, todavía. Es cierto que la mayor educación sexual y los cambios socioculturales han logrado que muchas de las dudas que antes no se hacían por pudor o temores infundados se resuelvan hoy con naturalidad. Sin embargo, aún queda camino por avanzar en este ámbito. La masturbación se ha castigado duramente y se ha estigmatizado, viendo esta práctica como algo malo, como un vicio propio de personas desviadas, ya que se busca el placer en solitario sin ningún otro objetivo.

Sin embargo, lo cierto es que la autoestimulación de los órganos genitales conlleva numerosos beneficios, tanto físicos como psicológicos, y no sólo en la persona que la práctica, también cuando se realiza en pareja. En este sentido, la masturbación mejora la comunicación: Aumenta el autoconocimiento de nuestra sexualidad, por lo que a partir de la comunicación se puede explorar la sexualidad de cada uno y disfrutar de manera plena y satisfactoria de dichas relaciones sexuales. En otras palabras, se produce una mejora de las mismas al saber qué se quiere.

A su vez, la mayor comunicación favorece la intimidad o la conexión emocional entre ambos miembros de la pareja. Esto hace que se pueda incorporar más posturas y prácticas sexuales durante el encuentro, lo que fomentará el placer. Por otra parte, la masturbación reduce la presión asociada al rendimiento sexual de la pareja. Al incorporar la práctica autónoma, se reduciría la dependencia sexual respecto de nuestra pareja, liberando tensiones de rendimiento y aumentando el disfrute de las relaciones sexuales conjuntas.

Otro de los beneficios de la autoestimulación de los genitales es el aumento de la libido o el deseo sexual, lo que se refleja en una mayor frecuencia y calidad de las relaciones sexuales en pareja Además, la masturbación frecuente está vinculada a una mayor capacidad para lograr el orgasmo y la satisfacción sexual en las mujeres.

Todavía existe una gran influencia cultural machista donde los roles de género han sido limitados bajo un contexto patriarcal, de manera que los hombres han conseguido tener socialmente un mayor grado de libertad y menor cantidad de limitaciones respecto a su sexualidad que las mujeres. Esta situación, continúa, ha llegado hasta nuestros días: Podemos ver una aceptación cultural mucho más abierta de la masturbación masculina respecto a la femenina. Eso sí, reconoce que poco a poco se está produciendo “una normalización y aceptación de la sexualidad en todas las personas, independientemente del género e identidad sexual.

Beneficios físicos de la masturbación

Como se ha mencionado, la masturbación no sólo incluye beneficios psicológicos, sino también físicos. En este punto, señalo los siguientes:

  • Liberación de tensión y reducción del estrés y ansiedad.
  • Relajación muscular.
  • Mejora del autoconocimiento sobre su propia sexualidad, lo que resulta ser un proceso psicoeducativo. Esto redunda en una mayor calidad en la interacción sexual con la pareja, experimentando relaciones más plenas y satisfactorias.
  • Contribuye a elevar la lívido o deseo sexual.
  • Inducción del sueño, teniendo un efecto relajante debido a la liberación de estrógenos durante el acto sexual.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico, algo que ayuda a prevenir infecciones.
  • Aumento de la sensación de bienestar debido a la liberación de endorfinas, serotonina y dopamina. Esto produce un cambio sobre el humor y un incremento de la felicidad.

Mitos sobre la Masturbación 

Mejora la “potencia sexual”

Falso. Casi todo lo que dice que mejora la potencia sexual de los hombres es un mito, Para las personas crédulas, masturbarse a diario puede producir un aumento de confianza y un efecto placebo, pero poco más, ya que el concepto de potencia sexual no existe en literatura científica o en el ámbito de los profesionales sanitarios.

Si con el término potencia sexual nos referimos a estar adecuadamente preparados y sanos para nuestra vida sexual, la masturbación sí ayudará, ya que, tanto en hombres como en mujeres, fortalece el suelo pélvico, lo que repercute en la salud general de ambos.

Además, en el caso de los hombres, previene la disfunción eréctil y en el de las mujeres, la incontinencia urinaria, por lo que ayuda a mejorar la calidad de vida en todos los aspectos.

La masturbación ayuda a que tanto hombres como mujeres se encuentren mejor y que tengan un conocimiento más amplio de su cuerpo.

Tiene repercusiones en la piel

Verdadero. Masturbarse sí tiene repercusiones en la piel, pero positivas. Cuando nos masturbamos nuestro cuerpo se relaja, los vasos sanguíneos se dilatan y, por lo tanto, el riego sanguíneo aumenta, mejorando la piel y su oxigenación.

Cuando practicamos sexo, en compañía o en solitario, segregamos endorfinas y oxitocina lo que mejora el estado de ánimo y el aspecto físico y psíquico.

Masturbarse puede disminuir el placer sexual con la pareja

La forma de masturbarse influye en la respuesta eyaculatoria y orgásmica y en la sensibilidad de la persona que lo practica. Cuando lo hacemos nuestro cuerpo está más sensible y receptivo”, muchos hombres, tras haber tenido una eyaculación, están más sensitivos en la zona del glande y necesitan un tiempo para volver a ser tocados.

En el caso de las mujeres, continúa, tras el orgasmo, necesitan el mismo tiempo para no tocar el clítoris porque tanta excitación les genera una sensibilidad que puede llegar a ser molesta si se sigue estimulando dicha zona.

Sobre si mejora o no las relaciones en pareja, en el caso de la mujer, masturbarse puede ser clave a la hora de tener dificultades para alcanzar el orgasmo con la pareja”. Aquellas mujeres que utilizan a menudo vibradores con frecuencias altas de estimulación tendrán muchas dificultades para alcanzar el orgasmo durante la penetración, a pesar de que se rocen con mucha intensidad con sus parejas.

Aquellas mujeres que se masturban con las manos de forma directa van a tener más dificultad que las que lo hacen rozándose contra alguna superficie a la hora de alcanzar el orgasmo durante el coito.

Esta mayor sensibilidad en la zona puede parecer negativa para las relaciones sexuales en pareja, pero no lo es tanto. La masturbación permite conocer mejor nuestro cuerpo y saber dónde tocar para provocar más placer y eso ayuda a mejorar y potenciar las relaciones sexuales.

Cuanto más lo hagas más ganas tendrás de seguir haciéndolo

La masturbación es como el deporte. Cuanto más lo haces, más ganas tienes de seguir haciéndolo, es clave tener una rutina sexual a solas o con nuestra pareja para tener una mejor salud física y mental.

La masturbación es una actividad que debería mantenerse activa a lo largo de todo el ciclo vital, independientemente de que tengamos pareja o no. Dejar de hacerlo implica una conducta sexual clave para la salud sexual.

Esto no quiere decir que masturbarse a todas horas sea bueno y sano. La virtud está en el punto medio ya que hacerlo compulsivamente puede ser tan problemático como no hacerlo. Si la masturbación termina siendo compulsiva será necesario analizar si hay un problema de fondo que hay que abordar.

Los orgasmos son mejores

Los orgasmos con la masturbación no son ni mejores ni peores, sino diferentes. Todo dependerá del momento, la situación, la confianza y la comunicación que tengamos con la pareja o con nosotros mismos.

La principal diferencia es que en la masturbación la fantasía y la estimulación están totalmente controlados por nosotros mismos y eso nos asegura buenas experiencias, aunque el sexo con otra persona puede llegar a producir dosis de placer indescriptibles y orgasmos muy intensos, son dos formas diferentes de ver y entender el sexo.

Ayuda a la relajación

La masturbación ayuda a la relajación y mejora el estado de ánimo. La respuesta neuroquímica asociada a un orgasmo provoca efectos muy similares a un ansiolítico y un antidepresivo.

Cuando la masturbación es satisfactoria nuestro cerebro libera sustancias neuroquímicas como la serotonina y la oxitocina, que están relacionadas con sentimientos de relajación y felicidad, y la dopamina, también conocido como el neurotransmisor del placer.

Reduce las infecciones del tracto urinario

Todos los expertos coinciden en que no hay evidencia científica que señale que la masturbación reduce las infecciones urinarias. Lo que sí es cierto es que, en el caso de la mujer, con la masturbación las paredes vaginales se mueven y se expulsan fluidos y mucosidades. Además, el cuello del útero se abre y se moviliza. Todo ello puede ayudar a prevenir y eliminar bacterias que se pueden alojar en la zona y que pueden provocar infecciones.

Una adecuada y continua expulsión del semen a través de las vías y conductos también hace que no se acumulen bacterias.

Reduce el dolor menstrual

Aunque los orgasmos pueden tener un efecto analgésico, la realidad es que las mujeres con dolor menstrual medio o intenso suelen referir un aumento de dichas molestias ante la estimulación de la zona genital y erógenas durante la masturbación.

El efecto analgésico de la oxitocina y la serotonina ayudan a afrontar los dolores menstruales. Es más, en muchas mujeres aumenta el deseo sexual en esta fase del ciclo.

Reduce el riesgo de cáncer de próstata

Este beneficio es, tal vez, el más importante de todos los que tiene la masturbación para los hombres. Recientes revisiones científicas publicadas en los últimos años señalan que eyacular entre 2 y 4 veces a la semana está relacionado con un menor riesgo de sufrir cáncer de próstata. Estimularse la próstata con masajes específicos para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Perfeccionismo

Ser una persona perfeccionista conlleva muchos inconvenientes. Este rasgo está muy relacionado con altos niveles de ansiedad y falta de confianza y seguridad.

El ritmo de vida actual demanda cada vez más prisa, más eficacia y más resultados. La rutina se convierte en una carrera de fondo donde conjugar velocidad y aciertos es cada vez más complicado. Falta tiempo para todo y la perfección parece convertirse en una meta a la que debemos llegar, cueste lo que cueste. Sin embargo y aunque suene a paradoja, la perfección no siempre es perfecta, pues en muchas ocasiones y en contra de lo que se pueda pensar, conlleva muchos más inconvenientes que ventajas para nuestra salud física y mental.

Las personas perfeccionistas suelen ser rígidas en su pensamiento, muy críticas consigo mismas, disciplinarias e incansables en la consecución de metas personales. Pero además de esto, tienen otros dos factores muy relevantes que pueden acarrear algunos problemas: la ansiedad y el sufrimiento.

"Una persona perfeccionista es aquella que en todo momento está sufriendo y fomenta su inseguridad, ya que quiere llegar a una perfección tal que, o cree que la consigue o no dará por terminada la acción que realiza. Lo normal es que pierda tanto tiempo en realizar acciones cotidianas que tenga que descuidar su vida personal", y según casos reales de la consulta de este profesional, una persona lleva estudiando una oposición 12 horas diarias y finalmente, no se presenta el día de la prueba porque piensa que no ha repasado lo suficiente, cuando en realidad lleva meses haciéndolo.

El perfeccionismo está muy relacionado con una falta de confianza y seguridad. Por lo que, en extremo, suele dar lugar a comportamientos demasiados rígidos o controladores. "Sienten una gran presión que les produce mucho sufrimiento: nunca están conformes con el resultado de sus acciones y rechazan cualquier error o imperfección, relacionándolo con una falta de valía personal". Y ese es realmente, el verdadero problema: "Tanto aciertos como fallos, no siempre son valorados desde la objetividad, sino desde el fracaso personal".

Las personas que tienen este rasgo de personalidad suelen tener por regla general, altos niveles de ansiedad que sumado al factor de inseguridad mencionado anteriormente, "les llevan a un sufrimiento tan elevado, que pueden tener crisis de ansiedad, cansancio excesivo o incluso una falta de motivación".

Así lo confirma también un estudio elaborado por la Universidad de Brock, en Ontario. Después de examinar la relación entre perfeccionismo y salud física de 492 personas, de entre 24 y 35 años de edad, los resultados concluyeron lo siguiente: las personas perfeccionistas son más propensas a sentirse mal, y a quejarse de falta de sueño, dolor y fatigas que aquellas que no lo son. Además de que son personas que temen mucho un fracaso.

No obstante, las conductas perfeccionistas están relacionadas con muchas alteraciones, "dependiendo de la historia personal del sujeto y de sus rasgos de personalidad". De este modo, es frecuente que puedan somatizar con síntomas físicos como problemas digestivos, intestinales, cefaleas tensionales, jaquecas, dermatitis, etc. Y a nivel emocional, estos comportamientos pueden generar tensión y ansiedad, sobre todo en personas inseguras en las que el temor al rechazo les hace actuar en función de cómo creen que les gustaría a los demás y no de como realmente son. De forma que "cuando no consiguen esa aceptación que les gustaría, pueden sentir mucha insatisfacción y frustración, pudiendo desembocar en estados depresivos".

Este rasgo de personalidad no está considerado en los manuales diagnóstico como una patología como tal, por tanto, no hay estadísticas exactas. Pero si la persona no trata de solucionar este comportamiento, podría llegar a sufrir un trastorno obsesivo compulsivo o un trastorno anacástico de la personalidad. En este caso, la estadística nos marca una prevalencia aproximada del 2.3% de la población. "Las personas demasiado perfeccionistas podrían llegar a tener el temido trastorno obsesivo-compulsivo, que les marcará cada vez más apartados de su vida y tendrán que ir a un facultativo para poder disminuir los síntomas de ansiedad y malestar".

Normalmente una persona perfeccionista lo empieza a ser desde niño. Suelen empezar en la fase de estudiantes e ir ampliando esta característica a otras facetas de su vida. No tiene por qué ser perfeccionista en todas las áreas, pero lo normal en que si lo es una se extienda también a las demás.

Una persona muy perfeccionista tendrá la virtud de repasar muchas veces su trabajo, pero esto supone un contra: perderá mucho tiempo en estas revisiones y será lento en la ejecución. Emplea normalmente, mucho más tiempo que sus compañeros en realizar ciertos trabajos y esto conlleva a ese temido sufrimiento. La parte positiva de esta conducta es que su trabajo será impecable, puesto que lo han revisado varias veces antes de entregarlo.

El perfeccionista es una persona que ama con la misma intensidad que es capaz de criticar su realidad, por lo que es constante, afectuosa de manera intensa y leal. Pero lo negativo de esta conducta es inversamente proporcional: suele ser la persona más odiada y la primera prescindible en grupos sociales.

Suelen ser exigente con el otro, autocrítico y rígido de pensamiento y comprensión de la vida. Es apasionado y gran compañero, amante y amigo donde lo da todo por el otro porque la relación también es algo en lo que no puede fallar. En cuanto a la amistad, (como relación emocional y sentimental) es exactamente igual de perfecto. "El pro sería su autenticidad e intensidad y el contra la dificultad en sus relaciones".

En las relaciones de pareja, pueden buscar lo que desearían ser, como por ejemplo una persona no tan perfeccionista que a su vez es mucho más natural en su manera de ser, con índices bajos de ansiedad, elevada autoestima y seguridad en sí misma. Entonces, ¿valoramos la imperfección en otro?

"No es que valoremos más la imperfección, es que es más fácil que nos sintamos reflejados en ella, permitiéndonos a la vez identificarnos con los demás y aceptarnos mejor a nosotros mismos, lo que contribuye a mejorar nuestro equilibrio emocional haciéndonos más libres".

Lo importante, como todo en la vida es buscar el punto medio. Tener ambición de ser perfectos en la vida es bueno, "siempre y cuando no afecta a nuestro equilibrio emocional y bienestar personal", sostiene esta profesional. Y es que no todo es blanco o negro en la vida: "El perfeccionismo como cualidad humana puede ser bueno, pero siempre y cuando sepamos controlar desde la emotividad.

El Mundo

Cómo superar el perfeccionismo

No existe una intervención específica para el perfeccionismo desadaptativo, ya que no se encuentra categorizado como un trastorno mental. Sin embargo, sí es posible realizar un tratamiento del perfeccionismo orientado a trabajar aquellos componentes o elementos del perfeccionismo que resultan disfuncionales. Este tratamiento suele abordar los pensamientos y las conductas relacionadas con el perfeccionismo, así como el desarrollo de la autocompasión en relación a los errores y fracasos. En el siguiente artículo encontrarás qué es la autocompasión y cómo aplicarla.

Por un lado, la intervención se centra en que la persona sea capaz de identificar aquellos pensamientos o distorsiones de pensamiento que se encuentran en la base del perfeccionismo. Algunas de estas distorsiones cognitivas son el pensamiento catastrófico (por ejemplo “si me equivoco al hablar se reirán de mí y nunca querrán relacionarse conmigo”) o el pensamiento dicotómico o todo o nada (“he tenido un fallo en el trabajo, he fracasado por completo”). Después de esta identificación se intenta que la persona sea capaz de reemplazar estos pensamientos por otros más realistas y útiles, enfatizando la utilidad de estos nuevos pensamientos.

Por otro lado, se busca que la persona sea capaz de tomar perspectiva y percibirse y juzgarse a sí misma desde el exterior y no desde los estándares propios. Se realizan ejercicios orientados al desarrollo de la autocompasión en los que la persona con perfeccionismo se hable a sí misma y se juzgue como lo haría con una amistad, desarrollando una mayor flexibilidad y comprensión por sí misma.

Finalmente, se puede hacer uso de la técnica de exposición ante las situaciones temidas por la persona para reducir este miedo y ansiedad de manera progresiva. En estas exposiciones la persona realiza pequeños errores a propósito y de manera gradual, para enfrentarse al miedo de ser imperfecto. Gradualmente, se espera que el malestar ante la imperfección disminuya y se sientan cómodas ante un nivel mayor de tolerancia al error. Es recomendable realizar ejercicios de relajación y respiración para ayudar a bajar los niveles de ansiedad. También con esta exposición se ponen a prueba los pensamientos catastróficos que poseen las personas perfeccionistas, porque ven que las consecuencias nefastas que anticipaban no llegan a hacerse realidad.

Psicología On Line