Escuelas que piensa,
nación que aprende
Algunas consideraciones
acerca del "placer de aprender"
tiene que ver con disfrutar de la experiencia del aprendizaje. Esto es: vivir el aprendizaje
como una experiencia estimulante. Es saborear el proceso. No basta con sentirse
bien por haber alcanzado, al final, unos objetivos y constatar, tras una
evaluación, que has llegado a la meta. Esto también es agradable pero, para
llegar ahí, no es necesario que el camino sea placentero. Puede ser muy
doloroso o, como poco, aburrido y un tanto frustrante.
El ser humano durante su existencia se
enfrenta con la búsqueda de la felicidad como fin superior, en ese proceso
entra en contacto con una serie de elementos que le permiten lograr este
objetivo pero de manera efímera, pasajera, lo que hace posible que este proceso
se transforme en una espiral ascendente que va de encuentro tras encuentro con
la felicidad, alternando con la desdicha y los estados que pueden llamarse de
neutralidad.
Ese estado de logro
cada vez que aparece genera en el ser humano un estado al que hemos denominado
de placer. Situación esta que establece en el ser una condición de armonía,
equilibrio, sinergia con el entorno y que en la medida que se presenta con
mayor frecuencia tiende a originar una atmósfera de éxito que refuerza la
personalidad triunfadora, entronizando características que en todo momento
deben asumirse con cautela, ya que tanto el éxito como el fracaso son dos
impostores, nunca se deja de triunfar ni de fracasar, ya que en todo momento se
debe mantener la esperanza del logro.
El éxito y el fracaso
están íntimamente relacionados con el aprendizaje y en este sentido el ser
humano ha asumido que cuando el proceso es exitoso es placentero y es así como
en su continuum del crecimiento, él se desplaza desde el nivel de dependencia,
al de independencia y en tercer lugar a la interdependencia, aprendiendo
continuamente, sintiendo y disfrutando cada aprendizaje trascendente o no, de
acuerdo a su sistema de valores.
Cuando el proceso de
aprendizaje esta adobado con elementos negativos como un ambiente poco
agradable, un "mediador" autoritario, con deficiencias en el
proceso de comunicación, poco asertivo, reactivo, el nivel de logros para el
discente o aprendiz es sumamente traumático y separado del placer. Aspecto este
que en los procesos de aprendizaje del sistema educativo actual, minimiza la
velocidad y la calidad de lo que se aprende.
En la relación entre Neurociencia y Educación hay dos puntos
relevantes para un óptimo aprendizaje:
En primera instancia,
el estado de ánimo del alumno ó la predisposición que éste tenga hacia la
captación de una información novedosa. Si el alumno está contento, la
información recepcionada será aprendida con mayor facilidad, de lo contrario,
las horas frente al profesor poco o nada habrán valido la pena.
En segundo lugar está
la metodología empleada muy importante en la enseñanza porque depende en gran
parte de la manera cómo el estudiante se predisponga para aprender.
Asimismo, se sabe que
son las emociones las que conducen la memoria, esto significa que si las
emociones son placenteras, el rechazo a información novedosa será menor, y por
ende, el aprendizaje más efectivo.
Para la neurociencia al
cerebro se le agiliza el aprendizaje mediante esquemas, mapas, gráficos y
cualquier otra herramienta que permita la formalidad y el orden. La información
mostrada de forma organizada y estructurada incorpora una actitud positiva para
captar la atención del alumno. Dicha información se maximiza cuando ésta se
relaciona con aprendizajes previos, es decir, vivencias personales que los
alumnos tienen y que permiten entender mejor lo aprendido.
Estrategias para convertir la información en
conocimiento. Cómo atravesar los filtros cerebrales que limitan el aprendizaje.
Todo lo que aprendemos
llega a nuestro cerebro a través de los sentidos y es procesado, almacenado y
activado a través de una serie de eventos eléctricos y químicos. Sin embargo,
el cerebro no está equipado para procesar los millones de bits de información
sensorial que lo bombardean por segundo. Hay obstáculos que toman la forma de
filtros y protegen al cerebro de una sobrecarga de información, focalizando la
atención sólo en la información sensorial crítica para la supervivencia.
El objetivo de una
enseñanza exitosa es controlar el fluido de información que pasa a través del
SAR ( el sistema de activación de la atención) de los alumnos para que, de este
modo, la información más útil, la que se puede convertir en conocimiento,
alcance las redes neuronales cognitivas superiores en los lóbulos prefrontales.
El placer de aprender
está ligado también a un conjunto de elementos internos y externos, ambos
controlables, sobre todo lo relacionado con la alimentación la cual influye
profundamente en la química del cerebro y en consecuencia en su funcionamiento.
En la medida que la alimentación es sana e integral de esa manera responderá el
cerebro. Igualmente mientras mayor es el porcentaje de alimentos procesados y
envasados con sustancias para preservar es menor la posibilidad de un buen
rendimiento mental. Es necesario reforzar la alimentación con minerales los
cuales son indispensables para la síntesis de neurotransmisores responsables de
la comunicación inter-neuronal. De allí que de acuerdo a la exigencia que se
pretenda del cerebro habrá un alimentación más adecuada para esa situación no
tanto en cantidad sino en calidad. Esta alimentación deberá ser acompañada por
buena respiración, pensamiento positivo íntimamente conectado con el manejo de
las emociones.
Se debe entonces, para
lograr que el proceso de "aprender sea un placer", buscar por todos los
medios posibles, que el ambiente sea agradable, que el trato entre docente y
discente sea de respeto, de compromiso con el aprendizaje, de armonía,
participativo, con un elevado nivel de comunicación, proactivo, sinérgico,
creativo, divertido, flexible, en condiciones que aceleren y califiquen
altamente el aprendizaje, donde el placer de aprender no sea lo más importante,
sea lo único.
El proceso aprendizaje
está en sintonía con el cerebro límbico (emocional o de los afectos) que
propone el modelo TRIUNO. Ese sector del cerebro, es el encargado de filtrar
lo que almacenamos o rechazamos como aprendizaje. Es él, responsable de la
motivación. Es donde se expresa al máximo el hecho de que algo te guste o no,
para aprenderlo. Es el responsable de celebrar permanentemente la acción de
aprender.
Las nuevas
organizaciones para el aprendizaje deben estar regidas por los principios del
aprendizaje y no de la enseñanza y sustentando las características que siguen:
· Ser flexible,
personalizada, coherente, pertinente y comprometida con los problemas del
entorno, el cual se sentirá comprometido e identificado con ella.
· Formar parte interna
y externa de redes y no verse restringida por el espacio físico, geográfico o
temporal, fundamentalmente con los demás niveles del sistema educativo.
· Ser inclusivo, debe
acoger estudiantes con demostrables méritos, elevado esfuerzo, perseverancia,
determinación y capacidad.
· Comprometerse a
brindar al estudiante un ambiente institucional adaptable.
· Estar abierto a los
conocimientos originales y creativos.
· Ser auto-organizado
en torno de principios centrales, creencias y un fin compartido y elaborado
entre todos.
· Ser intergeneracional
en la configuración de las vivencias educativas.
· Ser flexible, heterogéneo
e innovador.
· Estar centrado en la
investigación, la cognición compleja, la búsqueda de problemas y sus soluciones
altamente vinculadas al entorno.
· Acoger la ambigüedad
y la paradoja como elementos importantes para el avance.
· Ser lúdico,
responsable y amorosa.
· Ser sustentador de
procesos de aprendizaje placenteros
“La motivación, la autonomía,
la personalización, la conexión, la practica y lo personal”
Las organizaciones para
el aprendizaje del siglo XXI deben ser organismos dinámicos, adaptables y
auto-organizados, no sólo capaces de remozarse, crecer y cambiar, sino además diseñadas para ello, promoviendo al individuo
y a la sociedad, la libertad y la responsabilidad, la unicidad y la
interdependencia, el misterio y la claridad, la tradición y la innovación, se
debe interesar tanto por la naturaleza del aprendizaje como por los métodos de
instrucción. Entendiendo que el aprendizaje nos ha acompañado a cada paso de
nuestra vida desde la primera respiración; es la transformación que tiene lugar
en el cerebro cada vez que se integra en él una información nueva, cada vez que
se adquiere el dominio de una nueva habilidad.
Solo será posible el
aprendizaje en su justa dimensión holística cuando sea de equidad: que
haga de los más marginados a través de los más favorecidos, sean un ejemplo
vivo del ganar, ganar sin egoísmos, debe ser de todos y para
todos, sera el placer de aprender siempre.