lunes, 18 de febrero de 2019

Trauma Psicológico

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) creado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, lo define como una exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, tanto de manera real como en forma de amenaza. Incluyen en el trauma tanto la experiencia directa, como la presencia, el conocimiento del suceso y la exposición reiterada a detalles repulsivos
¿Qué es el Trauma Psicológico?

El Trauma Psicológico es el resultado de la exposición a un acontecimiento estresante inevitable que sobrepasa los mecanismos de afrontamiento de la persona. Cuando las personas se sienten demasiado sobrepasadas por sus emociones, los recuerdos no pueden transformarse en experiencias narrativas neutras. El terror se convierte en una fobia al recuerdo que impide la integración (síntesis) del acontecimiento traumático y fragmenta los recuerdos traumáticos apartándolos de la consciencia ordinaria, dejándolos organizados en percepciones visuales, preocupaciones somáticas y re-actuaciones conductuales.

¿Cuándo se produce un Trauma Psicológico?

Los sucesos o acontecimientos traumáticos pueden clasificarse en dos categorías:

1.Intencionados: agresiones, relación de violencia en la pareja, terrorismo, secuestro, tortura, muerte de un hijo, abuso sexual y maltrato infantil.
2.No Intencionados: accidentes, catástrofes naturales o muertes repentinas por enfermedad.

Este factor de clasificación es importante e influyente en la percepción por parte de la persona del acontecimiento traumático. La gravedad, duración, proximidad (grado de exposición) y frecuencia del trauma son también variables importantes. Constituyendo además factores de génesis para un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

20 síntomas característicos tras un Evento Traumático: El Trauma Psicológico
  1. Síntomas emocionales, sentimientos como humillación por lo sufrido, culpa pensando que se hizo algo malo para que ocurriera, ira e injusticia por no haber podido evitarlo o por sentir que no debería haber ocurrido.
  2. Pérdida de confianza personal, incluso de confianza hacia la vida, experimentando sentimientos de indefensión y desesperanza.
  3. Irrupción de ideación suicida.
  4. Presencia de ansiedad cognitiva y conductual, a través de rumiaciones y evitaciones.
  5. Presencia de ansiedad fisiológica, experimentando activación física intensa y conductual manifestada en sobresaltos.
  6. Sintomatología depresiva: apatía, pérdida de disfrute, tristeza…
  7. Preocupación constante por el trauma, con tendencia a revivir el suceso (re-experimentaciones o flashbacks).
  8. Sensación de peligro constante.
  9. Comportamientos autodestructivos o peligrosos, elevada impulsividad…
  10. Alta reactividad a estímulos emocionales e inestabilidad afectiva.
  11. Cambio en el sistema de valores, especialmente la confianza en los demás y la creencia en un mundo justo.
  12. Baja autoestima.
  13. Consumo de alcohol u otro tipo de drogas o fármacos.
  14. Problemas en las relaciones interpersonales, aislamiento, modificación de la manera de vincularse con los demás (dependencia emocional).
  15. Percepción de incontrolabilidad y vulnerabilidad recurrentes, experimentando temor a vivir en un mundo que se percibe como peligroso.
  16. Alteraciones en el ritmo y contenido del sueño.
  17. Somatizaciones.
  18. Problemas sexuales.
  19. Problemas con la alimentación (disminución o aumentos considerables del apetito, desregulación de pautas alimentarias o ingestión elevada de alimentos poco saludables).
  20. Alteración de la actividad cotidiana de la persona.
Indicadores de trauma en el infante: pueden ser trastornos del sueño, afecciones gastrointestinales, ansiedad, inquietud, ira, violencia, agresión, depresión y apatía.

Los traumas pueden ser heredados por la madre desde el vientre y estar presentes antes de que la persona tenga memoria racional o consciente. Si la mujer tiende a la angustia, es aprensiva o padece alguna situación durante su embarazo, el bebé puede nacer con un sistema desregulado. “Cuando un bebé tiene problemas físicos, llora mucho, tiene reflujo o no pude dormir, tiene un sistema nervioso desregulado, lo mismo ocurre cuando crece, va a la escuela y presenta trastorno por déficit de atención”.

Principales efectos de un trauma psicológico

Ahora que ya hemos conocido los principales síntomas que presenta un trauma, podemos pasar a hablar de los efectos que origina. Y es que en este caso, podemos encontrar los principales efectos en el individuo:
  1. Trastornos físicos y psicológicos: Uno de los principales efectos de un trauma reside en los diferentes trastornos que puede ocasionar, tanto en el plano físico como en el psicológico.
  2. Estos trastornos, de no tratarse a tiempo y de la mano de un especialista, pueden llegar a hacerse crónicos y potenciar a su vez otra serie de trastornos y fobias.
  3. Problemas de adaptación: La suma de la evitación con los trastornos anteriormente comentados, crean una serie de problemas de adaptación en el individuo, que le impiden llevar una vida normal.
  4. Trastornos crónicos: Es la persistencia de los traumas psicológicos que con el tiempo puede ocasionar una serie de efectos crónicos. Por ello, resulta necesario tratar este tipo de situaciones a tiempo  a través de un especialista en salud mental que pueda ayudar con la terapia adecuada.
Una amenaza contra el bienestar físico y emocional

Se cree que estos padecimientos son psicológicos, pero en realidad son fisiológicos: se quedan en el sistema nervioso y en el cerebro. Quien vive con traumas, considera que su cuerpo no es un lugar seguro donde estar, pero tampoco lo es el mundo, y cuando una persona no se siente segura, no puede aprender ni jugar”.

¿Se puede superar un trauma psicológico?

Una vez que conocemos todos los síntomas y efectos del trauma, nos surge una pregunta clave: ¿es posible superarlo? Y en ese caso, ¿cuál es la mejor vía para hacerlo?.

Lo cierto es que un trauma psicológico puede superarse si se pone el caso en manos de psicólogos profesionales.  Lo más recomendable es que, tras sufrir una experiencia amenazante en la que se haya experimentado un sobresalto emocional, se acuda a un profesional de la salud mental y poder tratar sus posibles efectos cuanto antes.

Red


martes, 12 de febrero de 2019

¿Qué es la Psicosis Reactiva?

La psicosis es una alteración de la percepción, la conducta, las emociones y el pensamiento que pueden llevar a las personas a experimentar una grave desconexión con la realidad.
La psicosis reactiva es un trastorno psicológico poco común en cual se dan periodos de comportamiento psicótico de manera repentina y de poca duración. Estos comportamientos psicóticos pueden llegar a ser desde alucinaciones, delirios o confusión entre otros.

Causas

Aunque las causas de este trastorno no están del todo claras, hay una posible relación genética importante para su desarrollo. Parece ser que es más común que esta condición aparezca en personas que tienen familiares que padecen o han padecido desórdenes psicóticos o del estado de ánimo, como esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión.

La psicosis reactiva es un trastorno que no solo se desarrolla por causas biológicas o genéticas, sino también contextuales. Así, un evento traumático como una pérdida trágica o un accidente violento, pueden desencadenar este estado de alteración y desconexión de la realidad.

Además, otras características de la personalidad como unas habilidades de afrontamiento pobres, pueden hacer más propensa a una persona a reaccionar de esta manera desadaptativa  como arma de defensa ante una realidad muy estresante.

Este padecimiento afecta con mayor frecuencia a las personas entre los 20, 30 y 40 años. Las personas que padecen trastornos de personalidad corren un riesgo mayor de sufrir este tipo de psicosis.

Síntomas

La sintomatología abarca desde delirios, alucinaciones o desorientación, hasta comportamiento catatónico y alteraciones de la atención y la memoria.

1.- Delirios: Los delirios conforman una serie de creencias que, aunque el paciente cree firmemente en ellas, no poseen ningún tipo de base lógica, ni pueden ser demostradas de ninguna manera.

A pesar de que existan diversos tipos delirios, en el trastorno psicótico breve predominan los delirios de persecución, de grandeza y los delirios de referencia.

2.- Alucinaciones: Asimismo, otro de los síntomas más comunes dentro de las alteraciones psicóticas son las alucinaciones. En estas, la persona percibe de forma real hechos o imágenes que nunca han tenido lugar y en los que cree por completo no percibiéndolos como alucinaciones.

3.- Pensamiento y lenguaje desorganizado: Mientras dura el episodio de psicosis, la persona abandona cualquier relación lógica de sus pensamientos, apareciendo las ideas de forma caótica y desorganizada.

A raíz de este pensamiento desorganizado, el paciente experimenta alteraciones en los procesos de atención y memoria, así como grandes dificultades en el lenguaje y el habla. Algunos ejemplos de estos síntomas son hablar incesantemente del mismo tema, pasar continuamente de un tema a otro, y presentar un discurso lleno de incoherencias.

4.- Comportamiento catatónico: Dentro del comportamiento catatónico pueden incluirse un gran número de alteraciones motrices. Estas alteraciones incluyen parálisis o inmovilidad, hiperactividad, inquietud o excitación o mutismo. Asimismo, también se incluyen movimientos estereotipados, ecolalia o ecopraxia.

5.- Otros síntomas: Además de todos los síntomas mencionados anteriormente, existen una serie de comportamientos o conductas directamente relacionadas con este tipo de trastorno. Estas señales incluyen:
  • Desorientación.
  • Comportamientos o conductas extrañas.
  • Cambios importantes en los hábitos diarios.
  • Descuidar la higiene y el cuidado personal.
  • Imposibilidad de tomar decisiones.
Los síntomas no se deben al consumo de alcohol ni de otras drogas y duran más de un día, pero menos de un mes.

Existen tres tipos de psicosis reactiva breve:
  1. Psicosis reactiva con un factor externo desencadenante claro: En este tipo de psicosis reactiva existe un factor clave externo que ha desencadenado el trastorno y que puede detectarse con claridad, normalmente un evento estresante o traumático que lleva a la persona afectada a un nivel de ansiedad o estrés elevados.
  2. Psicosis reactiva sin un factor desencadenante obvio: Es el trastorno psicótico breve que aparece sin que aparentemente haya ocurrido un evento estresor o traumático previo.
  3. Psicosis reactiva durante el periodo postparto: Este tipo de psicosis reactiva aparece en mujeres durante las primeras semanas tras haber dado a luz, sin embargo, este subtipo no es un fenómeno especialmente común.
Pruebas y exámenes

Una evaluación psiquiátrica puede confirmar el diagnóstico. Un examen físico y pruebas de laboratorio pueden descartar una enfermedad como la causa de los síntomas.

Tratamiento

Por definición, los síntomas psicóticos desaparecen por sí solos en menos de un mes. En algunos casos, la psicosis reactiva breve puede ser el comienzo de una afección psicótica más crónica, como la esquizofrenia o el trastorno esquizoafectivo. Los fármacos antipsicóticos y/o antidepresivos pueden ayudar a reducir o detener los síntomas

Durante el desarrollo de la psicosis reactiva, los profesionales de la salud suelen evaluar los síntomas para descartar otras causas y además, los pacientes suelen ser supervisados con miras a controlar un posible daño a sí mismos o a los demás y los profesionales pueden acompañar el tratamiento con psicoterapia para conseguir que el paciente comprenda lo que le está sucediendo y pueda manejar los síntomas de manera más eficaz y pueda ayudarle a enfrentar el estrés emocional que desencadenó el problema.

Expectativas (pronóstico)

La mayoría de las personas con este trastorno tiene un buen pronóstico. Se pueden presentar episodios de recaídas en respuesta al estrés.

Posibles complicaciones

Como sucede con todas las enfermedades psicóticas, esta afección puede perturbar gravemente la vida y posiblemente llevar a violencia y suicidio.

Cuándo contactar a un profesional médico

Llame para hacer una cita con un profesional en salud mental si presenta síntomas de este trastorno. Si está preocupado por su propia seguridad o la de otra persona.




Referencias
Psychology Today. Brief Psychotic Disorder
American Psychiatric Association. Schizophrenia spectrum and other psychotic disorders. In: American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5th ed. Arlington, VA: American Psychiatric Publishing. 2013:87-122.
Freudenriech O, Brown HE, Holt DJ. Psychosis and schizophrenia. In: Stern TA, Fava M, Wilens TE, Rosenbaum JF, eds. Massachusetts General Hospital Comprehensive Clinical Psychiatry. 2nd ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2016:chap 28.

sábado, 26 de enero de 2019

Qué es el Apego Seguro y Cómo Fomentarlo

El apego seguro es la mejor garantía para que los niños tengan una infancia sana y una adultez serena. 
En función de cómo nos vinculemos con nuestros padres o cuidadores vamos a poder establecer mejores relaciones en nuestra etapa adulta. Muchas veces los psicólogos hablamos de apego seguro pero no nos detenemos a explicar la importancia de éste. Si alguna vez te has preguntado qué es el apego seguro, por qué es importante y cómo puedes facilitar la aparición de un apego seguro,  éste es tu artículo. A continuación resolveré cuestiones claves relacionadas con el vínculo afectivo.

¿Qué es el apego seguro?

 El apego es un tipo de vínculo que refleja el lazo afectivo duradero que se establece en el espacio/tiempo entre el bebé y el cuidador. El apego seguro se determina por la presencia de una persona en la vida del niño capaz de mostrarse sensible y atento a las necesidades del niño. Además, el cuidador se muestra empático y  favorece la experimentación de emociones.
El apego seguro o sano se caracteriza por:
  • El niño se esfuerza por mantener la proximidad con su cuidador.
  • Busca el contacto físico y emocional de manera repetida en el tiempo.
  • Se siente más seguro para explorar cuando tiene cerca de su figura de apego.
  • Cuando se separa de su cuidador, el niño siente ansiedad. Además, hace esfuerzos por atraer su atención.
¿Por qué es tan importante fomentar un apego seguro?

Los niños que han sido bien tratados durante el primer año y medio de vida desarrollan una mejor autoestima, confianza y autonomía a lo largo de su vida. Estos niños presentan mejores aptitudes para gestionar sus emociones y más seguridad en ellos mismos.

Además, a nivel social, estos niños mantienen relaciones más saludables. En función de la calidad afectiva que le aporten sus padres, ellos tendrán más posibilidades de llegar a tener una vida plena y equilibrada.

Durante los primeros meses se intenta averiguar su estado mental ante determinadas situaciones como cuando tiene hambre, sueño o se aburre. Algunos ejemplos de frases de sintonización son los siguientes: “¿Tienes hambre verdad?” “ o “Siento que te lo estás pasando bien”.

¿A cuántas personas puede apegarse un niño?

Un bebé tiene la capacidad de vincularse a 4-5 figuras, pero siempre tiene que haber una que prime sobre las otras en cuanto a disponibilidad, accesibilidad y tiempo. Esto es debido, a que para la mente humana es mucho más fácil organizarse con una mente que con cuatro.

El apego emerge entre los 6 y los 18 meses de vida y justo a los 12 meses es cuando más se consolida. A los 18 meses los niños ya han desarrollado estrategias para apegarse.  Es entonces, cuando hablamos de un periodo crítico.

Esto no significa que después no puedan generar apego seguro, pero va a ser más difícil de consolidarse. Por tanto, lo que se recomienda  es que el cuidador pase el máximo de tiempo con el bebé durante mínimo el primer año y medio de vida.

¿Qué dificultades pueden aparecer si los niños no generan un apego seguro?

La característica común de los niños que no han sido capaces de generar un apego seguro es una habilidad muy reducida para responder emocional y socialmente. Pueden presentar comportamientos intimatorios o violentos durante la infancia. Como consecuencia de su reducida habilidad, estos niños pueden generar comportamientos muy dependientes o inadecuadamente independientes. Así pues se van a encontrar con problemas emocionales recurrentes.

Lo contrario de un apego seguro, sería un apego evitativo, inseguro o ambivalente, donde los niños evitan o muestras comportamientos ansiosos frente a las figuras de referencias. Esto impide por ejemplo, que el niño se calme con mayor facilidad frente a situaciones de estrés.

Mostrarán comportamientos de apego no selectivo, se mantendrán simpáticos y confiados hacia nuevas personas. Estos niños además, son más vulnerables a ciertos problemas de ansiedad, rabia o depresión. Usualmente sus resultados escolares se ven gravemente influenciados y pueden presentar baja motivación y dificultades para vincularse con los demás.

7 claves para fomentar un apego seguro duradero

Claves necesarias para fomentar un apego seguro en los niños:
  1. Definir una figura de apego: Tener una figura de referencia, para llegar a tener una base segura interna le dará control sobre el mundo que le rodea. Esto no significa que los otros progenitores o cuidadores queden fuera del cuidado del bebé.
  2. Sintonizar emocionalmente con el niño: El adulto ha de ser capaz de entender los estados mentales del bebé, esto implica tratar de averiguar lo que le ocurre en el menor tiempo posible. Así se podrá dar respuesta a su necesidad y el niño se sentirá reconocido y atendido.
  3. Repetir las experiencias de apego: Aunque es muy importante la calidad de las interacciones con el niño, la cantidad será determinante. La repetición de las experiencias de apego (pasar tiempo con el bebé) van a solidificar las redes neuronales afectivas.
  4. Aceptar al niño tal y como es: La aceptación consiste en diferenciar al niño de su comportamiento. Por ejemplo, nunca digas a tu hijo: - “Eres torpe” al contrario, se puede utilizar:- “Te has caído pero seguro que la próxima vez tienes más cuidado”.
  5. Evitar la sobreprotección: Es normal que ciertos peligros provoquen en los padres emociones como: miedo, ansiedad o enfado. Sin embargo, es importante que el adulto acepte sus propias emociones para no transmitirlas al niño. Por ejemplo, en vez de decir: - "Cuidado, te vas a caer" Permitimos que el niño explore sus límites y capacidades propias.
  6. Poner palabras a lo que el niño siente, piensa o hace: No se trata de imponer el pensamiento del adulto sino de reconocerle como una persona independiente. Recordemos que los niños también tienen: deseos, emociones e intenciones propias. De esta manera le ayudaremos a comprenderse para que pueda llegar a regularse el mismo. Por ejemplo:-"Te noto cansado ¿quieres que nos vayamos ya para casa”
  7. Establecer normas y límites adecuados desde que los niños nacen: Es importante establecer conductas y respuestas consistentes. Adelantar y hacer predecible qué se espera de él y lo que está o no permitido. Por ejemplo, si el niño tiene una rabieta poder atenderlo de la misma forma cada vez.
El apego seguro les da confianza y alas para enfrentar su vida: Normalmente el tipo de apego que se genera entre los padres y los hijos, suele ser un vínculo seguro pero hay que trabajarlo día a día para que se mantenga en el tiempo. Estas pautas te ayudarán a establecer una dinámica saludable en casa y fomentarán la autonomía y seguridad de tus hijos. Para poder establecer una apego seguro lo más importante va a ser atender a los niños sintonizando con sus necesidades emocionales y físicas. Además, el apego seguro se va a construir dentro del amor y unos límites regulares mantenidos en el tiempo.

Si crees que necesitas ayuda para fomentar un apego seguro con tu hijo/a consúlteme y te ayudare con gusto a través de una psicoterapia infantil o familiar. 


Fuente: Psicoemocionat

lunes, 21 de enero de 2019

Estrés ¿Cómo se puede tratar? Sugerencias para su Control.

El estrés puede ser descrito como una situación de sobrecarga o de presión que afecta a una persona y que depende  tanto de las demandas de la situación, como de los recursos de la persona para afrontarla.
Así, se trata de un sentimiento de tensión física o emocional que se produce de manera automática y natural ante situaciones o pensamientos que nos resultan amenazadores, frustrantes o desafiantes.

Un nivel moderado de estrés es normal, ya que el ser humano debe ser capaz de adaptarse a múltiples situaciones. Por ejemplo, frente a una situación peligrosa, es positivo que la persona se ponga en alerta, para poder reaccionar de manera adecuada. Sin embargo, durante este proceso de adaptación, puede ocurrir que la persona no disponga de suficientes recursos para resolver el desafío al que se enfrenta, y la situación le supere, generando niveles de estrés excesivamente altos que pueden desembocar en distintos síntomas o consecuencias perjudiciales.

¿Cómo se puede tratar el estrés?
Es posible manejar de una manera adecuada el estrés para reducir y mitigar su impacto sobre nuestra  salud. ¿Cómo? Por un lado, actuando sobre su causa, y por otro, aumentando nuestra resistencia ante él, mediante herramientas que nos ayuden a aceptar esas circunstancias y mejorar nuestra conducta ante ellas, y con la incorporación de hábitos de vida saludables.

1. Tratamiento psicológico, que se puede abordar desde el punto de vista corporal, cognitivo y del comportamiento:
  • Técnicas corporales para la reducción de la actividad fisiológica: es posible aprender a reducir la sobre activación del organismo mediante el control de las propias reacciones corporales. Para ello, se emplean técnicas como la relajación muscular progresiva, el control de la respiración, la relajación mediante sonidos o la imaginación.
  • Técnicas cognitivas: consisten en modificar los pensamientos, sustituyendo los negativos y exagerados por otros más positivos y realistas.
  • Técnicas conductuales: su fin es modificar los comportamientos de la persona afectada, con el fin de que aprenda a comprender las situaciones de estrés.
  • Medidas higiénico-dietéticas: como llevar una dieta variada y equilibrada, dedicar tiempo a las relaciones sociales y al descanso y practicar ejercicio.
  • Tratamiento farmacológico: consiste en la prescripción de medicamentos como ansiolíticos –que eliminan la ansiedad–, antidepresivos -que tratan de suprimir los síntomas físicos y mentales provocados por el estrés-, o somníferos -para facilitar la conciliación del sueño y el descanso-.
2. Técnicas de autocontrol del estrés:
  • Relajación: permite la desactivación fisiológica del organismo, al tiempo que activa áreas del cerebro relacionadas con la atención y la resistencia al estrés.
  • Meditación y mindfulness: está demostrado que la meditación practicada de manera regular reduce el cortisol y la actividad del sistema nervioso simpático.
  • Yoga, tai chi y pilates: contribuyen a restablecer y mantener el equilibrio físico y psicológico.
  • Musicoterapia: la música también puede ser una herramienta frente a las situaciones de estrés. Mejor de ritmo lento y pausado, sin timbres agudos y sin que evoque recuerdos negativos.
Diez sugerencias para mantener el estrés bajo control que te ayudarán a afrontar con mayor eficacia las dificultades del día a día:
  1. Afronta las situaciones difíciles: En vez de postergarlas o evitarlas, hazles frente, ya que dejarán de angustiarte una vez las identifiques y resuelvas.
  2. Entrénate en la solución de problemas: Aprende a analizarlos de una manera lógica: define el problema, haz una lista con las posibles soluciones y otra de los pros y contras de cada una. Evalúa estas ventajas e inconvenientes y selecciona la alternativa más beneficiosa o menos perjudicial.
  3. Organiza bien tú tiempo: Planifica bien tu agenda del día, sin sobrecargarla de actividades y gestionando los imprevistos con flexibilidad. En caso de falta de tiempo, selecciona las tareas más importantes de acuerdo a las prioridades y, si es necesario, delega. Y, si aun así, la presión es excesiva, aprende a decir “no”.
  4. Te mereces un descanso: Asigna un espacio diario al ocio y a las relaciones personales, de manera que te quede tiempo para descansar y estar con tu familia, y también practicar tus aficiones o salir con amigos. El fin de semana, descansa, y tómate vacaciones de vez en cuando.
  5. Aprende técnicas de autocontrol: Practicar de manera regular actividades como relajación, meditación, mindfulness o yoga te ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y te proporcionará un mayor control de las emociones.
  6. Fomenta las relaciones personales y sociales y apóyate en ellas: Cuando sientas que no sabes cómo resolver un problema, pide ayuda o consejo a las personas en quienes más confías. Y ofrécete para apoyarles tú a ellos también: ayudar a los demás mejora tu propio estado de ánimo y reduce el impacto del estrés.
  7. Cuida tu dieta: Sigue una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya una gran cantidad de frutas y verduras. Mantén horarios regulares y tómate tu tiempo para comer con calma. Evita las bebidas con cafeína o alcohol o, si las consumes, hazlo con moderación.
  8. Haz deporte de manera regular: El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés y ayuda a que los episodios duren menos, además de fomentar una sensación de bienestar, siempre que no se haga por obligación. Se recomiendan dos horas y media de actividad aeróbica a la semana como correr, montar en bicicleta o nadar, siempre de acuerdo a tus capacidades.
  9. No restes horas de sueño: Descansado, afrontarás mejor cualquier conflicto o situación amenazante. Así, trata de ir a dormir siempre a la misma hora y descansa siete u ocho horas cada noche.
  10. Recurre a ayuda profesional si es necesario: Si sigues sin ser capaz de manejar el estrés, recurre a la ayuda profesional. Tu médico de cabecera podrá ayudarte a identificar el problema y derivarte a un especialista o terapeuta. Este te enseñará a modificar tus pensamientos y emociones y a desarrollar conductas que te ayuden a afrontar los problemas con una actitud más positiva.

Red

martes, 15 de enero de 2019

Trastornos del Sueño

Dormir es muy importante. Nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan descansar para poder rendir mejor al día siguiente. Si no dormimos, nos haremos más lentos y nuestra capacidad para concentrarnos será limitada.
Los trastornos del sueño provocan que este no se desarrolle con naturalidad. Es decir, te impiden dormir bien. Normalmente, las personas que tienen trastornos del sueño se identifican con alguna de las siguientes características:
  • Dificultades para conciliar el sueño y permanecer dormido.
  • Dificultad para permanecer despierto. Una somnolencia excesiva y exagerada te persigue constantemente.
  • Dificultades para mantener un horario regular de sueño.
  • Comportamientos inusuales durante el sueño que lo interrumpen.
Si te identificas con alguna de las anteriores características probablemente sufras un trastorno del sueño.

¿Quieres saber cuál?
  1. Insomnio: El insomnio es un trastorno que afecta a muchas personas. Se caracteriza por la incapacidad de poder conciliar el sueño o mantenerlo. En el insomnio podemos quedarnos dormidos, pero nuestro sueño puede cursar con múltiples despertares. Esto origina un mal descanso. ¿Te cuesta conciliar el sueño? ¿Te despiertas frecuentemente durante la noche? Ten cuidado pues puede que estés sufriendo insomnio. Además, las personas con insomnio duermen muy pocas horas a causa de esta afección. No conocen lo que es un sueño reparador.
  2. Hipersomnia: Se caracteriza por una somnolencia excesiva durante el día. A pesar de “haber dormido bien” tienes sueño durante el día, ¿por qué? Para descartar cualquier afección es recomendable ir al médico y también verificar que ningún fármaco que estés tomando sea el causante de esta hipersomnia. Quizás no descanses todo lo bien que debieras. Dormir muchas horas no implica un buen descanso. Investiga si es hipersomnia lo que padeces o tal vez un caso de fatiga crónica.
  3. Apnea del sueño: Si alguna vez durante tus horas de sueño te has quedado sin respiración, ¡cuidado! Tal vez padezcas apnea del sueño. Este trastorno provoca cansancio, dolores de cabeza, somnolencia, confusión, letargo…Las personas que sufren apnea del sueño suelen roncar bastante fuerte hasta que estos ronquidos se ven interrumpidos. Es aquí cuando surge la apnea. Esta puede provocar miedo a dormirse, además de la somnolencia provocada por el despertar repentino a causa de la imposibilidad de respirar.
  4. Narcolepsia: Este trastorno es similar a la hipersomnia solo que de forma aún más exagerada, si cabe. Las personas que sufren narcolepsia pueden quedarse dormidas ¡en cualquier lugar!  La narcolepsia es un trastorno que nada tiene que ver con descansar bien. De hecho, los sujetos que la padecen suelen tener un sueño profundo respetando las horas de dormir. Este trastorno puede originar molestias con las personas que están alrededor, pero es algo que la persona no puede controlar. Los periodos de quedarse dormido sin darse cuenta suelen durar tan solo unos minutos, pero se producen con mucha frecuencia a lo largo del día.
  5. Parasomnias: Abarcan comportamientos inusuales que suelen ocurrir durante el sueño y que provocan que la persona se despierte. Son varias las parasomnias que existen: el bruxismo, el síndrome de las piernas inquietas… Aquí mencionare algunas de estas Parasomnias:
  • Sonambulismo: Un trastorno en el cual la persona camina y se mueve como si estuviese despierta. Suele tener cura, aunque se sucede durante periodos de estrés y ansiedad. Esto provoca que la persona se levante muy cansada, pues el cuerpo en movimiento no logra reposar todo lo que debiera.
  • Somniloquia: Este trastorno consiste en hablar mientras uno está dormido. Pero no emitir sonidos sin sentido. Las personas con este trastorno pueden mantener ¡conversaciones reales!
  • Parálisis del sueño: La parálisis del sueño se caracteriza por la imposibilidad de moverse o hablar cuando se despierta. Suele sucederse durante periodos de mucho estrés como una reacción del cuerpo ante esa presión.
  • Terror nocturno: El terror nocturno afecta a muchas más personas de las que pensamos. Se caracteriza por sentimientos de verdadero terror que se manifiestan durante las primeras horas de sueño. Esto provoca cansancio y somnolencia durante el día.
  • Síndrome de las piernas inquietas: Es un problema del sistema nervioso que provoca la sensación de un impulso irrefrenable a levantarse y pasear o caminar. Usted se siente incómodo a menos que mueva las piernas. El movimiento detiene la sensación desagradable durante un corto tiempo. Generalmente, empeora con el paso de la edad y puede interrumpir el sueño.
   6.- Trastorno de conducta durante el sueño desincronizado: Tienes episodios repetidos de excitación durante el sueño en los que hablas, haces ruidos o tienes conductas motoras complejas, como pegar puñetazos o patadas, o hacer movimientos similares a los que haces mientras corres, que, muchas veces, se relacionan con el contenido de los sueños

Nota: Si padeces trastorno de conducta durante el sueño desincronizado, es importante que hagas un seguimiento con el médico.

¿Padeces alguno de estos trastornos? Su origen es muy variado. En ocasiones, aparecen como efecto de otras enfermedades y otras, constituyen factores de riesgo que favorecen la aparición de otras patologías. Por ello, el correcto diagnóstico y tratamiento de estos pacientes necesita un enfoque multidisciplinar, Para su diagnóstico se realiza una polisomnografía o prueba del sueño, que consiste en el registro durante la noche de las variables fisiológicas.

Fuente: Red/Compilador. * LaMenteesMaravillosa* 

martes, 8 de enero de 2019

Señales de que tu Mascota tiene Problemas Emocionales

¿Cómo saber si tiene problemas emocionales? 
"La salud mental de los animales no tiene nada que ver con enfermedades, sólo están manifestando las emociones de la forma en que han sido tratados”.

Nuestros perros y gatos mascotas pueden sufrir de fobias y otros desórdenes de ansiedad, como la que provoca la separación, y se pueden manifestar con síntomas muy similares a los que experimentan las personas cuando están deprimidas. 

Los perros demuestran que sufren síndrome relacionado con la separación manifiestan comportamientos de estrés. Durante el periodo que pasan solos mantienen un nivel de actividad elevado, mientras que decrece en los que no la padecen. Cuando los perros sufren una subida de estrés se vuelven más reactivos puesto que perciben su entorno como inseguro y, por lo tanto, viven en estado de alerta para defenderse de los peligros del mundo.

Es importante aprender sus necesidades reales y no humanizarlos, ya que esto puede generar ansiedad por separación. 

*Si tu mascota se está comportando fuera de lo normal, no la castigues ni le grites enseguida, podría estar pasando por algún problema emocional*
  • No se debe ignorar cualquier cambio significativo en el comportamiento de la mascota como:
  • Pérdida de apetito por largos periodos de tiempo.
  • Inactividad inusual.
  • Comportamientos destructivos cuando son dejados solos en casa.
  • Intentos de escaparse o de esconderse.
  • Presenta un comportamiento histérico.
  • Se le ve nervioso, deprimido o temeroso.
  • Se molesta o se siente amenazado con mucha facilidad.
  • No manifiesta curiosidad.
  • Reacciona con exageración al tacto o a los ruidos.
  • No puede hacerle frente a los problemas diarios más comunes.
Hay una señal que parece no fallar: "Si tienes que estar castigando a tu perro todo el tiempo, es porque algo anda mal.”

Tu mascota puede estar crónicamente estresado si:
  • Se le ve nervioso, deprimido o temeroso.
  • Se molesta o se siente amenazado con mucha facilidad.
  • Presenta un comportamiento histérico.
  • No manifiesta curiosidad.
  • Reacciona con exageración al tacto o a los ruidos.
  • No puede hacerle frente a los problemas diarios más comunes.
¿Qué se puede hacer por ellos? La ecuanimidad y la armonía emocional son esenciales para desarrollar el bienestar en el estado de ánimo propio y de las mascotas. “Hay que mantener unas condiciones lo más estables posibles en el entorno, a través de una rutina en la que se satisfagan las necesidades básicas del animal en cuanto a compañía, ejercicio físico y mental y enriquecimiento ambiental”
  1. Observar a la mascota con cuidado y objetividad.
  2. Poner especial atención a cambios a largo plazo y tomar nota de ellos.
"Una vez confirmes que el problema es real y no sólo un capricho en el estado de ánimo de tu mascota, consulta un veterinario conductista o un psicólogo animal entrenado con un diplomado otorgado por una sociedad profesional".

Es fundamental que los dueños conozcan lo que un perro necesita para vivir mentalmente saludable. Se recomienda que:
  • No lo castigues.
  • No te muestres molesto o amenazante.
  • No lo tengas en una jaula ni le pongas collares de ningún tipo.
  • No le lances palos ni pelotas.
  • No lo uses para ganar premios.
  • Déjalo ser curioso y permitirle explorar el mundo a través de sus sentidos.
  • Permitirle que construya su autoconfianza para que se enfrente a todo.
  • Aliméntalo bien y déjalo que duerma lo suficiente.
  • Bríndale compañía, limita las restricciones físicas y estimularlo mentalmente.
Cuando se habla de la salud mental de los perros, se habla de las emociones que resultan de la forma en que han sido tratados y de las condiciones en que han vivido.

"casi el 99% de los desórdenes emocionales de los perros se deben a fallas de las personas que han formado parte de su socialización (los primeros cuatro meses de vida son determinantes) y del ambiente en el que se desenvuelven".

Los estados de ánimo de los humanos tienen un reflejo directo en los animales de compañía. El olfato de un perro puede llegar a identificar a través de nuestras hormonas cuando vivimos un estado de miedo, ansiedad, rabia,… Además, identifican y distinguen perfectamente el tono de voz”. Los estados de alegría de nosotros son contagiosos y ante su manifestación equilibrada, desencadenará una fiesta de lenguetazos.

Solucionar nuestros miedos y resolver las situaciones que nos provocan ansiedad, será la base para ayudar al animal a superar sus problemas de conducta. Podemos aprovecharnos del espejo que nos proporcionan las mascotas para eliminar nuestros bloqueos. 


Compilador Red

martes, 18 de diciembre de 2018

10 Cosas que NO Debes Decir a Alguien con TDAH

Los mitos y las afirmaciones falsas que se vierten con tanta frecuencia resultan especialmente dañinos porque a menudo disuaden a los padres de niños con TDAH y a los adultos con TDAH de buscar tratamiento. Sin intervenciones y apoyos apropiados, muchos seguirán luchando inútilmente. Es importante corregir estas percepciones erróneas.
Si tú hijo(a) tiene TDAH, o lo tiene  cónyuge, o tú mismo es inevitable que te topes con negacionistas que simplemente no entienden el trastorno ni su impacto en la vida cotidiana, ya debiste de haber escuchado algunas de las siguientes afirmaciones erróneas y provocadoras sobre el TDAH, o quizá todas ellas. Si quieres servir de apoyo a quienes conviven con el TDAH, puede interesarte la siguiente lista: 

1. “El TDAH no existe. ¿Por qué no dejamos que los niños sean niños? “

2. “Todo el mundo tiene algo de TDAH. No es un problema serio.”

3. “El TDAH se diagnostica con demasiada rapidez y con demasiada frecuencia.”

Estas primeras afirmaciones erróneas tienen que ver con la existencia real del TDAH como trastorno. Tus amigos pueden decir inocentemente que han tenido un “momento TDAH” o que tienen “un poquito de TDAH”. Puedes oír a gente quejarse de que “no dejamos que los niños sigan siendo niños” o que “diagnosticamos demasiado rápidamente a un niño que tan solo es activo y lleno de energía”. Ciertamente, todo el mundo experimenta en ocasiones olvidos o falta de atención. ¿Y qué padre no ha vivido conductas descontroladas de sus hijos? Esto es algo normal. Sin embargo, para los niños y adultos con TDAH, es algo más que un problema ocasional. Para una persona con TDAH, los síntomas se presentan con tal intensidad que entorpecen de forma significativa la vida cotidiana.

4. “Si lo intentara con más ganas, lo haría mejor”

5. “Lo que tiene es vagancia.”

6. “La gente usa el TDAH como excusa para su mal comportamiento.”

A veces, la gente presupone erróneamente que si un niño o un adulto con TDAH “se esforzarse más”, le saldrían mejor las cosas. Esto puede llevar a etiquetar negativamente a la persona con TDAH: “Es un vago” o “Es apática, ni siquiera lo intenta.” Para echar más leña al fuego, es común que una persona con TDAH muestre altibajos muy llamativos en su rendimiento. Puede resultar desconcertante que alguien sea capaz de completar las tareas algunas veces de forma rápida y correcta, mientras que otras veces hace bastante mal esas mismas tareas. Este patrón de eficacia y corrección irregulares es algo común para alguien con TDAH, y puede ser desesperante para quienes no acaban de entender las limitaciones asociadas al trastorno. La verdad es que las personas con TDAH dedican una enorme cantidad de energía y esfuerzo a tratar de organizarse, concentrarse y mantenerse atentos. El TDAH no es una “excusa” para la conducta, pero a menudo es una “explicación” que puede guiarte hacia estrategias y formas de intervención que pueden ayudar a mejorar la gestión de los síntomas.

7. “Lo que ese niño necesita es más disciplina.”
8. “El TDAH es una consecuencia de educar mal a los hijos.”

Por desgracia, muchos padres de niños con TDAH tienen que hacer frente a este tipo de juicios sobre su forma de educar a sus hijos. Es directamente falso que la mala crianza de los hijos o la falta de disciplina en el hogar lleven al TDAH. Es cierto que los niños con TDAH pueden ser mucho más difíciles para los padres. Es fácil sentirte frustrado y dudar de tus propias habilidades como padre cuando tienes un hijo con TDAH, sobre todo cuando existen estas ideas erróneas en torno a las causas del TDAH. El TDAH es un trastorno neurobiológico cuyas causas principales son genéticas. Ciertamente, el entorno de una persona puede influir en la expresión del TDAH. Tanto a los niños como a los adultos con TDAH les benefician la disciplina, los hábitos y las intervenciones conductuales.

9. “Los estudiantes con TDAH que reciben adaptaciones juegan con ventaja.”

Si el TDAH afecta al aprendizaje y perjudica el rendimiento académico, el estudiante puede recibir apoyo y adaptaciones. El propósito de este tipo de atenciones especiales es garantizar que las necesidades educativas individuales de los estudiantes con discapacidad se cubran igual que las de aquellos sin discapacidades. No se trata de dar ventaja a los estudiantes con TDAH, sino de equilibrar el juego.

10. “El TDAH en las mujeres es menos grave que en los hombres.”

Es una equivocación muy común pensar que los síntomas del TDAH afectan menos a las niñas y mujeres que a los varones. El hecho es que las mujeres con TDAH experimentan problemas muy serios, que a menudo se pasan por alto. Las mujeres con TDAH suelen ser diagnosticadas erróneamente de depresión, ansiedad o trastorno bipolar. Las niñas con un TDAH no diagnosticado ni tratado tienden a internalizar mucho más sus problemas y corren un mayor riesgo de fumar, abusar del alcohol o las drogas, tener conductas sexuales promiscuas / embarazos / enfermedades de transmisión sexual, tener conductas autolesivas y, en general, muestran una menor autoestima en comparación con su homólogos masculinos. Al igual que los hombres con un TDAH no diagnosticado, las mujeres pueden tener un bajo rendimiento crónico. Las dificultades cotidianas que han de afrontar las madres con TDAH pueden hacer que la educación de sus hijos les desborde. Debido a la relación genética con el TDAH, muchas de estas mujeres estarán educando niños con TDAH; niños que requieren mucha más organización, atención y coherencia.


Fuente: How You Should Not Speak to Someone With ADHD 




jueves, 13 de diciembre de 2018

Sugerencias para Padres de Familia en la Detención de la Anorexia

Los trastornos de la alimentación son patologías graves. No obstante, su detección precoz aumenta considerablemente las probabilidades de curación rápida de los pacientes. Aquí se exponen algunas de las características más comunes y signos de alertas, si un adolescente está empezando a desarrollar una anorexia.
Las señales de alarma son aquellos comportamientos que pueden estar relacionados con la posible existencia de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). No se tratan de criterios diagnósticos y, por tanto, no confirman la enfermedad. Para diagnosticarla es indispensable que la persona que parece estar sufriéndola sea evaluada por profesionales de la salud mental. Pero a pesar de no ser válidos para diagnosticar un TCA, son señales que pueden informarnos sobre la presencia de la enfermedad, de modo que es recomendable que ante estas señales se consulte con un equipo de profesionales.

Indicadores para detectar la anorexia
  • Las cantidades de alimentos son cada vez más pequeñas.
  • Evita las comidas familiares, argumentando que tiene que estudiar, que le duele la cabeza o el estómago o que ya ha comido fuera.
  • Su humor empieza a cambiar. Se irrita con facilidad. Alterna cambios de ánimo que van de la depresión a la euforia.
  • La pérdida de peso empieza a ser aparente y no existe una causa concreta que lo justifique.
  • Aumenta su actividad física, deporte y está siempre activa.
  • Desea preparar la comida y cocina para toda la familia.
  • Empieza a poseer un elevado conocimiento de los alimentos, su valor nutricional, sus calorías, etc.
  • Niega incesantemente que tenga un problema con la alimentación.
  • Se aísla cada vez más de la familia y amigos.
  • Duerme poco y su capacidad de concentración disminuye.
  • Nunca reconoce que está adelgazando, y asegura que está gorda/o.
  • Cada vez que come va al baño.
  • Juega con el plato y desmenuza los alimentos.
  • Empieza a restringir su alimentación, evitando cierto tipo de alimentos considerados calóricos.
Signos de alerta

Los padres lo pueden notar en detalles como:
  • Pérdida de peso inexplicada.
  • Ausencia o pérdida de menstruación en adolescentes (más de tres ciclos consecutivos).
  • Preocupación excesiva por perder peso en personas que ya están delgadas.
  • Mayor frecuencia de sensación de frío en comparación con otros compañeros.
  • Cambio en hábitos de vestimenta (ropa muy amplia), así como de horarios.
  • Modificación de los hábitos alimentarios.
  • Distorsión de la imagen corporal (jóvenes que se ven gordos, pero no lo están).
  • Tienen un miedo exagerado a engordar y lo reconocen abiertamente.
  • Están muy pendientes de los portales de información nutricional.
  • Uso de dietas muy restrictivas.
  • Evitan comer en público.
  • Beben agua excesivamente (para generar sensación de plenitud).
  • Negativa a mantener su peso adecuado.
  • Hacer deporte de manera compulsiva.
  • Personalidad muy perfeccionista. Jóvenes muy brillantes y con un excelente rendimiento académico.
  • Baja autoestima.
  • Tristeza porque sufren. Pasan de ser chicos felices e integrados a estar tristes e irascibles.
  • Pérdida de las amistades habituales.
  • Mienten para esconder su sintomatología.
Si tu hija(o) tiene anorexia o bulimia, hay algunas cosas que puedes hacer ayudarle a superar el trastorno siendo un apoyo para ella/el:
  • Lee sobre los trastornos de la alimentación, cuanto más sepas mejor entenderás con que estás tratando.
  • Demuéstrale tu amor por ella y que siempre estarás ahí para lo que necesite.
  • Sugiere actividades que pueda hacer y que no involucren la comida, como salir con sus amigas…
  • Pregúntale que puedes hacer para ayudarle.
  • Intenta ser honesto/a sobre tus propios sentimientos, eso le animará a hacer lo mismo con los suyos.
  • Trata de ser un modelo a seguir en el tema de la alimentación mediante una dieta balanceada y la práctica de ejercicio físico de forma adecuada.
  • Intenta que recupere su confianza en sí misma, por ejemplo, refuérzale o felicítale cuando vaya realizando avances en la alimentación, en el ámbito educativo…
Durante el tratamiento e intervención de la anorexia o bulimia, las comidas pueden ser momentos muy complicados, algunos consejos que te pueden ayudar son:
  • Si tu hija(o) está a tratamiento, pide consejo a los especialistas para afrontar las comidas de forma adecuada.
  • Sugiere a tu hija(o) que vaya a hacer la compra contigo y acuerda con ella las comidas.
  • Acuerda con la familia que nadie debe hablar de número de calorías, grasas presentes en determinados alimentos, etc.
  • Intenta crear una atmósfera positiva durante las comidas.
  • Si tu hija(o) intenta ayudar en la preparación de los alimentos para así continuar controlando la alimentación, pídele amablemente que permanezca sentada en la mesa o que realice otra tarea.
  • Intenta no focalizar la atención en ella/el durante la comida, disfruta tu propia comida y trata de crear una conversación distendida.
  • Sugerir una actividad después de comer como ver la tele, puede ayudarle a distraer su atención de realizar conductas purgativas.
  • No te desesperes si al principio la comida no va bien, es un proceso lento.
El tratamiento psicológico de los trastornos de la conducta alimentaria incluye cada vez más, y en la medida que resulte posible, la implicación de la familia en el proceso terapéutico dado los buenos resultados de estas intervenciones familiares.

¿Por qué funcionan las intervenciones con familiares de pacientes que sufren una patología mental?
  • Mejora el conocimiento de la enfermedad y del tratamiento
  • Constituye el anclaje fundamental para disminuir el desajuste y/o desgaste que la enfermedad produce en la dinámica familiar
  • Optimiza la implicación de la familia en el proceso terapéutico
  • Facilita estrategias para afrontar las dificultades de la vida diaria
Los factores de riesgo son aquellos que facilitan la aparición de los trastornos de la conducta alimentaria. Pueden ser factores individuales, grupales y sociales. La combinación de estos diferentes factores de riesgo puede provocar el desarrollo y mantenimiento de la enfermedad.

Nota: Si él/ella se resiste a ser ayudado/a o bien niega el problema, es posible que no se trate de esto ya que puede ser que no esté preparado/a para admitir que tiene un problema. No le ayudes a negarlo con tu silencio. Háblale de las cosas que observas y que te preocupan. No puedes obligarle a buscar ayuda, pero puedes hacerle saber a dónde puede dirigirse o llamar para pedir información, hasta puedes sugerirle que empiece por hacerse un examen médico. Reafírmale que estás dispuesto/a a hablar del problema, pero solo si quiere y en el momento que considere oportuno. No te pelees por el tema de la comida o el peso. Sugiere ayuda profesional.

Acabar con los estigmas de la enfermedad y sensibilizar a los más jóvenes, es cosa de todos, sobre todo desde la prevención de conductas de riesgo y además, recuerda que estos trastornos se pueden superar si se sigue un tratamiento especializado.




Red