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miércoles, 9 de mayo de 2012

La Pareja y sus Parametros

Hola Gracias a la sugerencia de la Srita Sonia R. para hacer un blog sobre la relacion de pareja y sus parametros le escribo este trabajo con un anexo de un texto publicado en la red.  
La convivencia no mata el amor. Pero ciertos parámetros relacionados con el compartir la vida bajo el mismo techo puede dejarlo agonizando. Por eso, hay que estar atentos para que no se activen las cosas negativas que destruyen y desgastan la relacion.
Algunas claves son:

1.- La rutina. ¿Hay algo más aburrido que hacer o recibir siempre exactamente lo mismo? Esto nos acostumbra a no tener sorpresas ni a que suceda nada fuera de lo común, lo que puede generar que nos hartemos o, aún peor, que alguna cosa (o persona) diferente fuera de casa nos parezca un estímulo interesante.

2.- La poca tolerancia. Ampliar los márgenes de tolerancia genera relaciones más duraderas y placenteras. No tienen que aguantar cualquier cosa, sino ponerse en el lugar del otro, entender qué desea o necesita (aunque no se trate de algo que se nos podría haber ocurrido) y acompañar el proceso o dejarlo ser.


3.- La falta de respeto. No son solamente las palabras o acciones fuera de lugar, sino también no permitir que nuestra pareja sea quien es y ocupe el lugar que desea en la vida. Cercenar espacios o posibilidades no aporta a la unidad de la pareja, por el contrario, provoca resentimientos que se van agrandando con el correr del tiempo. Esto también se aplica al revés, si permitís que te limiten a niveles molestos o decididamente intolerables, esto mata al amor, vivan o no bajo el mismo techo.


4.- El ser posesivo (a). Estar siempre pendiente de qué hace o deja de hacer quien acompaña nuestros días, tener celos desmedidos, revisar sus objetos personales (mails y celulares incluidos) son ideas muy poco prolíficas. Una cosa es vivir juntos y, otra muy diferente, invadir la intimidad del otro. Si sufrís de falta de confianza, dedicate a solucionar tus problemas intrapersonales antes de crear una situación desagradable sólo para exteriorizar tu inseguridad interna.

5.- La poca ayuda. Que el peso de todas las responsabilidades de la casa (hijos incluidos) recaiga en una sola persona (en la amplia mayoría de los casos, las mujeres) suele ser un punto de fricción enorme, en especial, cuando ambos trabajan fuera del hogar. El compañerismo es la base más sólida para que una pareja funcione sobre rieles.


Las mujeres tienden a ser pragmáticas y los hombres a ser eróticos. Ellas escogen a su pareja buscando seguridad y estabilidad económica. Por su parte, los hombres tienden a ser sensuales y siempre tienen una idea de las características físicas que desean de su compañera. En ambos casos, al conocer a la persona que se ajuste a su imagen mental, buscarán involucrarse rápidamente. Pero muchas veces hay actitudes que pueden generar incomodidades y actuar de manera poco positiva para el bienestar de ambos. Consejos para identificar estos parámetros y frenarlos a tiempo.
De esta manera se puede observar que las mujeres seleccionan a su pareja de acuerdo a la estabilidad que pueda ofrecerle, tanto a ella como a sus hijos. Los hombres prefieren atributos carnales y fisonómicos.
La hembra humana mantiene relaciones sexuales cuando no está "en celo". Las hembras de la mayoría de las especies animales, solamente tienen relaciones sexuales para procrear. La mujer en tiempos remotos necesitaba que el hombre le acompañara a ella y a sus "cachorros" para sobrevivir el les proporcionaba protección, seguridad y alimentos. Entonces se las ideó para conservar al hombre a su lado. Así, sostuvo las relaciones sexuales más allá del celo y del mandato de procreación y conservación de las especies.

El hombre, con su carga genética ordenándole sembrar la especie, pero teniendo que pelear y arriesgar su vida por cada mujer en celo, prefirió mantenerse al lado de quien le proporcionaba amor y cuidado, amén del sexo, sin tener que fajarse cada vez.
En tiempos modernos, la mujer sigue buscando en primer lugar un buen proveedor, seguridad y alimentos para sus "cachorros", y el hombre procurará buenos genes para su prole que seguramente estarán presentes en las mujeres con juventud, fortaleza y simetría que muestren genes fuertes.
Para el hombre buscar proporción en los senos, las nalgas o los cachetes femeninos no será mayor problema, sin embargo para la mujer ¿Cómo podría responder quién es más el fuerte: un millonario o un fortachón musculoso?
La seguridad, la protección y los alimentos, en la vida presente, no los dan los músculos como en la prehistoria, ni las habilidades para cazar o pescar, sino los recursos que disponga.
Es bueno destacar que surgen otras concepciones que indican que la mujer comenzó a tener sexo con los hombres, aunque no fuera para concebir, simplemente porque le gustó y dado que el ser humano piensa y crea, a diferencia de los animales, pues decidió hacerlo.
Lo cierto es que entre las alteraciones bioquímicas que provoca el enamoramiento, la selección y escogencia siguiendo patrones genéticos y los métodos de clasificación y preferencia, el amor, sin lugar a dudas, es algo más que asuntos del corazón.
¿Cómo te gustaría que fuera tu pareja?
Cada persona es única en sus elecciones y cada pareja en general también decide a qué tipo de pareja desea unirse. No existe una receta de cocina al respecto pero en lo que se conoce como “deseabilidad social”, todo mundo cuando realmente tiene la intención de tener una pareja se porta verdaderamente amable. La deseabilidad social  hace que mostremos nuestra mejor cara a la persona amada e incluso somos muy comprensivos y cooperativos.

En este universo nada está suelto, a nivel de nuestro cerebro en la deseabilidad social, también se empieza a producir una sustancia que se llama feniletilamina , es químicamente un neurotransmisor, que nos hace muy colaboradores  e inhibe el hambre. No solo se mezclan elementos psicológicos sino algunos mitos o falsas creencias relacionadas con la pareja, mismos que a fuerza de repetirse se convierten en una realidad que enturbia las relaciones y terminan convirtiéndose en verdad. Van desde: la vida en común, la sexualidad, el amor, la convivencia con los hijos, etcétera. 

No existe un solo resquicio de nuestras vidas (el dinero, el amor, el cuidado de los hijos, las relaciones sexuales, la distribución de las tareas cotidianas del hogar, las vacaciones, etc.) en donde los mitos estén ausentes, y desafortunadamente nuestra propia ignorancia los fortalece aún más. Algunos ejemplos de ellos: “Si nuestro amor es verdadero, el sexo entre nosotros será siempre maravilloso”, “Yo seré el/la mejor amante que jamás hayas tenido”, “El amor en la pareja lo puede y lo perdona todo”,  “Si no siento celos en mi relación de pareja, es que no amo de verdad a esa persona”,  “La dureza es uno de los rasgos masculinos de mayor valor”, “Los hombres no lloran”.
El mito  de la media naranja
Encontrar verdaderamente a la media naranja, es también un mito y trae consecuencias más negativas que positivas.  Por un lado, al encontrar una media mitad supone que nosotros estamos incompletos y necesitamos de alguien más para ser feliz, esto es, somos seres incompletos y es responsabilidad de la pareja cubrir nuestras expectativas, así es labor del otro completarnos.  Por el otro lado, si nuestra pareja está incompleta nosotros seremos los responsables de hacerle feliz.  Sumando esfuerzos de esta manera somos seres incompletos y la pareja terminará haciéndonos más incompletos aún.
Todo mundo tenemos la pareja que buscamos
Esta afirmación puede ser muy categórica y terrible sobretodo cuando emocionalmente nos sale muy costoso estar conviviendo con alguien en el terreno: sexual, psicológico, social, económico, espiritual, familiar, y más. Pero la vida es de elecciones y muchas veces elegimos quejarnos constantemente por no tener la pareja que tenemos.  De hecho los problemas en la vida tienen un formato muy simple. ¿Piensa en aquellas cosas que para ti en la relación de pareja son un problema?. Ahora voy a adivinar ¿por qué los tienes?. Estos se deben a que “no queremos perder lo que tenemos” o “anhelamos aquellas cosas que no tenemos”.
¿Por qué en ocasiones nos quejamos de no tener a la pareja que deseamos?
El origen de este vacío tiene relación con:

  • Los aprendizajes de nuestra familia de origen, los modelos aprendidos en la propia familia.
  • Nuestras propias carencias afectivas de personalidad.
  • En ser incapaz una vez que estamos en pareja de pensar en pareja predominando el egoísmo de uno de los miembros.
  • Por la forma como nos explicamos las cosas que suceden en nuestra vida, culpando a los demás de nuestras elecciones (locus de control externo ) y difícilmente haciéndonos responsables de nuestras decisiones (locus de control interno).
  • Muchas veces nos da un miedo terrible hacernos responsables de nosotros mismos.
  • Llegamos a depositar nuestras expectativas de felicidad en la pareja, cuando esto es una labor puramente personal.
  • Ninguna persona que se sienta insatisfecha consigo misma, puede ser capaz de convivir en pareja pues aún ofreciéndole condiciones favorables tratará de verle el aspecto negativo a la vida.
  • A veces me siento la última Coca del desierto y siento que nadie me merece, esto es, me siento superior a mi pareja y siento que al estar con e/ella le hago un favor al pobrecito.
  • Los patrones psicológicos, sociales o culturales de belleza hacen crisis en la cabeza me hacen cuestionarme la conveniencia de estar con mi pareja.
  • En ocasiones desde el inicio de la relación no estaba realmente convencido de estar con mi pareja actual, es decir, no tenía realmente un compromiso de pareja.

Si idealizamos  a la pareja, al fracturarse esas expectativas sufriremos verdaderamente. Mientras más alto volamos nos duele más la caída.
"Las parejas reales, de carne y hueso son personas con virtudes y defectos y si existen. Mientra tanto, las pareja ideales son de apariencia, son personas que tratan de ocultar su condición de seres humanos, se refugian en la apariencia".
¿Por qué veo cualidades en mi pareja que realmente no tiene?

  • Porque soy incapaz de reconocer que mi pareja es un ser humano como yo con virtudes y defectos.
  • Porque tengo miedo a enfrentar mi soledad.
  • Porque estoy acostumbrado a quejarme la mayor parte del tiempo (hacer el papel de víctima).
  • Porque interiormente no me respeto yo mismo.
  • Porque tengo un autoestima muy baja.
  • Porque no me conozco como persona interiormente.
  • Porque no estoy consciente que la felicidad es una tarea interior. No es una meta sino un camino, pero deposito mi felicidad en mi pareja.
  • Porque no se establecer relaciones de compromiso.
  • Porque creo que nadie en este mundo podría entenderme.
  • Porque creo que no existe realmente una pareja que se puedan llevar medianamente bien (proyección) conmigo.
  • Porque siempre se me hace normal vivir en el pleito.
  • Porque no se construir mi propia felicidad.
  • Porque más vale malo por conocido que bueno por conocer.
  • Porque supongo que en el sexo nadie más podría entenderme.
  • Porque soy incapaz de reconocer que elegí mal a mi pareja.
  • Porque he construido una imagen social que no voy a destruir solo por cambiar de pareja.
  • Porque ya tenemos hijos y no voy a dejarlos sin su padre/madre.
  • Porque tenemos proyectos materiales que a mi me han costado y no voy a dejarlos en manos de alguien más (un/una amante).
  • Porque pensándolo bien TODOS LOS HOMBRES/TODAS LAS MUEJERES son iguales.
Sugerencias para el cambio

  • Todo lo que se resiste, persiste.
  • Mientras más altas son las expectativas con respecto a la pareja y no se cumplen, mayor es el dolor y frustración que experimentan.
  • La relación es como un jardín que necesita ser cuidado y cultivado por ambos miembros.
  • La felicidad en la relación de pareja, en principio es un trabajo más personal, y en segundo lugar es un trabajo de conjunto.
  • No se puede exigir en la pareja, lo que uno mismo no es capaz de dar. “Nadie da lo que no tiene”.
  • Los problemas de la pareja, dependen en realidad de la personalidad y las carencias de cada uno de sus  miembros.
  • Cuánto más responsables sean cada uno de los miembros de sus propias responsabilidades afectivas, más felices podrán ser.
  • Cualquier pareja puede crecer en las situaciones de crisis más graves si son capaces de verlas como una oportunidad de crecimiento y no como un obstáculo.
  • Si todo esto no funciona, “pedir ayuda profesional”.
Una última opción es cambiar de paradigma “aprender a quererse a si mismo para poder querer a alguien más”, el resultado sería: En vez de preguntarme: ¿Por qué no tengo la pareja que quiero? Sería ¿Por qué no aprender a querer a la pareja que tengo?

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