El trastorno afectivo bipolar (TAB), también conocido como
trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva (PMD), es el
diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo
caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles a normalmente
elevados de energía, cognición y del estado de ánimo.
Clínicamente
se refleja en estados de manía o en casos más leves, hipomanía junto con
episodios concomitantes o alternantes de depresión, de tal manera que el
afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza de una manera mucho más
marcada que las personas que no padecen esta patología.
Los
estados de ánimo y las emociones están en constante evolución y cambio. Para la
mayoría de las personas estos cambios y oscilaciones emocionales se enmarcan
dentro de unos límites predecibles y ante situaciones más o menos conocidas, lo
que les permite ejercer cierto grado de control sobre las mismas. Sin embargo
otras personas se muestran aparentemente ‘incapaces’ de ejercer cierto control
y gobierno sobre sus propias emociones. Bien por su duración, por su
intensidad, por su frecuencia o por su aparente
autonomía, estos sentimientos
escapan a su control, interfiriendo de forma significativa en todos los
ámbitos de su vida, alcanzando la categoría de patológicos, con consecuencias
potencialmente letales para el sujeto
Trastorno
bipolar (psicosis maníaco-depresivo)
“Se
trata de un trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados
(es decir, al menos dos) en los que el estado de ánimo y los niveles de
actividad del enfermo están profundamente alterados, de forma que en ocasiones
la alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento de la
vitalidad y del nivel de actividad (manía o hipomanía) y en otras, en una
disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad y de la actividad
(depresión).
Trastorno
bipolar tipo I
El
trastorno bipolar tipo I se da en aquellos individuos que han experimentado un
episodio maniaco añadido a un episodio depresivo. Es frecuente que los sujetos también hayan presentado uno o más episodios
depresivos mayores. Para el diagnóstico de esta modalidad son necesarios uno o más episodios maníacos o mixtos. No es necesario que
exista un episodio depresivo como requisito para el diagnóstico, aunque
frecuentemente aparezca.
Trastorno
bipolar tipo II
El
trastorno bipolar tipo II se caracteriza por episodios de depresión mayor así
como al menos un episodio hipomaniaco. Los episodios hipomaníacos no llegan a
los extremos de la manía (es decir, que no provocan alteraciones sociales u
ocupacionales y carecen de rasgos psicóticos). El trastorno bipolar tipo II es
mucho más difícil de diagnosticar, puesto que los episodios de hipomanía pueden
aparecer simplemente como un periodo de éxito con alta productividad y suele
relatarse esto con menos frecuencia que cuando se sufre una depresión. Puede
darse psicosis en episodios de depresión mayor y en manía, pero no en
hipomanía. Para ambos trastornos existe un cierto número de especificadores que
indican la presentación y el curso del trastorno, entre otros el de "crónico",
"ciclado rápido", "catatónico" y "melancólico".
Nota:
El trastorno bipolar es comúnmente encuadrado como Trastorno Bipolar Tipo I, en
donde el individuo experimenta experiencias extremas de manía o Trastorno
Bipolar Tipo II, en donde los «altos» de la hipomanía no llegan hasta el
extremo de la manía. Este último es mucho más difícil de diagnosticar, ya que
los episodios de hipomanía pueden simplemente parecer como períodos de una alta
productividad del individuo y se han reportado mucho menores que la depresión
ansiosa. Puede ocurrir la psicosis, particularmente en los períodos de manía.
También nos encontramos con subtipos de «ciclos acelerados». Debido a que en
los problemas relacionados con los cambios de humor hay tantas variaciones en
cuanto a su severidad y a su naturaleza, el concepto de espectro bipolar es
usualmente utilizado, incluyendo en él la ciclotimia. No hay consenso en cuanto
a la cantidad de «tipos» existentes de trastorno bipolar.
Muchas
personas con trastorno bipolar experimentan de una severa ansiedad y son muy
irascibles cuando se encuentran en un período maniaco (hasta el punto de la
furia), mientras que otros se vuelven eufóricos y grandilocuentes. Período depresivo.
Depresión
Una
disminución del interés en las actividades diarias y/o placer producido por las
actividades cotidianas pueden ser signos de la fase depresiva del paciente
bipolar.
Las
señales y los síntomas del período depresivo en el trastorno bipolar incluyen
(pero en ningún sentido se limitan solo a ellos): sentimientos constantes de
tristeza, ansiedad, culpa, ira y soledad y/o desesperanza, desórdenes de sueño,
apetito, fatiga, pérdida de interés por actividades de las que la persona antes
disfrutaba, problemas de concentración, odio hacia uno mismo, apatía o indiferencia,
despersonalización, perdida de interés en la actividad sexual, timidez o
ansiedad social, irritabilidad, dolor crónico (con o sin causa conocida), falta
de motivación, e incluso ideas suicidas.
Durante
la fase depresiva el paciente puede presentar:
- Pérdida de la autoestima
- Desánimos continuos
- Ensimismamiento
- Sentimientos de desesperanza o minusvalía
- Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
- Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses
- Lentitud exagerada (inercia)
- Somnolencia diurna persistente
- Insomnio
- Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin trascendencia.
- Dificultad para tomar decisiones y confusión general enfermiza, ejemplos: deciden un cambio repentino de empleo, una mudanza, o abandonar a las personas que más aman como puede ser una pareja o un familiar (cuando el paciente es tratado a tiempo deja de lado las situaciones "alocadas" y regresa a la vida real, para recuperar sus afectos y su vida).
- Pérdida del apetito
- Pérdida involuntaria de peso
- Pensamientos anormales sobre la muerte
- Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio.
Período
maníaco
Las
personas que se encuentran en un episodio maníaco pueden estar eufóricas,
irritables y/o suspicaces, con un incremento en sus actividades y cualidades
tanto físicas como mentales. El incremento en la energía y en las actividades
es muy común; suele tener verborrea. La necesidad de dormir se encuentra
disminuida. La persona suele distraerse rápidamente y puede manifestar e
incluso llevar a la práctica ideas irreales, grandilocuentes y sobre
optimistas. Las facultades sociales se ven disminuidas, y las ideas poco
prácticas suelen llevar a indiscreciones tanto financieras como amorosas.
En
la fase maníaca se pueden presentar: Exaltación del estado de ánimo
Aumento
de las actividades orientadas hacia metas, delirios de grandeza, creencias
falsas en habilidades especiales. Si los contradicen suelen enfadarse y pensar
que el mundo está en su contra.
- Ideas fugaces o pensamiento acelerado (taquipsiquia)
- Enfadarse por cualquier cosa
- Autoestima alta
- Menor necesidad de dormir
- Agitación
- Verborrea (hablar más de lo usual o tener la necesidad de continuar hablando)
- Incremento en la actividad involuntaria (es decir, caminar de un lado a otro, torcer las manos)
- Inquietud excesiva
- Aumento involuntario del peso
- Bajo control del temperamento
- Patrón de comportamiento irresponsable
- Hostilidad
- Aumento en la actividad dirigida al plano social o sexual
- Compromiso excesivo y dañino en actividades placenteras que tienen un gran potencial de producir consecuencias dolorosas (andar en juergas, tener múltiples compañeros sexuales, consumir alcohol y otras drogas)
- Creencias falsas (delirios místicos y otros)
- Alucinaciones.
Período
mixto
En
el contexto del trastorno bipolar los períodos mixtos son aquellos en los
cuales la manía y la depresión clínica ocurren simultáneamente (por ejemplo, la
agitación, ansiedad, agresividad, confusión, fatiga, impulsividad, las ideas
suicidas, el pánico y la paranoia, ideas de persecución, verborrea, pensamiento
veloz y furia).
Los
episodios mixtos suelen ser los más volátiles dentro del estado bipolar, debido
a que los estados pueden ser activados o desencadenados de forma rápida y
simple. Los intentos suicidas, el abuso de substancias psicotrópicas y dañarse
a sí mismo suele ocurrir en este estado.
Recaídas
Algunas
personas, incluso estando medicadas, pueden experimentar episodios del
trastorno en un nivel menor, o, incluso llegando a experimentar episodios
completos de manía o depresión. De hecho, algunos estudios recientes han
descubierto que el trastorno bipolar está "caracterizado por un bajo
porcentaje de recuperación, un alto porcentaje de recaída, y un funcionamiento
regular entre los distintos episodios." El estudio además confirmó la
seriedad del trastorno en cuanto a que las personas con un "trastorno
bipolar estándar han duplicado las posibilidades de muerte."
Riesgo
de suicidio
Las
personas que padecen de trastorno bipolar tienen una posibilidad incrementada
tres veces más de poder llegar a cometer suicidio que la de aquellos que
padecen de depresiones mayores (12% a 30%). Aunque muchas de las personas que
sufren del trastorno realmente nunca logran cometer el suicidio, el promedio
anual de suicidio en hombres y mujeres diagnosticadas con la enfermedad (0.4%)
es de 10 hasta 20 veces mayor que en la población general.36 Individuos que
padecen del trastorno tienden a tener tendencias suicidas, especialmente
durante los estados mixtos de hipomanía y depresión agresiva. Actualmente no
existe cura para el trastorno bipolar, pero puede ser controlado. El objetivo
del tratamiento consiste en un control eficaz del curso de la enfermedad a
largo plazo, lo cual puede suponer el tratamiento de los síntomas emergentes.
Para lograrlo se emplean técnicas farmacológicas y psicológicas.
Tratamiento
El
tratamiento farmacológico se basa en el uso de estabilizadores del estado de
ánimo y de las técnicas psicológicas la única que ha demostrado ser eficaz es
la Psicoeducacion. Se calcula que la respuesta a los fármacos puede estar
condicionada hasta en un 85% por factores genéticos, por lo que ya existen en
el mercado test que recogen la información farmacogenética del paciente para
que el médico pueda valorar qué tratamiento va a funcionar mejor en el paciente
con trastorno bipolar, en función de sus características genéticas.
La
meta del tratamiento es evitar las crisis y minimizar o eliminar los síntomas
sub-sindromáticos. En realidad el tratamiento del trastorno bipolar es simple
si consideramos los siguientes aspectos:
- El pilar del tratamiento son los estabilizadores del estado de ánimo (litio, valproato, carbamazepina, oxcarbazepina, lamotrigina, topiramato).
- Los antipsicóticos atípicos no son estabilizadores del estado de ánimo y su uso debe limitarse a los periodos de crisis, y siempre en combinación con un estabilizador del estado de ánimo. Su uso en monoterapia posee un impacto neurocognitivo deteriorante para el paciente.
- Los antidepresivos tampoco son estabilizadores del estado de ánimo y deben evitarse en pacientes bipolares porque aumentan la frecuencia del ciclado, favorecen la aparición de episodios mixtos y pueden producir viraje a manía. Cuando su uso es imprescindible deben usarse solo durante las crisis y asociados a un estabilizador del ánimo.
1.- Los estabilizantes del estado de ánimo
Los
estabilizantes del estado de ánimo sirven para hacer que el estado de ánimo
permanezca estable sin altibajos y así mismo prevenir o mitigar episodios de
manía o depresivos. Entre los medicamentos de este tipo que han demostrado su
eficacia está el litio que viene usándose desde hace mucho tiempo.
2.- Los
anticonvulsivantes o anticonvulsivos
Los
anticonvulsivos o anticonvulsivantes son unos fármacos que originalmente se
usaban con enfermos de epilepsia pero no se tardó en descubrir su eficacia en
el tratamiento de los trastornos del humor. Entre los anticonvulsivantes más
efectivos para la estabilización del humor figuran el ácido valproico, la
carbamazepina o Tegretol y la lamotrigina o Lamictal.
El Lamictal forma parte de un grupo de anticonvulsivos más recientes que incluyen la oxcarbazepina (Trileptal) y el topiramato (Topamax).
El Lamictal forma parte de un grupo de anticonvulsivos más recientes que incluyen la oxcarbazepina (Trileptal) y el topiramato (Topamax).
3.- Los
antipsicóticos
Dentro
de los antipsicóticos cabe incluir dos tipos: los tradicionales y un grupo de
antipsicóticos nuevos o antipsicóticos de nueva generación llamados antipsicóticos
atípicos por tener características químicas diferentes de los antipsicóticos
tradicionales.
Dentro
del grupo de los antipsicóticos tradicionales cabe incluir los siguientes
fármacos:
clorpromazina
clorhidrato, flufenazina decanoato,
haloperidol, perfenazina, tiotixeno, trifluoperazina diclorhidrato.
El
conjunto de antipsicóticos atípicos está creciendo enormemente en los últimos
tiempos y entre ellos cabe incluir los siguientes:
Risperidona,
Atornil, olanzapina, quetiapina, aripiprazol,
ziprasidona, clozapina.
Todos
los antipsicóticos atípicos están aprobados por la FDA para el tratamiento de
estados agudos de manía.
4.- Los
antidepresivos
Los
antidepresivos como su propio nombre indica son medicamentos que se usan para
combatir la depresión o estados depresivos más o menos profundos.
Existen
tres tipos básicos de antidepresivo: los antidepresivos tricíclicos que son los
más antiguos, los inhibidores de la recaptación de la serotonina y los
Inhibidores de la monoaminooxidasa.
* Antidepresivos
Tricíclico
La lista de antidepresivos tricíclicos, que
son los más antiguos, es relativamente larga, pero se citará algunos ejemplos
solamente:
amitriptilina
clorhidrato, clomipramina, doxepina , imipramina, maprotilina clorhidrato,
nortriptilina
* Antidepresivos
inhibidores de la reabsorción selectiva de la serotonina
Fluoxetina,
moclobemida, paroxetina, citalopram,
bupropión hidrocloruro, venlafaxina clorhidrat,
sertralina clorhidrato, Cipralex.
* Antidepresivos
inhibidores de la Monoaminooxidasa
Fenelzina,
Benzodiazepinas.
Se
usan fundamentalmente para tratar los estados de ansiedad asociados a los
diferentes estados del trastorno bipolar. Entre las benzodiazepinas cabe
incluir las siguientes:
Alprazolam,
clordiazepóxido, clonazepam, clorazepato dipotásico, diazepam, lorazepam,
bromazepam.
En
términos generales, los estabilizadores del estado de ánimo son más eficaces en
el tratamiento y la prevención de episodios maníacos asociados al trastorno
bipolar. Sin embargo, otras medicaciones (p.ej. lamotrigina, fluoxetina,
quetiapina) también han demostrado eficacia para el tratamiento de la depresión
bipolar. Para una mejor respuesta terapéutica se pueden combinar
estabilizadores del estado de ánimo con antipsicóticos cuando en cuadro maníaco
presenta síntomas positivos de la esquizofrenia (alucinaciones e ideas
delirantes) o bien se pueden combinar con algún antidepresivo cuando hay
predominancia de ciclados a la depresión.
Se
desaconseja su uso en embarazadas, sobre todo en el primer trimestre y durante
la lactancia. Si es absolutamente necesario su uso en el resto del embarazo (de
4 a meses en adelante) se puede utilizar dosis muy bajas, junto con ácido
fólico, y se debe retirar gradualmente al menos una semana antes de la fecha
calculada de parto.
Como
último recurso en caso de trastornos refractarios graves se puede utilizar terapia electro convulsiva.
Nuevos
tratamientos
El
modafinilo (Provigil) y el pramipexol (Mirapex) parecen opciones prometedoras
en el tratamiento del deterioro cognitivo relacionado con el trastorno bipolar.
Además, también se ha visto que puede ser eficaz el riluzol, un tratamiento
para la esclerosis lateral amiotrófica. Se han encontraron evidencias
tentativas de mejoras de estados de ánimo, durante un tratamiento de resonancia
magnética nuclear (EP-MRSI), y se han realizado diversos intentos para poder
aplicar dicho método y evaluar como un posible tratamiento. El Omega 3 a ser
útil en Depresión Bipolar. Terapia génica y nanotecnología son dos áreas que
están en desarrollo.
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