La fobia
Escolar se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a ir a la
escuela. Se suele utilizar más comúnmente la expresión fobia escolar en lugar
Didascaleinofobia.
El
miedo a la escuela es uno de esos problemas que muchos niños enfrentan más
tarde o más temprano. No obstante, no todos llegan a desarrollar una verdadera
fobia escolar. Se cree que la incidencia de este trastorno oscila entre el 0,4
y el 1,7 por cada 100 niños en edad escolar. Sin embargo, el miedo a la escuela
y las repercusiones que esto trae consigo lo convierten en uno de los problemas
más comunes en las consultas de Psicología. Es poco común y tiende a darse con más frecuencia entre los 3 y 4 años, o entre los 11 y 12 años y afecta a más niños que niñas. Su comienzo en los más pequeños es repentino, mientras que en mayores y adolescentes es más gradual, de carácter más intenso y grave y con peor pronóstico.
A
grosso modo, la fobia escolar se puede definir como un patrón desadaptativo de
respuestas de ansiedad a situaciones escolares.
Este
período en la vida del niño no es solamente perturbador y aterrador para el
niño sino también motivo de frustración y preocupación para sus padres. La
Didascaleinofobia se desarrolla de manera muy parecida a cualquier desorden de
ansiedad en el adulto. Siempre es difícil para un niño alejarse de su casa
luego de un período extendido de permanecer en ella (por haber estado ausentes
por enfermedad, el fin de semana o las vacaciones). Factores como mudarse de
vecindario, un divorcio o un fallecimiento pueden causar en el niño un inmenso
estrés y detonar un comportamiento ansioso que puede escalar hasta una fobia.
Adicionalmente, la familia del niño a menudo refuerza los síntomas sin
quererlo. De hecho, muchas veces los niños reciben atención extra de sus padres
al manifestar la fobia, de esta manera el niño no tiene la oportunidad de
desarrollar maneras de lidiar con la separación.
Es
muy importante ayudar a los niños a superar esta fobia antes de dejar la
adolescencia, ya que si no se la trata correctamente, la fobia a la escuela
puede ser de largo alcance, llegando a producir ansiedad y ataques de pánico en
la adultez.
Los
niños que desarrollan una fobia a la escuela, sin embargo, se tornan
aterrorizados, tratando por cualquier método o táctica poder quedarse en casa o
alejarse de la escuela.
Los
padres deberán estar alertas si su hijo regularmente dice que se siente muy mal
como para ir a clase, ya que podrían estar haciendo esto como mecanismo para
evitar sentimientos de ansiedad.
Esta
fobia puede presentarse de distintas maneras:
-
Pensamientos constantes sobre la seguridad propia o de los padres.
-
Rehusarse a ir a la escuela.
-
Frecuentes dolores de estómago u otras quejas de malestar físico.
-
Preocupación extrema acerca de dormir fuera de su casa.
-
Estar muy pegado a su familia.
-
Pánico al momento de separarse de los padres.
-
Sentimientos de inseguridad al permanecer solos en una habitación.
-
Seguir al padre o a la madre por toda la casa.
-
Dificultad para irse a dormir y pesadillas frecuentes.
-
Miedo exagerado e infundado a los animales, los monstruos o los ladrones.
-
Miedo a estar solo en la oscuridad.
-
Rabietas severas cuando se lo fuerza a ir a clases.
En
la fobia escolar, como en cualquier otra psicopatología similar, debemos tener
en cuenta los tres sistemas de respuesta:
Sistema motor:
El niño evita ir a la escuela a todo costo o se escapa de la misma. Entonces
suelen aparecer las quejas de dolores y las enfermedades fingidas. El pequeño muestra
una conducta negativista: no se viste, no quiere desayunar, no encuentra o
mancha la ropa... Obviamente, si los padres deciden llevarle a la escuela
usando la fuerza, el niño llorará, gritará e incluso temblará.
Debido
a la presión que normalmente ejercen los padres y los profesores, el niño
finalmente permanece en la escuela pero su comportamiento es muy disruptivo y
se manifiesta a través de las consabidas rabietas. En otros casos, el pequeño
opta por la pasividad, entonces se encierra en sí mismo y ni habla ni juega.
Sistema fisiológico:
Suelen aparecer respuestas como la sudoración, la tensión muscular elevada, la
taquicardia, las sensaciones de mareo o incluso el desmayo. También es común el
malestar estomacal, los vómitos, la diarrea y la urgencia urinaria. Además, el
niño también puede sufrir dolores de cabeza y trastornos de la alimentación o
del sueño.
Sistema cognitivo:
El pequeño comienza a tener pensamientos o imágenes negativas sobre diferentes
situaciones escolares. Normalmente, anticipa todo tipo de consecuencias
desfavorables (que se rían de él, que el profesor le reprenda, que evalúen
negativamente sus capacidades porque no va a saber responder a las preguntas
adecuadamente, que el examen será muy difícil...).
Como
se puede presuponer, estas preocupaciones provocan una serie de reacciones
somáticas como pueden ser los vómitos o las ganas frecuentes de orinar (que en
este caso se puede comprender como la somatización de un deseo de huir).
La
fobia escolar suele desarrollarse como consecuencia de experiencias negativas
vividas en el contexto escolar o por eventos aversivos de los cuales el niño ha
sido testigo. Obviamente, los sucesos estresantes como el cambio de escuela,
una mudanza, una enfermedad prolongada o problemas entre los padres pueden ser
la gota que colme el vaso y desate el problema.
En
este punto es importante distinguir entre la "fobia escolar" y el
“trastorno de ansiedad por separación”. En el primer caso las dificultades para
ir a la escuela están producidas por el miedo intenso a algún aspecto de la
situación escolar mientras que en el segundo el miedo se origina en la
posibilidad de separarse de los padres.
De
la misma forma, debemos deslindar la "fobia escolar" a el “rechazo
escolar no prolongado” que suele deberse a dificultades en el rendimiento
escolar, problemas con la disciplina que impone la escuela o el simple hecho de
que se ha perdido la motivación por la misma.
El
tratamiento depende de las causas, las cuales pueden ser difíciles de
determinar. Muchos niños pueden haber comenzado a evitar la escuela por una
razón es especifica.
Antes
de cualquier tratamiento psicológico, es recomendable acudir al pediatra para
que descarte que dichos síntomas no estén relacionados con algún problema
fisiológico. Cuando se ha descartado la existencia de problemas de salud, será
el psicólogo el encargado de diagnosticar y tratar la fobia escolar.
Es
importante para superar la fobia ponerse en manos de un profesional en
psicología clínica y o psicopedagogo lo más rápido posible una vez que sean
detectados algunos de los síntomas, ya que cuanto antes se traten, antes
desaparecen.
Técnicas más frecuentes
son las siguientes:
Ds,
Técnicas de exposición gradual, o inundación (rápida-prolongada y forzada)
Relajación, Técnicas de modelado, de reforzamiento, Escenificaciones emotivas, Técnicas cognitivas como la terapia racional emotiva
o pbiu. Tratamientos psicofarmacológicos como inhibidores de la ansiedad.
en esta pagina http://www.fobias.net/Didascaleinofobia.html
ResponderEliminarpracticamente dice que esta fobia es practicamente una escusa de los mas pequeños para no ir al colegio, eso de que es escusa los dolores son figidos es mentira, a mi me agarra dolor de estomago REAL, me hagarra acidez, nauseas, diarrea, dolor de cabeza, a veces se me baja la presion arterial y debo comer un poco de sal para sentirme mejor, y siempre me ha afectado mucho el ir al colegio desde que tengo memoria.. nunca fui a un psiquiatra, pero es lo que deben hacer, tuve un padre muy sobreprotector y nunca me dejaba ir a ver a mis amigos o reunirme con ellos (culpa de mi madre que nunca le puso un freno a ese tipo) y ademas de varias mudanzas desataron esta fobia en mi, ahora estudio analista de sistemas en una universidad y me es un desafio llegar todos los dias alli, todo gracias a mi padre que con su obsecion de proteccion me transfirio parte de su locura....