Hay
una vida ficticia en las redes sociales, en Facebook, Twitter, Instagram. La
vida en el ciberespacio transcurre con actores y reglas de juego propios.
Códigos que cualquier internauta debe saber. Están los selfies (los narcisos),
los trolls (los pesados), los stalkers (los acosadores), los bufones, los que
hacen los memes (ideas burlonas sobre algo o alguien presentados como viñetas
de cómic), los que dan “like” a todo, los que se mueren porque su tema sea
trending topic, tendencia o tema del momento en el Twitter.
La
moda de auto-retratarse con el móvil “selfie” y colgar el resultado en la red
puede acarrear problemas mentales, como depresiones o paranoia, si no se
obtiene el reconocimiento del público. El deseo compulsivo obsesivo para tomar fotos de uno mismo y publicarlos en los medios sociales como una forma de compensar la falta de autoestima y para llenar un vació en la intimidad.
“Facebook
tiene numerosas posibilidades para la construcción de un yo a medida. Los
usuarios llenan datos del perfil desde lo que socialmente es deseable, en sus
aspiraciones y en sus deseos del cómo quieren que lo vean los otros” Suele ser natural: queremos, necesitamos aceptación
social. Los
"likes" son como los pálpitos de una autoestima bien alimentada.
“Prestar demasiada atención a las fotografías
publicadas, controlando quién las mira o a quién le agrada o quién comenta, con
la esperanza de lograr la mayor cantidad posible de ‘me gusta’ es un síntoma de
que las ‘selfies’ están causando un problema”.
Tales comportamientos podrían derivar en
problemas cerebrales en un futuro, especialmente aquellos relacionados con la
falta de confianza hacia uno mismo. “Las ‘selfie’ causan un impacto en la vida
de cada individuo. Publicar fotos para buscar la aprobación de los colegas está
en la naturaleza del hombre. Si la gente hace una cosa y logra una pequeña
recompensa, volverán a repetir el acto”.
La costumbre de tomarse una foto a sí mismo para muchos
tiene que ver con vanidad extrema y para otros con la necesidad constante de
compartir la vida con los demás y ser aceptados.
"La
necesidad de mostrarse, puede ser considerada una forma de existir socialmente,
la gente muestra lo que quiere mostrar, en general adquisiciones, viajes,
situaciones felices. Es una moda social que tiene que ver con la idea de lo que
está en los medios es lo que existe, como una forma de auto-afirmar la
existencia"
Sin
embargo, esta recompensa que es lograr la aceptación social tiene diferentes
efectos dependiendo de la persona: algunos se contentan obteniendo unos pocos
“me gusta”, mientras otros “necesitan” lograr todos los que puedan y se vuelven
“adictos” a este reconocimiento social.
Aquellas personas que no logran la cantidad de
apoyos esperados optarán por publicar una nueva instantánea, pero si la
respuesta continúa siendo negativa podría dañar la confianza de la persona o
crear pensamientos negativos hacia uno mismo.
La seguridad y autoestima son cruciales en el
desarrollo de las personas para alcanzar la felicidad y la satisfacción
personal, su carencia, no obstante, causa nervios, dudas y
la infelicidad del individuo, que podrían desembocar en problemas mayores como
la paranoia, depresión, comportamientos celosos y personalidad susceptible y o dependiente.
La
palabra “selfie”, que designa a la foto que nos hacemos y que habitualmente
colgamos en las redes sociales, fue elegida como “palabra del año 2013″ por los
diccionarios Oxford de lengua inglesa, tras extenderse significativamente su
uso.
Además
de daños personales, las “selfies” también pueden lastrar el crecimiento de los
países en desarrollo, porque la falta de confianza de los jóvenes puede crear
una generación “sin liderazgo”, de personas “simples” sin “capacidad creativa e
innovadora”.
Es
bueno comunicarse y buscar la confirmación propia pero en on line es una manera ficticia
de hacerlo. Facebook o Twitter parecen ser el lugar donde terminamos
proyectando aspectos reales o fantaseados de nuestra identidad, nuestros
pensamientos o sentimientos acerca de casi todo.
En
conclusión, sacarse fotos a uno mismo y compartirlas con los demás no es sólo
un acto de vanidad sino también de auto-afirmación y construcción de la
identidad, ambas cosas, características de los jóvenes de hoy. La gente exhibe
solamente lo que quiere mostrar, construyéndose así una identidad que se pone a
consideración de los demás para recibir retroalimentación y ser validada.
La
tendencia selfie como acto de vanidad que indica narcisismo, o bien, falta de
autoestima que se traduce en necesidad de autoafirmación y construcción de la
identidad o ¿Es todo eso una nueva
modalidad de manifestar el duelo, la pena, la tristeza o más narcisismo y
soledad compartida?
El uso excesivo de redes sociales puede
provocar problemas psicológicos como déficit de atención e hiperactividad,
narcisismo, dismorfia corporal o la preocupación constante por el físico, depresión,
hipocondriasis o la creencia de que están siempre enfermos o expuestos a
enfermedades, desorden obsesivo compulsivo, trastornos esquizoafectivos
(depresión y bipolaridad) y esquizotípico, y adicción.
Crear hábitos y responsabilidades, darles medios distractores, así como practicar deporte y actividades con familiares y amigos, como ir al cine o viajar, son algunas de las ideas aportadas para combatir la adicción a las “selfies”. (EFE)
La verdad es que yo apoyo mucho la idea de que las selfies son un medio por donde se puede juzgar a las personas ( y no por sus fotos, mas bien por la reacción que tienden a exponer cuando comentan cosas que no son muy agradables para ellos.
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