He leído este articulo por
casualidad que desde hace meses circula en la red y me ha encantado. Por ello,
lo comparto con ustedes.
“No. Los bebés no son
como nos lo contaron. A los bebés no les gusta dormir en cuna. Rodeados de
barrotes. Presos en una jaula. No. Los bebés quieren dormir junto al cuerpo de
su mami, calentito, seguro, amparados, amados, tocados. No. Los recién nacidos
no quieren siquiera estar en posición horizontal. Quieren dormir en tu pecho,
en vertical, meciéndose al arrullo de tu corazón. En horizontal su digestión se
ralentiza, vomitan, buchean, cogen cólicos, se asustan, se sienten vulnerables.
No. Los bebés no se acostumbran a los brazos: ya nacen acostumbrados. Desde el
principio saben bien lo que es bueno. No. Los bebés no duermen toda la noche.
Se despiertan a cada rato. Para comer y para no comer. Para comprobar que estás
a su lado y que los estás cuidando. Para cerciorarse de tu presencia, que es su
seguridad. Para tocarte y olerte. No. Los bebés no quieren estar solos. No
quieren perderte de vista ni un minuto, quieren estar junto a ti, en el centro
de la vida. No. Los bebés no quieren jugar solos en un corral. Quieren jugar
contigo, sonreír, ser atendidos, treparte por encima, gatear por el salón. No.
Los bebés no quieren tomar leche de otra especie. Quieren leche de la suya, de
la que sabe a mamá. No. Los bebés no quieren chupar todo el día un trozo de
plástico. Quieren chupar tus pechos, sus manitos, tus dedos, piel humana. No,
los bebés no quieren que los vistas, ni que les pongas tejidos picones,
pendientes en las orejas, ropas apretadas, cintas, encajes y otras cosas
molestas. Quieren estar desnudos, correr sin zapatos, disfrutar del tacto de la
naturaleza en su piel, de piel con piel contigo. No. Los bebés no quieren estar
quietos. Quieren que te muevas, que los mezas, los arrulles, que andes y
pasees, y los lleves contigo. En cuanto pueden, quieren gatear, correr, saltar,
explorar, llegar a todas partes... Sí. Los bebés son curiosos por naturaleza.
Quieren y deben tocarlo todo. Incluidas esas cosas que más tú tocas: los
mandos, los relojes, los teléfonos, los equipos informáticos. Su riqueza
sensorial se desarrolla a partir de ahí. No. Los bebés aprenden lo que viven.
Si siempre oyen "no", pronto a todo te dirán no. Si a todo tienes
miedo, pronto a todo tendrán miedo. No. Los bebés no son alto-demandantes.
Somos nosotros los bajo-tolerantes, los bajo-pacientes, los bajo-disponibles,
los bajo-respondedores. No. Los bebés no quieren que los dejes. Quieren ir
contigo a todas partes, eres su ejemplo, su seguridad, su referente, su único
universo.
Te guste o no te guste,
así son los bebés humanos, primates, mamíferos. Si quieres comprobarlo, tan
solo ten uno. Ninguna otra especie desconoce y maltrata tanto a sus propias
crías. Si queremos un mundo un poquito más humano, bien haríamos en comprenderlo.
No son como nos lo
contaron. Son infinitamente mejores y más inteligentes. Cualquiera que ve a
estas crías diría: ¡qué especie tan avanzada! ¿Y cómo se convirtieron en lo que
hay?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario