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jueves, 15 de enero de 2015

Hábitos para Cultivar la Confianza en Ti Mismo

La persona con autoconfianza tiene una visión positiva, aunque realista, de sí misma y de su capacidad. La confianza es un sentimiento caracterizado por diferentes estados entre otros la autoestima, la confianza y la afirmación del yo.
Tu mayor enemigo (aliado) eres tú mismo. O sea, tu mente. Todo parte de ahí. Lo decía Ralph Waldo Emerson y otros muchos: "La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito". O dicho en otras palabras: Tu vida es tu autoestima.

Los pensamientos negativos son una especie de suicidio espiritual. La mente si no se domina es un campo de concentración que te agarrota, reprime y anula. Brian Tracy en Metas: estrategias para determinar y conquistar objetivos dice: "Los mayores enemigos del éxito y la felicidad son las emociones negativas de todo tipo. Esas emociones negativas nos sujetan, nos agotan y nos despojan de la alegría de vivir. Desde el principio de los tiempos, las emociones negativas han hecho más daño a las personas y las sociedades que todas las plagas de la historia".

Tu forma de pensar da lugar a una cierta forma de sentir que se traduce en una forma de actuar. Tu representación interna determina tus comportamientos. Por tanto, de lo que se trata es de generar estados de la mente óptimos que se traduzcan en comportamientos adecuados para generar resultados.

Aquí van sólo 10 recomendaciones para que ganes confianza en ti mismo a través de los siguientes hábitos. Lo decía Charles Noble: First we make our habits, then our habits make us.

1. Cuida con mimo el ambiente en que te mueves: Recuerda lo que hemos dicho mucha veces aquí: "Si vives entre codornices, es muy difícil aprender a volar como las águilas". Los límites nunca están en las personas, están en los entornos. Hay gente que te carga de energía y gente que te chupa energía. Gente estimulante y gente tóxica. Cuidado con los derrotistas, pesimistas, negativos, conformistas que te intentan cortar las alas. El éxito deja huellas y se trata de modelarlo. Rodéate de aquellos que piensas que te pueden enseñar. Y no olvides jamás a Mark Twain: "Mantente a distancia de aquellos que intentan disminuir tus ambiciones. La gente pequeña siempre hace eso; los realmente grandes te hacen creer que tú también puedes ser grande".

2. Aprende de los mejores: lo más importante que tiene una persona es su credibilidad, y la credibilidad sólo depende de una cosa: de tus resultados. Cada persona somos el resultado de nuestros resultados. Muchos empresarios, directivos, deportistas, han dejado sus enseñanzas, consejos y tips en libros y vídeos. Léelos todos. Y más tarde otra vez. Aprende de ellos. Aquí hemos hablado de algunos como "La magia de pensar a lo grande y Acres de diamantes" Como decía Bertrand Russell: "La mejor prueba de que algo puede hacerse es que antes alguien ya lo hizo". Ver que otros pudieron te anima a ti a continuar y perseguir lo que añoras.  Alimenta y riega tu mente con mensajes inspiradores. Y recuerda que si quieres encontrar excusas para no salir de tu zona de confort vas a encontrar cientos de ellas.

3. Visualiza tus éxitos pasados: como decía Fernando Savater, "la felicidad es una forma de la memoria" y la infelicidad también. Haber conseguido éxitos pasados te estimula y anima para conseguir éxitos futuros, te pone en el estado de ánimo adecuado para generar las energías necesarias. Ver que ya conseguiste algo te catapulta a conseguir más. Mete en el cajón lo negativo y recréate en las experiencias positivas, en aquellas que salieron bien y te aplaudieron. El cerebro no distingue entre ficción y realidad, cuando sientes de verdad lo que visualizas estás provocando que la mente encuentre vías para alcanzar aquello que deseas. Te recomiendo: Desear no es ‘decir’ lo que se quiere, sino ‘sentir’ lo que se quiere.

4. Cuida tu cuerpo: Que es tu casa, allí donde moras y habitas todos los días. No la abandones. Y ello implica cuidar tres cosas: sueño, nutrición y ejercicio físico. Aquí dejamos un post donde nos deteníamos sobre ello: La mente influye en el bienestar y el bienestar en la mente. Hay ciertas comidas que conducen a estados de ánimo más tristes y depresivos; lo mismo pasa con el sedentarismo: hacer ejercicio físico y estar en movimiento tiene ventajas en la salud y en el ánimo al liberar ciertas sustancias químicas estimulantes del bienestar. Y con el sueño, más de lo mismo: dormir mal y no descansar produce malestar en tu cuerpo, humor desagradable y cansancio que restan energías y ánimo para ser productivo.

5. Toma riesgos: ve los nuevos desafíos como oportunidades de crecimiento en vez de verlos en términos de ganar o perder. Esto te abre a nuevas posibilidades y puede aumentar tu sentido de aceptación de ti mismo. Si no lo haces, vas a ver cada nueva oportunidad como algo en lo que puedes fracasar e inhibir eventualmente, tu desarrollo personal. Haz el ridículo en cosas sin importancia: en aquellas cuyos resultados no te afectan a tu trabajo ni prestigio: aprender a bailar, inglés, magia. Si te lanzas en esas cosas sin importancia, poco a poco tu miedo al ridículo irá cayendo y eso significa que te atreverás a dar el paso en cosas con importancia. No existe miedo al fracaso, existe miedo al ridículo. Todo el mundo sabe de sobra que si inicias una aventura del tipo que sea (empresa, matrimonio, etc) puede ir mal; los miedos vienen de la ridiculización que hacen los demás, de herir el orgullo con las cosas no salen, y el ser humano tiene mucho orgullo. Cuando lo vences, ganas la batalla.

6. Habla en público siempre que puedas: es una de las cosas que más aumenta la confianza en uno mismo. Lánzate. Muchas veces no se trata de hacerlo bien o mal, sino simplemente de hacerlo. Irás venciendo resistencias. Empieza a decir "sí" cuando te lo proponga. Hay miles de oportunidades todos los días para hablar en público. Y te recomiendo que leas el post de Gonzalo Álvarez Marañón con el título: 10 cosas divertidas que puedes hacer este verano para mejorar tus habilidades de hablar en público.

7. Habla contigo mismo: Trata de encontrar las creencias negativas que tienes continuamente. Luego, di a ti mismo “para” o “stop” y sustitúyelo por creencias más razonables. Por ejemplo, cuando te encuentras aspirando a la perfección, recuerda que no puedes hacer todo perfecto y que sólo es posible tratar de hacer las cosas bien. Esto te permitirá aceptarte mientras sigues luchando día a día por ser mejor. Habla con desconocidos: ¿Sabes cuál es el mayor miedo a la hora de vender? El miedo al rechazo. ¿Sabes cuál es el mayor miedo a la hora de pedir ayuda? Que nos digan NO. Y ese miedo al rechazo, es producto de nuestra inseguridad, de que interpretamos que el NO significa que "no me quieren" y ya sabemos que "el anhelo más profundo del ser humano es sentirse querido". Por eso muchas cosas no las hacemos por miedo al NO. Lánzate a hablar con desconocidos. Lo importante no es la conversación, sino lanzarse. Si ves a alguien con un perro, detente y acaríciale y pregúntale qué raza es, aprovecha los viajes de turismo o negocio, para entablar conversaciones con los lugareños o los empleados de hoteles, etc, igualmente para a gente por la calle de tu ciudad y pregunta por una dirección o lugar e intenta que no sólo sea pregunta-respuesta sino un poco más de conversación. Pero hazlo como rutina, todos los días con 1 ó 2 personas al menos. Verás como empiezas a sentirte mejor contigo mismo, a ganar confianza, a mejorar tu autoestima al ver que el 90% sigue tus conversaciones y no te rechazan. Y recuerda: si alguien te rechaza, tranquilo: hay gente enfadada consigo mismo que lo paga con los demás; no es nada personal.

8. Aprende a evaluarte: hacerlo te permitirá evitar la constante sensación de inquietud que tienes cuando dependes exclusivamente de la opinión de los demás. Céntrate en cómo te sientes acerca de tu comportamiento, trabajo, etc. Esto te dará un sentido más firme de ti mismo, evitando  depender siempre de lo que piensan otros. Da tu opinión en los temas: Sí, no te quedes callado. No seas de lo que dices: "A mí me da igual". No, no te da igual. Tú también tienes opinión, pero por miedo a no gustar, no te atreves a expresarte. Cuando haya debate en tu vida personal, con tu pareja o amigos sobre dónde ir o qué hacer, di lo que te gusta. Lo mismo en tu vida profesional ante cualquier proyecto. Tu opinión es tan válida y respetable como la de los demás. No te infravalores. También verás cómo poco a poco vas ganando confianza.

9. Cuida tu apariencia física: O dicho de otra manera: sentirte bien por fuera te hará sentirte bien por dentro. Los cuidados estéticos o tu forma de vestir ayudan mucho. Ello te lleva a sentirte mejor, más segura de ti misma, y eso se refleja en tu comportamiento y trato: más abierto, más simpático, más cercano, en definitiva, más cautivador. Esa actitud, se transmite y los demás la perciben y responden de la misma manera. Tu mundo exterior no es más que un reflejo de tu mundo interior. El grado de distancia (o conexión) con los demás es el grado de distancia (o conexión) que existe con uno mismo.  Las cosas no ocurren por azar. Hay que provocar las emociones positivas. Sentirte bien te lleva a obrar bien. Si te gustas más, más gustarás a los demás. En lo que te concentras, se expande, se agranda. Lo decía Louise Hay: "Sólo hay una cosa que sana todo problema: amarse a uno mismo".

10. Acude a eventos: la baja autoestima suele derivar en un bajo nivel de relaciones sociales; la alta autoestima da lugar a muchas y variadas relaciones. Y si la vida es algo, el menos en la empresa, la vida es relaciones. Como apunta John C. Maxwell, en El poder de las relaciones: "Trabajar duro no es suficiente; tampoco ser excelentes en lo que hacemos; para ser exitoso tienes que aprender a establecer relaciones". Por eso, sumérgete en los eventos. No te preocupes del resultado final. Simplemente el hecho de acudir a eventos profesionales (de tu sector) y personales (fiestas, celebraciones, inauguraciones), y estar en medio del "sarao" te permite aprender e interiorizar inputs por ósmosis, sin darte cuenta. Poco a poco te irás te irás sintiendo más cómodo y conociendo más gente.

Y dos de regalo:

11. Haz cosas por los demás: Aristóteles dijo hace más de 23 siglos que "la generosidad es un egoísmo inteligente". Cuando ayudas a los demás, la gente se siente agradecida y te lo valorará, y eso te hará sentir bien contigo mismo, ver que eres útil, y que tú también puedes aportar cosas interesantes. No se trata de grandes cosas, sino de pequeños gestos cotidianos del día a día que todos sabemos.

12. Sonríe: cada vez que sonríes, aunque no te apetezca, estás mandando una orden al cerebro de que todo está bien, y eso te hará sentir mejor Acuérdate de William James: "El pájaro canta porque es feliz pero también es feliz porque canta". Además, cada vez que sonríes a una persona, lo que le estás diciendo inconscientemente es "me gustas", por eso resulta tan eficaz y genera tanta "conexión emocional" con la otra parte que te tratará de la misma manera y habrá feeling y buen rollo. Recuerda "la sonrisa es la forma más barata de mejorar tu apariencia". El diseñador Paco Rabanne afirmaba: "la sonrisa es el mejor atuendo de una modelo"Trata de desarrollar la habilidad de reír cada cierto tiempo, cuando cometes una “tontera” o algún error. Siente esto como parte de ser humano. El reír eventualmente te ayudará a mejorar la confianza en ti y la conexión con los que te rodean. 

Y estos diez puntos (más dos), ponlos en práctica sin meterte excesiva presión: pasito a pasito. No te flageles. No te exijas demasiado. No se trata de pasar de un extremo a otro de la noche a la mañana, sino de ir venciendo y derrotando resistencias pequeñas pero todos los días. Recuerda lo que hemos dicho aquí muchas veces: Poco+Poco=Mucho; un poco sin importancia, más otro poco sin importancia, más otro poco sin importancia...acaba siendo mucho. El mayor enemigo en los procesos de Desarrollo Personal: la impaciencia, el querer ir demasiado rápido. Te llevan a exigirte demasiado, con lo que al final no cumples con lo establecido (que es mucho), te frustras y abandonas.

Conclusión

Tenemos que aprender a conocer mejor y de un modo realista nuestras habilidades y capacidades, así como nuestros límites. Si estás en el lugar adecuado para ti y usas tus habilidades, sean cuales sean, de un modo apropiado, nunca puedes fracasar. La mayor parte de las veces, el fracaso procede de tratar de ser la persona que no somos. Si te mides a ti mismo con los instrumentos de medida de otras personas, no es raro que te sientas en inferioridad de condiciones. La sensación de inferioridad o falta de capacidad es, en su mayor parte, subjetiva y no siempre puede tratarse con lógica o razonamientos, sino que el mejor modo de afrontarla es la experiencia directa, que nos demuestra que sí somos capaces de hacer eso que en un principio temíamos. En muchas ocasiones, las personas se centran en los resultados más que en el proceso. De ese modo, si no logran algo, consideran que han fracasado, pero esto no tiene por qué ser cierto. Lo que las personas se dicen a sí mismas es también muy importante a la hora de moldear nuestra autoconfianza. Por último, es importante que aprendas a evaluarte a ti mismo de un modo independiente, en vez de confiar siempre en la opinión de los demás. Céntrate en cómo te sientes tú respecto a tu propia conducta.

Enfatiza tus fortalezas: valora lo que eres capaz de lograr, recompénsate por tus logros, más que por lograr el resultado final. Céntrate en lo que puedes lograr, en vez de en lo que debieras lograr. Esto te ayudará a vivir dentro de los límites de tus propias dificultades. 

Los ganadores buscan soluciones; los perdedores buscan excusas.

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