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jueves, 26 de enero de 2017

Consecuencias Neurológicas por el Consumo de la Marihuana

Uno de los estudios más amplios sobre los efectos en la salud del uso persistente de cannabis revela que deteriora el coeficiente intelectual y que afecta la memoria y otras funciones mentales. Los daños, aseguran los científicos, son irreversibles.
Al evaluar todos los casos, encontraron que los participantes que habían usado persistentemente marihuana mostraban un "amplio deterioro" en varias áreas neuropsicológicas, como funcionamiento cognitivo, la atención y la memoria.

Uno de los puntos más importantes del estudio fue demostrar que el daño era irreversible. Al dejar de usarla o reducir su uso no lograron restaurar completamente su pérdida de CI. Es decir, los efectos neurotóxicos son clarísimos y el daño es permanente. El estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

La marihuana tiene efectos que pueden ser a corto o a largo plazo. Los que son a corto plazo son inmediatos, y causan problemas en la memoria, en el aprendizaje, y se tiene una percepción distorsionada de las cosas que se van adquiriendo, de los conocimientos, lo que entra por la visión o por los oídos se percibe de manera diferente a lo que es en realidad. A largo plazo genera alteraciones no solo en el sistema nervioso, sino también en otros órganos, alteraciones cardiovasculares, como hipertensión arterial. También se tiene mayor predisposición para tener cáncer de pulmón. También hay efectos deletéreos sobre las reacciones de las defensas inmunológicas, hay sustancias de los gases de la combustión de la marihuana que influyen en estas, hay menor producción y uno queda más expuesto a tener infecciones.

De forma aguda provocan una sensación de euforia, somnolencia y alteración de la percepción con distorsión de la realidad y del espacio temporal, que en individuos predispuestos puede generar trastornos psicóticos auto-limitados, despersonalización o disforia. Se ha descrito un cuadro asociado al consumo crónico, en forma de cambios cognitivos y conductuales, con abulia, falta de motivación (síndrome amotivacional), alteraciones en la memoria reciente y disminución de la capacidad de atención.

 Hay casos de infarto cardíaco y crisis hipertensivas, serios daños respiratorios, altera el patrón sueño-vigilia, efectos sobre la conducta alimentaria, deterioro de la memoria y las habilidades para el aprendizaje, deterioro de la memoria a corto plazo, de la atención, el juicio y otras funciones cognitivas, de la coordinación y el equilibrio, dificultades en contener sus impulsos, agresividad y sobre la salud sexual de los hombres. Sus datos sugieren que existe un efecto inhibitorio sobre la erección.

Una de las consecuencias menos conocidas tiene que ver con los trastornos psiquiátricos. El consumo de porros multiplica por dos las probabilidades de sufrir brotes psicóticos (con más riesgo a mayor dosis). Se advierte de que los adolescentes que fuman marihuana tienen hasta un 40% más de riesgo de sufrir depresión, ansiedad, psicosis (alucinaciones) o algún tipo de enfermedad mental; especialmente en el caso de las chicas. Y aunque no se ha demostrado de una manera estadísticamente significativa que pueda causar esquizofrenia, sí parece que empeora sus síntomas y agrava los ataques.

En cualquiera se asocian factores como: adultos jóvenes, sexo masculino, desempleo, bajo nivel educativo, historia de personalidad esquizoide, paranoide o esquizotípica, trastornos de conducta y dinámica familiar conflictiva.

“La verdad no sé cuánto de irreversibilidad puede haber, pero a largo plazo las lesiones son más complejas, inclusive en el funcionamiento cognitivo. Pacientes con alteraciones en la conducta, en el aprendizaje. Esto se ha visto bastante porque el grupo de mayor estudio y que son más fáciles de consumir son los estudiantes, los jóvenes. Eso también se ve que afecta en las habilidades para recordar información. Te retrasa las habilidades intelectuales, inclusive genera problemas de personalidad como depresión, ansiedad. Desde el punto de vista del ánimo, son cuestiones psiquiátricas/psicológica, de conducta.

El tratamiento comprende muchos puntos de vista, como ser el punto de vista médico clínico, cardiológico, neurológico, y se debe consultar al psiquiatra. Hay terapias, pero primero hay que identificar el mayor problema. También hay que realizar tratamientos que son interdisciplinarios, hay que ver porque se cayó en la droga, desde el punto de vista de la asistencia social, psicológico, desde la educación, y también hay que rehabilitarlo, no solo que deje de consumir, sino que hay que reinsertarlo en una sociedad sana. El tratamiento es complejo, no es solo una pastillita o buscarle un remedio como un fármaco”.  Dr. Gabriel Piran, Neurólogo

Las drogas adictivas pueden cambiar el cerebro de modos fundamentales. Hay que separar el consumo inicial de la droga de la adicción. En gran medida la sociedad ignora los aspectos neurológicos de la adicción, prefiriendo concentrar los comportamientos adictivos en motivaciones de carácter moral y social.  No obstante, si la adicción es una enfermedad neurológica, desde una perspectiva médica, debemos considerar los afectados como a los pacientes que sufren de otras enfermedades cerebrales como la esquizofrenia o la enfermedad de Alzheimer.  Los drogadictos necesitan de tratamiento médico que acompañe la terapia para que el proceso de recuperación se lleve a cabo satisfactoriamente.

No es lo mismo usar una droga que ser adicto a ella. Muchos consumidores no se convierten en adictos. Pero vale medir y conocer las consecuencias.

martes, 24 de enero de 2017

Síndrome de Asperger en Adultos

Generalmente cuando nos referimos a personas con asperger hablamos de niños, pero no podemos olvidar que estos niños crecen y se convierten en adultos.
¿Qué pasa cuando llegan a la edad adulta?

Normalmente a estas personas se les acusa injustamente de no encajar en la sociedad o de ser demasiado extravagantes, entre otros adjetivos. Es más complicado en las personas adultas poder identificar este trastorno y requieren un seguimiento exhaustivo y un control por parte de un especialista.

Es difícil de diagnosticar cuando llegan a la edad adulta porque su inteligencia es normal e incluso superior a la media. Presentan buena atención y concentración y se les da extremadamente bien aquello que les interesa mucho, o sus hobbies. Necesitan formación para las habilidades sociales y de comportamiento. Les cuesta mucho entender las normas.

Principales síntomas del SA en Adultos
  • Peculiar comportamiento.
  • Falta de contacto visual en las conversaciones, normalmente esto les desconcentra.
  • Se centra en sus intereses, llegando a obsesionarse.
  • Falta de expresión facial en las conversaciones, lo que para otras personas puede resultar grosero.
  • Falta de empatía, sin mostrar afecto a los demás, lo que les ocasiona distanciamiento personal.
  • Dificultad para comprender el lenguaje corporal.
  • Dificultades en las relaciones interpersonales.
  • Inadecuada, inmaduros o retraso en la comprensión de los códigos de conducta sexual.
  • Las normas sociales establecidas les hacen sentirse confundidos.
  • Se sienten confundidos con las frases hechas, cómo por ejemplo “me estás tomando el pelo”.
  • Les cuesta disfrutar de una conversación a no ser que esté centrado en su área de interés.
  •  Les cuesta entender por qué su comportamiento ha sido inadecuado.
  • Comportamientos repetitivos.
  •  Les cuesta adaptarse socialmente y si no se siguen sus rutinas les provoca ansiedad.
  • No toleran los ruidos fuertes, las luces muy brillantes u olores molestos.
  • Empleo de un lenguaje pedante e inexpresivo.
  • Torpeza motora. Mala coordinación muscular.
  • Necesita el apoyo visual para entender las cosas, intentan traducir las palabras en imágenes para su mejor compresión.
  • Tendencia a fijarse en los detalles, con esta forma analítica les cuesta entender la globalidad de las cosas.
  • Sinceros.
Factores de mal pronostico
  • Diagnóstico tardío
  • Negación del problema/síndrome
  • Alta resistencia al cambio
  • Presencia de otros trastornos comórbidos: ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo…
  • Falta de autonomía
  • Ausencia de un entorno familiar y/o de pareja seguro
  • Falta de apoyos
  • Entorno social castigador
  • Historia de abusos/engaños/mobbing…
  • Uno o ambos progenitores tienen características de espectro autista
Factores de buen pronóstico 
  • El diagnóstico se establece en la primera infancia, lo que reduce los problemas psicológicos secundarios, como la depresión y la negación del síndrome.
  • La persona y su familia han aceptado el diagnóstico.
  • La persona tiene un tutor, es decir, un maestro, un familiar, un profesional u otra persona que también tiene síndrome de Asperger, que lo entiende y le ofrece consejos e inspiración.
  • La persona adquiere conocimientos sobre el síndrome a través de la lectura de autobiografías y libros de autoayuda escritos por otras personas que tienen síndrome de Asperger.
  • Los padres, el cónyuge o un amigo le proporcionan apoyo emocional y práctico, camuflan cualquier dificultad y se comprometen con él de por vida.
  • La persona logra éxitos en el ámbito laboral o en el de su interés particular que superan los retos que le plantea su vida social. Al final el éxito social es menos importante en su vida, y no mide sus sentimientos de identidad y valía personal por sus relaciones personales sino por sus logros.
  • La persona acepta sus virtudes y defectos, y ya no siente el deseo de convertirse en alguien que no puede ser: se da cuenta de que tiene cualidades que otros admiran.
¿Qué nivel de autonomía puede alcanzar un adulto con Asperger?

Muchos adultos con AS son capaces de trabajar exitosamente en trabajos establecidos, viven por su cuenta, tienen pareja, se casan, trabajan. Pero otros necesitan ciertos apoyos a lo largo de su vida. Aunque pueden continuar necesitando aliento y apoyo moral para mantener una vida independiente, la posibilidad de recuperarse de la ansiedad y de la depresión que pueden sufrir en la adolescencia es un factor clave para la adaptación a la vida adulta.

Es importante tener en cuenta que cada persona es un mundo y siempre encontraremos diferencias entre unos y otros. Por lo tanto, dos personas diagnosticadas con el Síndrome de Asperger, no siempre tienen por qué presentar las mismas características o perfil.

El asperger en adultos puede resultar muy llamativo debido a la forma de hacer las cosas, la manera de hablar o el aire distante que parecen tener los afectados por este síndrome. Sin embargo, a pesar de sus dificultades en la interacción social, vale la pena dejar de lado la etiqueta diagnóstica que tienen y disfrutar de la compañía de estas personas.

"El mejor tratamiento para las personas con Asperger es la comprensión social y el cariño".