Agresiones
físicas, como golpes, zarandeos o zancadillas, pero también psicológicas como
coacciones, hostigamiento, insultos o amenazas, son las armas que suelen
utilizar los acosadores para menoscabar la voluntad y la autoestima del
acosado, así como para facilitar los sentimientos de exclusión, marginación y
aislamiento social.
Actualmente
se están implementando medidas desde las instituciones educativas, tanto para
prevenir el acoso escolar o bullying, como para concienciar a los posibles
implicados, facilitar las denuncias, y evitar que siga manteniéndose la
conducta de acoso. Para ello, lo primero que hay que hacer es comunicar el
hecho al centro educativo para que tenga constancia de la situación y busque
una solución para cortar el círculo vicioso del acoso.
Consecuencias
del acoso escolar o bullying
El
primer síntoma que provoca el acoso escolar o bullying en los afectados es
precisamente que no quieren ir al colegio, para evitar ser objeto de abuso y
maltrato por parte de sus compañeros. Se produce así una pérdida de interés por
realizar actividades relacionadas con el centro educativo, y el rendimiento
escolar y, consecuentemente, las calificaciones, se ven afectados de forma
significativa, hasta el punto de que la víctima puede llegar a tener que
repetir curso por ello.
Con
posterioridad, y debido al acoso prolongado, se van a producir otra serie de
consecuencias como son:
- Síntomas asociados al estrés continuado, como ansiedad, problemas para conciliar el sueño, irritabilidad, y ataques de ira sin que medie causa que lo justifique.
- Síntomas asociados a la baja autoestima y a la depresión, como pérdida de apetito, falta de interés por las actividades que antes le resultaban atractivas (anhedonía), comportamientos de evitación de situaciones sociales –lo que le puede llevar a encerrarse en casa–, y llanto continuado.
- Síntomas somatizados, como dolor de barriga, pecho o cabeza, náuseas y vómitos.
También
se ha observado que estos pequeños cuando crecen pueden convertirse a su vez en
maltratadores de otros compañeros de menor edad, o incluso de su pareja. Estas
secuelas van a hacer que al llegar a adulto tenga:
- Más riesgo de consumir sustancias ilegales.
- Mayor propensión a participar en peleas o a llevar a cabo actos delictivos.
- Tendencia a no responsabilizarse de las consecuencias de sus actos.
- Falta de empatía, por lo que no tienen en cuenta los sentimientos de otras personas.
- Problemas a la hora de establecer relaciones con los demás, sobre todo en la intimidad.
- Todo lo anterior se debe al efecto que produce en el acosado una situación de amenaza y coacción continuada en el tiempo, en una época tan delicada como es la de la formación de la personalidad y de las primeras experiencias con el sexo contrario.
Consejos
para los padres de la víctima de acoso escolar
En
el caso de que los padres identifiquen cambios en su hijo, o le noten triste o
preocupado, pero todavía desconozcan la existencia de la situación de acoso, se
aconseja lo siguiente:
- Deben de escuchar a su hijo sin juzgarlo; si el menor viene a casa diciendo que se ha peleado o que le han pegado, no tienen que recriminarle por ello ya que, si lo hacen, la próxima vez no dirá nada.
- Es conveniente que de vez en cuando le pregunten sobre sus relaciones en la escuela, y no sólo sobre la evolución de sus calificaciones, de forma que puedan detectar si tiene alguna dificultad en sus relaciones con sus compañeros.
- Es aconsejable hablar periódicamente con el profesor o tutor del pequeño, para interesarse sobre cómo van sus estudios, pero también informarse sobre qué tal le va con el resto de sus compañeros.
- Una vez que se detecta que algo no va bien, hay que tratar de hablar con el niño, con el tutor o con el profesor, de forma que se esclarezca la situación.
Cuando
ya se conoce que existe acoso, las medidas que deben adoptar los padres son:
- No minimizar ni menospreciar los percances que su hijo pueda sufrir en la escuela, pensando que es una chiquillada, o que con el tiempo se resolverá espontáneamente.
- Tratar de proteger al menor de las situaciones en donde se produzca el acoso, por ejemplo de vuelta a casa, recogiéndole a la salida de la escuela.
- Hacer que el niño se sienta cómodo, de forma que pueda comentar siempre que quiera o lo necesite, tanto lo que le pasa, como lo que le hace sentir, ya que es en este segundo aspecto donde se puede intervenir.
- Procurar que el pequeño no pierda el curso, ayudándole si es necesario con clases particulares, ya que ver cómo los demás progresan y él no, iría en contra de su autoestima.
- Llevarle a un orientador o psicólogo para que reciba ayuda terapéutica, no con la idea de que el menor tiene un trastorno psicológico, sino precisamente para evitar que lo pueda desarrollar en un futuro debido a la situación que se ve obligado a sufrir.
Indicadores
para que los padres detecten el bullying
- Uno de los indicadores más vistosos son la aparición de arañazos o golpes con una explicación poco convincente, más si van apareciendo con frecuencia.
- Pueden llegar a casa con el material escolar estropeado o perdido, con la ropa desordenada o dañada.
- Los domingos por la noche y los lunes por la mañana suelen ser días de muchos nervios que pueden manifestarse a través de problemas con la comida, problemas para dormir o tienen más pesadillas, estar más nervioso de lo habitual, enfermarse (dolor de estómago, de cabeza, encontrarse mal..).
- Pueden llevar comida de más para el recreo, o dinero extra o incluso robarlo en casa para poder pagar a los agresores.
- No suelen ser invitados a las fiestas de cumpleaños de los demás, parece que no tienen amigos y no suele salir con nadie de clase.
- Parecen tristes y cansados, infelices cuando creen que uno no les mira.
Consejos
para los profesores ante el acoso escolar
La
intervención de los profesores es muy importante a la hora de detectar y
corregir una situación de acoso escolar, por ello deben:
- Estar atentos a los cambios en el rendimiento de sus alumnos, tanto en cuanto a atención en clase como a sus resultados, ya que son uno de los índices más claros de que algo no funciona como debiera.
- Observar si algún niño se queda aislado dentro de la clase; es decir, no interactúa con los demás, pues será signo de que algo le sucede en el ámbito de las relaciones sociales.
- No permitir dentro de su clase, ni en su presencia, que se rían de ninguno de sus alumnos, pues eso puede ayudar a reforzar el sentimiento de grupo en contra de uno de ellos.
- Evitar que se produzcan tensiones o competencias no sanas entre compañeros, ya que pueden facilitar la aparición de situaciones de acoso fuera del aula.
- Tratar de elogiar a los alumnos por igual, ya que el reforzamiento sobre uno o unos pocos puede hacer florecer los celos del resto, pudiendo convertir así a los primeros en objeto de envidia para el resto del grupo.
- Frenar cualquier tipo de agresión, mediante indicación verbal y, si se repite, remitiendo el caso a la dirección o al orientador para que intervenga, de forma que no entorpezca el normal desarrollo de las clases.
Indicadores
para profesores
- Los alumnos suelen ser etiquetados con motes denigrantes, se les hacen bromas de manera constante para ridiculizarlos ante los demás, sufren conductas intimidatorias que a veces pueden pasar desapercibidas.
- Son niños y adolescentes que suelen estar solos, aislados y que nadie quiere estar con ellos en los grupos, ni de trabajo ni social.
- Cuando se les vé en una pelea suele ser llamativo porque nunca ha dado señales de ser agresivo.
- El material escolar suele aparecer deteriorado, incluso pueden perderlo con frecuencia y las excusas que dan en casa o en clase son muy pobres.
- Todo ello puede derivar en que cada vez aparezcan más sentimientos y pensamientos depresivos, se sientan decaídos y con falta de motivación para ir a clase o intentar aprender algo. Suelen ser inseguros, prefieren no hablar en voz alta en clase ni participar, intentando pasar desapercibidos y cuando les toca pueden mostrarse ansiosos.
- Son profundamente infelices pues, aunque parezca que el acoso ha terminado durante un tiempo, no entienden por qué ha ocurrido y viven con el temor de si no volverá a producirse en cualquier momento.
Consejos
para los amigos de una víctima de acoso escolar
Los
amigos del acosado también pueden ayudar:
- Deben procurar, si son testigos de algún tipo de agresividad, comunicarlo a un adulto inmediatamente, para que éste pueda intervenir al respecto.
- No se hace ningún bien ayudando al amigo acosado a ocultarlo, ya que con esta actitud aumenta el sentimiento de impunidad del acosador.
- No es preciso enfrentarse al acosador, pues este comportamiento, lejos de solucionar el problema, puede provocar que se meta con su víctima con más ganas todavía.
- Intentar no dejar sólo al amigo acosado en aquellas circunstancias en que se produce la agresión, ya que es más difícil que el acosador arremeta contra dos o tres personas a la vez.
- Tratar de que el amigo acosado no se encierre en sí mismo, e intentar que tenga momentos de esparcimiento en los que se encuentre a gusto y se libere de las tensiones provocadas por el acoso.
A
parte de la intervención terapéutica, tanto sobre el menor acosado, es
fundamental realizar una intervención terapéutica sobre el acosador, ya que si
no se hace nada al respecto, buscará a otra persona sobre el que iniciar una
nueva cadena de abusos.
Fuentes: Wed
No hay comentarios:
Publicar un comentario