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martes, 30 de octubre de 2018

Enfermedades Mentales: la Detección Precoz, Clave en el Tratamiento

Una de cada cuatro personas experimenta a lo largo de su vida un trastorno mental común.
Pero, ¿qué es la salud mental? Se trata de "un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad". Por lo tanto, siguiendo esta línea, se destaca que las enfermedades o trastornos mentales dificultan la adaptación de quienes los padecen "al entorno cultural y social en que viven y crean alguna forma de malestar subjetivo".

En la actualidad, la OMS ha determinado 400 tipos distintos de enfermedades y problemas de salud mental, y todos presentan distintas manifestaciones. Sin embargo, y a pesar de esta importante cantidad de afecciones, todas ellas se caracterizan por una combinación de alteraciones tanto del pensamiento, como de la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás. 

Todas ellas, se pueden agrupar en cinco grandes bloques que comprenden los Trastornos afectivos como la depresión; los Trastornos de la ansiedad como los Trastornos obsesivos compulsivos o la ansiedad, y los Trastornos psicóticos como la esquizofrenia y los Trastornos bipolares. En los otros dos bloques se encuentran los Trastornos asociados con la tercera edad, con problemas asociados a las demencias; y por último las Adicciones.

La depresión es uno de los trastornos más frecuentes, que puede afectar entre el 8% y el 15% de la población. Produce tristeza, desinterés, sentimientos de culpa y pérdida de la capacidad de disfrutar, entre otros. Puede tener su origen en algunos pacientes en un desequilibrio químico en el cerebro. La depresión en su forma más grave puede conducir al suicidio y afecta en mayor medida a las mujeres. En ocasiones la depresión puede tener relación con algún tipo de adicción.

Mientras, la ansiedad se caracteriza por la presencia de un sentimiento excesivo de preocupación, relacionado con situaciones reales. Desencadena síntomas físicos como nerviosismo, palpitaciones o desmayos, y puede desembocar en pánico.

Por otro lado enfermedades como la esquizofrenia y otro tipo de psicosis se caracterizan por anomalías del pensamiento, las emociones, el lenguaje, la percepción del yo y la conducta, y suponen un tipo de trastorno grave que suele aparecer al final de la adolescencia.

Aunque con un tratamiento farmacológico adecuado y un apoyo psicosocial, estos pacientes pueden llevar una vida productiva e integrada en la sociedad. Otro tipo de enfermedad de la salud mental es la demencia, que se caracteriza por un deterioro progresivo e irreversible de la función cognitiva. Aunque no existe un tratamiento que la cure o la revierta, si existen intervenciones que mejoran la vida de quienes padecen este tipo de trastornos y sus cuidadores y familiares.
Prevención y normalización

La OMS advierte también que cualquier individuo puede padecer algún tipo de problema o enfermedad mental. Por ejemplo, se estima que 1% de la población desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida, y en el caso de los episodios de depresión o ansiedad, algo más de un 20% de la población los ha padecido o padecerán, también en algún momento.

Pero la OMS también destaca que hay estudios que demuestran que las intervenciones de la salud pública y los programas sociales permiten promover una óptima salud mental, y prevenir los trastornos mentales y de la conducta. En base a los resultados de dichas investigaciones, la propia OMS indica que los programas psicosociales basados en las escuelas "pueden reducir la prevalencia de los trastornos de la conducta y los relacionados con el abuso de sustancias".

Por otro lado, y alineada con las actividades de prevención, las mismas investigaciones señalan que una pronta identificación de los trastornos mentales graves permite instaurar un tratamiento más eficaz y completo. Además, la mejora de la nutrición, el mayor acceso a la educación, el cuidado de la calidad del ambiente y la vivienda, y el fortalecimiento de las redes comunitarias pueden mejorar la salud mental de las poblaciones. Y es que gran parte de los problemas que sufren las personas es precisamente la falta de diagnóstico o de tratamiento.


Fuente: Levante, el Mercantil Valenciano.

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